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El hallazgo de un exoplaneta sin atmósfera que orbita una enana roja reduce las posibilidades de que haya vida alrededor de este tipod e estrellas.

Nuestro problema con los exoplanetas es que tenemos un gran sesgo observacional. Las estrellas más abundantes son las enanas rojas y, además, en ellas es mucho más fácil detectar planetas que estén en sus zonas de habitabilidad. La inmensa mayoría de exoplanetas que hemos detectados orbitan este tipo de estrellas.

Pero este tipo de estrella tiene una infancia muy activa en donde se generan grandes tormentas solares que pueden impedir la aparición de vida en los planetas que la circunden e incluso eliminar sus atmósfera.

Ahora se podido apuntar a que un planeta similar a la Tierra (GJ 1252b) que orbita una enana roja parece no tener atmósfera. Este descubrimiento podría causar un cambio importante en la expectativas de búsqueda de vida en otros planetas.

Este descubrimiento podría significar que una gran cantidad de planetas que orbitan alrededor de estas estrellas también pueden carecer de atmósferas y, por lo tanto, es poco probable que alberguen seres vivos.

GJ 1252b orbita su estrella dos veces durante el transcurso de un solo día. Es un poco más grande que la Tierra y está mucho más cerca de su estrella que la Tierra del sol, lo que hace que este planeta sea intensamente caliente e inhóspito.

«La presión de la radiación de la estrella es inmensa, suficiente para eliminar la atmósfera de un planeta», dice Michelle Hill (UC Riverside).

La Tierra también pierde algo de su atmósfera con el tiempo debido al Sol, pero las emisiones volcánicas y otros procesos del ciclo del carbono hacen que la pérdida sea apenas perceptible porque reponen lo que se pierde. Sin embargo, a una mayor proximidad a una estrella, un planeta puede que no sea capaz de seguir reponiendo la cantidad que se pierde.

En nuestro sistema solar, este es el destino de Mercurio. Tiene una atmósfera, pero extremadamente delgada, compuesta de átomos que el Sol arranca de su superficie. El calor extremo del planeta hace que estos átomos escapen al espacio.

Para determinar si GJ 1252b carece de atmósfera, los investigadores implicados midieron la radiación infrarroja del planeta cuando su luz se oscurecía durante los eclipses secundarios. Este tipo de eclipse ocurre cuando un planeta pasa detrás de una estrella y la luz del planeta, así como la luz reflejada por su estrella, se bloquea.

La radiación reveló que la abrasadora temperatura diurna en el planeta era suficiente como para fundir el oro, la plata o el cobre. El calor, junto con la supuesta baja presión en la superficie, llevó a los investigadores a creer que no hay atmósfera.

Incluso con una enorme cantidad de dióxido de carbono, que atrapa el calor, los investigadores concluyeron que GJ 1252b aún no sería capaz de aferrarse a una atmósfera. «El planeta podría tener 700 veces más carbono que la Tierra, y aún así no tendría una atmósfera. Se acumularía inicialmente, pero luego disminuiría y se erosionaría», dice Stephen Kane (UCR).

Las estrellas enanas rojas (tipo M) tienden a tener más destellos y actividad que el Sol, lo que reduce aún más la probabilidad de que los planetas que las rodean puedan retener sus atmósferas.

«Es posible que la condición de este planeta sea una mala señal para planetas aún más alejados de este tipo de estrella. Esto es algo que aprenderemos del Telescopio Espacial James Webb, que observará planetas como estos», dice Hill.

Hay 5000 estrellas en el vecindario de la Tierra, la mayoría de ellas enanas rojas. Incluso si los planetas que los orbitan pueden descartarse por completo, todavía hay aproximadamente 1000 estrellas similares al sol que podrían ser habitables.

«Si un planeta está lo suficientemente lejos de una enana roja, potencialmente podría retener una atmósfera. No podemos concluir todavía que todos los planetas rocosos alrededor de estas estrellas se reduzcan al destino de Mercurio. Sigo siendo optimista», dice Hill.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: NASA/ESA/STScI/G. Bacon.