Año tras año, todos los 14 de febrero, millones de personas en todo el mundo hacen una demostración de amor a su pareja y a sus seres queridos. Es el día de San Valentín. Una celebración de origen anglosajón que fue ganando adeptos en el mundo entero.

Así es que el día de los enamorados se ha expandido y en muchos lugares se lo conoce como el Día del Amor y la Amistad, para celebrar, de esta manera, todas las formas del amor y no sólo el amor romántico. 

Muchas personas ya se están preparando para esta celebración tan especial. Un día que nos da la oportunidad de expresar de alguna forma el afecto, el amor y el cariño que sentimos por quienes nos rodean. 

Cada cual a su modo y de acuerdo a las circunstancias busca el mejor gesto para indicar que esa persona es especial para uno. Una tarjeta, una flor, un poema, un chocolate, un corazón, son algunas de las formas más elegidas para celebrar esta fecha con los seres queridos.

Puede ser un detalle, un gesto, una palabra, un abrazo, lo que saca a este día del común de los días y lo ilumina con el cariño que se siente hacia los amigos, los compañeros de trabajo y hacia todas las personas que hacen más agradable nuestro día a día. 

Expresar el cariño. Hacer saber al otro que es especial. Hacer saber que su compañía nos importa y nos alegra la vida. Los amigos y compañeros que con su amabilidad y su cercanía nos ayudan a estar mejor. Es ese el sentido de esta celebración. Y es por eso que en muchos lugares se incluye en esta fecha no sólo al amor romántico del enamorado, sino también a la amistad en sus diversos modos. Desde la amistad íntima hasta el compañerismo que mejoran nuestra vida. 

Claro está, también es el día de celebrar el amor en una cita romántica, el amor de los enamorados. Luz de velas, una rica comida especial, una música romántica, algún regalo, una sorpresa, suelen ser los condimentos que aderezan esta fecha.

¿Pero cuál es el origen de este día? ¿Cómo llega a nosotros esta fecha? 
El origen de esta celebración se remonta hacia el siglo III, en Roma. Cuenta la leyenda que San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma hacia el siglo III. En aquel entonces en Roma gobernaba el emperador Claudio II. Este emperador decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras. Y el emperador necesitaba soldados para fortalecer su poder y su ejército. 

El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Así fue como San Valentín decidió celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados desafiando la autoridad del emperador y apostando al amor. El emperador Claudio se enteró de esta desobediencia y ordenó que se  encarcelara a Valentín. Entonces, el oficial

Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y, en nombre del Señor, le devolvió la vista. Este hecho impactó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270.

La joven Julia, agradecida, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos. A finales del siglo V, la Iglesia Católica, tomó las leyendas sobre San Valentín e institucionalizó su conmemoración el 14 de febrero. Fue el Papa Gelasio I quien formalizó el culto al santo, en un intento de cristianizar la antiquísima celebración pagana de las Lupercales, que tenía lugar a mediados de febrero.

Sin embargo, la propia Iglesia desde el principio albergó dudas sobre la veracidad histórica de los hechos de San Valentín, de tal manera que incluso Gelasio I afirmaba que San Valentín era uno de aquellos santos “cuyos nombres son venerados por los hombres, pero cuyos actos solo Dios conoce”, expresando su falta de pruebas históricas sobre este mártir.

La festividad fue eliminada del calendario eclesiástico en 1969, en un intento de la iglesia católica de eliminar del santoral a aquellos santos de origen legendario. De alguna manera, la leyenda de San Valentín, verídica o no, atravesó el tiempo y sigue en nuestros días indicando que existe un día especial para celebrar el amor. Y si leemos la leyenda con atención vemos que también enseña no es posible por la imposición de una ley eliminar el derecho al amor, ya que el amor siempre vence.