Pensé que era un mito como muchos otros en la gestación, pero últimamente he sentido diferentes cambios sensitivos y cualquier emoción, ya sea positiva o negativa, se manifiesta al triple.
Estrés:
Lo viví hace poco. Creo que irónicamente no apliqué uno de los puntos que describí en mi anterior artículo sobre «Por qué dedicarle tiempo a la gestación». Nada de qué alarmarse, solo que si antes me estresaba por no hacer un trabajo bien hecho, y a tiempo, ahora es peor.
A esto sumémosle las cosas que llegan a la cabeza pensando en la crianza de ese nuevo ser, los cambios que vendrán, las cosas que te hace falta organizar, entre muchos otros factores.
A pesar de todo, es contradictorio, pero cierto, decir que es muy emocionante pensar en todo esto. ¡LLÁMENME LOCA POR FAVOR!
Miedo:
Pienso que a nosotras, las primerizas, nos pasa mucho, sobre todo en el último trimestre. A pesar de leer, preguntar a otras mamás y a nuestro doctor, siempre tendremos una lista sin contestar con relación al parto, los síntomas y la lactancia. Pienso que el temor a lo desconocido es normal en este proceso, pero siempre es bueno informarse. Estos días estuve en dos charlas muy interesantes.
Alegría al triple:
Este es el más lindo sentimiento, pero a veces también se desborda y hay que saberlo controlar. A mí por ejemplo me ponen hipersensible las historias bonitas y soy muy llorona (aunque creo que esto es de siempre).
Las sorpresas de los que amo y también de gente que no lo pensé, me han llegado mucho al corazón. Es como si mi bebé entendiera y ella y yo las viviéramos al tiempo. El empezar a decorar su cuarto, organizar su ropa y olerla, son sensaciones que han despertado miles de sensaciones.
Tristeza o ganas de llorar:
Luego de que se me pasa ya me hecho a reír, por lo cursi que se vio, porque me pasa por pequeñeces. Les cuento que una de mis ‘lloriqueadas’ fue por haber estropeado una prenda de vestir y dos baberos. Una camisa roja que le regalaron tiñó las otras prendas al momento de enjuagarlas y lógicamente antes de estrenarlas. Agrandé el problema en mi cabeza viéndome como un fiasco de futura mamá.
Despistes y olvidos también suceden. No saber dónde tenemos la cabeza porque se nos olvida el lugar donde hemos puesto las llaves u otro objeto, o incluso por olvidar una cita.
¿Es normal? ¿Debo preocuparme?
Es importante recordar que las emociones en el embarazo son normales y no podemos rendirnos o sentirnos culpables por ellas. A algunas mamitas nos hace bien expresarlas, pero lo más importante, responder de una manera positiva y saludable a ello, organizar muy bien tu tiempo, confiar y creer y … ¡Manos a la obra que hay muchas cosas por hacer!