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Tesis de grado y posgrado

Hacia un principio de complementariedad en lingüística : Análisis del status epistemológico de la teoría generativa y de la teoría sistémico-funcional a partir de la dualidad 'facultad de la mente'-'producto de la cultura'
Autor: Gil, José María
Grado académico: Doctor en Filosofía -- Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Fecha presentación: 2003-04-03
Fecha aprobación: 2003-08-29.



IV. Desarrollo histórico de una controversia lingüística: Evolución del concepto de "uso del lenguaje"

Un análisis de la evolución del concepto de "uso del lenguaje" en la lingüística norteamericana permite distinguir las siguientes etapas: 1) controversia normal, 2) bloqueo conceptual, 3) transformación progresiva, 4) profundización y 5) sustitución de la profundización (que es una transformación progresiva paralela). Parece que el esquema general resulta adecuado para describir y explicar la evolución histórica de una controversia. En este sentido, ayuda a defender la hipótesis de que la lingüística es una ciencia "progresiva" y no una disciplina en estado degenerativo ni "anterior al paradigma". De este modo, el lenguaje puede concebirse como "conocimiento" y como "uso", según el enfoque que se adopte. Una teoría científica no debe ni necesita buscar la hegemonía epistemológica en detrimento de otros programas de investigación.


1. Una controversia normal en la lingüística norteamericana. El "uso del lenguaje" en términos del esquema estímulo-respuesta

A lo largo de la primera mitad del siglo XX, la lingüística norteamericana produjo importantes desarrollos y sus aportes fundamentales siguen siendo patrimonio de la ciencias del lenguaje. Por ejemplo, a ella se le deben en gran medida contribuciones como éstas:

  • el lenguaje es universal
  • no hay lenguas o dialectos inherentemente superiores
  • el lenguaje es un sistema organizado en niveles diferenciados
  • una lengua particular condiciona pero no determina las habilidades de pensamiento

La aparición de la lingüística norteamericana está directamente ligada a la etnografía, razón por la cual los investigadores consideraron que la función comunicativa es esencial para definir el lenguaje.

El lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo, de comunicar ideas, emociones y deseos por medio de un sistema de símbolos producidos de manera deliberada (Sapir 1921: 14).

Leonard Bloomfield (1887-1949), uno de los lingüistas más representativos de la tradición norteamericana, sostiene que el objeto de estudio de la ciencia del lenguaje es el "uso del lenguaje en todas sus manifestaciones". Los aspectos particulares que diferencian a un gran escritor de un hablante analfabeto interesan al lingüista menos que las características particulares del habla de los individuos. Lo que importa es el conjunto de aspectos comunes a todos los hablantes, es decir, el sistema.

En esta línea, Bloomfield se dedica a estudiar "el acto de comunicación". Es necesario tener en cuenta que este autor toma como base sus explicaciones el modelo de la psicología conductista, uno de cuyos representantes más destacados es Burrhus Frederic Skinner (1904-1990).

Veamos, en un ejemplo, los pasos que se pueden reconocer en el contexto general de una "emisión de habla" (speech-utterance).

  1. Jack y Jill caminan por el bosque.
  2. Jill siente hambre.
  3. Jill ve una manzana en un árbol.
  4. Jill emite un sonido por medio de su aparato fonador, algo así como Quiero esa manzana.
  5. Jack percibe el sonido emitido por Jill a través de su aparato auditivo
  6. Jack ve la manzana.
  7. Jack sube al árbol.
  8. Jack baja la manzana para Jill.

En este punto, la tarea del lingüista será distinguir el ACTO DE HABLA en sí (speech-act) de los HECHOS PRÁCTICOS (practical events). Así, tenemos:

[a] Los hechos prácticos anteriores al acto de habla: en ejemplo, 1, 2 y 3.
[b] El acto de habla: en ejemplo, 4 y 5.
[c] Los hechos prácticos posteriores al acto de habla: en ejemplo, 6, 7 y 8.

La serie [a] consiste en el amplio conjunto de factores que en nuestro ejemplo conciernen solamente a Jill, el hablante. El conjunto de hechos prácticos que preceden al acto de habla se denomina ESTÍMULO DEL HABLANTE.

Por su parte, [c], los eventos posteriores al acto de habla constituyen la RESPUESTA DEL OYENTE, que le concierne precisamente al oyente, en este caso Jack, pero también al hablante, Jill. Gracias a la respuesta del oyente (Jack), el hablante (Jill) obtiene la manzana.

