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De Víctor a 'Platero' y 'Chula': La historia de amor mas divertida y sentida con los burros en Santiago de la Puebla que acaba en una explotación para recuperarlos
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COMARCA DE PEÑARANDA

De Víctor a 'Platero' y 'Chula': La historia de amor mas divertida y sentida con los burros en Santiago de la Puebla que acaba en una explotación para recuperarlos

Actualizado 25/06/2023 00:58
Redacción

Su pasión por estos animales se originaba por una broma a la que hoy es su esposa

Podríamos arrancar esta historia hablando de Platero y Chula, los grandes protagonistas de esta historia…pero mas allá de ellos esta Víctor García Onís, quién, a sus 32 años, apuesta en firme por el medio rural y ofrecer un futuro para la más que posible recuperación de los burros en nuestros pueblos, algo que, con muy pocos ejemplos como el parecen empezar a hacerse más que imprescindible.

Este joven agricultor y ganadero de Santiago de la Puebla, municipio de la comarca de Peñaranda, comenzaba a escribir su particular “historia” a través de una divertida broma: “La idea surgió por una broma, la verdad. Me dijo la que hoy es mi mujer que, para su cumpleaños, que era en septiembre, me currara un poco el regalo y que fuera más personal, que saliera de mi…poco después me fui de caza a Navacepeda de Tormes y vi a un hombre mayor que estaba arando sus tierras con una burra…le dije de broma que le compraba la burra y mira tú por donde hicimos trato. El día de Nochebuena me fui a por ella por la mañana y se la regalé a mi mujer por Papa Noel. Se la deje a la puerta de casa…no se quien daría más votes si ella al verla o la burra por el cansancio del viaje”.

Pero después del susto inicial han hecho buenas migas a tal punto que hoy son inseparables. “Se han adaptado una a otra y es increíble el cariño mutuo. Mi ahora mujer trabaja en una residencia en Santa Marta y no puede pasar un día de los que viene al pueblo que no la traiga pan y este con ella” relata Víctor, quién además recuerda como “después de esta compramos a un burro joven que llamamos ‘Platero’ con el que tuvo un hijo que vendimos hace algún tiempo”, algo que ya comenzaba a remover la mente de la pareja en su empeño por ir a más en la recuperación de esta especie.

Y es que la pareja de burros que tienen son ‘celebrities’ en Santiago de la Puebla, con cariño y apoyo de todos sus vecinos, algo que va incluso mas allá ya que, tal y como relata Víctor, “la gente que son de Santiago pero viven fuera ya nos han dejado las llaves de sus corrales para que puedan entrar los burros y dejarlo todo limpio…nadie quiere llegar de vacaciones y tener que coger la hoz y así se aseguran que todo está perfecto y bien organizado. Estamos limpiando corrales, jardines y prados del pueblo antes de que llegue el verano y las fiestas… al final despreocupados todos de posibles incendios”.

Una nueva realidad y un cariño por estos animales que ha llevado a Víctor a plantearse la situación y hoy está trabajando en la creación de una explotación de burros para la venta, previsiblemente en un pueblo de la provincia de Ávila, y a lo que se añadirán yeguas. Una idea que, más que buscar posibles titulares, tratará de recuperar razas y animales, ya que, tal y como detalla “más que el ánimo de lucro es mantener razas, ya que el burro macho que tengo es Majorero puro, mientras que ella es una burra de las encartaciones”.

“La administración me lo ha puesto tan difícil que me he tenido que marchar fuera de Santiago e irme a otra provincia para poder crear esta explotación en la que van a vivir los burros a cuerpo de rey, sin faltarles de nada y siempre cuidados, que es lo que yo siempre he hecho y por lo que me he esforzado. Es lamentable la cantidad de trabas y problemas que nos ponen para un fin que creo que es muy bueno” detalla Víctor.

Sea como fuera, Platero y Chula son grandes protagonistas de la vida en Santiago de la Puebla, donde ella, que tiene mayor edad y se encuentra en gestación, descansa cada día en un corral familiar, mientras que Platero lo hace en un prado cercano a la iglesia parroquial, donde cada día no son pocos los vecinos que se acercan a ofrecerle comida en forma de zanahorias, cacahuetes y pan, siempre buscando la caricia y el agradecimiento de un simpático animal que hoy ya es protagonista imprescindible de la vida diaria en la localidad.

“El burro está totalmente en extinción hoy. No creo que tengamos más de diez en toda la comarca…Llegar a un pueblo en el que hay seis y ver el cariño que ofrecen los vecinos a estos animales es una experiencia que te hace valorar y mucho su importancia, que es toda” asegura Víctor.