El ahuauhtli. Ni más ni menos que el caviar mexicano

Abril 4, 2020.- En la actualidad muchos grupos étnicos todavía siguen consumiendo algunos insectos, ya que estos forman parte de su dieta regular

Por Esteban Gómez Belmont*| Nosotros, Núm. 30 | Agosto de 2000

La alimentación del hombre, desde que este existe, ha marcado su significado no sólo en el aspecto físico y mental del individuo, sino que también el anímico. Dentro de la historia de la alimentación los antiguos mexicanos ya tenían el concepto de que una persona bien alimentada resistía un poco más a las enfermedades, e incluso se sabe que por medio de los códices ya los mexicas o aztecas alimentaban a sus enemigos para que estos no pelearan tan desnutridos y poder vencerlos.

Esta táctica nos da la idea del profundo conocimiento que tenían sobre la alimentación para poder nutrirse.

Para cuando arribaron a la Nueva España los conquistadores, estos vieron cómo vivían las comunidades indígenas, ya que se sorprendieron al no encontrar ningún animal de tipo doméstico.

Al no encontrar tales animales en el territorio de Mesoamérica, les llevó a concluir que la alimentación de los naturales o indios se basaba sólo en plantas (vegetales) con pequeñas raciones de carne, la cual complementaban con pequeños insectos.

El proceso de la alimentación de los antiguos mexicanos ha presentado diferentes matices, ya que varios autores han reportado que era rica y variada; pero antes de que se iniciara la conquista de la ciudad más importante de Mesoamérica, México-Tenochtitlan, por parte de los colonizadores, se decía que la desnutrición de los naturales era muy raquítica. Tal afirmación poco después fue desechada, ya así lo describe en su obra monumental el fraile de la orden de San Francisco de Asís, fray Bernardino de Sahagún, titulada Historia general de las cosas de Nueva España (Libro undécimo. «De las propiedades de los animales»… Capítulo III. «De los animales del agua –párrafo 5–. De los renacuajos y otras sabandijas del agua que comen estos naturales», párrafo 29). También tal afirmación fue desechada apenas hace 50 años, ya que se creía que las culturas que habitaron en Mesoamérica eran «anémicas» por naturaleza y con graves deficiencias proteínicas1.

La situación ecológica del Valle de México desde la época prehispánica ha variado hasta la fecha, tanto por causas naturales como por la acción depredadora del hombre, pero también los recursos naturales han sufrido modificaciones en algunos casos; como es el caso de los insectos que nos ocupa, y que estos han logrado adaptarse a las condiciones ecológicas tan adversas que sufre nuestro planeta.

También algunos autores se han referido a la alimentación de las culturas que habitaron el Valle de México, que solamente hacían acopio de los animales superiores sin tomar en cuenta el papel tan importante que en el aspecto nutricional tuvieron otros grupos de animales tales como los insectos.

La dieta de los antiguos mexicanos, en un principio los insectos eran su alimento por su valor nutricional, sus creencias, mitos, así como dónde, cuándo y por qué se les consumía, sería con base en su presencia o abundancia relativa2. Pero si en la actualidad muchos grupos étnicos todavía siguen consumiendo algunos insectos, ya que estos forman parte de su dieta regular.

Dentro de esta alimentación. Con base de animales no convencionales tales como los insectos, las ranas, los renacuajos, las serpientes y las iguanas, entre otros, recibe el nombre de zoofagia.

Entre los insectos típicos que habitan el Valle de México y que son utilizados como alimento, data desde la época del México prehispánico, y que son unos hemípteros acuáticos llamados axayacatl oaxaxaycatl, los cuales depositan sobre los tulares y aguas de los lagos y lagunas enormes, cantidades de huevecillos que reciben por nombre ahuauhtli3.

