Emprender con marca personal, y crear marca personal emprendiendo

Un caso para análisis

Vladimir Estrada
Personas que Marcan

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Emprender, en cualquiera de las formas y variantes de este proceso, constituye el más importante y práctico, interesante y abarcador, exigente y retador camino al desarrollo que puede iniciar cualquier persona, grupo o comunidad humana. Porque se parte de un punto de inicio más o menos conocido (dependiendo de cómo, cuándo y cuánto este haya sido identificado y diagnosticado), y se avanza hacia lo desconocido, y se precisa aprender a aprender, a desaprender, a reaprender, a emprender, a cambiar y a crecer, en el propio proceso emprendedor.

No existe modelo, sistema, estrategia, plan o herramienta predictiva, que pueda anticipar exactamente (y en el actual cambio de época, ni siquiera aproximadamente) lo que sucederá en el camino de un emprendimiento; de aquí que la real clase de los emprendedores tiene que comenzar a manifestarse desde el mismo momento en que toman la decisión de lanzarse al ruedo. Y esa clase toma la forma de su marca personal.

Marca personal es, básicamente, la huella que dejamos en nuestro entorno a partir de la persona que manifestamos ser en las diversas facetas de nuestra vida y nuestras actividades; una combinación de lo que somos, lo que hacemos, lo que logramos, y el impacto que conseguimos en nuestros diferentes ámbitos de actuación y relación a partir de todo ello. Y es preciso decir que todos tenemos una, o sea, todos somos una marca. Lo que ocurre es que, muchas veces y por diversas razones, esa marca que somos dista mucho de la que querríamos ser.

Y aquí entran, entonces, las decisiones estratégicas de cambio, de replanteo, de rediseño, relanzamiento y reposicionamiento personal que requerimos para hacer coincidir la forma en que deseamos ser conocidos, reconocidos, aceptados, demandados y finalmente contratados, o simplemente, valorados… con nuestra actual situación o status en tales ámbitos. Y en pos de las soluciones transformadoras, se llega a los procesos de branding personal que de modo creciente, y cada vez más profesional, abarcador e impactante, desarrollan los especialistas en esta área (conocidos en idioma inglés como personal branders, función que combina labores de consultores, estrategas, coaches, asesores, entrenadores y gestores de marca personal).

Vistos estos conceptos básicos, resulta evidente que los emprendedores deben manifestar una marca personal muy particular. Un emprendedor es, esencialmente, una “persona que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”, según se nos plantea en la primera acepción del término propuesta por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Y ello abarca todo tipo de acción, de empresa, de iniciativa encaminada a transformar realidades actuales y acercarlas a un estado deseado que resulte cualitativa y/o cuantitativamente superior; ya sea en forma de creación y lanzamiento de una entidad nueva, o de diseño e implementación de una acción o grupo de ellas para transformar totalmente o en parte una entidad ya existente.

Y esto define una característica fundamental de los emprendedores: la visión. Es imposible ser un verdadero emprendedor sin ser visionario; hay que tener esa capacidad de ver más allá del hoy, de visualizar algo posible donde aún eso no existe, de delinear la forma y el contenido de una entidad diferente desde la misma entraña de la que hoy existe y actúa, o desde su propia ausencia. Esa capacidad visionaria hace parte vital de la marca personal de un emprendedor.

Se emprende para mejorar, obviamente; pero siempre existe una posibilidad de fracaso al hacerlo, y la capacidad de tolerar y aceptar el fracaso como un riesgo inherente a su condición, así como la de recuperarse de dicho fracaso, levantarse y lanzarse nuevamente a emprender, son también, entre otras muchas, características que definen la marca personal de un verdadero emprendedor.

Y por otra parte, ya entrando al acto mismo, al proceso de emprender, se trata de actuar. Pasar de la palabra al hecho, de la decisión a la acción, del plan a la práctica, y todo ello en tiempo real, breve, casi inmediato, son otros elementos definitorios de la marca personal emprendedora. Un emprendedor es un ser de acción.

La marca personal emprendedora es muy típica, diferenciada, reconocible y compleja, a partir de estos y otros diversos rasgos; y aunque ellos son compartidos de forma general, siempre hay diferencias entre un emprendedor y otro, derivadas precisamente de las características individuales que definen su marca. Un emprendedor es primero persona, y luego, marca y todo lo demás. Por ello, y por lo que significa el proceso de emprender y sus resultados para toda sociedad, dicha marca requiere y merece alto nivel de gestión y desarrollo.

