Los Reparadores anuncian una Semana Santa cargada de miradas "hacia Dios y hacia el hombre"
ALBA DE TORMES | La iglesia de la Anunciación se llenó para escuchar el pregón pronunciado por el sacerdote albense Ángel Alindado
Ángel Alindado, sacerdote albense perteneciente a la Congregación de Sacerdotes del Corazón de Jesús, fue el encargado de abrir la Semana Santa en representación de los Reparadores de Alba de Tormes. La Cofradía de la Vera Cruz eligió este año a la comunidad religiosa para comenzar los actos de una programación cargada de actos religiosos, que respetan una vez más la tradición, sin grandes cambios que afecten al desarrollo normal de las actividades.
50 años de labor educativa y atención pastoral
Alfonso González, también sacerdote dehoniano y natural de Alba de Tormes, presentó al Colegio Seminario San Jerónimo como un lugar donde muchos albenses han crecido, madurado y donde algunos habían descubierto su vocación religiosa. A su vez destacó "el esfuerzo por mantener vivo el Museo de Arqueología del Padre Belda".
De Ángel Alindado destacó sus 18 años como consagrado en la Congregación de Sacerdotes del Corazón de Jesús y su laboren el ámbito de la Pastoral Juvenil y Vocacional y especialmente "por su sensibilidad artística, que se ha traducido en múltiples diseños gráficos, dibujos y carteles, una creatividad que pone al servicio de todos para comunicar el mensaje del Evangelio".
Cinco imágenes procesionales, protagonistas de las miradas
El pregón de Ángel Alindado recorrió algunas de las miradas que año tras año se cruzan con los fieles en la Semana Santa de Alba de Tormes. Alindado se centró en la mirada de San Juan, de la Dolorosa, el Nazareno de las Isabeles, el Cristo de San Jerónimo y la Soledad de Pedro de Mena.
De la mirada de San Juan, destacó "la mirada de un joven, que desafiante, con el entusiasmo propio de la juventud y la ausencia de miedo, quiere afrontar lo que se le ponga por delante". Una imagen para descubrir "la mirada de nuestros jóvenes a quien la dificultad para abrirse paso, en algunos casos, ha apagado el brillo inicial, pero que siguen ahí, desafiando lo torcido de la vida", apuntó Alindado.
De la mirada del discípulo la atención se centró en la Dolorosa, en sus ojos vidriosos "que se vuelven desconcertados hacia el cielo, incapaces de comprender del todo el porqué del dolor de su hijo, la razón de tanto sufrimiento. A estas miradas se unieron la del Nazareno de las Isabeles, que Alindado definió como "aquella mirada que se va deteniendo en todos aquellos que, desde abajo, levantan la vista para encontrarse con Él, cargando la cruz".
Tras el Nazareno, llegó el turno del "Cristo de San Jerónimo" cuya mirada "habla de muerte". "Los ojos del Cristo de San Jerónimo, de la Salud, de los Labradores son los ojos de una mirada que resume toda una vida y una sola palabra: entrega", finalizó Alindado.
La última imagen no puede faltar en las referencias a la Semana Santa albense. Ángel Alindado definió la Soledad "como una imagen enigmática y una mirada que cautiva en Alba". En este momento afloró el recuerdo a la infancia de un niño que se acerca "entre las tinieblas y la oscuridad del Viernes, y la miraba intentado adivinar a dónde apuntaban sus ojos". Ahora, Alindado ve en esos ojos, una mirada que habla de "esperanza".