Nube de Monte

Historias de las cuencas Grijalva-Usumacinta

Fruto del árbol de castaña (Artocarpus camansi). Foto: Francisco Cubas

La castaña y el pan de sopa, regalos de Oceanía al Sureste

La castaña (Artocarpus camansi) es un árbol silvestre de Nueva Guinea, que los habitantes diversas islas cultivaron hasta lograr el árbol del pan (Artocarpus altilis). Ambas especies fueron transportadas a los trópicos de todo el mundo por ingleses y franceses a finales del siglo XVIII

Por: Francisco Cubas

1 de febrero de 2021

«Castañaaaaa, castañaa calienteeee… calientita la castañaaa», es el anuncio que todavía puede escucharse de viva voz en el centro de Villahermosa. Lo gritan vendedores callejeros, que venden bolsitas de estas semillas cocidas. Generalmente quienes las venden son personas maduras, las nuevas generaciones ya no se dedican a estas cosas. El vendedor que me he topado hoy, José Luis Rodríguez Sosa, es además un orgulloso agricultor. Mientras me despacha las castañas me cuenta que tiene un ranchito en Jalpa de Méndez, la ciudad capital del municipio homónimo, y ahí cultiva una variedad de árboles y hortalizas, cuyos productos vende al mayoreo y menudeo. «Con eso mantengo a mi familia», dice, orgulloso. 

Me cuenta, en una rápida entrevista para Nube de Monte, que tiene un «tabloncito» (un tablón, me dice, es una línea de 20 árboles), de castaña, junto a otros de zapote, chicozapote, rambután, naranja, limón, entre otros. Es necesario aclarar que estas «castañas» no tienen nada que ver con las europeas, las nueces que produce el castaño (Castanea sativa). El árbol que llamamos castaña en la zona baja de las cuencas Grijalva-Usumacinta es el Artocarpus camansi, originario de Nueva Guinea. 

Árbol de castaña (Artocarpus camansi). Foto: Francisco Cubas

La tradición oral

José Luis Rodríguez Sosa nació en Villa Estación Chontalpa, en el municipio tabasqueño de Huimanguillo, donde sus padres se dedicaban al cultivo de cítricos característico de esa zona. Se hizo Ingeniero Técnico en Telecomunicaciones y trabajó en Telmex, hasta que un grave accidente provocó que lo jubilaran anticipadamente. Desde entonces se dedica a la agricultura en su ranchito en Jalpa de Méndez, lugar a donde se mudó al casarse. «Yo cultivo, siembro, vendo al menudeo y al mayoreo. En mi ranchito tengo zapote, chicozapote, pan de mata, castaña, cuinicuil, rambután, chinín, aguacate, naranja, limón de injerto, limón criollo, y muchas hortalizas».   Ya muy poca gente cultiva la castaña, o cualquier árbol, porque prefieren limpiar el terreno y meter ganado. Pero yo les digo que con los árboles y las hortalizas en mi terrenito gano más que si tuviera yo vacas, porque luego se les acaba la pastura y tienen que andar comprando o alquilando terreno, y cuando van a vender la vaca ya deben más de la mitad. Para sembrar la castaña yo busco las castañitas huacas, las que salen dobles, y esas crecen bonito y empiezan a dar a los 3 años. Lo único que les pongo en verano es urea, como abono para que resista la sequía, pero no tiene nada de plaga, sólo las ardillas, que se comen la fruta, pero pues hay que dejarle algo a los animalitos. El árbol de castaña dura toda la vida y siempre está dando fruta, es como el mango». 


A cinco cuadras de donde acabo de comprar las castañas a José Luis pasa el río Grijalva, por el cual, en la década de 1680, navegó el pirata inglés William Dampier (1651-1715), robando, violando y esclavizando a los pueblos de la zona, al mismo tiempo que hacía apuntes detallados de la flora y la fauna, porque dentro de él habitaba un naturalista nato. Esto tiene que ver con nuestra historia, porque después de su estancia en estas costas, Dampier continuó sus viajes, y en 1686, en las islas del Pacífico, se encontró con una planta que parecía salida de una leyenda: el árbol del pan. 

