Publicação de Milagros Almela

Cada proceso es diferente, cada camino es diferente, cada vida es diferente. Pero en tus manos está que el camino sea de provecho, productivo y feliz. Feliz Miércoles... #fortalezas #autogestión

Este jueves participé en dos actos que resumen bien mi pasión por la abogacía. Por la mañana, en un acto abierto al público por el Día de las Profesiones, tuve la oportunidad de acercar, cara a cara, a las decenas de ciudadanos que acudieron a la madrileña plaza de Colón, por qué la nuestra es la “mejor profesión del mundo”. Porque no hay profesión más noble y bella que aquella que, valiéndose de la palabra, utiliza sus conocimientos para defender los derechos de una persona. La palabra ABOGADO proviene de la latina ADVOCATUS (el llamado para ayudar). Los abogados y abogadas consiguen pacificar un conflicto y devolver la paz y la concordia a la sociedad. Son los que luchan con la palabra para el entendimiento. Porque sin armonía y justicia no es posible el desarrollo. UBI SOCIETAS, UBI IUS (DONDE HAY SOCIEDAD, HAY DERECHO). Y SIN DERECHO, NO HAY SOCIEDAD. Abogar requiere la concurrencia de cuatro premisas. En primer lugar, soñar y creer que otro mundo es posible, que otra solución jurídica puede obtenerse a pesar de los precedentes desfavorables que puedan hallarse… En segundo término, manteniendo el respeto al más poderoso de los contrarios, perder el miedo a enfrentarse a ellos, no sentirse débil frente a cualquier gran empresa o multinacional. Como tercera premisa no dejar de estudiar, un abogado nunca abandona los libros ni el estudio. Y por último, levantarse tras una derrota, sin renunciar a nuestro objetivo.  Yo quiero seguir siendo abogado hasta el fin de mis días, hasta que mis huesos sean capaces de dignificar una toga con inteligencia clara. Estudiar la ley para mejorar el mundo y luchar por la justicia si aquella no se compadece con la norma. Emocionarme por las alegrías de quienes me rodean cuando ven reconocidos sus derechos. Sufrir y llorar con ellos cuando no se ha logrado. Y seguir y seguir luchando hasta conseguirlo. Legar a mis hijos una sociedad más justa, respetuosa y solidaria. Pero, al mismo tiempo, la vida del abogado es dura. El jueves por la tarde, como diputado de la Junta de Gobierno del área de secciones del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid, tuve el honor de presentar la jornada 'La Salud Mental de la Abogacía y su repercusión en el ejercicio profesional'. Nuestra profesión, y el modo en que es ejercida por la mayoría de nosotros, la hace compleja y de riesgo desde la óptica del bienestar mental. Según los datos del Instituto Mental de la Abogacía, en 2019, 7 de cada 10 profesionales afirmaron tener jornadas semanales notablemente superiores a 40 horas y un 13%, de más de 60 horas. Mi compromiso con la Abogacía no es solo con la elevada función social que representa. También con los derechos y con el bienestar de las decenas de miles de colegas de profesión que, en su día a día, comparten la pasión de la defensa de los derechos de sus conciudadanos. #Abogacía #Derecho #Profesiones #SaludMental #ICAM https://lnkd.in/dPThtrcj