Descripción

Sus nombres científicos son Krizousacorixa azteca Jaczewski; Krizoisacorixa femorata G; Corisella mercenaria S; Corisella edulis J; Corisella texcocana Jaczewski y Notonecta unifasciata Guerin, y sus nombres comunes son: mosco, mosca lacustre, chinche acuática, axayacatl o axxayacatl, y su nombre en náhuatl es: atl, agua, y xayacatl, cara, rostro; lo que es igual a: cara o rostro del agua. Pertenece a las familias Corixidae (Corixidos) y Notonectidae (Notonéctidos).

Es un insecto que mide aproximadamente un centímetro de largo, su forma es aovada (dícese de los que tienen figura de huevo), linear, su cabeza es gruesa la cual se encuentra inclinada hacia el pecho, tiene la frente algo hundida, los ojos son grandes y compuestos y de color más o menos castaños. También posee seis patas o miembros para poder trasladarse de un lugar a otro, y sea en tierra o en el agua.

Las dos patas anteriores son cortas y gruesas que están compuestas de dos tarsos, de los que el segundo termina dilatándose en forma algo cóncava o acucharada, y está rodeado este órgano por una pestaña de cerditas. Las de en medio son delgadas pero duplo y triple mayores que las primeras casi tres tarsos. El primero es proporcionalmente largo, el segundo la mitad más corto y el tercero mucho más corto, el cual termina en una pinza. Las posteriores y últimas se componen de tres divisiones, la primera está reforzada en su nacimiento y son más gruesas que el primer par y poco menores que el segundo, y que terminan en un verdadero remo algo curvo y ensanchado que acaba en punta, y que se observa en el agua que csi todo está cubierto de mazos o paquetes de pelos largos y sutiles (delgados).

El corselete es pequeño con una mancha negra, las elitras están finamente punteadas o estriadas de color negro, las cuales cubren el abdomen, las alas con de color blanco azulado y el abdomen presenta algunas manchas negras (en relación con la mayor parte de los coleópteros estos tienen arredondeado el contorno del abdomen, mas no sí los hemípteros) los anillos o segmentos de dicho abdomen del axayacatl o axxayacatl no son así, sino que estos están comprimidos y terminan en una especie de margen armado en el borde de una u otra cerdita; la extremidad del abdomen es bífida y que tiene también algunas cerditas, y tiene el ano en el ángulo o seno de bifurcación. Por lo que se refiere a las demás partes del cuerpo, patas, cabeza y resto son de color blanco pálido4.

Esta especie siempre nada o se desplaza bajo el agua, boca abajo, ya que se lanza con un movimiento fuerte, el cual es realizado particularmente con las patas traseras o remos que mueve simultáneamente, y cuando se acaba dicho movimiento este repite la misma faena, pero esta varía un poco en su dirección a cada nuevo golpe o empuje, y sólo se le ve seguir en línea recta, cuando estos nadan o se desplazan hacia el fondo de los lagos o lagunas.

Al ser sacados o extraídos estos pequeños insectos de su hábitat o ecosistema se inquietan y están en continuo movimiento saltando de un lugar a otro. Este movimiento lo realizan con las patas de en medio.

Forma de pescar o cosechar

Estos pequeños insectos depositan sobre los tulares unos huevecillos que llevan por nombres comunes: ahuauhtli, ahuautli, aoauhtli, ahuauhtle, ahuahutle, ahuacle o aguaucle, y su nombre en náhuatl es: atl, agua, y huautli, bledos; bledos de agua.

La manera o modo de cosechar el ahuautli por parte de los naturales o indios era la siguiente: estos colocaban unos haces o trozos de tule (Typha latifolia L.) en los lugares menos profundos, a una distancia de un metro uno de otro, de manera que uno de los extremos deberá de descansar en el fondo, mientras que el otro extremo asomará fuera de la superficie, los cuales han de dejar de tres a cuatro días.

En estos haces de tule la hembra deposita sus huevecillos y dentro de poco tiempo no sólo quedan cubiertos dichos haces, sino que se encuentran formados racimos de dichos huevecillos. Posteriormente son sacados los haces, que se sacuden sobre un manta, pero también estos huevecillos se pueden desprender con la mano, y el producto obtenido recibe el nombre de ahuauhtli.