Se puede identificar y reconocer la marca personal de un emprendedor de muchas y variadas formas, una vez que se ha lanzado; pero si no lo hemos tratado desde mucho antes, resulta mucho más difícil conocer, analizar y evaluar los orígenes y las fuentes nutricias de esa marca personal, para poder implementar y desarrollar los procesos de branding personal que ya he esbozado antes; y hacerlo de un modo tal, que impacten realmente y de forma positiva el desarrollo, posicionamiento, reconocimiento, capitalización y rentabilización de la misma. Por ello es tan importante estudiar sus historias personales, pues en ellas está la base de lo que son hoy.

Y aún más difícil resulta todo ello, cuando se trata de líderes. Porque ya no basta entrar en ellos y trabajar desde ellos; hay que explorar inquisitiva y dedicadamente sus entornos pasados y presentes, para comprender los orígenes, la naturaleza, los procesos, efectos e impactos de su liderazgo, y desde este conocimiento, diagnosticar, caracterizar, proyectar y trabajar por la mejora de su marca personal. La marca personal de los líderes es un tema muy complejo, en el cual podemos aprender, crecer y aportar muchísimo, tanto los asesores, formadores y estrategas de branding personal, como los propios emprendedores y líderes objeto de las intervenciones.

En estas páginas presentaré y analizaré, desde la perspectiva de la historia y acciones definitorias de la marca personal del protagonista (emprendedor y líder), una experiencia reciente de mi vida real como consultor y formador en estos temas.

Presentando y ubicando el caso

Hace algún tiempo (iniciando en 2009 y por casi dos años) desarrollé una larga intervención de consultoría gerencial al grupo de empresas del que es propietario Moisés, un joven emprendedor dominicano, quien había sido mi alumno en un Diplomado en Gestión del Desempeño impartido por una de las varias Universidades para las que he trabajado en República Dominicana, país donde vivo desde 2007.

Esta nación ocupa la parte este de la segunda mayor isla del Mar Caribe; tiene apenas 48 000 kilómetros cuadrados de extensión territorial, y aproximadamente 10 millones de habitantes nativos; y se estima además un millón y medio de inmigrantes, mayormente provenientes del vecino Haití. Es un país culturalmente muy interesante y rico en diferentes recursos naturales; comenzando por su clima, que en tan pequeño territorio expresa prácticamente todos los tipos climáticos conocidos, y ello lo convierte en un atractivo destino turístico.

La capital es Santo Domingo, ciudad/provincia dividida en varios Municipios; el mayor de los cuales, tanto en población como en extensión, es Santo Domingo Este. Aquí radica la sede de la intervención descrita en este trabajo.

Moisés y su grupo de empresas

Al llamarlo joven, me refiero a que cuando le conocí como estudiante él tenía sólo 31 años (yo me acercaba peligrosamente a los 50), y comenzamos a trabajar juntos unos 6 meses más tarde. Habiendo nacido y crecido en un ambiente marginal y bajo índices marcados de pobreza, estudió Licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad más exclusiva, excluyente, elitista y costosa del país, gracias a una beca completa que le fue otorgada por su excelencia académica en todos los niveles educacionales precedentes. Y se graduó en ella con honores, en tiempo récord, con amplia superioridad académica sobre sus compañeros pertenecientes a la élite empresarial y social nacional.

Y cuando digo grupo de empresas, hablo de que cinco años después de graduarse, Moisés había creado, poseía, y personalmente administraba bajo tal concepto (aunque con enfoque de empresa familiar), las siguientes entidades:

  • un Colegio (escuela privada) con matrícula estable de más de 1000 estudiantes por año escolar (y aquí esa es una cifra bien interesante);
  • un Instituto Técnico que imparte gran variedad de acciones formativas, con 4000 matriculados anuales promedio (muy buen volumen también);
  • una purificadora, envasadora y distribuidora de agua potable con niveles de facturación que la convertían en la tercera entre más de 15 en el gran municipio en que operaba (el más grande y poblado del país, con más de un millón y medio de habitantes);
  • dos establecimientos con servicios de papelería, ventas de insumos de oficina, reproducciones e internet (aquí son un negocio floreciente y lucrativo, y así se comportaban en el caso que nos ocupa); y finalmente,
  • un lavadero de autos (son comúnmente conocidos aquí por su nombre en inglés, car-wash, e incluyen otros servicios de valor agregado) con un flujo abundante y creciente de clientes, facturación y beneficios, situado a escasos metros de la principal avenida local.

