Nota: La asociación modernista de Cartagena de Levante han prestado su imagen para este reportaje fotografico.

La buena fotografía nunca muere

Había llegado a la facultad de Ciencias de la Empresa (CIM) para recoger un libro para continuar con mi formación y mis investigaciones sobre el modernismo, cuando me encontré con José Antonio Martínez presidente de la A.C. Modernistas de Levante que estaba preparando su V Semana Cultural, quise entrar a saludarlos ya es una asociación que está haciendo mucho por el modernismo en Cartagena poniendo siempre mucho empeño e ilusión en todo lo que hacen, pero no me dejaron pasar por el tema del Covid.

Por los ventanales pude observar el trabajo de Joaquín Giró, me di cuenta de que era una exposición esplendida, hace tiempo que sigo los trabajos de Joaquín por su calidad artística, pero en esta ocasión observé que Joaquín había dado un paso más.

Como Mediadora en Arte pude percibir que algo había pasado dentro del espíritu de Joaquín, es verdad que sus modelos miembros de la A. C. Modernistas de Levante son personas que transmite mucha alegría por lo que hace el trabajo más fácil.

 En los trabajos he recordado a Jacques Léonard en su última etapa, aunque este autor se centró en la etnia gitana, pero sí que coinciden con el costumbrismo reflejando una época y una forma de vida.

También en ciertos aspectos en sus retratos refleja la dignidad de sus personajes, igual que Pierre Gonnord que me transporta a la obra de Velázquez en la nobleza e hidalguía de sus modelos, dando igual la categoría social que representen.  

¿Joaquín, por qué llamarte senda de lobos?

 Esa es una pregunta que se repite. A todo el mundo le llama la atención.

Durante nuestros viajes por todos los rincones más perdidos de España y Portugal siempre hemos caminado por pequeños pueblos, aldeas, caseríos y otros lugares solitarios que no sabríamos como calificar. Ha sido difícil llegar a puntos de nuestra geografía donde en el siglo XXI y contando con la tecnología más avanzada, el GPS nos dijera que estábamos en zona no cartografiada.  Especialmente en la Galicia más profunda y en el norte de Portugal – Tras-Os-Montes – hemos andado por sendas estrechas, llenas de vegetación y sintiendo siempre la mirada de sus peludos moradores a nuestras espaldas. Algún aullido hemos escuchado por tierras norteñas, pero siempre nos respetaron, casi como si nos aceptaran en la manada. Ahora hablamos en plural pero durante mucho tiempo, fui un auténtico lobo solitario que se enfrentaba a su trabajo de manera tan silenciosa que ni los propios lobos podían seguir mi rastro. En las sendas y entre otros lobos  se forjó nuestro destino.

𝗦𝗲𝗻𝗱𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝗯𝗼𝘀 nació como un blog dedicado a dejar plasmadas nuestras vivencias en la búsqueda documental y posterior trabajo fotográfico in situ de 𝗳𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮𝘀, 𝗿𝗶𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝘁𝗿𝗮𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 en España. Esta es la parte más personal del trabajo de dos fotógrafos apasionados por la fotografía, las tradiciones, la antropología cultural y la etnografía.

Al mismo tiempo, fuimos forjando desde muchos años atrás una larga carrera profesional dentro del campo de la fotografía de ámbito más comercial: fotografía publicitaria, industrial, editorial y enclave docente.

En febrero del año 2019 nos ofrecen realizar una exposición fotográfica con motivo del Festival Nacional de Folclore del campo de Cartagena. Buscamos personal experto que nos asesorara para la creación de las imágenes, recreación de las escenas e indumentaria y vestuario y, poco a poco, aquel equipo creado casi sin darnos cuenta, se fue afianzando y forjando un grupo multidisciplinar que con el tiempo se ha solidificado dentro del cual hemos decido aunar nuestro trabajo y nuestro talento para aglutinar tanto el trabajo personal como el comercial bajo un mismo nombre.

¿Qué es para ti una senda?

Una senda es ese lugar de coordenadas indeterminadas donde Ana y yo somos felices haciendo lo que nos apasiona. Es como un sistema sanguíneo que recorre un país de fiesta en fiesta, de tradición en tradición, de rito en rito. Una senda es ese lugar por donde caminamos dentro de un mundo aparte, donde hay sitio infinito para leyendas, cuentos, meigas, espíritus y  licantropía. Nuestra senda ideal es la que majestuosamente describe José Luis Cuerda  en la película española “El bosque animado” protagonizada por Alfredo Landa. Esa senda en la que anhelamos ser atracados por Fendetestas y poder tener con él una animada conversación entre humedas nieblas y suave brisa enverdecida…

¿Cuándo comenzó tu carrera?

Soy un fotógrafo de «La vieja Escuela» que hace años, con la llegada de la tecnología y los componentes digitales al mundo de la fotografía, me reinvento apostando muy fuerte por lo que hoy es un presente incontestable para mi trabajo.

Mi primera formación en los años ochenta del siglo XX en mecánica industrial y electro mecánica daban muy pocas pistas de que el mundo audiovisual y más concretamente la fotografía terminarían siendo más que una profesión una pasión que cambiaria toda mi existencia tanto en el terreno profesional como en mi vida personal.

Mis primeras fotografías no tenían otra intención que la de documentar los cambios urbanísticos, que fueron muchos, que iban produciéndose en Cartagena a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado. Los bellos y sucios edificios de la Cartagena modernista me apasionaban y los fotografiaba de manera repetitiva según cambiaban las sombras en sus sinuosas balconadas.

No tenía conocimientos de fotografía. Utilizaba una cámara compacta de calidad más que cuestionable y mi intención artística en estas primeras imágenes era totalmente inexistente. Poco a poco intenté mejorar mis fotografías para lo que adquirí mi primera cámara réflex en uno de los establecimientos fotográficos más emblemáticos de la ciudad. Ese establecimiento cambiaría mi vida más tarde, pero yo aun no lo sabía. Me familiarice con la nueva cámara y con los más básicos conceptos fotográficos de una manera muy natural. Nunca había oído hablar de ello pero entendía cómo funcionaba el diafragma, el obturador, los números «F», la profundidad de campo y el enfoque, la ley inversa del cuadrado de la luz… Era algo que parecía innato y que  hizo que me adentrara más en el mundo de la fotografía. La curiosidad era grande y las ganas de aprender empezaron a hacerme preguntas que me inquietaban sobremanera. Compré un curso en video VHS editado por la entonces poderosa Kodak y lo devoré en una sola tarde. Mis fotografías empezaban a tener más intención, pero aun así mi idea seguía mas el camino de la documentación mas aséptica que el de utilizar la fotografía como un medio de expresión artística.

Amante de las tradiciones y especialmente atraído de manera muy poderosa por la iconografía religiosa, comencé a realizar fotografías de romerías y ritos religioesos en toda la comarca del campo de Cartagena.

Aquello se convirtió en una manera diferente de vivir la fotografía y, mi forma de trabajar comenzó a ser más humanista, más cuidada y con una visión que difería mucho de la de mis comienzos documentando obras, edificios modernistas y excavaciones arqueológicas.

En esta época empecé también a coquetear con el mundo de la radio, la música y las producciones audiovisuales, entrando a formar parte de manera muy intensa en un sector profesional muy atractivo y que definitivamente me alejaba de la mecánica industrial. Se iba abriendo ante mí un nuevo mundo en el que me sentía cómodo y mi mente empezó a generar ideas, muchas de ellas de tal calado que están aún por realizar a hoy en día.

Por aquellos años la fotografía con la que más se identificaba estaba en la vieja escuela de Madrid. Realice estudios de fotografía en una conocidísima escuela de fotografía de la capital y comencé a conocer en persona a fotógrafos a los que veía como dioses, como seres superiores que hacían fotografías que me emocionaban y me  hacían querer siempre un poco más, siempre subir la dosis.

El trabajo de varios fotógrafos dio el golpe de efecto en mi trabajo. Primero Rafael Sanz Lobato y posteriormente Cristina García Rodero. Tras estos vinieron otros como Koldo Chamorro, Ricard Terré, Eugene Smith… El camino empezaba a ser cada vez más claro y encontré en la fotografía documental y el ensayo fotográfico lo que durante tanto tiempo buscaba sin tener claro que ese sería el género en el que necesitaba moverme para cerrar el círculo.

Pero la fotografía documental no era por entonces algo de lo que poder vivir y comencé a trabajar en la central de lo que hoy es una gran cadena de supermercados. Combinaba este trabajo con la radio, la música y la fotografía. En este impasse iba con asiduidad a aquel establecimiento fotográfico donde compré mi primera cámara réflex a revelar carretes, comprar material y charlar con los fotógrafos que allí acudían, que eran muchos y muy buenos.

Con el tiempo me propusieron trabajar para ellos y así entré a formar parte del equipo de Martínez Blaya Fotógrafos. De esta manera entré en el mundo de la fotografía profesional del más alto nivel de donde ya nunca saldría. Por aquella época mis conocimientos en fotografía de estudio y fotografía publicitaria ya eran amplios, no tanto en fotografía social (bodas, bautizos y comuniones) donde me movía algo escaso de recursos. En poco tiempo dominé también esta disciplina de lo social pero nunca fue algo que me apasionara ni me motivara, más bien todo lo contrario. El mundo de la fotografía industrial y publicitaria sí que me apasionaba y tuve aquí la oportunidad de realizar trabajos en los que me enfrente a dificultades técnicas de las que no se enseñan en las escuelas de fotografía. Así me fui forjando en la profesión y adquiriendo oficio.

Pasados algunos años decidí volar solo y durante más de una década combiné la fotografía Industrial y publicitaria con mi obra personal dentro del campo de la fotografía documental.

A día de hoy (2020) y desde hace 5 años atrás fui descargando mi cartera de clientes para centrarme únicamente en temas referidos al campo de la etnografía y la antropología cultural. Folclore, fiestas, tradiciones, ritos y búsqueda de las raíces más ancestrales de nuestro país.

La presión, la ansiedad y el estrés que dominan el mundo de la fotografía publicitaria e industrial fueron haciendo mella en mi salud y una retirada a tiempo parecía la solución para oxigenarse y regresar algún día con ideas y fuerzas renovadas.

Desde hace 30 años y sin saber que han salido de mi cámara miles de personas han visto mis fotografías en numerosos soportes publicitarios, estaciones de tren, aeropuertos, ferias nacionales e internacionales, revistas, prensa, ediciones editoriales… Celoso de mi intimidad realizo siempre su trabajo de manera callada, pasando siempre desapercibido. Amante, casi obseso de la perfección, me caracterizo por estar siempre en mis trabajos rodeado de un equipo humano de primer nivel. Hago buena la frase de Warren Buffet:“Contrata a los mejores y déjalos hacer lo que saben hacer. Si no, contrata a los más baratos y que hagan lo que tú les dices.”

En estos momentos mi vida transcurre de pueblo en pueblo de España realizando una obra de investigación que posteriormente plasmo en mi trabajo fotográfico más íntimo, personal y casi invisible hasta el día de hoy.

En estos últimos meses el equipo de Senda de lobos me ha dado motivos para regresar al mundo comercial… No ha sido fácil y todo ha sido muy negociado y condicionado. A dia de hoy estoy detrás de la cámara de Senda de lobos.

¿Cuál es tu equipo?

Yo hablaría en plural, mis equipos. Por una parte está la parte humana, un equipo multidisciplinar con el que poder abordar los proyectos con garantías de éxito. Como fotógrafo conozco muy bien la técnica fotográfica y los sistemas de iluminación y colorimetría y en este tema no tendrían grandes problemas pero necesito el soporte de profesionales en el campo del vestuario, la indumentaria y sus épocas, la producción y dirección de operaciones. No entiendo abordar proyectos de gran calado sin contar con un equipo de confianza y que estén todos más o menos mentalmente desequilibrados y sin límites preconcebidos.

Sin duda la parte más importante de mi equipo es Ana, Ella es el motor que hace posible el movimiento y el avance por duro y difícil que sea el camino.

Luego hablaría de mi equipo técnico, nuestros juguetitos. En este apartado la respuesta será rápida. Mi equipo está siempre en constante renovación y ampliación. El trabajo publicitario es muy exigente y no nos podemos quedar atrás en la adquisición de tecnología que aporte un plus a nuestros clientes.

Manida es la frase “lo importante no es la cámara, es el fotógrafo”. Sobre esto solo diré que es cierto que hace falta tener aptitudes y talento para realizar este trabajo, pero también digo que un buen fotógrafo con un buen equipo multiplica su potencial. Invertimos parte del beneficio del estudio en constante renovación. Entiendo que haya quien prefiera estar media vida con la misma cámara, el mismo equipo técnico y ofreciendo siempre lo mismo, hasta cuando aquello que ofrece esté ya desfasado y fuera de tiempo y tendencia… El adquirir material no lo veo como un gasto sino como una inversión y un respeto y mimo para con nuestros clientes y nuestra obra personal.

¿Qué es Argentum?

 “ARGENTUM. Memorias de seda y plata” es una pequeña muestra del trabajo sobre la época modernista realizado por Senda de lobos desde el principio del verano de 2020 y llevado a cabo en diferentes localizaciones tanto dentro como fuera de la región de Murcia.

La actual situación sanitaria (Covid 19) ha jugado siempre en nuestra contra llevándonos  a tener que suspender algunas de las sesiones planteadas o, en la mejor de las ocasiones, reduciéndolas en el número de personas que formaban parte de la escena en su inicio. Todas estas fotografías que no hemos podido realizar quedan guardas en la libreta de producción para retomarlas en el momento en que la situación sanitaria así lo permita sin correr ningún tipo de riesgo para la salud tanto de los participantes en las escenas como del propio equipo de trabajo.

En este momento se contabilizan ya en más de 6000 las fotografías realizadas, lo cual no quiere decir que tengamos 6000 fotografías para mostrar, ni mucho menos. Calculamos que el numero de imágenes que cumplan los requisitos para ser mostradas estará en torno a las 150, siendo el resto trabajo previo de iluminación, dirección de modelos, making off y otras pruebas técnicas hasta llegar a la fotografía que cumpla con nuestro criterio de calidad para formar parte del trabajo final. Y nuestro criterio de calidad es siempre el que prima ya que es nuestro nombre el que se expone a juicio público.

Todos nuestros modelos, o casi todos, pertenecen a la A.C. Modernistas de Cartagena de levante, organizadores de esta V muestra modernista de Cartagena y a quienes estamos eternamente agradecidos ya que si no hubiéramos contado con su trabajo, su tiempo y su indumentaria esta exposición no hubiera sido posible.

Nos apena no poder mostrar el trabajo expositivo al completo, pero por otra parte nos llena de satisfacción exhibir de manera pública estas imágenes en los tiempos que corren, cuando todas las salas y centros culturales están cerrados y el mundo de la cultura en general está sufriendo un golpe que lo está hiriendo casi de muerte.

Somos muy positivos, queremos ser muy positivos y pensar que dentro de pocos meses esto lo veremos como un mal sueño y todo volverá a la normalidad, más o menos. Cuando este momento llegue deseamos mostrar este trabajo, tanto dentro como fuera de Cartagena, para llevar la belleza  y la cultura de la época modernista a tantas gentes y lugares, tanto dentro como fuera de e España, como nos sea posible. En este propósito estamos ya trabajando.

Quienes conozcan nuestro trabajo veréis que para esta muestra hemos tenido que reducir el tamaño de las imágenes y optar por un enmarcado diferente a lo que es habitual en nuestro hacer. Ha sido totalmente  necesario ya que de lo contrario, con el poco espacio con el que contábamos y lo reducido del presupuesto no hubiéramos tenido opción a un diseño expositivo en el que mostrar el número de imágenes que podéis ver en esta exposición. Un total de 48 fotografías en un tamaño de 40×50 cm .

Aun cuando no sea ya cámara en mano seguimos embarcados en el proyecto de esta época  modernista. Ahora y tras este primer acercamiento al tema hemos decidido cambiar algunas particularidades en el modo de producción. Ya hemos entablado conversaciones con otras asociaciones modernistas  y recreacionistas de España y estamos convencidos que la espectacularidad e interés del tema y un trabajo de largo recorrido, sin prisas, teniendo muy claro que en estos casos “menos es más” y contando con toda la ilusión que siempre ponemos en nuestros proyectos personales llegaremos a tener una muy buena colección de imágenes con las que ampliar de manera significativa esta exposición.

¿Las fotos que expones son artísticas, puedes vivir del arte o cuál es tu medio de vida?

Pues sin contar estos últimos meses donde la situación es muy complicada (Covid-19) y todos los proyectos están un poco en el aire que provoca la incertidumbre puedo decir con orgullo que mi medio de vida siempre ha sido la fotografía.

Vivir de la fotografía desde el punto de vista artístico es muy difícil en este país donde la cultura visual no es una asignatura que tengamos aun aprobada. Hay quien lo hace y es de admirar. En mi caso esto no ocurre pero tampoco me lo he propuesto como meta ni he realizado grandes esfuerzos para que sea así. La fotografía documental, nuestros trabajos más íntimos y personales, esos que veis en exposiciones y proyectos editoriales llegan a costarnos dinero. Lo asumimos porque la recompensa experiencial en nuestros viajes es lo que mueven nuestras vidas y eso no tiene precio. Vivir no tiene precio.

Soy mi propio jefe, soy autónomo y dirijo junto a Ana un estudio de fotografía. Vivimos una buena época para la fotografía. Evidentemente hablo por mí cuando aseguro que a día de hoy se puede vivir de la fotografía y se puede vivir bien. Hay que trabajárselo mucho y estar siempre activo y no esperando al futuro cliente,  a ese tienes que salir tú a buscarlo y convencerlo de que necesita tus servicios profesionales, que desee con todo su ser tener aquello que tu le puedes dar y él no sabía que necesitaba.

En estos malos momentos producidos por la situación sanitaria es cuando más fuerte estamos apostando por el estudio y nuestros proyectos. Estamos convencidos que quien supere con éxito esta situación tan anómala saldrá muy reforzado y se quedará con gran parte del pastel que está esperando ahí fuera.

¿Las ideas de donde te surgen?

De todas partes. Televisión, prensa, internet, una charla con amigos, mis propias inquietudes… El mundo está lleno de historias por contar, de injusticias por las que luchar, de personas viviendo experiencias que merecen ser inmortalizadas, de tradiciones ancestrales y sonidos pretéritos que me llaman como las sirenas llamaban a Ulises. Tengo la mente tan llena de ideas y futuros proyectos que como dice mi buen amigo José María Moreno, fotógrafo y cronista de Madridejos, harían falta varias vidas para hacer todo lo que queremos hacer.

Hay ideas que entraron y se fueron apoderando de mi mente hace mas de 20 años y aún no ha sido posible hacerlas visibles, pero están ahí, esperando su momento para convertirse en realidad fotografiada. Por ideas no hay problema, tengo más de las que podre materializar en una sola vida…

¿Cómo estás más cómodo, trabajando en blanco y negro o en color?

Mi trabajo diario, en el 95% de los casos siempre es en color. Publicidad, moda, retratos para books (actores y modelos), fotografía editorial  y turística. Por identidad propia estas disciplinas fotográficas requieren del color, es más, diría que no solo es que lo requieran, son en las que una buena gestión del color es más que imprescindible. El 5% restante de mi trabajo comercial es en blanco y negro, casi siempre por decisión propia y no tanto del cliente.

En cuanto a mi obra personal es en un 95% en blanco y negro. Disfruto mucho a la hora de editar digitalmente ese blanco y negro. Además, los temas que trato en mi obra personal me piden la eliminación del color y centrar toda la atención en el concepto limpio del mensaje, del sentimiento, de la figura y su ritual más puro sin distracciones. Es cierto que el color da mucha información, pero si consigues dar esa misma información eliminándolo conseguirás crear la emoción. Son muchos los secretos que esconde el color y hay que desvelarlos. En blanco y negro la composición es más importante, pues con la ausencia de color, las líneas, las texturas, los contrastes lumínicos saltan a la luz y se hacen más evidentes.

¿Qué relación tienes con la muerte?

Desde siempre he sido un apasionado de la etnografía y la antropología social y cultural. Destaca mi interés por el tema religioso, sus rituales y su iconografía, estando la muerte siempre muy presente en esta cuestión. Mi relación con la muerte en lo profesional, en mis trabajos sobre tradición e identidad es más que visible. Me gusta abordar el tema desde el punto de vista de los vivos, de los que quedan aquí tras una muerte, de sus tradiciones, sus ritos, sus supersticiones, sus creencias, sus comportamientos inmersos en según qué parte de mundo vivan.

En mi obra afronto la muerte y sus rituales de una manera muy aséptica, desde fuera, documentando lo que ocurre de manera fiel, tanto como puede ser una fotografía, sin poner ni quitar nada, lógicamente es mi visión del momento. Yo decido qué parte de la escena está o no en el visor, pero siempre pongo todo de mí para ser sincero y la muerte que veis es la que yo veo.

En trabajos de recreación histórica en la que tenemos que “inventar” la muerte  estudiamos la época al detalle. Siempre es nuestro propósito ser lo más fieles y estrictos con el momento recreado en las fotografías.

¿Qué representan para ti los símbolos que pones en este tipo de trabajo?

Los símbolos siempre son la esencia, las especias que aderezan el guiso, la firma del autor que solo unos pocos saben ver. Mi obra está llena de simbología y homenajes, tanto a grandes del medio a los que tanto admiro como es el caso de William Eugene Smith como a héroes anónimos a los que poca gente conoce pero merecen formar parte de la inmortalidad de una fotografía. No te puedo contar más, el juego perdería la gracia. No puedo darte la “piedra rosetta” que descubre y traduce mi simbología. Tendréis que ver atentamente mi obra y seguro que leyendo entre líneas encontraréis mi alma y entonces comprenderéis al fotógrafo.

He visto que a veces te representas con una calavera envuelta en una telaraña ¿Si fuera un extraterrestre como me lo explicarías?

Si fueras un extraterrestre no te explicaría nada, directamente te traería al estudio y te haría una sesión la cual te regalaría junto con un montón de tarjetas de visita para que me hicieras publicidad en  tu galaxia. Siempre es bueno abrir nuevos mercados. Luego me pondría en contacto con cuarto milenio.

Bueno, ahora en serio, esa calavera de la que hablas se llama Rodrigo y me acompaña en mi trabajo hace ya más de 20 años. Se trata de parte de una exposición que realice junto a Ana Romero Tovar allá por el año 2000 en el centro de arte contemporáneo de la región de Murcia (Centro Párraga) La exposición pertenecía al proyecto Lux Dream 2.0 y lo que se ven no son telarañas, es una bengala moviéndose mientras el obturador permanece abierto durante 15 segundos. 

Rodrigo es muy importante en mi trabajo y por eso está presente, de una manera o de otra en todos ellos.

Podéis poneros en contacto con Senda de Lobos

Dirección: joaquingiro@sendadelobos.com

Número de teléfono. 644 52 70 82