El árbol del pan y la castaña están íntimamente relacionados, pero eso lo aclararemos más adelante. Sigamos con Dampier, además de robar para el rey de Inglaterra, fue la primera persona que le dio la vuelta al mundo en barco tres veces. De regreso de su primer ciclo de viajes, en 1697, escribió el libro Un viaje alrededor del mundo, en el cual describrió por primera vez para los europeos el árbol del pan y su prodigioso fruto, que había sido utilizado por los habitantes de Melanesia y Polinesia durante más de 3 mil años. El libro fue un gran éxito de ventas, e introdujo a la lengua inglesa palabras como avocado (aguacate), barbecue (barbacoa), cashew (marañón), catamaran (catamarán) y, por su puesto, breadfruit (fruto del pan). 

Primera edición del libro de Dampier, Un viaje alrededor del mundo, publicado en 1697. En la entrada dedicada al año 1686, en esta página, está la primera descripción del árbol del pan que leyeron los europeos.
Retrato de una persona huli, tribu de Nueva Guinea que ha permanecido en la isla desde hace más de 1,000 años. Fueron estas tribus quienes comenzaron a cultivar el árbol del pan. Foto: Wikipedia

Entre las muchas personas que leyeron el libro estaba Joseph Banks (1743-1820), un acaudalado lord con vocación de naturista, fundador del Real Jardín Botánico de Kew, y director de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural. Banks viajó con el capitán James Cook por las islas del Pacífico entre 1768 y 1771, donde pudo conocer de primera mano el árbol del pan, que le pareció una gran oportunidad para resolver un problema urgente del imperio inglés: cómo alimentar de manera eficiente a sus esclavos en sus colonias tropicales. 

En la entrada de su diario de a bordo, el 14 de agosto de 1769, escribió:

«En lo referente a la comida, se podría decir que estas felices personas estan exentas de la maldición de nuestros ancestros; no se puede decir que se ganen el pan con el sudor de su frente, porque lo único que tienen que hacer es trepar a un árbol y tomarlo. No es que los árboles broten espontáneamente, pero si un hombre en el curso de su vida plantara 10 de estos árboles, lo cual puede hacerse en una hora, ya había completado su deber para sí mismo y sus futuras generaciones, mientras que nosotros, nativos de climas menos templados, tenemos que esforzarnos por sembrar y cosechar soportando el frío del invierno y el calor del verano»

Joseph Banks

Unos años más tarde, en 1787, como presidente de la Real Sociedad, organizó una expedición, cuyo objetivo sería recorrer medio mundo, hasta Tahití, para recolectar ejemplares del árbol del pan y después recorrer otro medio mundo de regreso para depositarlos en las colonias inglesas del Caribe. El barco designado era el Bounty, a cargo del capitán William Bligh.

Tras un largo y accidentado viaje a Tahití, el Bounty salió de regreso en abril de 1789 con más de 1,000 arbolitos del pan, pero tres semanas más tarde la tripulación se amotinó, el capitán Bligh y algunos oficiales fieles a él fueron embarcados en una lancha en alta mar y todos los árboles fueron tirados por la borda. Es bueno recordar que las tripulaciones de los barcos en esa época estaban conformadas en su mayoría por personas desposeídas, campesinos que habían sido despojados de sus tierras por la nobleza y los terratenientes, personas que habían sido encarceladas por no tener trabajo, huérfanos que tenían quien respondiera por ellos. Encerrados en pequeños camarotes, expuestos al sol, las tormentas y el trabajo pesado, disciplinados a fuerza de latigazos y ejecuciones, estas personas fueron las ruedas sobre las que rodaron los imperios más grandes del mundo. 

Pomare I, aprovechó el motín del Bounty para convertirse en el primer rey de Tahití en convenio con los europeos. Los primeros árboles del pan que llegaron a América salieron de Tahití.

William Bligh sobrevivió. Guió a su lancha a través de 6,700 km de océano, con los 18 tripulantes alimentándose de 40 gr de pan al día, en lo que ha sido celebrada como una de las más grandes hazañas de navegación europea en la historia. 

Entre 1791 y 1793 Bligh viajó de nuevo a Tahití, y esta vez sí logró llevar los preciosos árboles al caribe. Aunque para entonces ya los franceses habían tenido la misma idea (o la habían copiado) y sus barcos también estaban diseminando el árbol del pan en sus colonias tropicales. A pesar de todo ese esfuerzo, la idea de Joseph Banks no funcionó, porque los esclavos del Caribe no estaban acostumbrados a comer el fruto, y nunca, en aquella época, lo hicieron parte principal de su dieta. De todas formas, William Bligh fue enterrado en 1817 en Londres, en el museo de jardines Saint Mary’s Lambeth, y en su tumba hay una imagen de un fruto del pan, con un epitafio en el que puede leerse: “En memoria de William Bligh, célebre navegante que trasplantó por primera vez el árbol del pan desde Tahiti a las Indias Occidentales”. 