La aparición del habla, [b], marca una notable diferencia con una situación en la que Jill esté sola y tenga que decidir por ella misma subirse al árbol y cortar la manzana. Esa actitud sería comparable a la de un mono en circunstancias análogas. En estos dos casos de la Jill solitaria y el mono, la sensación de hambre y la visión de la manzana constituyen el estímulo S, mientras que los movimientos realizados tendientes a la obtención de la comida (treparse al árbol, cortar la manzana) son la respuesta R.

Vimos en la cita anterior que Edward Sapir (1884-1939) señala que el lenguaje es un método "exclusivamente humano". Por eso Jill maneja una vasta serie de alternativas con las que no cuentan los monos. En lugar de trepar el árbol, Jill emite un sonido con sus órganos fonatorios y logra que Jack realice el trabajo por ella.

El lenguaje permite que una persona lleve a cabo una respuesta R cuando otra persona produce el estímulo S. La división del trabajo y, con él, la estructura laboral de la sociedad, se deben al lenguaje (Bloomfield 1933: 24).

Conviene destacar la importancia que se le asigna al esquema conductista de estímulo-respuesta. Según Bloomfield, es el punto de partida para entender fenómenos tales como los actos de comunicación y la división social del trabajo. (En realidad no parece exagerado decir que para el conductismo el esquema de estímulo-respuesta es el principio racional básico para entender toda actividad humana).

Gracias a la fisiología y a la física sabemos que el acto de habla, [b], protagonizado por Jack y Jill consta de tres partes:

  1. Los movimientos fonatorios del hablante constituyen una respuesta R al estímulo externo S. En lugar de llevar a cabo una respuesta práctica, el hablante produce una respuesta lingüística. A esta respuesta Bloomfield la denomina respuesta sustituta del acto concreto. De esta forma, tenemos el siguiente esquema.

    S ____ r
    S = conjunto de estímulos externos (ver la manzana, sentir hambre)
    r = respuesta de habla (producir la emisión Tengo hambre o la emisión Dame aquella manzana)

  2. Las ondas sonoras atraviesan el aire.

  3. El receptor oye los sonidos emitidos por el emisor, y esos sonidos actúan para él como un estímulo lingüístico que provoca una respuesta práctica. En nuestro ejemplo, Jack oye la emisión de habla de Jill (estímulo de habla) y eso produce que suba al árbol para cortar la manzana (respuesta concreta). De esta manera, la respuesta concreta es la consecuencia o el efecto de un estímulo lingüístico. Entonces tenemos, en lo que concierne al receptor, el siguiente esquema:

    s ____ R
    s = estímulo de habla (oír la emisión Tengo hambre o la emisión Dame aquella manzana)
    R= respuesta práctica (subir al árbol, cortar la manzana)

La conclusión es que hay dos tipos de unión entre estímulos y respuestas:

  1. Respuesta sin manifestación de habla: S ____ R
  2. Respuesta mediatizada por el habla: S___ r ..... s ____ R

La variante (1) tiene lugar dentro de la misma persona, mientras que en (2) la reacción es intersubjetiva porque exige la participación de al menos dos individuos. El objeto de estudio de la lingüística está constituido exclusivamente por la respuesta de habla y el estímulo del habla. El resto de los factores son el objeto de otras disciplinas.

S y R son las facetas prácticas del hecho general. Por su parte, r y s son la realización del acto de habla (speech-ocurrence). "Los seres humanos en general se interesan fundamentalmente en S y en R. Como investigadores de la lingüística nos interesa el hecho r....s en sí mismo, como medio para alcanzar grandes objetivos" (Bloomfield 1933: 26-27). En conclusión, el estudio de los "actos de habla" se distingue del estudio de los actos no lingüísticos a partir del principio psicológico general de estímulo y respuesta.

En pocas palabras, en el habla, diferentes sonidos tienen diferentes significados. Estudiar la correspondencia o coordinación entre ciertos sonidos y ciertos significados es estudiar el lenguaje (Bloomfield 1933: 29). En el esquema que aparece como objeto de estudio de la lingüística, r se corresponde inicialmente con los sonidos y s con los significados. El conductismo está fuertemente asociado al mecanicismo. Bloomfield entiende que el principio que rige los intercambios de habla es evidentemente complejo. Si bien se sabe mucho acerca del hablante y de los estímulos, no es posible anunciar "qué va a decir el hablante". Por ejemplo, no sabemos si, en nuestro ejemplo, Jill dirá "¿Me alcanzarías la manzana?", "Dame la manzana", "Me gustaría comer una manzana", "Tengo hambre", etc. Esta enorme variabilidad encuentra dos teorías acerca de la conducta humana, lo que incluye el habla, un tipo particular de conducta.

