Trastorno de personalidad esquizoide

El Trastorno de Personalidad Esquizoide se caracteriza por una tendencia a la indiferencia, a la introversión y al distanciamiento de las relaciones sociales, a la que se acompaña una gama restringida de experiencias emocionales y relacionales. Los demás consideran a la persona con este tipo de trastorno como alguien aislado, solitario y excéntrico, frío o distante, encerrado en sí mismo, soñador, con una afectividad muy limitada, incapaz de expresar emociones como la ira y la hostilidad, con un interés reducido hacia la sexualidad y las relaciones interpersonales. A menudo su capacidad laboral es generalmente mejor que su capacidad para desarrollar y mantener relaciones interpersonales.

A pesar de que la persona con rasgos de personalidad esquizoide pueda parecer indiferente a la aceptación o el rechazo social, hasta el punto de presentar comportamientos excéntricos dirigidos a alejar a los demás, esta aparente indiferencia puede estar más relacionada con el hecho de establecer una distancia aceptable con los demás que con el hecho de ignorar las expectativas y convenciones sociales (Ridenour, 2014). La literatura científica presenta cierto desacuerdo con respecto a la consideración de la personalidad esquizoide desde el punto de vista del conflicto (entre la cercanía y la necesidad de distancia) y desde el punto de vista del déficit (alteración del desarrollo previa al alcance de capacidades de base para las relaciones interpersonales). Ambas perspectivas podrían estar relacionadas con el grado de severidad de los rasgos, siendo las personas evitativas con un mayor nivel de funcionamiento las que presentarían una dificultad más relacionada con el conflicto.


El caso

Julián es un hombre de 45 años, vive solo, es soltero y nunca ha tenido una relación seria. Es informático y trabaja en un gran multinacional haciendo el turno de noche. Prefiere este turno porque así tiene muy poco contacto con los demás. Cuando no está durmiendo, va al gimnasio o pasa mucho tiempo  delante del ordenador jugando a juegos de rol en internet. No tiene amigos y a veces anda sólo por el parque. Julián es hijo único. Cuando nació, su padre murió en un accidente de tráfico y su madre cayó en una fuerte depresión. Desde entonces siempre ha manifestado un marcado aislamiento social, una fuerte incapacidad de relacionarse con  los demás y de sentir cualquier tipo de emoción. Estas características de Julián hacen pensar que puede presentar un Trastorno Esquizoide de Personalidad.


Clasificación DSM V & CIE 10

El Trastorno de Personalidad Esquizoide (DSM V) se caracteriza por un patrón dominante de desapego en las relaciones sociales y poca variedad de expresión de las emociones en contextos interpersonales, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta, está presente en diferentes contextos, y se manifiesta por 4 o más de los hechos siguientes:

  1. No desea ni disfruta las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia.
  2. Casi siempre elige actividades solitarias.
  3. Muestra poco o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona.
  4. Disfruta con pocas o ninguna actividad.
  5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza, a parte de los familiares de primer grado.
  6. Se muestra indiferente a las alabanzas o a las críticas de los demás.
  7. Se muestra emocionalmente frío, con desapego o afectividad plana.

La presencia de estos rasgos no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia, un trastorno bipolar o un trastorno depresivo con características psicóticas, otro trastorno psicótico o un trastorno del espectro del autismo, y no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica.

Según la Clasificacón Internacional de los Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE-10), el Trastorno esquizoide de la personalidad (F60.1) se caracteriza por:

  1. Incapacidad para sentir placer (anhedonia).
  2. Frialdad emocional, despego o embotamiento afectivo.
  3. Incapacidad para expresar sentimientos de simpatía y ternura o de ira hacia a los demás.
  4. Respuesta pobre a los elogios o a las críticas.
  5. Poco interés por las relaciones sexuales con otras personas (teniendo en cuenta la edad).
  6. Actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva.
  7. Marcada preferencia por devaneos fantásticos, por actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva y de introspección.
  8. Ausencia de relaciones personales íntimas y de mutua confianza, las que se limitan a una sola persona o el deseo de poder tenerlas.
  9. Marcada dificultad para reconocer y cumplir las normas sociales, lo que da lugar a un comportamiento excéntrico.

