El avetoro común, Ave del Año 2024

El Botaurus stellaris, más conocido como avetoro común, ha sido proclamado Ave del Año 2024 tras la votación abierta al público impulsada por la Sociedad Española de Ornitología, SEO Birdlife. Se trata, no obstante, de un galardón agridulce, ya que uno de los requisitos para optar a él es que la especie precise de una atención singular, bien por su mal estado de conservación o bien por la urgencia de proteger sus hábitats.

Es el caso del avetoro común, que la organización ornitológica incluye en situación de peligro crítico en su Libro Rojo de las Aves de España y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico declara en peligro de extinción en el Listado de especies silvestres en régimen de protección especial y en el Catálogo español de especies amenazadas.

El Botaurus stellaris pertenece a la familia de las garzas, y recibe su nombre del peculiar sonido que emite en su periodo reproductor, que recuerda al mugido de un toro. Su hábitat son los humedales de agua dulce, especialmente durante la época de cría, cuando se refugia en los extensos carrizales. Este entorno sirve además de camuflaje a la esquiva ave, que aprovecha la densa vegetación para esconder su plumaje pardo. Esto, unido al escaso número de ejemplares, hacen del avetoro común una de las especies más difíciles de observar de la fauna ibérica.

2.237 votos para el avetoro

El avetoro se impuso a los otros dos candidatos, el bigotudo y la espátula común, con un 41,5% del total de 5.391 votos emitidos en un proceso abierto al público general. Así, 2.237 personas determinaron que el avetoro debía ser el Ave del Año 2024, frente a las 2.061 que votaron por el bigotudo o las 1.093 que se decantaron por la espátula común.

Pese a que el avetoro común es la única de las tres especies que se encuentra clasificada en peligro de extinción por el Ministerio, todas ellas están incluidas en el Libro Rojo de SEO Birdlife. Y es que, en 2024, la sociedad ornitológica ha querido poner el foco en la mala situación del agua y los humedales en España, hábitat que comparten el avetoro, la espátula y el bigotudo. 

Según el informe sobre la situación de los humedales españoles, presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en febrero de 2023, de los más de 2.000 ecosistemas de este tipo presentes en el territorio nacional, el 54% se encuentra en una situación de conservación pobre o muy pobre, frente al 27% cuyo estado es moderado o bien conservado.

Medidas a adoptar

La desaparición y mal estado de estos espacios naturales pone en serio peligro la supervivencia de todas las especies que nidifican en ellos. Ante esta situación, SEO Birdlife desarrollará a lo largo de 2024 diversas acciones encaminadas a frenar este declive. Sin embargo, explica la responsable del área de Conservación de la entidad, Ana Carricondo, “lo que requiere no es lo que podamos hacer nosotros, que también, sino lo que pueden hacer los gestores públicos, tanto a nivel de especies como, sobre todo, de espacios y humedales”.

En este sentido, Carricondo opina que la complejidad estriba en “la superposición de competencias para que se avance en la dirección correcta”. Por ello, lo primero que se solicita desde la Sociedad Española de Ornitología, es que las administraciones públicas “trabajen coordinadamente para implementar y cumplir lo que ya se ha establecido en la normativa europea”, explica la técnico ambiental.

“Por otro lado”, continúa la responsable de Conservación, “que se pongan en marcha medidas. En el caso particular del avetoro, consiste en trabajar de manera más directa en su hábitat específico, los carrizales de agua dulce, para lo que pedimos, de manera urgente, que se identifiquen por parte de las comunidades autónomas las zonas seguras de cría”. Para ello, desde SEO Birdlife se proponen, en 2024, contribuir a la actualización de esa información, una tarea difícil debido al carácter esquivo del avetoro, cuyo avistamiento es altamente complejo.

Restaurar los hábitats

Con esta información, continúa Carricondo, podrán priorizarse las actuaciones de conservación de los ecosistemas. “En materia de humedales es fundamental restaurar áreas y los hábitats asociados”, explica la técnico ambiental, “se puede restaurar en cuanto a ampliar la zona inundada y mejorar la gestión, garantizando el desarrollo de la vegetación de carrizales, que no se pueden plantar, sino favorecer las condiciones que facilitan su proliferación, con un nivel determinado de inundación, con una calidad de agua y con una retirada de especies invasoras en algunos casos”.

Sobre las medidas que las instituciones responsables están llevando a cabo en este ámbito, la responsable de Conservación considera que “se está haciendo algo, sobre todo a nivel estatal”, y destaca el recientemente aprobado Plan Estratégico de Humedades a 2030, donde se establecen prioridades y medidas que deben ponerse en marcha para la recuperación y la conservación de estos espacios naturales. Sin embargo, añade, pese a que “en algunos casos se están desarrollando actuaciones de restauración de humedales, existen planes de recuperación de la especie en distintas comunidades autónomas, pero lo cierto es que, en la práctica, lo que vemos, es que no se recuperan”. 

La sequía: una nueva amenaza

En los últimos años, se ha sumado un nuevo factor que amenaza el buen estado de los ecosistemas híbridos entre el medio acuático y el terrestre: las sequías asociadas al cambio climático. “Es un factor más difícil de manejar, porque no depende de lo que las administraciones hagan”, afirma Carricondo, “lo único que podemos hacer es buscar la manera de adaptarnos y que los ecosistemas tengan la capacidad de aguantar, y ahí es donde se falla más, no se termina de abordar”, y ejemplifica con espacios tan emblemáticos e importantes como Doñana. 

“Este año, cuando ya la situación se ha visto mucho más crítica, se ha aprobado un marco de actuaciones para el Mar Menor y para Doñana, se está preparando uno para Daimiel… pero efectivamente falta mucho, y a veces el problema es que el corto plazo se impone”, lamenta la técnico ambiental, “los cambios en la inercia de cómo se toman las decisiones políticas requieren una visión a largo plazo y, políticamente, el largo plazo es complicado. Eso dificulta que se dé un cambio de fondo de cómo se hacen las cosas”.

 

“La naturaleza es bastante agradecida. Si se le deja un poco de tiempo y de espacio, se recupera”

"No hemos ido a mejor"

Hasta la fecha, 35 especies han sido elegidas Ave del Año desde que, en 1988, la sociedad ornitológica pusiera en marcha esta campaña de comunicación para llamar la atención sobre la situación de algunas especies de la avifauna española. Aunque “generalizar siempre es problemático”, sostiene Carricondo, “la conclusión es que no hemos ido a mejor, el número de especies amenazadas ha aumentado”. 

Sin embargo, no todo es negativo. “Se ven casos, por suerte, que ponen de manifiesto que, si se pone empeño, recursos y atención, se puede conseguir revertir estas situaciones”, explica la experta en Conservación, que pone como ejemplo los casos del águila imperial y del ibis eremita, que, tras décadas de esfuerzos, “han tenido una recuperación asombrosa”.

“En humedales, lo cierto es que, en general, la situación es negativa y ha ido a peor, pero son un ecosistema rápido a la hora de reaccionar, a poco que se les atienda”, continúa Carricondo, “las aves ligadas al agua tienen una capacidad de recuperación bastante rápida. En cuanto se recupera un poco el humedal, las especies lo hacen también rápidamente”.

“La naturaleza, aunque parezca que no, es bastante agradecida, y si se le deja un poco de tiempo y de espacio, se recupera”, concluye la técnico ambiental.