Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus atrios. Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de él, toda la tierra. Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó al mundo, no será conmovido; juzgará a los pueblos en justicia. (Salmo 96:7-10)

Este bellísimo Salmo, nos inspira hoy el primer día de la semana, para ir con alegría a tributarle toda la honra, y regocijarnos en la congregación y en unidad bendecirlo, exaltarlo, y alegrarnos en su magnífica Presencia; porque son frases tan llenas de gratitud; y era que, por fin David podía llevar el Arca, de regreso a Jerusalén; entonces restituyó todo conforme la Ley de Moisés y los levitas de nuevo, tomaron el cargo de la casa del Señor.

Han pasado muchos siglos, pero igualmente hoy, los hijos de Dios también debemos experimentar un gozo impresionante cuando acudimos a congregarnos, debemos prepararnos espiritualmente para nuestro encuentro con nuestro Amado Padre celestial, por ello, aleja la contienda y no permitas que nada, ni nadie te robe el gozo del Señor, porque tenemos esa oportunidad, piensa en ello, y hazlo en dos formas: Una, recuerda cuando no le conocías y escasamente ibas por tradición a un lugar de idolatría, pero salías igual o peor a como entrabas; otra, hay lugares donde ya es prohibido hacerlo.

Así que, aprovecha esta libertad, inspírate con los primeros versículos que dicen: “Cantad a Jehová cántico nuevo; cantad a Jehová, toda la tierra. Cantad a Jehová, bendecid su nombre; anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza… Alabanza y magnificencia delante de él; poder y gloria en su santuario” ¡Amén!

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