2ª edición de la novela «Chirimiri, el nido de los sueños. Crítica de Francisco Marín

La novela Chirimiri, El nido de los sueños, con una segunda edición, comienza en un tono- musical- maestro a través de una descripción de la naturaleza viva que inunda nuestros sentidos. Estos campos están situados alrededor de un pueblo, ¿madrileño?, donde el protagonista se encuentran pasando el verano y fines de semana con su familia y amigos. En este ambiente conocí al autor.

Estas colonias de veraneantes que comenzaron a mediados de los 60-70 sitúa el inicio de la novela. Se suceden periodos anuales con diferentes formas de vida según sea la estación. En el verano Chirimiri vive en un chalet y se relaciona con sus amigos de esta zona. Juegan al fútbol, montan en bicicleta, etc. Se trata de una novela costumbrista y a su vez histórica, cargada de profundas reflexiones. Relata muy bien los cambios de etapas en el personaje central según van pasando los años. Ese inicio de Chirimiri tocando la trompeta supone una rebelión ante su padre cuando ya no quiere seguir haciéndolo de manera académica, pero mantiene su pasión musical creativamente. Un ávido lector se dará cuanta que la redacción del libro es una partitura musical hecha de palabras, frases y párrafos.

Javier Marín

Durante el periodo escolar Chirimiri es influenciado por dos de sus profesores: Moya y don Nicolás Barrero, junto a su compañero de COU, Manuel Fernández más tarde (¿Instituto San Isidro de Madrid? La vida escolar narra aquellos tiempos de los años 70. ¿Su colegio Begoña? Suponen para él estos personajes una gran aportación el conocimiento literario, filosófico y de la propia vida. Los llama en la vida real “profesores míticos”. Ramiro en su novela aporta los momentos de cambio social y político en nuestra sociedad en la etapa de aquellos tiempos al pertenecer a una generación frontera que interviene en el devenir de la Historia llena de historietas: el cambio del modelo educativo a la EGB y BUP, el paso a colegios mixtos, chicas y chicos, la transición a una democracia, los jóvenes han nacido en hospitales mientras que sus padres, abuelos y demás en sus casas. Espero el comienzo de la siguiente década que ojalá siga contándolo de esta manera densa en el segundo tomo, para que nos descubra hechos históricos y urbanísticos que tuvieron lugar, pero que nunca han sido contados. Es imprescindible esta novela para entender nuestro presente.

Cada relato de la novela podemos situarlo en algún instante de nuestra vida. Nos quedamos impregnados de esos instantes, volvemos a recrearnos en el recuerdo. A su vez las innumerables citas nos llevan a autores clásicos de la filosofía y de la literatura.

La llegada a España de los diferentes grupos musicales, las nuevas estéticas y modas, hasta la influencia del Mayo del 68, en un relato donde nos acerca a lo que fue el movimiento estudiantil. Suponen los inicios de fuertes transformaciones sociales. La llegada de nuevos y modernos medios de comunicación con diferentes criterios políticos ha supuesto una aportación más amplia de valorar las formas de vida tan diferente en aquellos años en los que inicia su relato. Es también el nido de una realidad que vivimos muchos años después.

Personajes, situaciones, una tertulia sin nombre, escribir cartas, los viajes en metro cuando las personas cruzaban sus miradas, las diferentes caras de los sentimientos de la infancia a la adolescencia, que describe minuciosamente: desde el enamoramiento al deseo y la pasión, siendo esta increíble novela un paisaje humano que hace que merezca ser leída.

Y que siga navegando en nuevas ediciones y pronto podamos entrar en el segundo tomo, que me comenta el autor y amigo que se va a titular “Chirimiri, la corriente de un río”.

Javier Marín Aráez

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