Ojo lloroso en el adulto
(Epífora)
¿Qué es?
Para que el ojo se mantenga sano es importante que esté bien lubricado para lo cual tiene una glándula que se encarga de producir las lágrimas. Cuando parpadeamos, el párpado las distribuye sobre la superficie ocular y bombea el exceso de lágrima hacia la vía lagrimal. Ésta última constituye un sistema de drenaje que se encarga de derivar las lágrimas desde el ángulo interno del ojo hacia la nariz y está compuesta por los puntos lagrimales, los canalículos, el saco lagrimal y el conducto lacrimonasal.
Síntomas
La lágrima es esencial para mantener al ojo sano. Sin embargo, el exceso de lágrimas (epífora) representa un problema frecuente, siendo uno de los síntomas que más a menudo presentan los pacientes que visitan al oftalmólogo. El exceso de lágrimas es molesto, genera visión borrosa, además puede irritar la piel del párpado que se encuentra siempre húmeda.
Existen múltiples causas de exceso de lagrimeo y las podemos dividir en dos grandes grupos.
Un primer grupo se debe a un aumento en la producción de lágrima por irritación de la superficie ocular sucede con el ojo seco, conjuntivitis, cuerpo extraño, alergias. Estas generalmente asocian ojo rojo, molestias, sensación de arenilla, molestia a la luz, secreciones.
El segundo grupo es aquel en el cual existe una alteración en la evacuación de la lágrima por disfunción o más frecuentemente por obstrucción de la vía lagrimal.
Dacriocistitis
Es muy frecuente la obstrucción de la vía lagrimal baja (conducto lacrimonasal) que se presenta en personas adultas produciendo lagrimeo e infecciones que pueden llegar a ser graves llamadas dacriocistitis.
Dacriosistitis aguda derecha
Tratamientos
La disfunción de la vía lagrimal puede producirse cuando el párpado inferior es muy laxo -en general se afloja con la edad- y se pierde la función de bomba que necesita un párpado firme.
Tira tarsal
Esto puede repararse mediante un tensado o tira tarsal, esta es una cirugía sencilla de fijación cantal lateral, ambulatoria con muy buenos resultados.
La vía lagrimal puede taparse a distintos niveles y según dónde esté la obstrucción será la solución a plantear pero habitualmente son quirúrgicas..
Puntoplastia:
Puede cerrarse el poro lagrimal que es el origen de la vía lagrimal en el párpado, lo cual se soluciona con una pequeña cirugía para abrirlo llamada puntoplastia, se pueden colocar implantes de silicona para evitar que vuelva a cerrarse. Se realiza con anestesia local y ambulatoria.
Reparación de canalículos:
Pueden verse laceraciones de los canalículos en el párpado por traumatismos, por ejemplo mordeduras de perro en niños. Los canalículos son parte fundamental de la vía lagrimal que si no funcionan correctamente la persona tendrá lagrimeo continuo. Para solucionar este problema deben suturarse en los días subsiguientes al traumatismo sobre soportes de silicona para evitar que la cicatriz obstruya la vía lagrimal.
Sondas autoestables:
Cuando existe lagrimeo crónico debido por ejemplo a conjuntivitis crónicas, alergias, glaucomas que han utilizado colirios por mucho tiempo u otras causas de inflamaciones crónicas pueden generar estrechez de los poros y los canalículos. En estos casos es necesario proteger la vía lagrimal superior para que se dilate y se mantenga permeable con sondas autoestables que son pequeños tubos de silicona que se colocan fácilmente dilatando los poros lagrimales.
Dacriocistorrinostomía (DCR):
Para solucionar la obstrucción de vía lagrimal baja se debe realizar una DCR que consiste en crear una vía alternativa para lograr la evacuación de las lágrimas hacia la nariz a través de un pequeño orificio a través del cual se dejan colocados por uno o dos meses unos tubos de silicona para evitar que se vuelva a obstruir. La cirugía se puede realizar con anestesia local o general según el paciente. Los tubos de silicona se sacan en consultorio por la nariz sin dolor.
Tubo de Jones:
Las obstrucciones canaliculares son más difíciles de solucionar, pueden verse por ejemplo luego de una conjuntivitis importante o sin causa aparente, requiriendo colocar un tubo de vidrio llamado Tubo de Jones que queda permanente en el ángulo interno del ojo comunicando con la nariz. Este procedimiento se aconseja únicamente en pacientes muy sintomáticos ya que no son infrecuentes las complicaciones con el tubo. Se realiza generalmente con anestesia general. Alternativamente contamos con el tubo de Metaireau que al ser de silicona tiene mejores resultados.
Epífora o lagrimeo incoercible: Inyección de Botox
Puede suceder que a pesar de todas estas opciones no se pueda solucionar el lagrimeo de una persona. Sea porque no desea operarse, porque no puede recibir anestesia por razones cardiovasculares o directamente porque fracasaron las técnicas quirúrgicas realizadas. En estos pacientes puede realizarse una inyección de toxina botulínica o botox en la glándula lagrimal con lo cual se logra disminuir su función, disminuyendo el lagrimeo y mejorando así la calidad de vida de la persona. Recordemos que un ojo lloroso ve mal.