Num . 84 / Elogio de la indolencia…y crítica de la laboriosidad

Hoy he  elegido un tema facilón, casi insustancial ….estamos en Agosto y la invitación a mantenerme en un ritmo vital muy basal , y a enarbolar una exigencia intelectual mínima  … está  siendo muy fuerte.

Ante todo debo dejar sentado que no hay que confundir ocio con indolencia. Hay entre ambos conceptos un parentesco de cuna,  pero una diferencia considerable.

Ilustracion 84 cadaver ocioso .El ocio es un concepto negativo : su significado comporta cesación de trabajo , inacciónomisión de actividad…. En cambio,  la indolencia  (en su acepción flemática , que es la única que en mi opinión presenta cierto interés) , deambula con frecuencia asociada a una cierta actividad onírico-innovadorasi bien en ocasiones lo haga sólo sotto voce … Tal vez dicha rémora apático-creativa no sea célere , y nos  presente más bien su faz parsimoniosa , y aún ocasionalmente lánguida, pero en cualquier caso, casi siempre será artística.  Ostenta la indolencia un toque de flojera abúlica y de indiferencia sensiblera…. Es aquéllo que los franceses han sabido calificar de forma tan “remarquable”, con el termino inglés de “spleen”… es decir,  una melancolía de causa indefinida, una angustia vital , dotada de una cierta, si bien modesta, pulsación creativa.

Ilustracion 84 indolwnci Y OCIO

La indolencia añade al ocio , el cual constituiría su primera materia bruta ,  una cierta componente  de fascinación sensual , un atisbo de  glamur evocador de personajes tales como Mary Shelley, y tambien de la sugerente “précieuse” que fue Madame de Récamier….,  sin dejar obviamente de lado aquel mítico Lord Byron, penetrante fulgor y ambivalente lucero del Romanticismo.

Creo que es lícito denostar al ocioso : no hace nada (o  muy poco) y con su disolvente ejemplo puede inducir a otros a vagar igualmente….  Y la ociosidad , contra lo que sostiene el dicho popular, no es la madre de todos los vicios , todo lo contrario , el ocioso es, por definición y por propia esencia , alguien “inactuante”… y por ello se asemeja más bien al perfecto eremita, que vive desligado de las tentadoras , si bien manifiestamente delicuescentes,  apetencias del Mundo, del Demonio y de la Carne…. Porque , veamos , díganme sino : ¿Cómo puede pecar un ser humano , si ocia , o sea  si  no actúa? …. Alguien podría objetarme que se puede pecar sin acción y solo “por consentimiento”…. pero realmente si alguien consiente , es que ya actuó, como mínimo , para consentir o incitar a otro(a) a desviarse…..

Resumiendo pues: si el ideal ascético es el que deseamos adopte la Humanidad, promovamos el ocio en su vertiente más radical y absoluta . Tal vez lograremos con ello estimular el florecimiento de conductas ejemplares … (¿ejemplares?, ¿para quién el ejemplo?) …. Lo que es seguro es que quienes escojan tal senda , aseguran para ellos mismos, y para quienes vivan en su derredor,  un porvenir de lo más insulso y aburrido. Decididamente , no puedo pues en puridad , recomendar el ocio a modo de  orientadora guía de los perplejos ( pues además Maimónides se revolvería en su tumba por tal afrenta)

Ilustracion 84 MUJER INDOLENTE

Alternativamente, enfoquemos ahora el tema de la laboriosidad. De esta supuesta virtud, se cita siempre el ejemplo del comportamiento de las hormigas y de las abejas. Siempre me extrañó que se ensalce la conducta de estos animales , cuya individualidad queda totalmente anulada , pues están programados al ciento por cien para una secuencia vital constituida por la monocorde iteración de acciones gremiales, totalmente pre-determinadas y siempre repetitivas… Y me atrevo a formular que….. sin la Individualidad de un ente, no puede existir su Libertad. Esta afirmación  constituye una condición necesaria , aunque no suficiente…. Los individuos-hormiga y los individuos-abeja no existen como tales , no tienen un sentido propio de su vida. Sólo lo ostentan como comunidad , o sea como hormiguero y como panal. En el fondo , su razón de ser, su logos , la inteligencia justificativa de su existencia,  radica en el conjunto , no en el individuo.