La tumba de William Bligh en Londres.

Casi un siglo después, en 1875, el célebre naturalista tabasqueño José Narciso Rovirosa escribió lo siguiente en su obra El partido de Macuspana, Monografía Histórico-Geográfica:

«La inmigración de algunas plantas de climas cálidos, principalmente de las costas de Indostán, del Africa y de la América del Sur, también contribuirán a enriquecer la vegetación de Tabasco. La experiencia va demostrando que las condiciones locales del clima de esta parte de la República Mexicana, son las más propias para el desarrollo del canelero (Laurus cinamomum), del árbol del pan (Artocarpus incisa) y del Eucalyptus globulus. (…) El árbol del pan, cuyos frutos asados y cocidos tienen los mismos usos que las raíces tuberosas del Jatropha manihot o yuca, se encuentra cultivado en las huertas de algunos pueblos del Estado».

El nombre científico que menciona Rovirosa ha caído en desuso, como ocurre a veces conforme se refinan la descripciones de las especies, y se entienden mejor las relaciones entre ellas. 

El fruto del pan se cultiva hoy en más de 90 países, en el Caribe, África, Centroamérica y Sudamérica, India, sureste de Asia y otras regiones tropicales. Actualmente pueden encontrarse en México principalmente tres especies de estos árboles asiáticos del género Artocarpus, que pertenecen a la familia de las moráceas: la castaña (Artocarpus camansi), el árbol del pan (Artocarpus altilis) y la yaca (Artocarpus heterophyllus).

Mapa no muy actualizado de la distribución del árbol del pan (Artocarpus altilis). En verde aparece su territorio original, en morado los lugares donde fue introducido. Fuente: Plants of the World Online.

De ellos, sólo la yaca, cuya pulpa es muy fruta es muy apreciada por las personas de hábitos veganos, se cultiva comercialmente, sobre todo en Nayarit, que concentra el 90% de estos árboles en el país, con más de mil hectáreas sembradas.  

En cambio la castaña y el árbol del pan han sido un olvidados como opciones alimenticias principales, a pesar de que son altamente nutritivos, ricos en carbohidratos, proteínas, fibra, y una buena fuente de vitaminas y minerales. Ambas especies crecen sin problemas en terrenos tropicales por debajo de los 1,000 metros sobre el nivel del mar, de modo que la parte baja de las cuencas Grijalva-Usumacinta ha sido un lugar ideal para ellas. Sin embargo, se cultivan muy poco, salvo en el municipio de Tenosique, donde las hojas de castaña son parte esencial de la Danza del Pochó, un ritual característico del carnaval en esa región (Ver artículo en Nube de Monte). 

Cojoes, personajes de la Danza del Pochó, antes de ponerse sus máscaras para iniciar la celebración en Tenosique, Tabasco. Obsérvese las hojas de castaña, que hoy son parte fundamental del atuendo. Foto: Francisco Cubas 2010

Hemos dicho anteriormente que el árbol del pan y la castaña están íntimamente ligados. De hecho, la castaña (Artocarpus camansi) es el árbol silvestre originario de Nueva Guinea, del cuál los habitantes Melanesia y Polinesia obtuvieron, a partir del cultivo y la hibridación, el árbol del pan (Artocarpus altilis). Si nos detenemos a pensarlo veremos que tiene lógica (pero además hay evidencia genética al respecto): el fruto del árbol de castaña tiene semillas, y puede reproducirse por sí mismo, ayudado por aves y murciélagos que las dispersan; el fruto del árbol del pan no tiene semillas, y es incapaz de reproducirse por sí mismo, necesita ser sembrado por humanos. Los isleños del pacífico, a lo largo de varias generaciones, fueron modificando el árbol silvestre para obtener uno cuya fruta pudiera aprovecharse de manera más eficiente. 

