El consumismo da más importancia al tener que al ser.

19-11-2020. Se conoce como consumismo al consumo innecesario o exagerado, que incluye el uso de bienes y servicios que no son imprescindibles. Las personas consumistas suelen ser víctimas de las campañas publicitarias, que las incitan a comprar a través de técnicas que se perfeccionan constantemente para transmitir la necesidad de tener un determinado producto.
Es una realidad  que nos sentirnos presionados  por la sociedad y la publicidad para consumir sin tregua, especialmente para hacerlo en exceso en determinadas fiestas del año como las de Navidad, Año Nuevo , Reyes y Rebajas, en las que los españoles realizamos el 30% de las compras de todo el año. Aunque los que padecen una inclinación al consumo compulsivo continuarán comprando cosas innecesarias y en exceso durante todo el año.  

Una compra compulsiva de productos no necesarios solo aporta una satisfacción inmediata, lo que conduce a  que la compra compulsiva se mantenga.

Erich Fromm ( 1900-1980), psicoanalista i sociólogo alemán nacionalizado en EEUU, publicó “Ser o tener” , un ensayo profundo donde reivindicaba la cultura del ser frente a la cultura del tener. En la Introducción del libro escribe:

“Parece que tener es una función normal de la vida: para vivir, debemos tener cosas. Además, debemos tenerlas para gozarlas. En una cultura cuya meta suprema es tener (cada vez más), ¿cómo puede haber una alternativa entre tener y ser? Al contrario, parece que la misma esencia de ser consiste en tener; y si el individuo no tiene nada, no es nadie.

Sin embargo, los grandes Maestros de la Vida han considerado la alternativa entre tener y ser como el punto más importante de sus respectivos sistemas. Buda enseña que para alcanzar la etapa más elevada del desarrollo humano, no debemos anhelar posesiones. Marx enseñó que el lujo es un defecto, tanto como la pobreza, y que nuestra meta debe consistir en ser mucho, y no en tener mucho. (Me refiero aquí al verdadero Marx, al humanista radical, y no a la falsificación vulgar que presenta el comunismo soviético)

 Los datos empíricos, antropológicos y psicoanalíticos, tienden a demostrar que tener y ser son dos modos fundamentales de la experiencia, las fuerzas que determinan la diferencia entre los caracteres de los individuos y los diversos tipos de caracteres sociales.

La diferencia entre ser y tener no es esencialmente la misma que hay entre Oriente y Occidente. La diferencia está, antes bien, entre una sociedad interesada principalmente en las personas, y otra interesada en las cosas. La orientación de tener es característica de la sociedad industrial occidental, en que el afán de lucro, fama y poder se han convertido en el problema dominante de la vida. El hombre moderno no puede comprender el espíritu de una sociedad que no está centrada en la propiedad y en la codicia.

En resumen, consumir es una forma de tener y quizá la más importante en las actuales sociedades industriales ricas. Consumir tiene cualidades ambiguas: alivia la angustia, porque lo que tiene el individuo no se lo pueden quitar; pero también requiere consumir más, porque el consumo previo pronto pierde su carácter satisfactorio. Los consumidores modernos pueden identificarse con la fórmula siguiente: yo soy lo que tengo y lo que consumo”

Erich Fromm  deja bien claro que lo que hace valiosa a una persona no es su capacidad de producir o de consumir, ni su poder adquisitivo, sino su ser. La cultura del ser persigue desarrollar el talento oculto de cada persona, activar sus potencialidades  para que pueda dar lo mejor de sí mismo a la sociedad. Este pensamiento  tiene su repercusión en la práctica educativa, pues su objetivo no radica en preparar niños para ser consumidores, sino para ser personas plenamente libres y responsables, capaces de aportar lo mejor de sí mismas a la sociedad. La cultura del ser no fundamenta la felicidad en el consumir, sino en el enriquecimiento personal en valores y habilidades con una finalidad social.

Pautas para un consumo responsable.

– Consumir  según las necesidades y posibilidades económicas de cada uno.

-Evitar las compras compulsivas. A menudo se compran productos que apenas  se usan o se desechan, por lo que hay que ser precavidos ante  las rebajas, las promociones y  la publicidad, que tienen por objeto crear la necesidad o el gusto por comprar.

José Melero

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6 comentarios en “El consumismo da más importancia al tener que al ser.

  1. Buen momento para plantear el tema (nos acercamos a la «Navidad»), aunque en situación de pandemia habrá muchos más impedimentos para comprar. Pero si es cierto que en general existe una parte de la población abduida por el «tener» olvidándose la mayoria de veces del «ser». Podriamos decir que és una adición más como tantas otras entre ellas las drogas en general, contra las que hay que seguir luchando. Las presiones que recibimos son muchas y persistentes y generalmente van muy dirigidas a personas lábiles. Ojalá sigamos trabajando desde todos los àmbitos para que socialmente lleguemos a apreciar más «el ser» que «el tener»

  2. Nos acercamos a unos fechas en las que se consume el 30% del presupuesto anual. Si bien es cierto que con la pandemia bajará la temperatura de la fiebre por las compras. Como bien dices, el consumismo es producto de una presión publicitaria persistente. Con espíritu crítico se puede uno librar de esa presión y dedicar más tiempo a ser.

  3. Gracias Anny por tu comentario. Se puede consumir con responsabilidad, pero sin caer en las redes del consumismo. Se trata de armarse de valor para que la presión publicitaria , especialmente en estas fechas, no nos dicte lo que tenemos que comprar.
    Saludos, José.

  4. El consumismo actualmente es el principal enemigo de la humanidad, como dice la Dr. Jane Goodall vivimos en un mundo materialista en el que compra, desecha una y otra vez sin ser conscientes que nuestras acciones siempre influirán en nuestro entorno. Gracias por compartir! saludos

  5. Estás en lo cierto de que el consumismo es el principal enemigo de la humanidad. Comprar compulsivamente y desechar productos servibles hacen un daño irremediable a nuestro bolsillo, a nuestro equilibrio psicológico y al medio ambiente. Gracias por comentar, saludos.

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