En un fragmento de la novela que está escribiendo nuestro compañero Luis Marín tuvimos ocasión de leer una palabra que provocó un rico debate en nuestro taller de creación literaria. Se trata del adjetivo abanto.
El fragmento era el siguiente:

Manuel llegó corriendo y no pudo frenar su ímpetu hasta que traspasó la puerta entornada y fue a tropezar con la cama del enfermo, que estaba en la planta baja.
—¡Manolín! —gritó Carmen sin poderlo evitar— eres un abanto, un día te vas a partir la crisma
—¡Madre!
—¿Te has hecho daño? —preguntó mientras seguía con su guiso.
—¡Madre, madre!
—¿Qué pasa, Manolín?
—Es padre.

Varios de los presentes, entre los que me incluyo, no conocíamos la palabra. Nuestra compañera Lourdes Chorro, extremeña, dijo que “abanto” era una palabra muy utilizada en su tierra. Se hacia imprescindible seguir la pista de la palabra por Extremadura, y así he encontrado un diccionario local Raíces de Peraleda que recoge voces de Peraleda de la Mata, Cáceres, que confirma la teoría de Lourdes. En este diccionario se define abanto como sigue:

Abanto: Alocado, loco, temerario, descontrolado, avaro.
1- Persona alocada o que actúa a lo loco.
2- Persona que tiene un afán desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.
Además, en esta excelente página se hace una breve descripción de su etimología.

Etimología: Probablemente del hispanoárabe abántuh, que sería literalmente doncello. Es decir, el masculino de doncella, que se aplicaría a hombres bobalicones, pasmados o memos. De ahí que esta palabra pasara al castellano con el sentido de desorientado, bobalicón, pusilánime, cobarde. Esta antigua palabra castellana, que ya casi no se usa en español salvo quizás en lenguaje taurino, se mantiene en peraleo con un significado algo diferente, pues en lugar de ser un loco bobalicón, es un loco descontrolado.
Sin embargo, Juan Santos, manchego de Villanueva de los Infantes, comentó que la palabra se sigue utilizando en su pueblo en el sentido de bobalicón.

Por otro lado, la RAE recoge una acepción de abanto que se aplica exclusivamente en el mundo de la tauromaquia:
Abanto: Toro temeroso o espantadizo. Toro que acude a las suertes de modo receloso y cobarde, cuya característica en la plaza es salirse de las suertes, rehuyendo rematarlas.

Por último, en zoología el término abanto define a un alimoche común, también conocido como buitre egipcio, lo que nos conduce a otra de las curiosidades de este término, (todo está relacionado), y es que en España existen dos pueblos y un famoso monte con el nombre de «Abanto».

Fotografía de Carlos Delgado, CC BY-SA 3.0,

En la provincia de Zaragoza la localidad de Abanto se ubica en una colina en la orilla derecha del río Ortiz, al sur de la sierra de Pardos. Su topónimo, de origen indoeuropeo, no se encuentra debidamente descifrado, existiendo diversas opiniones sobre su significado, aunque el término coincide con el nombre dado a una especie de buitre, antiguamente muy extendido en Aragón.

En Vizcaya existe otra localidad con el nombre de Abanto y Ciérvana / Abanto Zierbana. Es una pequeña localidad que disfruta de un enclave natural único, a tan solo 20 minutos de Bilbao. Sin necesidad de elegir mar o montaña, Abanto y Zierbena lo tiene todo para disfrutar y descansar. Tiene un pasado minero que impregna su paisaje. Muy cerca de esta localidad se encuentra el Museo de la Minería del País Vasco.

Por fin, para cerrar este pequeño recorrido geográfico por los “Abantos” de nuestro país, el monte Abantos (en plural) es uno de los más importantes de la sierra de Guadarrama. Una pequeña parte del monte al oeste de la cima pertenece a la provincia de Ávila, el resto se encuentra en la comunidad autónoma de Madrid. Es una montaña de un contorno suave, casi toda la totalidad de sus laderas están cubiertas por pinares, y en su ladera oeste está el puerto de Malagón, famoso por ser una de las más duras etapas de montaña de la Vuelta Ciclista a España.
El monte Abantos se denomina así por el ave alimoche o abanto, también conocido como buitre egipcio, ya que en esta parte de la sierra, en tiempos del rey Felipe II, era habitual divisarlos.

3 respuestas a “A la caza de la palabra: abanto”

  1. […] unos días escribí una entrada sobre otra de las palabras cazadas en este blog: Abanto. Curiosamente abanto y baribañuela significan lo mismo, y Luis Marín y Lourdes Chorro la […]

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  2. Interesantísimo, yo también desconocía ese término .
    Gracias Manuel.

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  3. Muy interesante información. Yo comenté que conocía la palabra pero no con el sentido que indica Luis, sino con el de la segunda acepción la de afán por poseer

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