El aguado de gallina, un plato emblemático en la gastronomía ecuatoriana, va más allá de ser simplemente una sopa; es una experiencia culinaria arraigada en la tradición y la autenticidad de los sabores locales. Conocido cariñosamente como «levanta muerto», este manjar es apreciado en todo el país por su textura densa y su exquisito perfil de sabores.
La preparación meticulosa del aguado de gallina es un arte que implica paciencia y dedicación. El proceso de cocción prolongada es esencial para lograr la textura perfecta y para permitir que los sabores se fusionen armoniosamente. La elección de la gallina como ingrediente principal añade una capa adicional de complejidad, ya que su carne se ablanda lentamente, absorbiendo los aromas de las hierbas y especias utilizadas en la elaboración de la sopa.
Aunque en entornos urbanos es común encontrar versiones modernas del aguado con pollo, la verdadera magia de esta deliciosa sopa se revela en las áreas rurales y pequeños pueblos, donde las personas crían sus propias gallinas. Aquí, los ingredientes frescos y la conexión directa con la fuente hacen que el aguado de gallina sea una experiencia culinaria incomparable.
Sumergirse en un tazón de aguado de gallina es como dar un paseo por la rica diversidad gastronómica de Ecuador. Cada cucharada revela la historia de las costumbres locales y la pasión por los ingredientes frescos. Esta sopa no solo alimenta el cuerpo, sino que también nutre el alma, siendo un tesoro culinario que representa la identidad y la autenticidad de la cocina ecuatoriana.
Aguado de Gallina (8 Porciones)
Para el Caldo:
1 Gallina Criolla
5 Dientes de Ajo
4 Ramas de Apio
2 Ramas de Cebolla Blanca
1 Zanahoria
3 Litros de Agua
Perejil
Cilantro
Hierba buena
Para el Aguado:
5 Cucharadas de Achiote
3 Dientes de Ajo Picado
½ Cebolla Colorada
2 Ramas de Cebolla Blanca
½ Pimiento Verde
½ Taza Arroz Fresco
2 Papas
1 Zanahoria
¼ de Taza de Alverjitas Cocidas
Sal
Pimienta
Comino
Orégano seco
Deja un comentario