Entre todas estas empresas, Moisés empleaba a unas 300 personas, en un contexto de altos niveles de desempleo e indicadores económicos muy bajos, y con gran depresión en cuanto a desarrollo personal, comunitario y social.

Resumiendo: una persona que en apenas 5 años, recién egresado de la Universidad, había logrado construir una plataforma productiva y de servicios, temáticamente diversificada, que de varias formas aportaba al crecimiento económico, contribuía al desarrollo humano, aseguraba sustento y dignidad a más de 300 familias, y aportaba a la elevación de la calidad integral de vida en la zona.

UNAS PREGUNTAS PARA TI: ¿Qué nos dice esta introducción sobre la marca personal emprendedora de Moisés? ¿Qué tanto se aproxima a lo que nos dicen los conceptos? ¿Cómo podemos analizarlo y valorarlo hasta aquí?

Cómo creció en los negocios

Su modelo de crecimiento para sus negocios se basó en los siguientes elementos:

  • ampliación y diversificación paulatina,
  • investigación y evaluación del contexto,
  • aprovechamiento de las oportunidades, problemas y retos que iban apareciendo en el entorno,
  • generación de soluciones que agregaran valor con enfoque casuístico,
  • reinversión interna y permanente en el desarrollo integral de sus empresas, y
  • aplicación intuitiva del enfoque sistémico.

Veamos:

Comenzó junto a su hermano mayor -pero liderando él- con una sola aula en un local que rentó en una plaza comercial, para impartir cursos de informática (nada casual: por propia y muy sentida experiencia conocía perfectamente la importancia de la educación y de aportar a ella). Desde esta aula, creció a dos, a cuatro, a diez; desde la informática, a la administración, al mercadeo, a los idiomas, a la contabilidad, a las ventas, a la farmacia, a la reparación de computadoras y teléfonos móviles, al secretariado integral, a las relaciones públicas, etc., etc… El reconocimiento, la notoriedad, la pertinencia, el impacto y la demanda de sus servicios creció exponencialmente en la zona, y en muy poco tiempo (menos de dos años), ya tenía un Instituto Técnico, adecuadamente acreditado por los organismos oficiales.

Del Instituto, nació el Colegio. Observar y analizar las múltiples falencias cognitivas con las que llegaban a sus aulas los jóvenes que buscaban una formación técnica acelerada para poder emplearse o emprender, le dio la idea de aportar a la educación en su municipio desde edades un poco más tempranas; y en menos de un año, reinvirtiendo beneficios del Instituto y obteniendo créditos gracias a la gran confiabilidad ganada, la nueva institución educativa abría sus puertas, abarcando los niveles básico y medio (secundaria y bachillerato). Su crecimiento y posicionamiento, en un contexto competitivo y regulatorio muy complejo, ha sido rápido, fluido e indetenible.

El car-wash llegó a sus manos de un modo diferente, muy interesante. Estaba ubicado en la parte trasera de la plaza comercial que sirve de sede al Colegio, y al no ser parte de este, sus operaciones no se regían por las normas pertinentes a una institución educativa. Y de ahí, ruidos, presencia de personas indeseables (y sus efectos: ebriedad, alboroto, riñas, etc., etc.), venta de sustancias ilegales, entre otros problemas; y todo ello, por supuesto, con pésima influencia para el estudiantado y muy mal impacto sobre el proceso educativo.

¡Pero el car-wash era, visiblemente, un negocio muy lucrativo! Pues Moisés decidió adquirirlo, y como suele decirse, “cazar varios pájaros de un tiro”. Al comprarlo, saneó las operaciones y prácticas del negocio, eliminó los problemas mencionados arriba, creó una nueva fuente de prácticas docentes para los estudiantes del Instituto, implementó un espacio de desarrollo bajo su propia y directa mirada para colaboradores con potencial gerencial, y generó una posibilidad de atención laboral y educativa a las dificultades disciplinarias de algunos jóvenes empleados. Y por supuesto, incorporó al flujo de caja institucional unos importantes ingresos y beneficios que eran muy bienvenidos.

