Alunizar o Aterrizar: esa es la cuestión

Hace tiempo que tengo un debate abierto en Twitter con alguno de sus usuarios sobre la duda hamletiana que se plantea en el título de esta entrada.

Como a Hamlet la duda de qué palabra usar nos corroe

Realmente es una polémica inútil y estéril pero dado mi gusto por la controversia no pierdo la ocasión de revivirla cuando veo que algunos de mis amigos vuelve a posicionarse sobre ese tema. Y diré que vuelven muy a menudo.

Para poneros en contexto echad un ojo a estos tweets de algunos amigos

Igual que hay «con cebollistas» y «sin cebollistas», también existen dos grupos de personas en cuanto al uso de las palabras «alunizar» o «aterrizar» para la acción de posarse en la Luna.

Los defensores del uso de la palabra «aterrizar (en la Luna)» dirán que es la opción correcta por que es la que se emplea en el lenguaje inglés que, hoy por hoy, es el lenguaje de comunicación de la ciencia (aunque realmente el lenguaje de la ciencia es la matemática como ya afirmó en el siglo XVII Galileo Galilei).

No seré yo quien diga que está mal empleada. Yo vengo aquí a aportar datos. Datos objetivos y que cada cuál luego decida cómo utilizar cada una de las dos palabras.

También adelanto que que no soy un experto en el lenguaje, por supuesto. Ni siquiera sé si lo que os voy a contar es Lingüística o Semántica. Realmente no soy experto en nada.

Lo que nos dice la Real Academia

La RAE (Real Academia de la Lengua Española) dice en sus estatutos lo siguiente

La Academia es una institución con personalidad jurídica propia que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico.

Artículo 1 (fragmento). Estatutos de la Real Academia Española

Será constante ocupación de la Academia perfeccionar su diccionario común de consulta general.

Artículo 2 (fragmento). Estatutos de la Real Academia Española

Así que como la Unidad de Vigilancia del Lenguaje de algún programa radiofónico, vigilan, limpian y, a veces, dan esplendor (y últimamente, espectáculo ¡Vive dios!).

Si buscas la palabra alunizar en el diccionario online de la RAE podrás ver lo siguiente

Para mi ya está claro: La RAE reconoce el uso de la palabra «alunizar» en el contexto de «posarse en la Luna».

Si me quedara en este argumento reconozco que sería muy pobre esta tesis 🙂

Así que vamos a profundizar.

Hasta la fecha el diccionario de la RAE acumula 23 ediciones (desde la primera de 1780):

Ediciones del Diccionario de la RAE

Sería fantástico disponer de una herramienta online que permitiera consultar todas las ediciones.

Esa herramienta existe parcialmente y puedes acceder a ella aquí. Hasta la fecha se han indexado los diccionarios de los años 2001, 1992, 1925, 1884, 1817 y 1780 (y la actual de 2014 que es la que se consulta normalmente).

Si usamos esa herramienta con la palabra de la polémica obtenemos los siguiente

Tenemos dos entradas adicionales en los diccionarios (1992 y 2001). En las anteriores a 1925 parece lógico que no se recogiera la palabra pues a nadie se le habría ocurrido describir lo de posarse en la Luna (te esperan sorpresas,,,)

No hay herramienta online (o yo no la conozco) que te informe de en qué año o edición se introduce una palabra.

Cabe suponer que la palabra «alunizar» se introdujo en el diccionario en el apogeo del Programa lunar Apolo; o quizás antes pues ya se había logrado posarse en la Luna mediante sondas no tripuladas norteamericanas y soviéticas.

¿Cómo saber cuándo se introdujo la palabra «alunizar» en el diccionario?

Fácil. Consultando los diccionarios físicos. Sólo hay que buscar el libro físico.

Así que, ni corto ni perezoso, me puse a buscar en la red de bibliotecas de la Comunidad de Madrid dónde podría encontrar cada una de las ediciones anteriores.

Y aquí tienes el resultado

Las conclusiones que extraemos son las siguientes:

  • La palabra alunizar se incluye en el diccionario en la vigésima edición (1984): 18 años después del primer alunizaje suave (la sonda soviética Luna 9) ; 15 años después del primer alunizaje tripulado (El módulo lunar Águila del Apolo 11); 12 años después del último alunizaje tripulado (el módulo lunar Challenger del Apolo 17).
  • La primera acepción es la de «Posarse en la superficie de la luna un aparato astronáutico«.
  • En la vigésima primera edición (1992) se modifica la acepción de la palabra: «Posarse una nave espacial o un tripulante de ella, en la superficie de la luna«.
  • En la vigésimo segunda edición (2001) se lo curraron un poco más: «Dicho de una nave espacial o de un tripulante de ella: Posarse en la superficie de la luna«.
  • Y en la vigésima tercera edición (2014 y vigente) es cuando, en mi opinión, estropearon la entrada al incluir la acepción de «Entrar en un establecimiento por el procedimiento del alunizaje para robar en él«.
  • Y además en dicha vigésimo tercera edición se cambia, sutilmente, la acepción principal: «Dicho de una nave espacial o de un tripulante de ella: Posarse en la superficie de la Luna«. Se pasa a escribir con mayúsculas Luna por si no te habías fijado (de haberla dejado en minúsculas bien podríamos haber utilizado alunizar para las sondas automáticas que lleguen y se posen en las lunas de Júpiter).

Los plenos de la RAE

Como hemos dicho antes, la RAE recoge el uso que la sociedad hace de las palabras. Incluirla en el año 1984 parece un poco tarde ya que fue durante la década de los años 60 cuando se utilizó hasta la extenuación esa palabra.

Podemos preguntarnos por qué se incluyó en el diccionario y cuándo fue la primera vez que apareció escrita dicha palabra (el cuándo o quién fue el que la pronunció es imposible de saber ya que no es habitual guardar registros sonoros). Pero como dice el bardo: «Lo que queda escrito no se lo lleva el viento».

Os voy a presentar otra herramienta de la RAE que no conocéis.

Es el Fichero General y en ella podemos ver digitalizadas las fichas que los académicos de la era preinformática usaban para anotar datos, definiciones, etc. Y además nos permiten consultar de dónde salían las palabras (evidencias gráficas) y porqué merecían el honor de ser recogidas en el diccionario.

Hay 28 entradas relativas a la palabra alunizar que nos cuenta de dónde salió (imágenes de prensa escrita), notas de los académicos,, etc.

Hago un resumen de esas fichas

Si hemos de buscar un impulsor de la inclusión de la palabra «alunizar» en el diccionario yo apostaría por el lingüista colombiano D. Luis Florez.

Para él el uso del neologismo estaba plenamente justificado.

Aunque la palabra no apareció hasta la vigésima edición del diccionario. Fue aprobada en 1970.

Puedes ver la opinión de cuatro académicos al respecto:

La estéril polémica de la actualidad ya era patente en 1966 según podemos ver en este recorte de prensa de la época.

Los académicos españoles compartieron la postura de sus colegas franceses que habían aprobado los términos «alunir» y «alunisage».

Sólo un ingeniero de Telecomunicaciones, D. Emilio Novoa, estuvo a favor de mantener el vocablo aterrizar. Si hubiera sido un ingeniero aeroespacial quizás podríamos aceptar su opinión 😉

Antes de la RAE

Muy probablemente la primera vez que se usó la palabra “alunizar” en un texto escrito fue el jueves, 24 de Octubre de 1957. En el número 5644 del Diario PUEBLO. Sólo 3 semanas después del lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik 1.

En la página 13 del periódico de ese día se puede ver esto: Se usa la palabra alunizaje (en el pie de foto entre comillas) para el aterrizaje (en el dibujo) en la Luna.

Y en el artículo que acompaña a la imagen, con gran educación, el autor pide disculpas por el neologismo utilizado: “Y les pedimos perdón, pero ahora debemos emplear una nueva palabra, aún no aceptada por las academias: no podemos hablar de “aterrizaje”, sino de “alunizaje”, ¿verdad?”.

No sabemos quién fue el autor de este artículo, o mejor dicho, de la traducción , porque ese texto es una traducción del francés de un artículo aparecido en France Soir y firmado por J.L. Dumontier-Beroulet. Fue primero la Academia francesa la que creo los neologismos galos y después vinieron los neologismos hispanos.

ABC, 19 de Septiembre de 1959

Y a partir de ese momento la palabra fue utilizada por la prensa. En fecha tan temprana como el 24 de Agosto de 1960, El Diario de Burgos escribe que en 1963 se conseguiría enviar un cohete a la Luna y asegurando su vuelta… tras un tranquilo alunizaje.

Se podrá decir que son textos de periódicos y no escrito por técnicos especialistas. Vale…

Pero en el número 279 de la revista española de aeronáutica y Astronáutica (Febrero 1964)  se dice literalmente: “Cuando en 23 de Abril de ese mismo año se lanzó el IV de la serie (sondas RANGER), llevaba el propósito de alunizar suavemente y enviar datos…”

Página 168 del nº 279 de la Revista de Aeronáutica y Astronáutica (Febrero 1964)

Y para cerrar la discusión saco el joker que tenía guardado bajo la manga

ABC, Edición de Sevilla de 19 de Septiembre de 1959. Página 11.

Si Ramón Menéndez Pidal, uno de los filólogos más renombrados de nuestra historia, tiene una opinión formada no seré yo quien le contradiga.

No hay más preguntas, Señoría.

Pero aún hay más

Efectivamente. Esta utilización de la palabra alunizar en plan carrera espacial no debería sorprendernos. Pero encontrarla escrita en fecha tan temprana como el principio del siglo XX ya parece más extraño.

El 1 de Enero de 1917 se estaba representando en Madrid la revista que llevaba por título «El pan nuestro».

En la reseña del periódico ABC de ese día que aparece en la página 13 se puede leer:

La acción es en Madrid, y el panecillo, por lo tanto, está falto de peso; y como es más ligero que el aire, sube y sube con Peña hasta alunizar (véase aterrizar) en el astro de la noche.

Ver imagen de la derecha

Y si esto ya no te convence no puedo aportar más pruebas de que el uso de la palabra alunizar está plenamente justificado para describir el acto de posado sobre la superficie de nuestro satélite natural, la Luna.

¿Qué fue de la influencia francesa?

Como hemos visto previamente, la prensa de la época apuntó a la influencia francesa para justificar la introducción del neologismo «alunizar».

Pero en contra de lo que pudiera pensarse, la influencia no es de «Los Inmortales» de la Academia Francesa sino de la prensa de más allá de los Pirineos.

El 19 de Septiembre de 1959, Le Monde publicaba un artículo en el que se afirmaba que la Academia francesa aceptaba el verbo «alunir» para describir el aterrizaje en nuestro satélite de un ingenio humano. Pero una semana después la noble institución francesa publicó una nota indicando que no había tomado ninguna decisión sobre la utilización del neologismo.

No sé si algún sosias de Pérez Reverte calentó el ambiente pero las crónicas dicen que hubo un comité secreto de la Academia de Ciencias Francesas el 12 de Febrero de 1962 donde se adoptó la sugerencia del Comité consultivo de Lenguaje científico (presidido nada más y nada menos que por M. Louis de Broglie):

Louis de Broglie ha encontrado una nueva dualidad a semejanza de la de onda/corpúsculo aunque decide colapsarla en…

L’Accadémie rejette l’emploi des termes alunir, alunissage por désigner l’action de prendre contact avec le sol lunaire. Les termes atterrir, atterrissage sont suffisants et n’introduisent pas d’ambiguïté. Aterrir désigne l’action de prendre contact avec le sol sans référence à une nature planétaire particulière..

Nota del Comité Consultivo del Lenguaje Científico de la Academia de Ciencias Francesa.
12-Febrero-1962

Para los académicos franceses la palabra «aterrir» hacía referencia a posarse en la tierra (entendida como superficie) y no en la Tierra (entendida como planeta) de ahí el rechazo a la palabra «alunir«. A día de hoy la palabra no aparece en el diccionario académico aunque sí en algunos otros comerciales.

En Francia vemos que la polémica ya hace tiempo que desapareció (con la victoria del bando del «aterrizar»). Pero en España, hoy por hoy, sigue aceptada por el organismo competente en la definición y uso de las palabras.

Así que llegados a este punto voy a hablar de los primeros alunizajes ya que no sólo de lingüística vive el hombre (o la mujer).

Los (diversos) primeros alunizajes

Si preguntas al público no experto cuál fue el primer alunizaje la mayoría dudará; habrá incluso quién diga que no se ha producido jamás y que nunca se ha llegado a posar un ingenio humano en la Luna; algunos quizás recuerden el programa Apolo pero sólo una parte de ellos acertarán la misión que lo logró en primer lugar. De éstos, pocos recordarán el nombre de la nave que lo consiguió o del nombre de los seres humanos que iban en ella.

Pero ese no fue el primer alunizaje.

Muchos años antes del histórico alunizaje del Apolo 11 hubo algunos otros que vengo a recordar.

El primero que iba a ser se pasó de largo

La era espacial comenzó con el vuelo del Sputnik 1 que fue lanzado al espacio el 4 de Octubre de 1957. Menos de dos años después, el 2 de Enero de 1959, la Unión Soviética ya intentó el primer lanzamiento a la Luna.

La nave Луна 1 (3 intentos anteriores habían acabado en chatarra durante los lanzamientos) tenía como objetivo impactar en la Luna. Debido al mal funcionamiento en el sistema de control de Tierra (o a la resaca de los ingenieros en la sala de control en Tierra tras la fiesta de Новый год, Año Nuevo, según se oye por los pasillos de Baikonur), el motor de la etapa superior del cohete se activó más tarde de lo previsto y la sonda falló por 5900 km su objetivo (unos 3 radios lunares).

Como grandes expertos propagandísticos, el error se vendió como un éxito y dado que la sonda quedó en órbita heliocéntrica se informó que se había logrado crear el primer planeta artificial. Fue rebautizada como «Мечта» («Sueño») o como Planeta Artificial 1 (Para mi siempre será el Lunik 1, a semejanza del Sputnik).

Sello conmemorativo de la URSS para la misión Луна 1

El récord de esta sonda fue haber alcanzado lo que se llama la segunda velocidad cósmica (la necesaria para escapar de la influencia gravitatoria de la Tierra). Esa velocidad de de 11,2 km/sg.

Obviamente no hubo alunizaje, así que tras esta pequeña introducción vamos al verdadero primer alunizaje (con litofrenado, o más bien, con rego-litofrenado).