Se excluyen: Esquizofrenia (F20.-). Trastorno esquizotípico (F21). Síndrome de Asperger (F84.5). Trastorno de ideas delirantes (F22.0). Trastorno esquizoide de la infancia (F84.5).

Trastorno de personalidad esquizoide

El continuum Trastorno de Personalidad Esquizoide – Trastorno de Personalidad Esquizotípico – Esquizofrenia (Gabbard, 2002)

Aunque son entidades separadas, el trastorno de personalidad esquizoide y esquizotípico constituyen un continuum entre sí y respecto de la esquizofrenia (que representaría el extremo sintomatológico en cuanto a gravedad, aislamiento social y conductas bizarras). La distinción entre trastorno esquizoide y esquizotípico está apoyada en gran parte por estudios genéticos (Kendler et al, 1981), en los que se observa la existencia de un tipo de esquizofrenia con un examen de la realidad más o menos preservado, dificultades en las relaciones y trastornos leves del pensamiento (un estilo de pensamiento más bizarro es más típico del Trastorno de Personalidad Esquizotípico y, en su extremo, de la Esquizofrenia).

De esta manera los trastornos de personalidad Esquizoide y Esquizotípico se colocan a lo largo de un continuum ya que en ambos se manifiestan signos de distanciamiento social e inhibición emocional.

Bajo el constructo “esquizoide-esquizotípico” Westen et al. (2012) identificaron empiricamente a un grupo de pacientes caracterizados por empobrecimiento generalizado y peculiaridades en las relaciones interpersonales, la experiencia emocional y los procesos de pensamiento. Las personas con personalidad evitativa pueden ser percibidas como solitarias y se sienten más cómodas consigo mismas que con los demás pero, al mismo tiempo, pueden experimentar un profundo deseo de cercanía y elaborar fantasías acerca de la intimidad emocional (Shedler & Westen, 2004; Doidge, 2001; Guntrip, 1969; Seinfeild, 1991). Por otra parte, pueden ser especialmente conscientes de aspectos de su mundo interno que suelen ser inconscientes para personas con otro tipo de personalidades y, por ello, pueden experimentar perplejidad cuando se dan cuenta de que los demás no son conscientes de aspectos que para la persona esquizoide parecen obvios (Ligiardi & McWilliams, 2017).

Mientras el Trastorno Esquizoide de Personalidad se caracteriza más por el aislamiento y la escasa expresión emocional, el paciente con Trastorno Esquizotípico de Personalidad presenta también ideas bizarras, creencias raras y experiencias perceptivas inhabituales.

Los pacientes esquizoides exhiben menos excentricidades en el comportamiento y en la comunicación en comparación con el paciente esquizotípico que, a su vez, puede presentar síntomas más atenuados (más próximos al trastorno esquizoide) o más exagerados (más próximos, en el otro extremo, a la esquizofrenia).

Las personas con Trastorno Esquizoide o Esquizotípico viven al margen de la sociedad, llevan una vida aislada y, a menudo, se etiquetan como “raros”, “tocados”, “inadaptados”.

Trastorno de personalidad esquizoide

El mundo interno del paciente esquizoide puede diferir significativamente de la apariencia exterior del individuo. Según Akhtar (1987, en Gabbard, 2002) “el individuo esquizoide parece distanciado, autosuficiente, distraído, asexual y radicalmente moral, mientras que en secreto es extremadamente sensible, emocionalmente necesitado, muy atento, creativo, a menudo perverso y corrompible“. Estas dos polaridades serían la expresión de una escisión del Yo en diferentes representaciones no integradas de sí mismo. Debido a esta falta de integración del Yo, el paciente esquizoide no sabe con certeza quién es (difusión de la identidad), y se siente atormentado por pensamientos, sentimientos, deseos e impulsos extremadamente opuestos.