Los otros negocios del Grupo fueron llegando de modo parecido.

El agua potable, por ejemplo, era un gran problema en la comunidad (como lo es de hecho, aunque parezca increíble, en su provincia y en todo el país). Pues Moisés exploró el asunto, decidió que debía hacer algo al respecto, y lo hizo; y gracias al cuidadoso estudio del tema y de la situación, y una muy buena preparación del proceso, obtuvo reconocimiento formal y autorización de apertura por parte de todos los organismos oficiales que regulan este campo, aún sin ser técnico de la materia ni tener la mínima experiencia pertinente. Y también creció y se posicionó muy rápidamente.

Las papelerías, nacieron cuando se percató de que sus estudiantes pasaban mucho trabajo y situaciones indeseables para poder adquirir sus materiales y recursos, reproducir sus trabajos, navegar en la red, etc. Y decidió ubicar dos espacios para ello en zonas igualmente cercanas a las instalaciones docentes y a la zona de residencia de la parte mayoritaria de su matrícula. Y tuvo éxito inmediato, agregando valor y multiplicando ingresos y beneficios.

UNA PREGUNTA PARA TI: ¿Qué podemos ir infiriendo hasta este punto, sobre la marca personal de este emprendedor en el proceso de emprender y crecer? Amigo lector: ¡te invito a analizarlo!

Inicio del cambio: la formación permanente

La amplitud y complejidad creciente de sus actividades, demostraron a Moisés que ya no bastaba con lo aprendido en la licenciatura. Necesitaba más. Y fue tomando otros diversos cursos de educación continuada para desarrollar las nuevas competencias que le requería la dinámica de sus negocios y su propia actividad gerencial. Y en uno de ellos (Diplomado en Gestión del Desempeño), nos encontramos y trabajamos como alumno y profesor.

Era sin dudas un buen estudiante, muy inteligente, analítico y participativo. Y también, crítico respetuoso y cuestionador constructivo de todo o casi todo: los ejemplos, las opiniones, los casos, las presentaciones de sus compañeros, y mis propias exposiciones y presentaciones, a las cuales procuraba siempre “sacarles todo el jugo”, como dicen en mi tierra. Confrontaba in situ las propuestas conceptuales y metodológicas con la realidad de su diario vivir, extrayendo y proponiendo análisis, valoraciones y conclusiones que podían ser o no certeras, pero siempre interesantes.

Nunca olvido que él siempre llegaba un poco tarde a clases, que varias veces debía salir del aula a tomar llamadas telefónicas, y que otras tantas me pidió permiso para irse un poco antes de la hora de cierre (el horario era de 6 a 10 pm, dos veces por semana, durante 4 meses). Aquello me resultaba sorprendente en un joven evidentemente inteligente y dedicado; pero la educación continuada es para adultos responsables de lo que son y lo que hacen, y decidí dejar el caso en sus manos, mientras viera que avanzaba académicamente.

En general, su rendimiento fue positivo. Obtuvo su diploma, nos despedimos, y dejamos de vernos por unos 6 meses.

¡OTRA PREGUNTA PARA TI! ¿ Cómo valoras al Moisés estudiante, y qué nos dice eso sobre su marca personal emprendedora?

Reencuentro

Un día, estando yo en otra actividad, recibí una llamada de un número desconocido, y me sorprendió agradablemente constatar que era Moisés, solicitando verme. Concertamos la cita de inmediato, y en ella, luego de los preliminares de rigor, me agradeció de forma muy sentida la comprensión que yo había demostrado con él durante el Diplomado, y me contó toda la historia del surgimiento y desarrollo de su organización (que he resumido brevemente más arriba), así como su actual status.

En una especie de catarsis, me comentó muchos problemas que enfrentaba y padecía en el diario vivir y laborar para mantener en buen nivel de funcionamiento sus empresas, y cómo todo ello le impactaba a nivel personal. Que no aguantaba más tener que hacerlo todo, atenderlo todo, controlarlo todo, no tener tiempo para él, no poder descansar, no poder estabilizar a plenitud sus relaciones por la falta de tiempo, que si algunos de sus parientes miembros de las directivas no se estaban entregando a fondo y le fallaban, etc., etc. ¡Ahí encontré la clave de muchas cosas que había notado durante el Diplomado!

