De Qué Manera Podemos Deshonrar a Dios

De qué manera podemos deshonrar a Dios (Imagen de Barbora Franzová en Pixabay)

Existen maneras para honrar y para deshonrar a Dios. Ya hemos hablado de honrar a Dios y hoy veremos cómo podemos deshonrar a Dios.

¿Alguna vez te has preguntado de qué manera puedes deshonrar a Dios? ¿Sabías que con cada acto de tu vida puedes honrar o deshonrar a Dios? Sí, todo lo que hacemos a diario está honrando o deshonrando a Dios, está glorificando o por el contrario, ofendiendo a Dios, y aun sin darnos cuenta lo estamos haciendo.

Pero lo más grave de todo, es que cuando deshonramos a Dios, estamos dando la gloria al diablo, sí, y también lo hacemos sin darnos cuenta. Es por eso que debemos estar muy conscientes de que Dios siempre está ahí viéndonos, aunque nadie más nos vea.

De Qué Manera Podemos Deshonrar a Dios

Existen innumerables formas en las cuales podemos deshonrar a Dios, y aquí estoy haciendo referencia, no a la gente del mundo, a quienes poco les importa Dios, sino a nosotros los cristianos, quienes se supone tenemos temor de Dios y hemos sido limpiados por la sangre de Cristo.

Veamos entonces algunas de las formas en que deshonramos a Dios:

1. Cuando dejamos de lado la Ley de Dios y no guardamos sus mandamientos. Recordemos que los diez mandamientos son la ley del amor de Dios hacia nosotros, y ellos fueron dados por el Creador para que le reconozcamos a Él como la máxima autoridad de todo el Universo, los primeros cuatro, y para establecer la paz y la armonía entre los hombres, los otros seis.

Nuestro deber es guardar fielmente todos los diez mandamientos, incluyendo el cuarto, el de guardar el Sábado que es el verdadero día del Señor, establecido por Él; porque como dice en Santiago 2:10 que “cualquiera que guarda toda la ley, pero falla en un punto, se ha hecho culpable de todos”.

Es por eso que debemos mantenerlos muy presentes a diario, pero los mandamientos que son enseñados en la Palabra de Dios, Éxodo 20, no algunos que se enseñan por ahí.

2. Deshonramos a Dios cuando participamos de fiestas paganas muy bien aceptadas por grupos llamados cristianos, pero que son abominación para Dios, tales como, la semana santa, el halloween, la navidad etc.

3. Deshonramos a Dios cuando hablamos mal o criticamos al prójimo, y por eso seremos juzgados. Cristo dijo: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”, Mateo 12:36.

4. Deshonramos a Dios cuando usamos vocabulario soez o disfrutamos de chistes de doble sentido, cosas del mundo que no glorifican a Dios, sino al diablo. Dice el apóstol Pablo en Efesios 4:29 lo siguiente: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación”. Ni las palabras soeces o vulgares ni los chistes de doble sentido glorifican a nadie.

5. Deshonramos a Dios cuando participamos de las actividades del mundo, películas del mundo, llenas de sexo, violencia y maldad; fiestas del mundo que instan a beber licor y utilizar otros alucinógenos desembocando en el descontrol total; y aun música del mundo que con sus letras degradan al ser humano y también invitan al desenfreno.

Si somos cristianos debemos pensar en las cosas de arriba, en las que nos preparan para la eternidad. El apóstol Pablo lo dice en Colosenses 3:1-3, “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.

Dios nos demanda santidad, para poder llegar a su Presencia (Hebreos 12:14), y la santidad significa separarnos para Dios, porque aunque estamos en el mundo, no somos del mundo (Juan 17:16), ni debemos actuar como el mundo lo hace, porque si los cristianos no nos diferenciamos de los del mundo, entonces vano fue el sacrificio de Jesús para nosotros y no hemos nacido de nuevo, ni tampoco somos salvos.

Por algo el apóstol Juan dijo: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”, 1 Juan 2:15-17.

Pero si lo expuesto aquí te parece exagerado y consideras que no hay que ser tan estrictos, solo te quiero poner como ejemplo a Jesús. Dios quiere que seamos como Cristo y en la medida en que más nos parezcamos a Él, más se va perfeccionando nuestro carácter para alcanzar la eternidad.

La pregunta que nos tenemos que hacer a diario con respecto a nuestra conducta, es si Cristo haría eso, porque Él es nuestro modelo. Crees que Cristo si viviera hoy se sentaría a ver una película de violencia, de terror o de pornografía? Crees que Cristo perdería horas enteras frente a un computador perdiendo el tiempo en las redes sociales?

No podemos servir a dos señores; o estamos con Dios, o por el contrario, estamos sirviendo al diablo. No juguemos con nuestra eternidad.

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