Alcalinización con agua y oxígeno – Los factores más importantes que influyen en el PH del organismo son la alimentación y la acumulación de toxinas.
El Dr. Robert Young, científico, pedagogo, microbiólogo, consultor nutricional y autor de varios libros, tras investigar el funcionamiento del cuerpo a nivel celular, afirma en su teoría «Nueva Biología», que:
«Detrás de toda enfermedad se esconde una única razón, que no es otra que la acidificación del organismo».
La acidificación es una espiral descendente que cambia nuestro equilibrio interno y nos destruye de forma desapercibida. Es producto de la mala nutrición, el estrés, las consecuencias del daño medio ambiental y los pensamientos negativos.
Antiguamente este fenómeno afectaba fundamentalmente a los mayores de 60 años, hoy día comienza en edades cada vez más tempranas.
La deshidratación y la falta de oxígeno a nivel celular son las causas fundamentales de este fenómeno.
El equilibrio del PH comienza con la hidratación
El agua transporta los nutrientes del sistema digestivo a las células, y los productos de degradación desde estas hasta los órganos excretores para su expulsión. Juega un papel importante en los procesos de respiración, termorregulación y electro-químicos presentes en la función nerviosa.
La deshidratación crónica conlleva serios trastornos para la salud. El cuerpo intenta desprenderse a toda costa de residuos y toxinas que se originan cuando lleva a cabo sus funciones vitales. Sin suficiente agua no puede expulsarlas mediante la orina, y se ve obligado a almacenarlas en «áreas menos importantes» como son el sistema vascular y las articulaciones.
La deficiencia de oxígeno o Hipoxia
La respiración humana consta básicamente de los siguientes procesos:
- Inhalación y exhalación: la entrada y salida de aire a nuestros pulmones.
- Intercambio gaseoso en los alvéolos pulmonares: transporte de oxígeno a las células.
- Respiración celular: es el proceso de reacciones bioquímicas mediante el cual tiene lugar la combustión de los compuestos orgánicos liberando energía aprovechable por la célula.
Cada una de las células de nuestro cuerpo (unos 75-100 billones aproximadamente) actúa como una pequeña caldera que «quema» pequeñas partículas orgánicas y genera energía.
El objetivo final del oxígeno que respiramos es su utilización en esta combustión.
Si la célula dispone de suficiente oxígeno la combustión es perfecta; se genera más energía y menos residuos. En el caso opuesto, la ausencia o deficiencia de oxígeno dificulta la combustión generándose menos energía y más desechos metabólicos que se originan en forma de ácidos.
El ciclo de Krebs, también conocido como ciclo del ácido cítrico o de los ácidos tricarboxílicos (CAT o TCA), se caracteriza por una serie de reacciones bioquímicas que se desarrollan en la matriz mitocondrial. En el siguiente esquema se observan algunas estas reacciones.
Diagrama del ciclo de Krebs simplificado
La figura muestra como la combustión tiene lugar a través de la conversión de ácidos entre sí. Se observa con claridad como, en caso de que algún estado del proceso no cuente con suficiente oxígeno, dichos ácidos comienzan a acumularse.
Es esta la causa de que la hipoxia represente un factor favorable para el desarrollo de muchas enfermedades, incluyendo el crecimiento de un tipo de células cancerígenas.
De lo anterior podemos concluir que en condiciones anaeróbicas los procesos metabólicos celulares se llevan a cabo ineficientemente y el nivel de energía del organismo disminuye.
Como resultado de la hipoxia encontramos además síndrome de fatiga crónica y otras muchas dolencias.
Aún no ha calado en la conciencia médica colectiva que la gran mayoría de cánceres (no todos) son consecuencia de la hipoxia, que a su vez induce a la angiogénesis.
Avicena, científico, médico y filosofo persa, describió la sangre rica en oxígeno como el «fluir de la vida».
En el año 1931 el científico Otto Heinrich Warburg (1883-1970) recibió el premio Nobel en Fisiología y Medicina por su tesis «La causa primaria y la prevención del cáncer». Algunas de sus afirmaciones son las siguientes:
«las células sanas viven en un entorno alcalino y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento»
«los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos»
«Las bacterias y virus solo se reproducen en medio ácido»
El proceso de alcalinización es esencialmente la desintoxicación del cuerpo y el equilibrio del PH.
Una desintoxicación a fondo es importante al menos dos veces al año; la alcalinización, sin embargo, es un proceso que es necesario enfrentar día a día.
En el equilibrio del PH son esenciales una alimentación saludable (80% de alimentos alcalinizantes y 20% de acidificantes), la práctica de ejercicio físico y una adecuada oxigenación de los tejidos.
Obtención de oxígeno
No solo a través de las vías respiratorias y de la piel en contacto con el aire incorporamos oxígeno al organismo; investigaciones realizadas en la década de los 90, demostraron que el oxígeno contenido en los líquidos que ingerimos se absorbe a través del tejido blando de la boca, del esófago, del estómago, y de la mucosa intestinal. Con este hecho comenzó la producción industrial de agua enriquecida con oxígeno.
Son muchos los escépticos en cuanto a la absorción del oxígeno a través del tracto digestivo, algunos de ellos incluso profesionales.
Sin embargo esta afirmación está certificada por el conocimiento fisiológico de los procesos de absorción y es un hecho que se utiliza en ambiente clínico desde hace muchos años.
Terapia de oxígeno peroral
Las terapias de oxígeno y ozono poseen un amplio pasado, en Alemania, Rusia y otros países de nuestro entorno se llevan a cabo desde hace más de 40 años.
La terapia de oxígeno peroral fue inicialmente desarrollada y aplicada en ambiente médico por el profesor Dr. A. Pakdaman en su clínica de oncología en 1970, suponiendo una innovación en la medicina y la biología, ofreciendo perspectivas prometedoras para el tratamiento de diferentes patologías médicas.
En 1993 el profesor Dr. Pakdaman, recibió el premio a la mejor investigación en Medicina Biológica y en el año 2000 fue galardonado con el Certificado de Innovaciones por su trabajo clínico y científico en el área de la oncología y la investigación del oxígeno, especialmente por la terapia de oxígeno peroral.
Beneficios del agua enriquecida con oxígeno
El agua enriquecida con oxígeno se ha aplicado en medicina nutricional, clínica y científica para tratar la hipoxia celular; incidiendo positivamente en el aporte de oxígeno del organismo sin tener ningún efecto secundario.
La práctica clínica ha demostrado que con este tipo de terapia de oxigeno, se estimula la regeneración de muchos procesos vitales, se recargan los almacenes de oxígeno, se acelera la eliminación de ácido en los tejidos y se favorece el metabolismo celular.
Como resultado del incremento de oxígeno al cerebro, reduce la fatiga física y mental, aumenta el rendimiento, ayuda a la concentración y conlleva a un aumento considerable de vitalidad, salud y calidad de vida.
Especialmente las personas que practican deportes (fueron los deportistas de élite los primeros que utilizaron este recurso fuera del ambiente clínico) o los que realizan una actividad física intensa, se benefician de una bebida energética sana y natural con dos ventajas sustanciales: La presión parcial de oxígeno aumentada incrementa el estado de energía – lo que posibilita un entrenamiento de más alto nivel – y como todos los procesos regenerativos tienen como base el oxígeno, también se realizan de forma más veloz.
El efecto alcalinizador del agua enriquecida con oxígeno se basa en su acción de diluir los ácidos, disminuyendo el PH de los tejidos y de la sangre.
Se recomienda con un tratamiento adicional a los procedimientos médicos estándar; cirugía, quimioterapia y radioterapia, mejorando la calidad de vida de los enfermos.
La utilización del agua enriquecida con oxígeno ha demostrado amplios beneficios para la salud en general, siendo una bioterapia complementaria que colabora en gran medida al mantenimiento de la salud y a restaurar el equilibrio alterado. Equilibrio no significa necesariamente salud, pero sí que al menos que en ese momento el organismo dispone de suficiente energía para dirigirse hacia la curación.
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