Finalmente, me pidió que le ayudara a implementar en sus empresas todo lo que había aprendido en mis clases, y todo lo demás que yo considerara que él y su equipo necesitaban aprender para poder transformar su forma de dirigir, mantener y mejorar sus resultados. Porque él tenía muy claro que, en general, iban bastante bien, pero que estaban aún muy lejos de lo que podían lograr. Mas él ya no sabía cómo crecer y mejorar desde el punto en que estaba; sentía que no lo lograría solo, y comenzaba a identificar signos de estancamiento y hasta de retroceso en algunas áreas.

Me gustó mucho su franqueza autoanalítica y autovalorativa en temas tan delicados e íntimos; y obviamente, me agradó y honró mucho su solicitud. Un maestro, por muy ocupado que esté (y yo lo estaba) no puede ignorar jamás el llamado de un alumno suyo, aunque haya concluido la docencia; pero tampoco puede, a fuer de sincero, dejar de sentir algo de legítimo orgullo profesional por una labor formativa bien hecha, si se ha hecho con amor. Y yo acepté, literalmente, sin pensarlo dos veces.

Luego de profundizar un poco más en el análisis de la situación, decidimos iniciar un proceso de consultoría gerencial integral. Y tras la concertación contractual correspondiente, trabajé durante casi dos años con Moisés y con su equipo gerencial y laboral, desarrollando mi intervención bajo un modelo integrador que incluyó, principalmente, acciones de:

  • consultoría
  • asesoría
  • coaching
  • entrenamiento
  • modelación
  • comunicación
  • gestión de eventos
  • producción intelectual

¡DOS PREGUNTAS PARA TI! ¿Se corresponde el enfoque y los planteamientos de Moisés en nuestra entrevista, con las características de una marca personal emprendedora? ¿Y resultan coherentes con lo que hasta ahora conocíamos de él? ¿Qué piensas al respecto?

No explicaré los procesos de la intervención, pues exceden la esencia y el objetivo de este texto. Sólo el modelo general de acción, en 4 pasos, sin detalles de ampliación. Aquí está:

A. Reunión semanal de análisis entre Moisés y yo (generalmente los sábados, y ocasionalmente, algún que otro domingo), con tres momentos básicos: análisis y evaluación de los resultados de la semana en cierre, planeación y organización de la semana siguiente, y una hora de coaching ejecutivo.

B. Desarrollo de las acciones planeadas para la semana, incluyendo interacciones individuales y grupales, entrevistas, observaciones, visitas de control, análisis de procesos, aplicación y validación de modelos de gestión, coaching ejecutivo con los gerentes medios, entrenamientos, etc., etc… entre otras diversas actividades típicas de este tipo de intervención multifuncional.

C. Análisis de resultados parciales y elaboración de informes semanales, y cuando correspondía, mensuales y cuatrimestrales, e intercambio de estos para autopreparación de Moisés y mía, y cuando era de lugar, también con el resto del equipo gerencial.

D. Sesiones colectivas de trabajo con el equipo gerencial, los técnicos y otros participantes seleccionados, según plan de trabajo o de forma eventual cuando procedía.

Una aclaración importante: esta intervención no fue concebida en la línea del branding personal, sino en la del cambio organizacional. Pero resultó inevitable trabajar temas relativos a la marca personal de Moisés, dada la necesidad de diagnosticar y analizar su accionar como líder y el impacto de este, y por supuesto, trabajar su mejoramiento continuo. Pues, como es bien sabido, ¡la marca personal de los líderes incide fuertemente en el rumbo, el desempeño y los resultados de las entidades lideradas por ellos!

Aprendizajes y hallazgos

A continuación describo y analizo algunos hallazgos y resultados interesantes, que contribuyen a identificar y caracterizar la marca personal de este emprendedor, sus procesos de desarrollo y los impactos logrados, todo lo cual resulta pertinente a lo que aquí me ocupa.

¿Cómo llegó Moisés al punto en que arrancó con su primera iniciativa emprendedora?