Confieso que me produce un santo pavor pensar que en la Comunidad Humana pudiese acontecer algo similar, y por ello me escandalizo cuando se utiliza el ejemplo de la laboriosidad de estos animales como paradigma ejemplarizador de lo que debería ser una excelsa y utópica  conducta en el trabajo. Los galeotes firmemente encadenados  a sus bancadas logran , con su laboriosidad “ejemplar” , hacer avanzar o ciar la nao , cual una retahíla de hormigas que trasladan en volandas el exo-esqueleto de un coleóptero , lo cual no es en absoluto , desde mi óptica por lo menos, ningún “ejemplo virtuoso” que quepa considerar , ni aún en las peores pesadillas, como una supuesta virtud de la  laboriosidad y del trabajo.

Para mayor claridad de mi tesis me apoyaré en la de todos conocida Tabla Periódica de los Elementos Quimicos. La laboriosidad abejil la asimilo yo a aquella ignota , remota y hasta minusvalorada, zona de los Actínidos y los Lantánidos , series que nunca se estudiaban a fondo, y para los cuales era más relevante  la gregaria familia a la que pertenecían , que su propia individualidad ,….. como ocurre verbigracia,  con el elemento Lutecio , descubierto como una impureza de otro lantánido llamado Yterbio… Fue hallado por un francés …y claro lo designó como Lutecio , rememorando a Lutetia (primer nombre de Paris)…. Sus colegas qumicos alemanes , en esta ocasión tan díscolos como puntillosos,  lo denominaron Casiopeo….  supongo que en aras de facilitar la buena entente científica franco-alemana……

Ilustracion 84 tabla periodica

Y yo me pregunto entonces : ¿Qué fruto químico brillante puede esperarse de la individualidad de un elemento de tan  bastarda cuna , y de tan  incierta denominación? …Poco, escaso , exiguo , irrisorio  y menguado….  Se precisa  la gremial laboriosidad de la entera Serie Lantánida para lograr alcanzar una cierta relevancia química.

A la indolencia y al ocio los situaría yo en una misma columna de la Tabla Periódica , en la zona izquierda (la noble parcela de los metales), si bien el ocio figuraría en la parte alta y la indolencia en la baja de dicha columna. Ello se correspondería  con la estructura elemental del primero , su bajo contenido atómico y conceptual , frente a la opulenta y variopinta riqueza de partículas constitutivas del segundo,  que ostenta  un considerable numero de orbitales indicativo de su notable peso , numero atómico… y lo que es más relevante : su relevante y afable bonhomía poética.

En resumen, la indolencia es la madre nutricia del ensueño, de la onírica evocación de Los Campos Elíseos, y del céfiro blando , pícaro  causante del etéreo ondular del tul de las túnicas de las esbeltas Vestales, por delante… o si lo prefieren de la falda de fino organdí de las asaz bien torneadas modistillas, por detrás … ¡que tampoco son moco de pavo!

Ilustracion 84 vestales

Ilustracion 84 modistillas

La indolencia , emulando a Selene ,  riela sobre la mar , piélago oscuro,  feliz , feraz y creativo; parnaso de los poetas románticos , quienes  a modo de tritones y sirenas , serpentean en su seno y a su vera , y  nos azuzan intelectualmente,  jugando con nuestros sentimientos… lo cual constituye  para mí , uno de los más nobles estímulos que la mente humana pueda idear en este sórdido mundo : La creatividad poética fundamentada en la  “nonchalance” de la Indolencia.(adrede en mayúscula)

….¡ O así me lo parece !