Луна 2, primer alunizaje

Antes de describir esta sonda, sus objetivos y sus logros vamos a «ponernos» en 1959.

Un poco de mecánica orbital

Nunca se había llegado a la Luna, En el anterior intento se falló en la trayectoria de aproximación por 3 radios lunares. Incluso Occidente no creyó que se hubieran acercado a la Luna.

El cálculo de la trayectoria y los tiempos de encendido de los cohetes eran críticos para conseguir acertar en el «disparo».

Sello conmemorativo de la URSS para la misión Луна 2

El lanzamiento de una sonda a la Luna requería un nuevo cohete multietapa (Hasta ese momento los cohetes lanzados habían sido de dos etapas). Se requería además un sistema de control de vuelo muy preciso lo que implicaba tener unos equipos terrestres que pudieran saber en todo momento dónde se encontraba el cohete.

La trayectoria que iba a seguir el cohete debía calcularse con mucha precisión. Esa trayectoria tenía tres fases:

  • La primera parte de la trayectoria era la pura de aceleración durante la cual, con el empuje de la tercera fase del lanzador se adquiría la velocidad necesaria para llegar a la zona de influencia lunar. El empuje del cohete debe suministrar una velocidad ligeramente superior a 11,19 km/s (la segunda velocidad cósmica que permite escapar de la influencia de la gravedad terrestre).
  • En la segunda parte de la trayectoria o de vuelo libre, la sonda, ya liberada del cohete portador, se desplazaba libremente en un movimiento decelerado que contaba a Mr. Isaac Newton como único navegante (La cita es de Jim Lovell y puede escucharse y verse en la película Apolo 13). Al final de esta fase la velocidad de la sonda se ha reducido hasta 2 Km/s.
  • Y, por fin, la tercera y última parte, un movimiento acelerado por la atracción de la propia Luna.

Uno puede pensar que un cohete a la Luna puede ser lanzado en cualquier momento. Efectivamente se puede. Pero sólo si no tienes limitaciones de combustible y dispones de estaciones de seguimiento por todo el mundo. Pero recordad que hablamos de algo que ocurrió en 1959 y la URSS (ni los Estados Unidos) tenían una red de seguimiento alrededor del mundo como en la actualidad. Uno puede pensar que sería conveniente que la sonda esté con cobertura de radio cuando vaya a aterrizar a en la Luna (¡uy, perdón! Quise decir alunizar).

Si os fijáis en los dos sellos que he puesto para ilustrar las trayectorias del Луна 1 y Луна 2 veréis que se muestra la Luna cuando llega la sonda y cuando se lanza el cohete en la Tierra. Efectivamente, la Luna se desplaza en su órbita…

Las simulaciones que se hicieron para el cálculo de la trayectoria de las sondas mostraba que hay momentos del ciclo lunar (su posición en la órbita alrededor de la Tierra) en los que es particularmente ventajoso el lanzamiento.

Geometría del Sistema Tierra-Luna

La geometría del sistema Tierra-Luna no es tan sencilla como uno pudiera imaginar. Fíjate en el esquema superior. Todo está inclinado respecto a todo.

El plano de la órbita de la Luna está inclinado respecto al plano del ecuador terrestre. Eso implica que la declinación de la Luna, es decir, el ángulo compuesto por la dirección del centro de la Tierra a la Luna con el plano del ecuador terrestre cambia a medida que la Luna orbita alrededor de la Tierra.

Los cálculos mostraron que la energía necesaria para llegar a la Luna se minimizaba cuando la Luna se encontraba cerca del punto de declinación mínima. En este caso, durante la primera fase de la trayectoria, el cohete se mueve con el menor ángulo respecto a la superficie terrestre y la disminución de velocidad debido a la atracción gravitatoria terrestre será mínima. Si el lanzamiento se realiza en fechas más allá de la de declinación mínima, al reducirse la energía del cohete se reduce la carga útil y eso no es nada interesante. Esta condición imponía ventanas de lanzamiento de una semana durante cada mes lunar ya que el impacto en la carga útil de la sonda era asumible.

Otra condición imprescindible era que la Luna debía estar por encima del horizonte durante la aproximación de la sonda a la Luna por un hecho tan obvio como el de la necesidad de recibir la señal de la nave. En aquella época no se disponía de una red de espacio profundo ni unos satélites geoestacionarios que pudieran repetir la señal hacia el control de misión.

Para esta condición el momento más favorable es cuando la Luna se encuentra cerca de lo que se denomina culminación superior, es decir, cuando su altitud sobre el horizonte es la más elevada.

Sumando estas dos condiciones los matemáticos soviéticos estimaron que el mejor momento para el lanzamiento era cuando la Luna estuviera por debajo del horizonte (en territorio soviético, claro) cerca del punto de culminación inferior. Eso significaba que el momento del lanzamiento debía ser aproximadamente medio día antes de la culminación superior de la Luna. Es decir, que el vuelo a la Luna debería durar un número entero de días más medio (12 horas, 36 horas, 60 horas, etc.).

