Dominación

32.DominancionLa dominación es una emoción social que indica el poder que tenemos para controlar o hacer uso de algo o de alguien. Entre los animales la dominación se establece a partir de encuentros competitivos en los que aquel que gana la partida se impone sobre quien la pierde. Por tanto, la dominación incluye sentimientos de autoestima y emociones como la alegría, el orgullo, pero también la ira como elemento propiciador que nuestra voluntad se imponga a la de los demás y sea aceptada y el miedo infligido a estos para que acepten nuestro parecer.

Tenhouten define la dominación como la suma de dos emociones primarias: la aceptación y la ira. Aceptación surgida a partir del aumento de autoestima que comporta saberse por encima de los otros. Saberse poderoso mejora en gran medida nuestra autoestima al sabernos ganadores. Nos percibimos por encima de los otros, lo cual suele producir una fuerte sensación de bienestar. Es fácil aceptarse cuando sabes que los demás lo hacen antes que tú. Ira como energía necesaria para ganar la competición a los otros e imponernos a ellos.

Como seres sociales, nuestras interacciones están configuradas a partir de relaciones de dominación y de sumisión. Nuestra posición jerárquica estará fijada en función de que seamos dominantes o sumisos. El poder lo ejerce quien domina, mientras que la sumisión es la forma en que aceptamos el poder de otro. La persona dominante generalmente se rodeará de aquellos a los que tengan tendencia a ser dominados. Es decir, personas a las que el miedo les lleva a aceptar el proceder de otro o que encuentran cierto bienestar en saberse protegidos por su influencia.

La dominación es una emoción inversa a la culpa que se va adquiriendo progresivamente. La tendencia dominante de una persona le lleva a utilizar su poder contra aquellas que no lo son, y según lo va ejerciendo, ya haciendo uso del miedo o de la ira, el sentimiento de culpa que siente al someter al otro va desapareciendo a la vez que se incrementa el de dominación. La progresiva disminución del sentimiento de culpa favorecerá que las acciones de la persona dominante sean cada vez más agresivas en pos de lograr someter a los demás, lo cual a su vez le producirá cierto placer en forma de alegría, orgullo e incluso cierto deleite.

Por otro lado la emoción de dominación no tiene que estar únicamente referida al poder hacia los demás. También puede entenderse en cuanto a la capacidad de una persona para controlar, dominar, contener o reprimir sus impulsos. Socialmente suelen estar muy bien valoradas aquellas personas que no se dejan llevar por sus emociones. De hecho hasta no hace mucho se consideraba que aquellas personas que no eran capaces de contener sus pasiones estaban más cerca de los animales, que aquellas otras capaces de controlarse, que eran vistas como más racionales. Aquí entenderíamos la dominación como el poder que una persona tiene hacia sí misma y que le permite saber controlar la aparición de los efectos disfuncionales que determinadas emociones producen cuando se dan fuera de lugar. Saber dominar la ira, el miedo, e incluso un exceso de alegría, sería un factor que también contribuirá a que nos percibamos a nosotros mismos positivamente, favoreciendo así una aumento de nuestra autoestima, y como pasaba con el significado anterior de dominación, permitiendo una mejor aceptación de aquello que somos y de la manera como actuamos. La ira, aquí, la entenderíamos como la fuerza de voluntad necesaria para contener toda aquel impuso que nos lleva a actuar socialmente de manera disfuncional.

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