Homosfera, heterosfera y exosfera

Se puede analizar también la estructura de la atmósfera en función de su composición química. En ese caso se distinguen tres capas diferenciadas: la homosfera, la heterosfera y la exosfera.

La homosfera, que se eleva hasta unos 100 km de altura, se compone esencialmente de nitrógeno (78%) y oxígeno (21%), y contiene en proporciones muy pequeñas argón, dióxido de carbono, hidrógeno y metano.

Arriba, distintos componentes de la atmósfera
representados en tamaños proporcionales
a su peso total (esferas) y a su volumen total
(cubos). A la izquierda, incendio en Canadá que
provocó inquietud de los ecologistas por
sus terribles efectos contaminantes.

Uno de los problemas que se plantean actualmente a la humanidad es precisamente el aumento excesivo del dióxido de carbono en la atmósfera. Este incremento del contenido de dióxido de carbono, como consecuencia, entre otras causas, de las emisiones gaseosas de las industrias o de la combustión de los motores de explosión, puede dar origen al llamado efecto invernadero, que se produce cuando el exceso de CO2 no deja pasar la energía que la Tierra devuelve a la atmósfera transformada. De hecho, el mayor peligro del efecto Invernadero, como su nombre indica, estriba en que podría dar lugar a un recalentamiento global de nuestro planeta que acabaría por hacer imposible la vida sobre la Tierra. Algunos científicos sostienen que el exceso de dióxido de carbono será absorbido por la masa vegetal, en particular por los grandes bosques tropicales, pero otros consideran que no será así y que dentro de 50 años la temperatura ya habrá aumentado en 2,5 °C de media, mientras que las precipitaciones habrán disminuido en un 10%.

La homosfera coincide aproximadamente con las tres primeras capas térmicas de la atmósfera (troposfera, estratosfera y mesosfera), en las cuales la composición química es la que queda dicha, salvo en la parte superior de la estratosfera, donde predomina el ozono. Es la denominada ozonosfera o capa de ozono, que absorbe una parte de la radiación ultravioleta del Sol, impidiendo que estos rayos tan perjudiciales para la vida humana lleguen hasta la superficie de nuestro planeta.

El ozono es un gas cuya molécula está formada por tres átomos de oxígeno (O3), que se forma y se descompone en la atmósfera por la absorción de los rayos ultravioletas procedentes del Sol. Este proceso, que ha tenido lugar inalterablemente durante miles de años, se ha visto afectado en los últimos tiempos por ciertas emisiones contaminantes que han producido un «agujero» en ra capa de ozono. Es decir, que el ozono ha dejado de formarse como hasta entonces y, a consecuencia de esto, una parte de nuestro planeta ha quedado sin su protección benefactora.

Evolución del agujero de la capa de ozono sobre la Antártida
desde 1979 hasta 1992, según las imágenes obtenidas
por el satélite Nimbus-7.

Según los científicos, los causantes de esta alteración en la capa de ozono son ciertos gases derivados del cloro denominados clorofluorocarbonados (CFC). Estos gases, empleados en los aerosoles, en neveras y sistemas de refrigeración, han sido prohibidos por muchos gobiernos a raíz de la voz de alarma lanzada por científicos y ecologistas. Los resultados no se harían esperar y, por fin, en 1996, los investigadores pudieron constatar que el agujero de la capa de ozono comenzaba a cerrarse.

En la parte inferior de la homosfera, es decir, en la troposfera, y especialmente en los primeros 3 km, el aire contiene algunas impurezas, como vapor de agua, polvo, cristales de sal, gases sulfurosos, etc. De todas estas impurezas, la más importante es el vapor de agua, que procede de la evaporación de las aguas superficiales y la transpiración de las plantas. El vapor de agua atmosférico tiene una gran importancia en la vida humana, ya que es causante de fenómenos esenciales del tiempo meteorológico, como la humedad, las nubes, la lluvia, el rocío, etc.

La heterosfera, que se extiende aproximadamente entre los 100 y los 1.000 km, se caracteriza por el predominio de gases ligeros que se superponen en cuatro capas, la primera de nitrógeno molecular, la segunda de oxígeno atómico, la tercera de helio y la cuarta de hidrógeno atómico.

Por encima de la heterosfera se encuentra la exosfera, formada por moléculas que no están sujetas a la fuerza de gravedad terrestre y escapan lentamente hacia el espacio exterior.

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