12 horas de viaje a la Luna exigía una velocidad de inserción orbital muy elevada (eso era mucho combustible y mucho peso). 60 horas (2 días y medio) exigía una precisión en los parámetros orbitales al final de la etapa de trayectoria libre que estaba fuera de la tecnología de la época.

Así que la elección era obvia: el vuelo debía durar 36 horas (1 día y medio). Con ese tiempo de vuelo era fácil calcular el impulso a suministrar al cohete (es decir, el tiempo que debía estar encendido).

Dado que no había posibilidad de corrección una vez iniciada la segunda etapa de la trayectoria era necesario una precisión muy alta en la velocidad que se suministraba en la primera etapa.

Las simulaciones lo dejaban claro:

  • Un error de 1 m/s, es decir, un 0,01% de la velocidad máxima, se manifestaba como un error de 250 km en el punto de encuentro con la Luna.
  • 10 segundos en el tiempo de ignición eran 200 kilómetros de error a la hora de llegar a la Luna.
  • Una desviación de 1 minuto de grado (1 grado son 60 minutos, y 360 grados son los grados de un círculo) del vector de velocidad con respecto a la óptima también provocaba un error de 200 km en el encuentro con la Luna.

Con todo esto en la mente, tras el intento fallido del Луна 1 y otro que no mereció nombre (cuando un cohete explotaba o el satélite quedaba inutilizado se bautizaban con un nombre genérico Cosmos o a veces ni eso), el 12 de Septiembre de 1959 fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur.

El primer ingenio humano en otro cuerpo celeste

La sonda Луна 2 (al igual que su predecesora Луна 1) era un contenedor esférico que se ubicaba en la parte superior de la última etapa del cohete semyorka, el llamado bloque E (Podéis leer algo más de las novedades de este cohete aquí). La sonda iba protegida por una carcasa o cofia.

Además del equipo de control de vuelo, la carcasa de la etapa final del cohete albergaba:

  • Un instrumento (contador de centelleo) para medir la intensidad de los rayos cósmicos.
  • Un sistema de radio para determinar la trayectoria de vuelo.
  • Dos radiotransmisores.
  • Un dispositivo para la formación de una nube de sodio (para generar un cometa artificial como veremos luego).
Луна 2 sobre la tercera etapa del cohete.

El contenedor (como se ve en la figura) estaba formado por dos hemisferios metálicos de una aleación de aluminio y magnesio. Los dos hemisferios, que estaban unidos herméticamente, tenían sobre su superficie exterior:

  • Varios sensores de equipos científicos:
    • Un magnetómetro de flujo en el brazo extensible central.
    • Contador de centelleo de Iodo-Sodio.
    • 2 contadores de micrometeoritos
    • Detector Cherenkov
    • 4 trampas de iones
    • 6 contadores Geiger
  • Cuatro antenas omnidireccionales que se desplegaban al desprenderse la cofia protectora. En la imagen se ven plegadas sobre el brazo del magnetómetro. Se usaron tres portadoras (183.6, 19993 y 39986 MHz) para transmitir la información de los experimentos.

El interior de la sonda se presurizó con gas a una presión de 1.3 atmósferas y una temperatura de 20° C. Para refrigerar los equipos electrónicos se hizo circular el gas dentro de la sonda mediante una ventilador. De este modo el gas se «llevaba» el calor emitido por los equipos hacia la carcasa exterior que actuaba como una especie de radiador.

Los objetivos científicos de observación eran los siguientes:

  • Medición del campo magnético interplanetario.
  • Medición intensidad de rayos cósmicos más allá del campo magnético terrestre.
  • Medición de fotones de rayos cósmicos.
  • Medición de componentes gaseosos de materia interplanetaria.
  • Medición de la radiación corpuscular del Sol
  • Contador de partículas de meteoritos.

Los datos generados por estos instrumentos eran enviados a Tierra por un transmisor de radio y una unidad de telemetría para el control de la trayectoria y datos de temperatura y presión interiores.

Todo ello alimentado por unas baterías de plata-zinc y de óxido de mercurio.

Dibujo del Луна 2 en su carrito de transporte

El conjunto de la sonda tenía una masa de 390 Kg.

En esa masa hay que incluir unos objetos muy especiales. La sonda llevaba unos banderines o pines con el escudo de la unión soviética y uno especialmente simpático que era una esfera formada por pentágonos que dispersaría sus piezas en el momento del impacto lunar (llevaba una pequeña carga explosiva en su interior).

Las «pelotitas» de Titanio que esparcieron banderines con el escudo soviético en el momento del primer alunizaje (destructivo)

3 días después de lanzamiento del Луна 2 el premier soviético Nikita Kruschov comenzaba su visita a los Estados Unidos. Y llevaba consigo un regalo muy especial para «Ike», Dwight Eisenhower.

