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Exvalencianistas por el mundo: Pablo Aimar

4/11/2023 - 

VALÈNCIA. Sin apenas tiempo para disfrutar del histórico éxito en el último Mundial de Catar, Argentina ya tiene la mente puesta en sus próximos retos: la Copa América 2024 y las Eliminatorias Sudamericanas para el próximo Campeonato del Mundo. Ambos retos dibujan el camino hacia Estados Unidos, el país que acaparará los focos durante los próximos años con la celebración tanto de la Copa América el verano que viene como del Mundial 2026, que organizará junto a Canadá y México y cuya finalísima albergará presumiblemente en el MetLife Stadium de Nueva Jersey o en el AT&T Stadium de Arlington, en Texas.

Para la primera y más inmediata de ambas citas, la Copa América, la Albiceleste ya tiene pasaporte, al igual que las otras nueve selecciones de la Conmebol. Los otros seis contendientes tendrán que acreditar su presencia a través de la disputa de la Liga de Naciones de la Concacaf. Curiosamente, Estados Unidos deberá ganarse también su derecho a la participación a pesar de ser anfitrión. Para ello, necesitará superar los cuartos de final de la mencionada Liga de Naciones o recurrir a un playoff entre los perdedores de dicha fase para obtener una de los dos últimos cupos.

“No pienso en el Mundial, mi objetivo es llegar bien a la Copa América”

Leo Messi, jugador del Inter Miami, para OLGA

Así pues, y hasta que se acerque la fecha de disputa del torneo continental, los campeones del mundo centran sus esfuerzos en las siempre durísimas, interminables y extenuantes Eliminatorias Sudamericanas: una liga de todos contra todos a doble partido que arrancó el pasado mes de septiembre y que tendrá una duración de 24 meses exactamente. La clasificación final determinará qué selecciones clasifican para el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá.

Con la ampliación del número de participantes del próximo certamen mundialista, que pasará de los 32 habituales a 48, con 12 grupos de 4 equipos y 104 partidos en total, las Eliminatorias darán acceso directo a los 6 primeros clasificados en lugar de los 4 habituales, mientras que el séptimo acudirá a la repesca intercontinental. Por el momento, Argentina es líder con 12 puntos de 12 posibles por delante de Uruguay, Brasil y la sorprendente Venezuela del también argentino Fernando Batista, que han sumado 7.

  

Sin ser ni mucho menos la generación más talentosa de la historia del fútbol argentino, el combinado que dirige el exfutbolista del Deportivo de la Coruña, Racing de Santander o Mallorca Lionel Scaloni es un equipo hecho a prueba de bombas. Tras muchos años de fracasos y sequía en la selección, el santafesino supo encauzar un nuevo proyecto que arrancó en verano de 2018 y que se basaba en la construcción de un equipo joven y capaz de destilar talento y sacrificio a partes iguales alrededor de la figura de su capitán y líder indiscutible: Leo Messi (Inter Miami).

El enorme trabajo con los jóvenes, la valentía en el relevo de futbolistas y la nueva filosofía pronto dieron sus frutos: Argentina conquistó en Maracaná ante Brasil en 2021 una Copa América que no levantaba desde 1993 y el pasado invierno cosió la tercera estrella sobre su escudo en Catar.

“Si vos te fijás en los planteos que hizo Argentina en Qatar, tuvo una gran virtud: fue la que siempre cambió, jugó en base al rival…Todas esas virtudes las vio el cuerpo técnico”

Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, para Olé

El abanico de opciones es amplísimo en todas las líneas. En la portería, Scaloni ha confiado en Emiliano Martínez (Aston Villa), Gerónimo Rulli (Ajax), el veterano Franco Armani (River Plate), Juan Musso (Atalanta) y Walter Benítez (PSV Eindhoven), que todavía no ha debutado.

En el eje de la defensa la combinación de veteranía y juventud es perfecta: Cristian Romero (Tottenham), Lisandro Martínez (Manchester United), el exvalencianista Nicolás Otamendi (Benfica), Leonardo Balerdi (Olympique de Marsella), Germán Pezzella (Betis) y Lucas Martínez Quarta (Fiorentina) vienen siendo las principales piezas. En los laterales, Argentina cuenta con Nicolás Tagliafico (Olympique de Lyon), Marcos Acuña (Sevilla), Nahuel Molina (Atlético de Madrid), Juan Foyth (Villarreal) y Gonzalo Montiel (Nottingham Forest).

El centro del campo es la clave del equilibrio y la consistencia del combinado argentino. Hace no muchos años era impensable que futbolistas como Guido Rodríguez (Betis), Enzo Fernández (Chelsea), Alexis Mac Allister (Liverpool), Rodrigo de Paul (Atlético de Madrid), Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen) o Giovani Lo Celso (Tottenham) fueran tan importantes junto a un Leandro Paredes (Roma) que acumula ya 57 internacionalidades. Los jóvenes Thiago Almada (Atlanta), que fue parte de la plantilla campeona del mundo, y Facundo Buonanotte (Brighton), llaman a la puerta.