A través del cultivo selectivo, los habitantes de Oceanía convirtieron al árbol silvestre de castaña (Artocarpus camansi) en el árbol del pan (Artocarpus altilis), que luego se ha mezclado con otro árbol silvestre del mismo género, el Artocarpus mariannensis, generano una gran cantidad de híbridos que sólo se encuentran en aquella parte del mundo.
El diagrama muestra como, a medida que los isleños fueron asentándose en las diferentes islas de Melanesia, Polinesia y Micronesia, se fueron creando diferentes variedades del árbol del pan.
El paso de la castaña (Artocarpus camansi) al árbol del pan (Artocarpus altilis) se ha estudiado para tratar de entender mejor el orden en que fueron pobladas las islas de Melanesia, Micronesia y Polinesia. Fuente: A transcriptome screen for positive selection in domesticated breadfruit and its wild relatives 2018

Los especialistas señalan tres especies que constituyen el llamado complejo del árbol de la fruta: Artocarpus altilis (fruto del pan), Artocarpus camansi (castaña) y Artocarpus mariannensis, un árbol silvestre de Oceanía. De estas tres especies se han derivado muchos híbridos. En la región del pacífico se conocen cientos de nombres en diferentes lenguas para distintas variedades, es la zona original, el centro de la diversidad genética. En contraste, la gran mayoría de los árboles que existen en América son descendientes de unos cuantos ejemplares que fueron distribuidos por franceses e ingleses, de modo que su diversidad genética es muy baja (esto es algo que ocurre con muchos otros cultivos, como el café y el plátano).   

Las semillas del árbol de castaña tienen un alto valor nutritivo, pero han sido poco utilizadas como fuente de alimentación, y generalmente son menos conocidas que el famoso árbol del pan. En las Filipinas se cocina (igual que el árbol del pan) con leche de coco y especias. De las semillas se puede hacer pasta, harina, mantequilla o aceite. En Tabasco y las partes bajas de la Sierra Norte de Chiapas, la castaña sólo se da en invierno, en los meses de diciembre y enero, y se comen cocidas con sal, o como ingrediente de postres caseros. El fruto del pan (frutipan, o pan de sopa) se usa en diferentes caldos, o se corta en pequeñas rebanadas para comerlos fritos, como los plátanos, o se come frito con miel, como postre. 

El fruto del pan (Artocarpus altilis), con una muestra de sus rodajas fritas en aceite, una de las formas en que se consume en la parte baja de las cuencas Grijalva-Usumacinta. Fotos: Francisco Cubas

En la región Grijalva-Usumacinta, estos árboles requieren poca atención y prácticamente no tienen plagas, comienzan a dar frutos entre los 3 y los 5 años y producen durante muchas décadas. Los frutos son altos en carbohidratos complejos, bajos en grasa, y son una buena fuente de fibra y minerales. Tienen proteína de mayor calidad que el maíz, el trigo, la soya, la papa y el frijol. Tienen un índice glucémico bajo, que podría ser beneficioso para el control de la diabetes. 

En Oceanía, la castaña y el árbol del pan se usan en la medicina tradicional. Las hojas se usan para tratar la cirrosis, la hiptertensión y la diabetes. Los estudios de laboratorio han confirmado propiedades antibióticas, antivirales, antihelmínticas, antiimflamatorias y antioxidativas en estas plantas. 

Fruto maduro de la castaña y semillas. Foto: Francisco Cubas

Muchos chefs y técnicos de la comida están explorando los usos de estas frutas para desarrollar productos con valor añadido. Se está plantando en diversos lugares del mundo para seguridad alimenticia, agricultura regenerativa, agroforestería y en patios de las casas, como fuente extra de ingreso. Prueba de este interés reciente es el Instituto del árbol del pan (Breadfruit Institute), creado por el grupo privado Jardín Botánico Tropical Nacional, en Estados Unidos. En Tabasco y Chiapas, sin embargo, sólo se ha estudiado como posible suplemento alimenticio para la cría de lechones (ver bibliografía al final del artículo). 

Actualmente no hay en México un interés comercial para la castaña o el fruto del pan, no son productos que se encuentren en los supermercados, ni están en la dieta común de la mayoría de los habitantes urbanos de la región. Su uso está restringido a la cercanía de los lugares donde se cultivan. Pero ante los cada vez más visibles efectos del cambio climático, estas dos especies podrían llegar a jugar un papel importante en la seguridad alimenticia y en el cultivo de sistemas agroforestales menos contaminantes y más armónicos con los ecosistemas de la región.  