El amigo Nikita Kruschov regaló una esfera igual a las transportadas por el Луна 2 al presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower.
Su vicepresidente, Richard Nixon, a la derecha no imaginaba que su nombre iría en las placas de todos los módulos lunares que unos años después alunizarían durante la siguiente década.

El cohete Semyorka fue lanzado el 12 de Septiembre de 1959 a las 06:39:42 UT.

Lanzamiento del cohete Ye-3 N1

Una vez separada de la tercera etapa del cohete, se imprimió un lento movimiento de rotación (1 vuelta cada 14 minutos) para estabilizar la trayectoria (es bueno tener un momento angular para evitar dar vueltas como un trompo).

Trayectoria seguida por la primera nave que alunizó (destructivamente).

Cuando la sonda se encontraba a una distancia de la Tierra de 156.000 km (T0 + 12:03:00) la sonda liberó el dispositivo que contenía 1 kilogramo de sodio. El gas se expandió y generó una nube de unos 640 km de diámetro que pudo verse desde la Tierra sin dificultad. El cometa artificial pudo observarse en la constelación de Acuario (α = 20h, 41m; δ = -7°, 2′). Se obtuvieron imágenes fotográficas del cometa y de su evolución en el observatorio astronómico de Byurakan.

Evolución de la nube de sodio liberada por la sonda Луна 2, fotografiada desde un observatorio astronómico soviético
Animación del viaje de nuestro primer alunizador.

Debido a la incredulidad de los medios occidentales ante el «logro» fallido del Луна 1 esta vez la URSS quería que no quedara la más mínima duda de que la misión era real. Desde luego el secretismo oficial del programa espacial soviético no ayudaba: sólo había medios oficiales a diferencia de los lanzamientos norteamericanos con luz y taquígrafos.

Así que el gobierno ruso mandó un télex (algo así como un telegrama para los que no sepan qué es) al radioastrónomo Bernard Lovell del Observatorio británico de Jodrell Bank de la Universidad de Manchester.

Con la información suministrada en el télex (hora estimada del impacto, portadoras utilizadas por la sonda y la trayectoria seguida) Lovell pudo confirmar el éxito de la misión a «todo el mundo libre».

Télex que recibio Bernard Lovell con los datos necesarios para apuntar el radiotelescopio de Jodrell Bank y confirmar que los soviéticos habían llegado a la Luna.

Os recomiendo ver este vídeo corto de la BBC donde cuenta esta historia o este artículo del propio Bernard Lovell que apareció en la reviste LIFE.

Apuntad esta hora y fecha

21:02:23 UT del 14 de Septiembre de 1959

Primer contacto con otro cuerpo celeste de un ingenio humano.
Primer alunizaje (destructivo)

El segundo alunizaje, también destructivo, se produjo 30 minutos más tarde. Era la tercera fase del cohete (sin combustible ya; tenía una masa de 1511 kg.) que seguía a la sonda en la misma trayectoria. Ambos impactaron a una velocidad de 3 km/s.

El lugar del impacto (30° N, 0° E) se encuentra en las pendientes del cráter Autolycus, al este del Mar de la Serenidad donde años después se produciría el alunizaje del módulo lunar Eagle con Neil Armstrong y Buzz Aldrin.

Gracias a Луна 2 aprendimos que la Luna no tenía un campo magnético significativo (al menos a 55 km de su superficie) y que carecía de anillos de radiación (como los descubiertos unos meses antes alrededor de la Tierra por la sonda americana Explorer 1).

Луна 9, primer alunizaje «suave»

El aterrizaje suave en otro cuerpo celeste (si es la Luna se llama alunizaje) presentaba una serie de problemas de ingeniería tanto en la precisión en el lanzamiento como en la propia sonda que había que resolver.

A esto se añadía la falta de conocimientos sobre las propiedades del suelo lunar. Se desconocía completamente las características físicas y mecánicas del suelo por lo que se tomó la decisión de prepararse para encontrar un suelo compuesto con un amplio espectro de situaciones: desde suelo polvoriento a zonas llenas de rocas.

Añade a esto que la Luna carece de atmósfera que ayude a frenar la nave durante una hipotética reentrada desde una velocidad de unos 3 km/s. Esto exigía la utilización de un motor cohete de retrofrenado que hiciera que al alcanzar la superficie lunar la velocidad de la sonda fuera sólo de unos m/s en el eje vertical y sin velocidad en el plano horizontal.

Portada del Правда (Pravda:»La verdad») anunciando el primer aterrizaje suave en la Luna

Los cálculos y simulaciones indicaron que la solución más óptima era la de corregir los errores de lanzamiento en la trayectoria a la Luna en lugar de incrementar la precisión del lanzamiento (recordad que las primeras sondas a la luna eran como lanzar una piedra: se apuntaba muy bien y se soltaba la sonda…).

Conocida es la pasión de los ingenieros soviéticos de simplificar las soluciones. En lugar de utilizar un sistema de propulsión para las correcciones orbitales y otro para el alunizaje decidieron utilizar un único sistema y así reducir la masa de la sonda (factor crítico en los lanzamientos espaciales).