En esta ocasión , y para dotar de un cierto realce , del que de por sí carece esta pobre entrada, en lugar de corolario, pediré  ayuda a aquél  Monstruo de la Elegía que fue Don José de Espronceda (¡hazte a un lado Byron, hazte a un lado! e hinca la rodilla!).

Ilustracion 84 poeta indolente

Ahí va para Ustedes una estrofa del genial Canto a Teresa, que constituye para mi el cenit de la expresión del Amor entroncado con la Muerte , desde la nostálgica perspectiva de una poética Indolencia.

¡Oh, dichosos mil veces! sí,dichosos

los que podéis llorar y ¡ay! sin ventura

de mí, que entre suspiros angustiosos,

¡ahogar me siento en infernal tortura!

¡Retuércese entre nudos dolorosos

mi corazón gimiendo de amargura! …

También tu corazón hecho pavesa,

¡ay! llegó a no llorar, ¡pobre Teresa!

¡….Ahí queda eso !

Bon estiu.

 

 

2 thoughts on “Num . 84 / Elogio de la indolencia…y crítica de la laboriosidad

  1. Querido Jesús, por una vez disiento un poco (sólo un poco porque el artículo, como todos los tuyos, me parece cuanto menos estimulante y cuanto más brillante) en cuanto a lo que entendemos como Ocio e Indolencia.

    Yendo a la RAE, porque uno es disciplinado con los que dan esplendor a la lengua:
    Ocio: 1. m. Cesación del trabajo, inacción o total omisión de la actividad. / 2. m. Tiempo libre de una persona. / 3. m. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas.
    En cambio indolencia: Cualidad de indolente. Yendo a Indolente: 1. adj. Que no se afecta o conmueve./ 2. adj. flojo (‖ perezoso). / 3. adj. Insensible, que no siente el dolor.

    De lo cual se induce que el ocio es algo activo y motivante, y, además, los que ya estamos en edad de merecer disponemos de mucho. En cambio, la indolencia es una cualidad negativa y pasota que puede afectar a todos sean currantes o no.
    En fin, era sólo una pequeña apostilla a tu docto artículo. Por cierto, muy buenos los versos de Espronceda, autor injustamente olvidado; te recomiendo su “Poesía licenciosa”. Escojo al azar:
    …Así viví sin temor
    disfrutando los placeres
    de mundo tan seductor;
    en él encontré el amor
    al encontrar las mujeres…
    No oso reproducir otros versos, por si entran en tu blog menores de edad o gente de estricta moral.
    Un abrazo y feliz verano
    Ricardo

    • Gracias Ricardo.
      Doblemente.
      En primer lugar, por la deferencia que para mi supone el hecho en sí , de que una persona de tus capacidades literarias , se tome la molestia de leer , y además comentar , un artículo mío tan intrascendente , tan de “de verano”.

      En segundo lugar, por el tenor de tu observación , que denota una aproximación estructurada , ingenieril, a la par que cultivada…y muy especialmente , porque al formularla “entras al trapo”…. Me explicarė: cuando me hallaba en la primigenia fase de preparación del articulo, dudé entre escoger la apología del ocio o bien la de la indolencia ( logicamente yo tambiėn había consultado la acrisolada Autoridad lngüistica , la que limpia, fija y da esplendor), o bien hacerlo a la inversa denostando el ocio ….con la consecuente exaltación en positivo de la laboriosidad.
      Finalmente , gracias a un par de ” kirs royals” , opté por la versión que me pareció más heterodoxa , desechando así cualquier timorata o ambivalente postura al respecto…esperando con ello propiciar alguna intervención inteligente , cosa que he logrado gracias a tu comentario , que está dotado de las dosis exactamente estequiométricas de racionaldad por un lado e ingenio y elegancia , por otra .
      Creo logré mi objetivo , gracias especialmente a tu concurso.
      Un abrazo

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