Forma en que se extraen las semillas de la castaña (Artocarpus camansi). Vídeo: Francisco Cubas

Una gran parte del daño que la especie humana ha causado a los ecosistemas de todo el planeta ha sido la introducción (voluntaria o involuntaria) de especies invasoras, que se convierten en plagas o causan severos daños a la fauna y la flora nativas. Los Artocarpus están entre las excepciones. Su introducción al trópico americano no tuvo consecuencias negativas, y en un futuro podría llegar a ser muy beneficiosa. 

Mientras termino de pelar y disfrutar mis castañas calientitas, pienso en que tal vez esta fruta sea una de las pocas cosas positivas que dejaron aquellos viajes imperiales de guerra, saqueo y esclavitud, cuyas consecuencias aún se sigen padeciendo por todo el mundo. 

Castañas (Artocarpus camansi) cocidas con sal. Foto: Francisco Cubas

Para saber más:

Morphological diversity in breadfruit (Artocarpus, Moraceae): insights into domestication, conservation, and cultivar identification. A. Maxwell P. Jones, Susan J. Murch, Jim Wiseman, Diane Ragone, 2012.

Complex origins of breadfruit (Artocarpus altilis, Moraceae): implications for human migrations in Oceania. Nyree J. C. Zerega, Diane Ragone, Timothy J. Motley, 2004

A transcriptome screen for positive selection in domesticated breadfruit and its wild relatives (Artocarpus spp.), 2018. Kristen Laricchia, Matthew G Johnson, Diane Ragone, Evelyn Williams.

Breadfruit (Artocarpus altilis): A source of high-quality protein for food security and novel food products. Ying Liu, Diane Ragone, Susan Murch, 2015.

Artocarpus: A review of its traditional uses, phytochemistry and pharmacology. U.B. Jagtap, V.A. Bapat, 2010.

Efecto del uso de castaña (Artocarpus camansi) como suplemento preiniciador en lechones. Gómez Solís M.I., Cruz-Bacab L.E., Hernández Hernández U.

Instituto del árbol del pan (en inglés).

Recetario del árbol del pan (en inglés).

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11 respuestas a «La castaña y el pan de sopa, regalos de Oceanía al Sureste»

  1. Avatar de Oscar Padilla Bonfil
    Oscar Padilla Bonfil

    Excelente información a decir verdad no sabía de su origen pero si lo deliciosos platillos que se preparan de estos frutos Son un majar al Paladar
    Gracias por la información

  2. […] pasando al lado de árboles de chinín (Persea schiedeana), chicozapote (Manilkara zapota) y castaña (Artocarpus camansi) entre muchos […]

  3. Avatar de Luca Gau
    Luca Gau

    Excelente info. Muchas gracias. En español casi no hay nada sobre este gran fruto. Yo tengo 2 árboles y saben delicioso. Las hier o en olla de presión. Ya hice harina pan y atoles p

    1. Avatar de Nube de Monte
      Nube de Monte

      Muchas gracias por su lectura!

  4. Avatar de Gabriela López
    Gabriela López

    Excelente información. Gracias por compartir.

    1. Avatar de Nube de Monte
      Nube de Monte

      Muchas gracias.

  5. Avatar de Jonatan Guzmán Zacarías
    Jonatan Guzmán Zacarías

    Excelente artículo que me permitió conocer el origen de este exótico y delicioso alimento. Además, de todos los beneficios que tiene para los que la consumimos.
    Solo tengo una duda: ¿Cuál es la fecha ideal para sembrarla, ya que quiero sembrar unas plantitas?
    ¡Muchas gracias!

  6. Avatar de Abraham
    Abraham

    Excelente información, felicidades, saludos desde Chiapas, rio Grijalva.

    1. Avatar de Nube de Monte
      Nube de Monte

      Muchas gracias.

  7. Avatar de Rosa Cortázar
    Rosa Cortázar

    ME ENCANTÓ!!!!

    Hermosa redacción, muchísimas gracias por dar a conocer de esta manera la riqueza de nuestra tierra. Me llena de orgullo ser oriunda de Tabasco y a pesar de no vivir allá hace muchos años, no puedo evitar emocionarme con la manera en que expresan la información, Mil gracias, me ha hecho sentir de nuevo en casa.

    1. Avatar de Nube de Monte
      Nube de Monte

      Muchísimas gracias, esa es nuestra razón de ser. Esperamos que siga visitando nuestra página.