El estilo esquizoide surgiría de relaciones precoces inadecuadas con las figuras parentales (fallo primario de maduración, Epstein 1979) y seguiría, durante la vida, con la tendencia a evocar reacciones similares a las que caracterizan dichas relaciones, dando lugar a fallos madurativos secundarios (Gabbard, 2002).

Trastorno de Personalidad Evitativo y Esquizoide: neurosis del carácter y organización

El Trastorno de Personalidad por evitación caracteriza a una persona con un tipo de aislamiento social distinto al del paciente con Trastorno de Personalidad Esquizoide. Mientras el paciente esquizoide no quiere y no disfruta con las relaciones sociales, el paciente evitativo desea tener relaciones cercanas aunque éstas le asustan. Su deseo de relación no se manifiesta debido a su forma de presentarse como tímido y evitativo. Reich y Noyes (1986) han sugerido que la personalidad esquizoide podría ser en realidad una variante del trastorno de la personalidad por evitación. Desde esta perspectiva, el miedo a la humillación, al rechazo, así como el sentimiento de vergüenza caracterizarían una organización de personalidad más madura en el trastorno evitativo (neurosis del carácter) en comparación con el trastorno esquizoide, con una organización más primitiva (Akhtar 1986; Kernberg 1975; Meissner, 1988).

Referencias

  • Akhtar, S. (1986). Differentiating schizoid and avoidant personality disorders. American Journal of Psychiatry143(8), 1061-a.
  • American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5th edition, DSM-5. American Psychiatric Publishing.
  • Doidge, N. (2001). Diagnosing The English Patient: Schizoid fantasies of being skinless and being buried alive. Journal of the American Psychoanalytic Association, 49, 279-309.
  • Epstein, S. (1979). The stability of behavior: I. On predicting most of the people much of the time. Journal of personality and social psychology37(7), 1097.
  • Gabbard, G. O., & Horigian, V. (2002). Psiquiatría psicodinámica en la práctica clínica (pp. 222-6). Médica Panamericana.
  • Guntrip, H. (1969). Schizoid phenomena, object relations and the self. New York: International University Press.
  • Kendler, K. S., Gruenberg, A. M., & Strauss, J. S. (1981). An independent analysis of the Copenhagen sample of the Danish Adoption Study of Schizophrenia: II. The relationship between schizotypal personality disorder and schizophrenia. Archives of General Psychiatry38(9), 982-984.
  • Kernberg, O. (1975). The treatment of the narcissistic personality. Borderline conditions and pathological narcissism, 227-262.
  • Lingiardi, V., McWilliams, N.(2017). The Psychodynamic Diagnostic Manual Version 2 (PDM-2). The Guilford Press.
  • Meissner, W. W. (1990). The Search for the Real Self Unmasking the Personality Disorders of Our Age by James F. Masterson New York: The Free Press, 1988. Psychoanalytic Books1(4), 495-497.
  • Reich, J., Noyes, R., Coryell, W., & O’Gorman, T. W. (1986). The effect of state anxiety on personality measurement. American Journal of Psychiatry143(6), 760-763.
  • Ridenour, J.M. (2014). Psychodinamic model and treatment of schizotypal personality disorders. Psychological Assessment, 13, 577-591.
  • Seinfield, J. (1991). The empty core: An object relations approach to psychotherapy of the schizoid personality. Northvale, NJ: Aronson.
  • Shedler, J. & Westen, D. (2004). Refining personality disorder diagnosis: Integrating science and practice. American Journal of Psychiatry, 161, 1350-1365.
  • Westen, D., Shedler, J., Bradley, B. & DeFife, J.A. (2012). An empirically derived taxonomy for personality diagnosis: Bridging science and practice in conceptualizing personality. American Journal of Psychiatry, 169, 273-284.
  • World Health Organization (1992-1994). International statistical classification of diseases and related health problems tenth revision ICD-10. World Health Organization.