Don Antonio Peñafiel en el año de 1884 calculó que por cada decímetro cúbico de agua se hayan, o encuentran, unas 200 larvas de ahuauhtli, por lo que en todo el Lago de Tezcoco este investigador da un total de 3,650,000,000,000 de larvas5.

La especie de axayacatl o axxayacatl y ahuauhtli, al igual que otros insectos tales como el chapulín, aneneztli o cucaracha de agua, amóyotl o mosquillas de agua, jumiles o xomillis, son de origen prehispánico.

El ahuauhtli también tiene sus contextos antropológico, etnoentomológico, ceremonial y comercial, los cuales a continuación se describen.

Antropológico

La alimentación de origen animal a base de insectos recibe el nombre de entomofagia, y es un de las evidencias más significativas del hombre que habitó el territorio de Mesoamérica, ya que así lo demuestra el Códice Florentino, libro 11, f. 68v.

Etnoentomológico

Nuestros antepasados ya utilizaban el ahuauhtli como alimento, ya que lo molían o trituraban crudo, para que luego fuera mezclado con huevo, y se le batiera para preparar o hacer unas tortillas que servían para complementar el platillo de revoltijo.

También se hacían tamales, bollos, tortillas, pan y harina, los cuales se comen en diferentes guisados y maneras, y que era muy agradable para los antiguos mexicanos.

Los conquistadores ya consumían el ahuautli en los días de abstinencia6, y también estos le llamaron el «caviar mexicano».

Actualmente todavía se sigue utilizando como alimento por las comunidades que circundan el Lago de Tezcoco, Michoacán y en algunas partes del estado de México y Distrito Federal, el cual se come en tortitas con huevo y el axxayacatl en tamales. Y aunque han sido comercializados su consumo no ha llegado a ser este tan cotidiano en los grandes restaurantes de la capital, tal y como sucede con otras especies de insectos comestibles. Sin embargo, se exportan a Alemania y Gran Bretaña como alimento para peces y aves7.

En Xochimilco se dejó de consumir a mediados de siglo.

Ceremonial

Fray Bernardino de Sahagún cita en su obra que en la corte del rey Moctezuma, y también en la de los reyes aztecas que le precedieron, el ahuauhtli era especialmente preparado durante las ceremonias dedicadas al dios Xiuhtecutli (dios del fuego de los aztecas).

En la actualidad, durante las festividades religiosas, que son Semana Santa y Noche Buena, a esta especie la preparan como tortillas para complementar el platillo de revoltijo, para ser consumido por los comensales de la casa e invitados.

Comercial

En la época prehispánica ya este producto era comercializado para su consumo humano y para los pájaros, peces y aves domesticadas.

Hoy en día en algunas partes de nuestro país todavía esta especie se comercializa para su consumo. ♦

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* Biólogo

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  1. Llamas, R. «La alimentación de los antiguos mexicanos». En Anales del Instituto de Biología, tomo VI, UNAM, pp. 245-258. México, 1935.
  2. Ramos-Elorduy, Julieta y Pino Moreno, José Manuel. Los insectos comestibles en el México antiguo. Estudio etnoentomológico. Ed. AGT Editor. México, 1989.
  3. Soustelle, Jacques. La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, p. 155. Ed. Fondo de Cultura Económica. México, 1970.
  4. Llave, Pablo de la. «El ahuautle. Colección de documentos para la historia natural de México». En La naturaleza. Tomo VII, pp. 74-77. México, 1832.
  5. Peñafiel, Antonio. Memoria sobre las aguas potables de la capital de México. Secretaría de Fomento Económico. México, 1884.
  6. Gibson, Charles. Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810). Ed. Siglo XXI. Colección América Nuestra, Núm. 15, pp. 349-350. México, 1991.
  7. Ramos Elorduy, Julieta y Pino Moreno, José Manuel. Op. Cit., p. 17. México, 1989.

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