Su herencia genética, a juzgar por lo manifestado a lo largo de su vida, le aportó ciertas capacidades o talentos, que la vida posteriormente podría (o no) darle oportunidad de aplicar y desarrollar. Pero la semilla estaba sembrada desde la concepción, como lo afirman y prueban muchos estudiosos del tema. Sólo menciono las dos características que Moisés presumiblemente haya heredado, que me resultan más pertinentes al caso; pues obviamente, no lo conozco en otros temas:

  • inteligencia natural
  • talento para los números y áreas relacionadas con ellos

Su procedencia humilde, varias situaciones familiares no precisamente favorables, las carencias materiales de diversa índole padecidas durante su infancia y adolescencia, el ejemplo materno y paterno, los valores cristianos en que fue formado, la pérdida temprana de su padre, la esencia agresiva y retadora de un entorno socialmente poco amigable en el cual la subsistencia era la meta del día, del año y de la vida, contribuyeron a crear un grupo de rasgos que definieron su marca personal de origen:

  • inconforme
  • rebelde con causa
  • líder natural
  • luchador
  • visionario
  • humilde
  • trabajador
  • dedicado
  • estudioso
  • explorador
  • investigador
  • creativo
  • familiar
  • solidario

¿Y cómo llegó al punto en que ambos nos encontramos?

A mi juicio, lo hizo gracias a algunas de sus características personales y profesionales, procedentes de su origen y/o otras de su formación académica y social; y que hacen, todas ellas, parte muy significativa de su marca personal profesional, sea por sí solas o combinadas con otros elementos:

  • líder natural
  • inteligente
  • humilde
  • honesto
  • emprendedor
  • visionario
  • estudioso
  • analítico
  • ambicioso
  • observador
  • autocrítico

La combinación de estas características de su personalidad y de su interacción con el entorno, y el impacto integrado de ellas sobre su percepción, análisis y valoración de la situación, lo condujo a decidir que necesitaba ayuda, a identificar dónde podía encontrarla, y a actuar inmediatamente una vez tomada la decisión.

¡UNA PREGUNTA PARA TI! ¿Qué piensas sobre las características personales y profesionales de Moisés (heredadas, adquiridas o aprendidas), y cómo las relacionas con su marca personal emprendedora y de liderazgo?

¿Cómo se manifestó Moisés a lo largo del trayecto durante la intervención?

Fue, realmente, un verdadero líder, un gran agente de cambio, y un excelente partner de negocios. Lo hizo de modo sumamente productivo, constructivo, desarrollador y orientado a resultados, y he aquí algunos elementos que así lo demuestran:

  • Se esforzó todo el tiempo por aprender e incorporar el nuevo arsenal metodológico que le propuse para gerenciar y transformar sus empresas.
  • Fue un gran escucha; desarrolló la capacidad de captar lo esencial de los planteamientos en el mínimo posible de tiempo, puesto que se trataba de cambiar en tiempo real, y la transformó en una habilidad que le permitió ser mucho más perceptivo, sensitivo y abarcador, tanto como capaz de seleccionar y priorizar lo importante y esencial dentro de un cúmulo de información; e igualmente, a distinguir hechos de opiniones.
  • Efectuó las transformaciones operativas necesarias para crear los tiempos que debían dedicarse a la intervención, tanto en sus horarios personales como en los de sus colaboradores y los de las diferentes empresas.
  • Se involucró y responsabilizó personalmente porque su equipo completo aprendiera las técnicas pertinentes a la responsabilidad de cada quien, y también algunas de las que le correspondiera a él como máximo directivo, pues tenía muy claro que debía dejar de ser o parecer imprescindible, y delegar mucho más en sus colaboradores.
  • Se dedicó en todo sentido a aplicar de inmediato todo lo que resultaba inmediatamente aplicable, y a crear las condiciones para hacerlo en cuanto fuese posible con lo que requería más tiempo o recursos.
  • Se equivocó en varias ocasiones, temas y decisiones, y aprendió a aprovechar los errores como oportunidades de aprendizaje y desarrollo. Promovió y estimuló el mismo espíritu entre sus colaboradores.
  • Definió y aplicó estrategias, planes y acciones concretas para reconocer y premiar de forma ostensible a aquellos colaboradores y empleados que más y mejor aplicaran lo nuevo y lideraran el cambio en sus respectivas áreas.
  • Empoderó y responsabilizó a su equipo con los procesos y resultados que a cada quien correspondían, y estableció la rendición de cuentas periódica y pública como mecanismo de control, interacción y aprendizaje compartido, y por supuesto, de evaluación del desempeño.
  • Celebró pública y privadamente los logros según iban siendo alcanzados.
  • Criticó y cuestionó pública y privadamente, con total franqueza y comenzando por sí mismo, las fallas, inconsistencias, olvidos y toda clase de errores en el proceso. Y al mismo tiempo, estableció mecanismos de intercambio para el aprendizaje colectivo a partir de cada yerro identificado y analizado.
  • No permitió que las relaciones familiares obstaculizaran los procesos profesionales en marcha, tanto los relativos a la intervención en sí misma, como a las derivaciones de ella y sus resultados hacia el desempeño habitual de cada colaborador.