De nuevo, al igual que con el Луна 2 se eligió una trayectoria orbital de n + ½ días de duración. En este caso fue de días considerablemente más lenta que en el primer caso pero con menos requisitos de precisión en la primera fase ya que se corregiría durante el camino a la Luna. Esa trayectoria llevaría a un alunizaje en la parte occidental del disco lunar visible cerca de la parte iluminada del terminador lunar (zona que separa el día y la noche lunar).

Arquitectura del Луна 9

La sonda Луна 9 estaba formada por tres partes principales:

  • ALS o Estación Lunar Automatizada: la sonda propiamente dicha que iba a alunizar.
  • Sistema de propulsión para las correcciones orbitales y de frenado en el alunizaje.
  • Compartimentos acoplables para equipos de control de vuelo. Estos equipos se desprendían justo antes del encendido de retrofrenado por un motivo obvio: frenar menos masa cuesta menos que frenar más masa.

El sistema de propulsión constaba de un motor cohete de combustible líquido, los depósitos y diversas toberas para estabilización de la sonda. La novedad de este sistema de propulsión era que podía funcionar de dos modos: en modo de empuje constante y de modo pulsante (para el retrofrenado y para las pequeñas maniobras orbitales).

Se incorporó un sistema de orientación con un sistema óptico, sensores de velocidad angular, giróscopos y actuadores que controlaban mediante software unos micromotores de gas comprimido.

Diseño de la estación automática
  1. Antena de banda estrecha del radioaltímetro.
  2. Radioaltímetro.
  3. Instrumentación.
  4. Micromotores del sistema de orientación.
  5. Cilindros de gas.
  6. Compartimiento del sistema de control.
  7. SLA: sonda lunar automática.
  8. Bloque del sistema de astro-orientación.
  9. Tanque esférico de oxidante
  10. Tanque de combustible toroidal.
  11. Motores de control.
  12. Motor cohete líquido.

El peso de todo la estación era de 1583 kg.

SLA: Sonda automática lunar

Para no perder la costumbre, la sonda lunar era un contenedor sellado de forma esférica. Dentro de los dos hemisferios se encontraban los equipos de radio y telemetría y los equipos científicos. En el hemisferio inferior se ubicaban las baterías químicas y las unidades de control térmico; en el hemisferio superior los sistemas de televisión y sensores de radiación cósmica. Era un auténtico sistema de televisión (a diferencia de los sistemas de revelado químico con posterior escaneado antes de la transmisión que fue empleado por sondas anteriores).

Rodeando la esfera había 4 antenas que se desplegaban como pétalos (① en la imagen), 4 antenas omnidireccionales (②), patrones de luminosidad (③), 3 espejos diedros (④) y cámara de televisión (⑤).

SLA: Sonda Lunar Automática
He preferido usar estos esquemas porque son del material que dispongo de la época. Son muy «vintage»

La SLA realiza el viaje lunar con los pétalos y antenas plegadas. En esa configuración tiene la forma de un huevo que cuando cae a la superficie lunar, a diferencia del huevo de Colón, se pone en posición con los pétalos hacia arriba (la razón es simple: la semiesfera opuesta a los pétalos pesa más que la otra debido a que las baterías van alojadas en esa parte).

Una vez detectado que la sonda está en la superficie (hasta donde yo sé era un simple cronómetro y no un detector de reposo), un cierre pirotécnico separa los pétalos de modo que la sonda queda en una posición estable en el suelo como si fuera un nenúfar. Con los pétalos abiertos se desplegan las antenas omnidireccionales y se despliegan los espejos diedros que serán utilizados por la cámara central para tomar imágenes de la superficie lunar.

La cámara de vídeo esta protegida en su parte superior por un material aislante y en las verticales por panel dorado (que luego veríamos utilizado en los módulos lunares del programa Apolo).

La SLA, una vez liberada sobre la superficie, tenía una masa de 100 kg y unas dimensiones de 160 cm de diámetro (con los pétalos abiertos) y una altura de 112 cm con las antenas desplegadas).

Procedimiento de alunizaje

He descrito la arquitectura física de la nave y sus principales elementos. Hora es de detallar el régimen de vuelo que llevo al SLA a ser el primer objeto humano en realizar un aterrizaje suave en otro cuerpo celeste.

En la sección dedicada a la mecánica orbital del Луна 2 vimos que la trayectoria se dividía en 3 etapas. En esta ocasión para el Луна 9 el procedimiento fue bastante distinto:

  1. Puesta en órbita terrestre
  2. TLI: Inyección translunar. La tercera etapa del cohete lanzador entra en funcionamiento para poner en trayectoria hacia la Luna al conjunto.
  3. Vuelo libre con correciones orbitales para garantizar el encuentro con la Luna y la zona de alunizaje.
  4. Frenado y aterrizaje suave de la sonda en la superficie lunar.

