SOS ¿Cómo adaptar un niño adoptivo a su nuevo hogar?
SOS ¿Cómo adaptar un niño adoptivo a su nuevo hogar?

Antes de ser adoptados, estos niños han vivido el abandono de su familia biológica y en muchos casos han pasado por una institución y por experiencias de malos tratos, negligencias en su cuidado y otras vivencias traumáticas. Todo esto influye en su personalidad y comportamiento que pueden generar dificultades en la convivencia familiar.

¿HAY UN TIEMPO DETERMINADO DE ADAPTACIÓN?

No existe un tiempo prefijado de adaptación, depende de las características del niño y de la familia.

Los niños pequeños se adaptan con más facilidad a diferencia de los niños de mayor edad.

¿CÓMO ES AL INICIO?

En el caso de los bebés, sentirán la ausencia de sus cuidadores anteriores y rutinas que tenían para comer, dormir, incluso el tipo de alimentos que ingerían, etc.
Por lo general hace que los bebés somaticen su malestar mediante vómitos, insomnio, comer poco, dolores de estómago, diarreas, llanto descontrolado, irritabilidad, etc. 

En los niños mayores de cuatro años, su adaptación estará condicionado en base a sus experiencias previas, ya que mientras más negativas hayan sido, más dificultares tendrán para adaptarse. Pueden reaccionar en los primeros momentos de forma distante y desconfiada, rechazando las muestras de afecto que se le dan, o por el contrario, mostrándose excesivamente cariñoso y dependiente con sus nuevos padres. Poco a poco restablecerán su equilibrio emocional.

¿CÓMO CONSTRUIR VÍNCULOS AFECTIVOS?

Es habitual que hayan tenido en el pasado cuidadores negligentes fomentándoles desconfianza e inseguridad en sí mismos. La base de su relación con los adultos es el miedo.

Para que el niño pueda volver a confiar en los adultos, los padres adoptivos deben pasar mucho tiempo con ellos, prestarle atención, hacer cosas juntos.

Un padre adoptivo le debe ofrecer seguridad, cumplir con las cosas que le dice cada día, y de esta manera, demostrarle al niño que es digno de su confianza.

Las expresiones de afecto deben ser sinceras y graduales, incrementándose con el tiempo a medida que padres e hijo vayan estableciendo vínculos afectivos. Si las muestras de afecto son artificiales o excesivas pueden provocar ansiedad y rechazo en el pequeño.

Es necesario expresarle la incondicionalidad de nuestro afecto, transmitirle que vamos a quererlo independientemente de si se porta bien o mal.

En cuanto a la forma de expresarlo, sobre todo con niños mayores, principio de forma es preferible sea de forma verbal, con expresiones y tono de voz cariñosos, evitando agobiarles con abrazos y besos (a no ser que él/ella lo solicite) y una vez que el menor se sienta más seguro hacerlo mediante contacto físico.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: