‘ASNO’, por Antonio Ruiz Naranjo

El Socio de Honor de la Unión de Ganaderos de la Raza Asnal Andaluza (UGRA) escribe el texto que versa sobre este noble animal y sus cualidades

Asno, borrico, burro, garañón, guarán, jumento, onagro, pollino, rocín, rozno, ruche, rucho… Generalmente, cuando una palabra disfruta de tantos sinónimos, es porque lo que define tiene importancia para los que manejamos nuestra lengua. Y, sin duda, el asno ha tenido durante siglos un papel vital en el desarrollo de nuestro país: transportando rebaños ovinos en trashumancia; en movimientos locales; en las labores agrícolas como herramienta fundamental de trabajo en el campo; en la población; transportando cargas (leña, agua, pan, arena, paja…) y haciendo girar las ruedas de los
molinos y norias.

Es penoso que, aún hoy, se sirvan esos que se llaman inteligentes del burro como modelo de necedad, incluso por quienes jamás tuvieron ocasión de observarlo. Así, entre los niños de nuestros pueblos y ciudades y entre los mayores, llamar burro, asno, borrico o jumento -da igual-, a alguien, sigue significando, en un mundo ya casi vacío de burros, llamarle necio, torpe, terco o incapaz.

Único motor animado no humano que no ha dejado de rendir constantes servicios al hombre hasta el extremo de convertir en tarea imposible el esbozo de la historia del hombre sin realizar, al mismo tiempo, la historia del asno. En muchas zonas, ha supuesto durante siglos, incluso durante milenios, casi la única fuente de energía empleada para asistir o suplir el esfuerzo humano.

Excluidos el buey, el mulo y el caballo, el asno ha constituido un auxiliar elemental y básico para los menos poderosos, para los habitantes de campos y aldeas. Porque el buey era caro y el caballo, símbolo del poder y la fuerza que constituyó siempre un símbolo de dominio y prestigio generalmente vetado a los hombres ajenos a los grupos potentados. Instrumento de poder material y espiritual, el caballo desarrolló, en general, su mayor eficacia como elemento de control y predominio, incluso de destrucción de los pocos sobre los muchos.

El mulo, por su parte, híbrido de la hidalguía y del servilismo de sus progenitores, aunque social y económicamente más extendido, resultaba más oneroso de adquirir y de mantener, en tanto se ajustaba menos a las prestaciones que podían exigirle los humildes.

El asno soporta el calor y la sequía mejor que los caballos (no muy usados, generalmente, en la antigüedad, para el trabajo) y mulos. Es mucho más sobrio y económico en su alimentación, más austero,  paciente y sufrido, más dócil, manso y obediente, más humilde, laborioso e inalterable, más resistente a la enfermedad, más longevo, sin necesidad de herrajes, ni albardas ni cinchas ni aparejos (aunque los agradezca). Es ideal para transitar por caminos difíciles con zonas escarpadas y de mala conservación del pavimento gracias a su fuerza y, aunque no lo parezca, agilidad. La leche de burra tiene propiedades medicinales, actuando como factor de protección del envejecimiento celular (gracias al retinol), lo que algunas industrias quieren aprovechar con el desarrollo de cosméticos elaborados a partir de los componentes de esta materia prima. Otra característica muy favorable de este alimento
es la compatibilidad con la leche humana, ya que es muy rica en nutrientes, como proteínas y vitaminas.

Superior a otros équidos, también, en energía, poder nervioso, tenacidad en el trabajo, temperamento y
resistencia a la fatiga y, sin duda, dotado de mayor inteligencia.

Inteligencia que tiende a hacer su adiestramiento más complejo que el del caballo o el mulo. En relación con ellos, las fases de su proceso de aprendizaje son más rápidas, por lo que las excesivas repeticiones lo aburren y frustran, dificultando la tarea a manos inexpertas, que, naturalmente, culpan al animal de sus fracasos. Quizás por ello se haya preferido siempre el uso de las hembras, menos esquivas y rebeldes, más dóciles, manteniendo el número de machos imprescindible para las tareas de reproducción (de asnos y de mulos).

Los asnos están en extinción porque han dejado de utilizarse para los trabajos agrícolas y a la gente no le
compensa o no le sale rentable dedicarse a su cría. Actualmente su relación en la convivencia con los seres humanos está en un proceso de conversión, como tantas otras cosas en los tiempos que corren, e incluso estos cambios pueden ser una de las claves para evitar su extinción. Hoy estos animales se están utilizando en el transporte de personas mayores en desplazamientos locales, en el transporte con rebaños de ovino o vacuno y en las labores agrícolas sencillas. Hay criadores que los utilizan para paseos turístico-ecológicos y en terapias para personas con discapacidad física o mental.

Debemos proteger los que quedan; subvencionar su producción; adquirir ejemplares y crías con calidad, para volver a disfrutar a diario viendo pasar a este bello animal.

Termino con el Premio Nobel moguereño, que escribía:

«Leo en un diccionario: ASNOGRAFÍA, s.f.: Se dice, irónicamente, por descripción del asno. ¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres! Irónicamente… ¿Por qué? ¿Ni una descripción seria mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran decirle hombre! Irónicamente… De ti, tan intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de la mariposa, del sol y del perro, de la flor y de la luna, paciente y reflexivo, melancólico y amable, Marco Aurelio de los prados…

Platero, que sin duda comprende, me mira fijamente con sus ojazos lucientes, de una blanda dureza, en los que el sol brilla, pequeñito y chispeante en un breve y convexo firmamento verdinegro. ¡Ay! ¡Si su peluda cabezota idílica supiera que yo le hago justicia, que yo soy mejor que esos hombres que escriben diccionarios, casi tan bueno como él!

 Y he puesto al margen del libro: ASNOGRAFÍA, sentido figurado: Se debe decir, con ironía, ¡claro está!, por descripción del hombre imbécil que escribe diccionarios».

Sobre la UNIÓN DE GANADEROS DE LA RAZA ASNAL ANDALUZA (UGRA):  Esta Asociación nació el 23 de octubre de 2001, a las 12 horas del día, en la Finca la Turquilla de Yeguada Militar, donde se reunieron un total de quince personas entre ganaderos y simpatizantes de la raza Asnal Andaluza. Ya metida en los dieciséis años luchando a favor del asno y conociendo los resultados.

Vuestro trabajo ensalzo, vuestra suma paciencia y vuestro asnal talento. Mi enhorabuena, reconocimiento eterno merecéis de todos aquellos que a fondo conocemos el favor que estáis haciendo al asno y a los hombres.

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