El 31 de Enero de 1966 a las 11:41:37 UT despegó desde Baikonur el cohete Molniya-M 8K78M a una órbita terrestre. Sin llegar a completar una órbita la etapa superior del cohete se encendió durante el tiempo necesario para adquirir la velocidad necesaria para llegar a la Luna (segunda velocidad cósmica). Tras el apagado de la última etapa la sonda se separó y prosiguió en solitario su camino a la Luna.

La medición de la trayectoria realizada por el equipo terrestre (gracias a los datos de telemetría enviados por la nave) indicaba que la sonda pasaría a 10000 km del centro de la Luna (dado que el radio lunar es de 1737 km era necesario un ajuste de trayectoria).

El 1 de Febrero se llevó a cabo la maniobra de corrección orbital que modificó la velocidad de la sonda en 71,2 km/s lo necesario para que el alunizaje se produjera en la zona objetivo.

Fases 1 a 3 de la trayectoria del Луна 9

El 3 de Febrero a las 16:28 UTC cuando la sonda se encontraba a unos 8300 km del centro de la Luna, el eje longitudinal de la sonda se alineó con la vertical lunar (con la tobera del motor principal en dirección contraria a la Luna). Para realizar esta maniobra crítica se utilizaron sensores ópticos para alinear la nave con el sol y la Tierra. Esta alineación se mantuvo durante la hora que duró el encendido del motor.

A 75 km de altura sobre la superficie lunar (48 segundos antes del alunizaje) el radioaltímetro dio la orden de expulsar dos de los compartimentos de equipos que ya no eran necesarios. De este modo disminuía la masa de la sonda y se ahorraba combustible en el frenado.

Fase 4 de la trayectoria del Луна 9

Cerca del suelo se inflaron los airbags que protegerían del impacto la SLA. Antes del aterrizaje se desprendió el «balón» con la sonda y tras unos cuántos botes se posó en el suelo lunar en el borde occidental del Océano de las Tormentas (7° 8′ N 64° 37’W).

La sonda rodando como un balón en la superficie lunar hasta detenerse y abrir sus pétalos.

Quizás te suene lo de utilizar airbags para los aterrizajes en otro planeta (Marte). Este método lo emplearon las sondas Mars Pathfinder y la pareja de la Mars Exploration Rover (Spirit y Opportunity). Pero ya ves que un «first» soviético.

18:45:30 UT del 3 de Febrero de 1966

Primer alunizaje (no destructivo)
Sello conmemorativo del primer alunizaje exitoso de la raza humana

4 minutos y 10 segundos tras la estabilización de la sonda se abrieron los pétalos y las antenas de su interior comenzaron a transmitir datos desde la superficie lunar.

Lamentablemente, la escasa iluminación en el momento del alunizaje (el sol se encontraba a 3° sobre el horizonte) hizo que hasta el día siguiente, en el que Sol se encontraba ya a 7°, no se pudieran tomar 3 panorámicas de alta calidad.

Tríptico filatélico del Луна 9

El 6 de Febrero (con el Sol a 42° de altura) se tomaron nuevos panoramas que tardaron 100 minutos en transmitirse a la Tierra. En total se realizaron 7 sesiones de radiocomunicación que duraron más de 8 horas.

Fueron las primeras imágenes tomadas en a superficie de otro cuerpo celeste algo que hoy día ya no nos sorprende pero que en 1966 abrió una nueva fase en la exploración espacial. Después llegarían los americanos… y dejarían la huella en el regolito lunar.

Panorama de la superficie de la Luna con imágenes enviadas por la sonda

Para finalizar os dejo este vídeo soviético del Луна 9 al que, aunque está en ruso, se pueden activar los subtítulos automáticos


Esta entrada está dedicada a mis amigos Jorge Plá, Juan Ángel Vaquerizo y Ángel Gómez que son firmes detractores del uso de la palabra alunizar y su hermana menor, alunizaje. Y a Maricarmen Llave que me ayudó para encontrar los diccionarios.

No sé si les habré convencido pero al menos espero que se hayan sonreído.


Bibliografía

  • Diccionarios de la Real Academia Española y servicios on line de su web.
  • Hemeroteca de prensa española.
  • Revista de aeronáutica y Astronáutica nº 279 (Febrero 1964).
  • Revista Digital Internacional de Lexicología, Lexicografía y Terminología, Nº4 (2021) ISSN: 2618-2882
  • Le Vocabulaire de l’Astronautique. Louis Guilbert. 1967. ISBN: 2-87775-142-2
  • Comunicado de la Agencia TASS sobre el lanzamiento del Луна 2.
  • Información sobre Луна 2.
  • Земля-Космос-Луна. С.Н. Минчин, А.Т. Улубенов. Москва Машиностроение 1972.
  • Эпизоды космонавтики
  • Лунный триумф Королёва


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Físico por formación, astrónomo por devoción, ingeniero por alimentación, poeta por necesidad.

Diletante eterno, efímero polímata

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