Ulises comienza su viaje de vuelta a Ítaca

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La última selfie que envió Ulises a Penélope, posando con sus soldados. Fuente: thinglink.com

Ubicación: Edad Antigua / Guerra de Troya / Odisea

Es el tercer día tras la toma de Troya por parte de los griegos y el cielo aún no se puede ver con claridad a causa de la negra humareda que ha quedado después de que se haya quemado toda la ciudad.

Aquiles murió en el campo de batalla a manos de Paris, el raptor de Helena. Agamenon se encuentra campando a sus anchas en su nueva propiedad, el palacio del difunto rey Príamo. La mayor parte de los griegos están saqueando la ciudad y no tienen la intención de irse pronto, sin embargo, el rey de Ítaca, Ulises, está preparando un pequeño barco para comenzar su vuelta a casa. Le acompañan sus hombres, que se encuentran transportando el botín de las arcas griegas a los habitáculos del navío.

“Hace buen tiempo así que yo creo que en tres cuatro días estaremos en Ítaca”, dice Ulises con una sonrisa mientras amarra las cuerdas al barco. El rey está impaciente por volver a su hogar y reunirse con su esposa, Penélope, pero sobre todo, con su hijo Telémaco, al que dejó siendo un recién nacido. “Me he perdido su infancia, pero me anima la idea de que voy a estar presente en su adolescencia”, es lo que dice a todos los que le preguntan por su primogénito. También afirma que se ha afeitado y depilado en plenitud para impresionar a Penélope cuando se reúnan.

Algunos soldados de otros territorios de Grecia se acercan a ayudar con los preparativos y a despedirse. Muchos de ellos admiran a Ulises por su gran sabiduría, pero hay unos pocos que piensan que es pura suerte. Según Lisandro, un soldado de Micenas, “los dioses le quieren mucho, sobre todo Poseidón, que parece que le ha dejado vía libre para viajar porque el mar está muy tranquilito hoy”.

El barco de Ulises está prácticamente listo para partir pero pronto se ve en el horizonte a Agamenon, que no podía dejar que su amigo se fuera sin despedirse. Camina con paso lento y zigzagueante, debido probablemente a la gran cantidad de vino que ha consumido en los últimos tres días. Ulises le recibe con un abrazo y se apartan de los demás para conversar. “Voy a echarte mucho de menos, que lo sepas… Me harán falta tus consejos ahora que me toca gobernar a los bárbaros troyanos”, comenta apenado Agamenon, “ojalá poder encerrar a cada uno de los que ha sobrevivido en un caballo de madera”. Esto que en un principio se formuló en forma de broma, a medida que pasa el tiempo parece convencer al miceno y asegura que lo llevará a cabo antes de volver a Grecia. Ulises, por su parte, le pide que le haga una visita cuando regrese a la península, sea cuando sea, ya que es consciente de que Agamenon podría volver mucho más tarde que él.

Finalizan las despedidas y los hombres de Ulises se suben al barco. Él es el último en abandonar la arena, sin embargo, se sube con decisión y optimismo, deseoso de llegar cuanto antes a su reino natal, tras 10 años de penurias en el campo de batalla. Con la mano derecha se despide de sus antiguos compañeros de combate y en la izquierda lleva un pequeño souvenir de un caballo de madera conmemorando la guerra, el cual regalará a Penélope.

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Lo que ocurrió realmente: 

Ulises es un personaje de la mitología griega, retomado por los romanos con el nombre de Odiseo. Se trata de un hombre caracterizado por su astucia, y a menudo acompañado por el epíteto «El Prudente”. La mayor parte de las historias sobre Ulises giran entorno a su participación en la Guerra de Troya y a su largo viaje de regreso a su reino, la isla de Ítaca.

Las historias sobre Ulises son incontables y, como suele ocurrir con la mitología, a menudo contradictorias. Para algunos autores como Virgilio (libro segundo de La Eneida), es el arquitecto del caballo de Troya, el que permitió a los griegos saquear la ciudad y poner fin al conflicto. Para otros simplemente se encontraba entre los soldados que se escondían en su interior.

En cualquier caso, una vez terminada la guerra comenzará su viaje de vuelta a casa, y todos los que lo describen coinciden en que se trató de un viaje accidentado. Para muchos, es un viaje que no tiene final o cuyo final está envuelto en el misterio. A veces debe prolongarse hasta ofrecer una reparación casi imposible por una afrenta cometida contra Poseidón, el dios del mar, que solo entonces le permitirá regresar a casa y descansar finalmente.

El poeta Dante Alighieri cuenta cómo, tras muchas peripecias, Ulises llega a las Columnas de Hércules en el estrecho de Gibraltar y la curiosidad de saber qué hay al otro lado del océano es más fuerte que la nostalgia por su hogar. Decide embarcarse junto con sus compañeros rumbo al oeste, para finalmente naufragar justo cundo logra avistar una línea de tierra en el horizonte, que resultará ser el monte del Purgatorio (Dante escribía antes del descubrimiento de América).

Sin embargo, la obra más importante que nos ha llegado sobre el regreso de Ulises a Ítaca es la Odisea de Homero. La obra está estructurada en 24 partes: Las cuatro primeras cuentan los viajes del hijo de Ulises, Telémaco, que preocupado por la larga ausencia de su padre recorre Grecia buscando noticias suyas.

De la parte cuarta a la decimotercera habla de las aventuras y los peligros a los que Ulises se enfrenta en su viaje de regreso, entre los que cabe destacar huir del gigante Polifemo, hijo de Poseidón, cegándolo en su único ojo, conseguir escapar también de la isla de la maga Circe, que convertía a los hombres en animales y pasar 7 años prisionero de la ninfa Calipso, que se había enamorado de él, hasta que Hermes, el mensajero de los dioses, la convence para que le deje ir. En total el viaje hasta alcanzar Ítaca de nuevo le llevará diez años.

Las ultimas once partes de la Odisea cuentan cómo llega a Ítaca, se reúne con su fiel esposa Penélope, desafía a todos los pretendientes que la habían asediado durante los veinte años de su ausencia (diez de viaje y diez de guerra en Troya) y recupera el control de su reino.

Luiza VIII la Arrogante

 

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