Los cultivos alternativos se van abriendo paso en La Rioja y la ‘planta del opio’ gana terreno conforme pasan los años. Desde 2011 su superficie cultivada en la comunidad se ha duplicado por diez, llegando a rondar las 300 hectáreas actualmente según datos facilitados por la Consejería de Agricultura.
Lo que ha hecho de esta región una más atractiva para la siembra de adormidera es la posibilidad de implantar sistemas de riego que permiten una mayor rentabilidad frente a los cultivos de secano con unos mismos costes de producción. Así lo considera Alcaliber, la empresa que cuenta con el monopolio en cuanto a la recolección y transformación de la sustancias opiáceas a nivel nacional.
Estos mayores rendimientos económicos han provocado que frente a Burgos, una de las provincias con una gran superficie sembrada en secano, La Rioja pase a estar entre los intereses de la gestora del cultivo con el fin de crecer año tras año. Principalmente, es La Rioja Alta la protagonista de lucir durante días extensos campos de amapolas blancas.
Entre ellos se encuentran los de Álvaro Cantera, en Rodezno. Primerizo en este cultivo destinado a la industria farmacéutica, este año se ha lanzado a la adormidera tras una mala experiencia con la remolacha. Sus pronósticos, además, recaen en que no será el último año que trabaje con Alcaliber “porque es una planta muy cómoda y sencilla de implantar, además de rentable”.
“Los precios de azucarera para la remolacha han provocado que cada vez sea un cultivo más abandonado en La Rioja Alta por los altos costes de producción, así que este año he cambiado de planta y me adentro en la adormidera con mucha más seguridad, es una perfecta alternativa”, destaca Cantera. Seguridad porque el contrato establecido con Alcaliber asegura la recogida total de la producción así como la fijación del precio por kilo.
“Además, es la empresa quien acarrea con casi todos los costes, como la aportación de las semillas, la recolección con sus cosechadoras y el transporte. El agricultor solo aporta su maquinaria para la siembra, así como las infraestructuras de riego”, explica. Pero hay más, y es que semanalmente un técnico de Alcaliber asesora al agricultor en materia de riego, herbicidas y fertilizantes.
Sus cerca de siete hectáreas de la variedad Cos. Bu.305 van despertando poco a poco para dejar un manto blanco extendido por Rodezno. A apenas un mes de comenzar con su recolección, esta planta actúa como perfecto cultivo de rotación con el cereal, ya que mejora la estructura del suelo al realizar un laboreo natural.
Los costes, sin embargo, son algo más elevados que el cereal, ya que este no se riega y la adormidera sí, pero menores que para otros cultivos de regadío como la patata. “La adormidera, aunque tampoco requiere de mucha agua, se está adaptando muy bien a esta húmeda primavera y se prevé una buena cosecha”, apunta Cantera. En cocnreto, los precios por kilo rondan los 87 céntimos para una de las variedades y 1,21 euros para otra de mayor rendimiento.
Un trabajo muy pautado y controlado
Primero es la autorización de plantación por parte del Ministerio de Sanidad pero, una vez sembrada, la Guardia Civil se encarga de controlar aleatoriamente los campos durante su ciclo de maduración para asegurar su correcto funcionamiento y evitar posibles desviaciones al mercado ilegal.
Aunque la excesiva curiosidad hacia esta planta con propiedades para la fabricación de sustancias estupefacientes se dio en sus primeros años de vida, “nunca se han registrado incidentes o robos”, apunta Cantera, “aunque, hace años, en algunos campos de murcia sí tuvieron que disponer de guardias de seguridad”.
“A diferencia de la opinión generalizada, es la cápsula, el nudo y los primeros cinco centímetros del tallo la parte de la planta que contiene los alcaloides, la sustancia empleada en la producción de los opiáceos. Las semillas, en cambio, se destinan al sector cosmético, la repostería o la elaboración de pienso.