¡UNA PREGUNTA PARA TI! ¿Estas actuaciones te resultan compatibles con la marca personal de un líder emprendedor? ¿Por qué sí, o por qué no?

Y la marca personal de Moisés se manifestó también en otros ámbitos del proceso. Por ejemplo:

Nunca perdió la visión de que aquel cambio, aunque tocaba a todos, era su responsabilidad. Que todas aquellas 300 personas, y sus familias, y las comunidades sobre las que impactaban sus negocios, veían en él a la figura central. Y que debía combinar del mejor modo posible dicho status social y público con mantenerse humilde, fiel a sí mismo, su gente, sus valores y su origen; y nunca permitir ni permitirse (como de hecho no lo hizo) tendencia alguna al endiosamiento, al distanciamiento o a la autocracia.

Manejando con sus manos unos cuantos millones de pesos al año por concepto de ingresos, buena parte de los cuales se traducían en beneficios netos (eso aquí es muy buen dinero), no se permitió cambiar su modus vivendi a nivel de símbolos externos de status y posesión, sabiendo que la inmensa mayoría de sus empleados no podía hacerlo ni podría en mucho tiempo, y que él debía ofrecerles modelos humana y éticamente alcanzables de desarrollo personal.

Siguió viviendo en condiciones normales, en una casa sencilla y sin lujos, vistiendo sus jeans, sus camisas por fuera y sus tenis sin medias, conduciendo el mismo vehículo utilitario, comiendo públicamente en una mesa normal de la cafetería del Colegio y trabajando como mínimo (generalmente más) las mismas horas que sus colaboradores, aunque por su status podía no hacerlo.

Invertía sistemáticamente en el desarrollo de sus empresas, cumplía sus compromisos, ayudaba a mucha gente, se mantenía accesible, sociable y familiar, daba ejemplo de buen comportamiento ético y ciudadano, y todo ello sin dejar de ser joven: bailaba, se divertía, organizaba periódicamente actividades recreativas para sus empleados en las que se involucraba a fondo y compartía a plenitud con ellos, desde la bulla, el piropo, el chiste y la anécdota, hasta el baile y el trago social (obviamente, sin excesos). En una palabra, como se dice popularmente aquí en Dominicana, se comportó siempre como “un tipo bien, una vaina bien”.

Y hablo de cosas que viví personalmente por casi dos años de trabajo compartido, durante los cuales nos hicimos muy buenos amigos, más allá de la relación cliente-consultor.

¿Y la gente?

La aceptación de Moisés en todos (sí, dije todos) los públicos con los que le vi interactuar durante todo el tiempo que compartimos, puede ser evaluada, en promedio, entre 8 y 9, en una escala ascendente de 10. Es de lo más elevado en popularidad que jamás he visto en un líder a cualquier nivel, y he trabajado con muchos, y estudiado o visto actuar y trabajar, de cerca o de lejos, a muchísimos. Era muy querido, muy aceptado, muy esperado siempre, muy demandadas sus intervenciones en todo tipo de situaciones, tanto de índole laboral como personal y hasta familiar de gran parte de los 300 empleados del grupo. Aún fuera para discutir o cuestionar una de sus decisiones.

No fueron pocas las veces que vi entrar a su oficina a madres, padres y otros parientes de algunos de los jóvenes empleados de las empresas del grupo, buscando consejo o apoyo para situaciones de sus deudos. Inclusive, un par de veces, autoridades religiosas locales.

Aquellas personas, simplemente, querían a Moisés. Pero él les trataba con familiaridad, les conocía por sus nombres y apellidos, conocía al dedillo sus temas y problemas; y aún sabiendo que no tenía cómo resolver la mayor parte de tales cosas, tanto ellos como él eran felices simplemente hablando al respecto. Y ellos, especialmente, sabiendo que él les escuchaba gustoso. Y sabían, también, que no le temblaría la mano si debía reprenderlos o sancionarlos, y hasta lo vi despedir a un par de ellos; pero ninguno salió de allí como su enemigo, y fue muy generoso al compensarlos.

¡DOS PREGUNTAS PARA TI!

Si en este punto tuvieras que definir las 5 características más claramente definitorias de la marca personal emprendedora y de liderazgo de Moisés, ¿cuáles serían, a tu juicio?

Escoge otras 5, esas que en tu opinión integrarían tu segunda lista, y compáralas con las primeras 5. ¿Por qué aquellas sí, y estas no?

¡Es muy importante saber priorizar con precisión en el análisis y desarrollo de una marca personal!

¿Y yo?

Puedo y debo (¡y quiero!) decir, que trabajar como consultor, coach, asesor, formador y estratega en el desarrollo de este líder, de su marca, de sus negocios y de su concepto gerencial y de liderazgo organizacional y social, ha sido una de las más ricas y enriquecedoras experiencias de mi carrera, que ya era bien larga cuando inicié este trabajo.

Me aportó mucho a nivel humano y profesional. Me permitió profundizar mi sensibilidad social, y mi comprensión de que en la gerencia, el liderazgo, y especialmente en la marca personal, siempre se trata de personas y de relaciones humanas: todo, absolutamente todo lo demás, es secundario.

Me permitió mejorar el enfoque sistémico en mis intervenciones con multiplicidad de roles, y seguir aprendiendo a cambiar de traje de un momento a otro y de una persona a otra sin dejar de ser yo, y que siguieran conociéndome, reconociéndome y tratándome sencillamente como el profe Vladimir (así suelen llamarme, y amo eso; ser maestro es mi esencia y mi vida) más allá de mis roles diferentes y las obvias variaciones metodológicas de cada uno. Es algo muy difícil, y que aún intento aprender todos los días, con cada nuevo trabajo.

Aunque hace tiempo que no nos vemos con Moisés, aún nos comunicamos, él recibe, responde y comenta los boletines profesionales que suelo emitir como contribución académica e informativa a mis antiguos estudiantes, clientes y otros relacionados, y espero que la vida me permita tener otra oportunidad de acompañarlo profesionalmente. Vale la alegría compartir, aprender, aportar y crecer con marcas así, y sobre todo, con personas así.

¡Y ahora tú, amigo lector!

Amigo lector, luego de haber compartido contigo esta experiencia, te propongo algunas preguntas. Para tu reflexión, para compartir conmigo o con otros, para comentar, para aplicar… ¡para lo que gustes!

I- ¿Cómo caracterizas y valoras la marca personal de este emprendedor:

  • ¿antes de emprender?
  • ¿durante el proceso de crecimiento de sus negocios?
  • ¿durante la intervención que compartimos?

II- ¿Cómo describirías y valorarías la evolución de su marca personal?

III- ¿Qué recomendarías para él y su marca personal, y para sus futuros asesores en branding personal?

IV- ¿Qué consideras que se puede aprender y aplicar de este caso:

  • ¿En el mismo entorno de origen?
  • ¿En tu propio entorno?
  • ¿En otros entornos que conozcas?

V- Y finalmente, ¿qué puedes recomendarme a mí, en cualquier sentido que consideres necesario? ¡Te lo agradeceré mucho!

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Amigo lector:

Muchas gracias por el honor que me dispensas al leerme. Espero haberte aportado algo interesante con este caso, que lo hayas disfrutado y te resulte provechoso. Siéntete en libertad de utilizarlo para tus actividades profesionales, si consideras que puede aportarte valor en ese sentido. ¡Y nos vemos muy pronto en otra entrega de este servidor, o en alguna tuya si te dedicas a ello, o en tus mensajes o comentarios, en las redes sociales que compartimos, o donde desees!

Un abrazo cordial de tu amigo…

Vladimir

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Cubano. Padre. Académico. PhD. Mentor profesional internacional, RGM. Consultor. Comunicador. Miembro fundador de Personal Branding LATAM. Blogger académico.