  

En los costados, la estela de Ángel Di María (Benfica) la siguen futbolistas con raza y vocación de desborde como Lucas Ocampos (Sevilla), Nico González (Fiorentina), Ángel Correa (Atlético de Madrid) y el joven madrileño Alejandro Garnacho (Manchester United).

La compañía de Leo Messi (Inter Miami) en ataque ofrece muchas variantes. Julián Álvarez (Manchester City) le terminó quitando el sitio a Lautaro Martínez (Inter de Milán) en el once durante el pasado Mundial, pero la producción de Giovanni Simeone (Nápoles), Joaquín Correa (Olympique de Marsella) o Lucas Beltrán (Fiorentina) siguen mezclando muy bien. El actualmente lesionado Paulo Dybala (Roma), cerca ya de reaparecer en los esquemas de José Mourinho, parece a priori el recambio natural del astro de Rosario, cuya presencia es innegociable hasta que renuncie o se retire.

“Tuve la suerte de ganar el Mundial, y me queda la Copa América”

Paulo Dybala, jugador de la Roma, para Marca

Con las mencionadas variantes, Scaloni ha configurado un equipo con una versatilidad en los planteamientos y una solidez que hacía lustros que no se veía en la Albiceleste. Generaciones con un talento descomunal como la de 2002, que se dio un tremendo batacazo en el Mundial de Corea y Japón, echaron de menos esa esencia y ese gen competitivo que le han dado a Argentina su decimoquinta Copa América y el tercer Mundial de su historia.

Sin embargo, el camino no ha sido fácil y el técnico santafesino no ha estado solo. Su mano derecha es un viejo conocido de la afición valencianista que responde al apelativo de leyenda: Pablo César Aimar (Río Cuarto, 1979) vistió la camiseta del Valencia durante cinco temporadas en las que levantó 2 títulos de liga, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa. Talento y magia a raudales, Mestalla todavía se emociona recordando a uno de sus futbolistas más icónicos, que formó parte del mejor Valencia de la historia.

Desde muy joven, Aimar llamó la atención por su diferencial visión de juego desde una posición del campo fundamental en la historia del fútbol argentino: la de mediapunta. La sensacional dupla que formó junto a Javier Saviola (hasta el pasado junio entrenador del Juvenil A del F.C. Barcelona) le dio a River Plate tres torneos Apertura y dos Clausura. Además, se proclamó campeón del mundo sub-20 junto a su gran amigo Juan Román Riquelme (actual vicepresidente de Boca Juniors) y al propio Lionel Scaloni en Malasia en 1997.

En enero de 2001, cuando ya hacía más de un año que había debutado con la absoluta de Argentina de la mano de Marcelo Bielsa (actual seleccionador de Uruguay), dio el salto a Europa firmando por el Valencia, que abonó algo más de 21 millones de euros por el jugador. En Mestalla pronto enamoró con su magia. En 214 encuentros como valencianista, anotó 33 tantos y firmó nada más y nada menos que 49 pases de gol. Números propios de un crack que, a pesar de algunas dificultades presentadas en forma de lesiones, marcó las diferencias y fue muy importante para el Valencia siempre que estuvo sobre el césped. Tanto fue así que en 2002 estuvo nominado al Balón de Oro.

“Las noches de Champions en Mestalla son inolvidables”

Pablo Aimar, segundo entrenador de la selección argentina, para VCF Media

A su etapa de cinco temporadas a orillas del Turia le siguieron dos años en Zaragoza y cinco campañas más en el Benfica, donde se encontró con uno de los técnicos que más admiración ha causado en el de Río Cuarto: Jorge Jesus (actual técnico del Al-Hilal saudí). En Lisboa cosechó una liga y cuatro Copas de la Liga antes de marcharse a Malasia para ganar una Superliga en las filas del Johor DT. Cómo no, el Payaso iba a cerrar su brillante carrera en el club del que salió, River, donde colgó las botas en verano de 2015.

Como para todo exjugador que lleva el fútbol disuelto en la sangre, el futuro del mediapunta iba a estar en los banquillos. Encontró su oportunidad en la Asociación del Fútbol Argentino de la mano de su todavía presidente, Claudio Chiqui Tapia, que le entregó en julio de 2017 las riendas de la selección sub-17. Un año después se unió al cuerpo técnico de Lionel Scaloni en la sub-18 como segundo entrenador, hasta que al poco tiempo llegó la llamada que iba a cambiar la vida de ambos y la historia del fútbol argentino:

"Tapia me llamó y me preguntó si quería agarrar por dos partidos. Estábamos en L´Alcudia con Pablo (Aimar) y con Martín (Tocalli). Me mira Pablo y me dice: 'Vos estás loco, ¿no?'. Le digo: 'Pablo, son dos partidos, contra Guatemala y Colombia. Vamos porque quedan 15 días y no tienen entrenador'. Aceptamos…Caminando por la playa con Pablo armamos la lista de convocados para esos dos partidos"

Lionel Scaloni, seleccionador de Argentina, para ESPN FShow

Cumplidos ayer los 44 años, el horizonte dibuja retos colosales para el mito de Río Cuarto. Leyenda viva del Valencia que ya ha levantado una Copa del Mundo, Pablito Aimar sueña ahora con alargar la dictadura de Argentina en el fútbol mundial.

Buena suerte Pibe.


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