  1. El mentalismo (donde se puede incluir a Saussure y luego a Chomsky) es la teoría más antigua. Plantea que la diversidad de la conducta humana proviene de la participación de algún factor no físico, llamado espíritu, voluntad o mente, que está en todo ser humano desde su nacimiento. Este factor no físico es lo que permite que las personas puedan adquirir y desarrollar conductas. "Como la mente o voluntad no sigue los patrones de causa-efecto del mundo material, no se puede predecir el curso de las acciones" (Bloomfield 1933: 33).
  2. El mecanicismo (al que adhiere Bloomfield) plantea que la diversidad de la conducta humana (incluyendo el habla) se debe exclusivamente a que el cuerpo humano es un sistema altamente complejo. Las acciones humanas son parte de secuencias de causa-efecto idénticas a las de otros procesos del mundo material, tales como los procesos físicos y químicos. En este sentido, el sistema nervioso del ser humano es tan complejo que hace posible que un estímulo simple como la captación de las ondas de luz de una manzana roja (estímulo S) produzca una larga cadena de consecuencias (respuestas r y R). Como el modelo mecanicista presupone la noción lógica de causa-efecto, es mucho más explicativo que el mentalista.

Queda claro que, para Bloomfield, el lenguaje es una cuestión de hábito y entrenamiento. Por ejemplo, una persona puede no ser capaz de efectuar determinadas operaciones relativas al habla simplemente porque los estímulos no producen efecto en ella. Ciertas heridas o enfermedades en la cabeza determinan diversos tipos de afasia, es decir, alteraciones en la producción de respuestas de habla r y alteraciones en la posibilidad de reaccionar ante esas respuestas de habla r. Por ejemplo, ya en 1861 el fisiólogo Broca notó que la causa de la afasia era una lesión en la tercera circunvolución del hemisferio cerebral izquierdo. Datos tan contundentes como éste son, según Bloomfield, argumentos decisivos a favor del mecanicismo, porque el funcionamiento del sistema nervioso determina el proceso de adquisición del lenguaje y la realización de los actos de habla.

En conclusión, la postura conductista/ mecanicista de Bloomfield constituye la base de una descripción formal de la estructura del lenguaje. Por otra parte, la estructuración de un conjunto de definiciones operativas configura un modelo teórico que ha favorecido numerosos avances. En este contexto surgirá, en la lingüística norteamericana, un enfoque claramente opuesto pero que tal vez constituye una continuación inevitable del conductismo. A él nos referiremos en los dos próximos apartados.


2. Bloqueo conceptual: límites del conductismo en lingüística

En el marco de la psicología conductista, Bloomfield sostiene que no sólo la comunicación sino también la adquisición del lenguaje se da en términos de un esquema estímulo-respuesta. En esta misma línea, Skinner publica Verbal Behavior (1957). Allí sostiene que el análisis fisiológico de la conducta verbal permite identificar y describir la interacción de las variables que rigen esa conducta: estímulo, refuerzo positivo y refuerzo negativo. En 1959 Chomsky (nacido en 1927) publica una reseña donde efectúa una crítica devastadora a la interpretación de Skinner. Para Chomsky el marco conductista ha dado explicaciones razonables sobre la conducta animal pero resulta inaceptable para dar cuenta de la conducta verbal. Las críticas fundamentales pueden sintetizarse de esta manera:

  1. Si los seres humanos aprendiéramos a hablar por medio del esquema estímulorespuesta, es decir, por reacción a lo que oímos (o no oímos), entonces no habría manera de explicar cómo es posible que seamos capaces de entender y producir oraciones que antes no hemos escuchado.
  2. Por añadidura, si el lenguaje se adquiriera simplemente por medio de estímulos y respuestas no podría explicarse cómo es que esos estímulos se asimilan en un período tan corto de tiempo como el que lleva a un niño a aprender a hablar su lengua materna. Esto es lo que llevará a Chomsky a hablar del "problema de Platón" (Cfr. II).
  3. La descripción conductista en realidad no cubre casi ningún aspecto significativo de la conducta verbal.

La reseña de Chomsky concluye que las conductas del hablante, del oyente y del niño que aprende su lengua materna son "los datos reales para cualquier estudio del lenguaje" (Chomsky 1959: 576) y destaca la necesidad de un modelo lingüístico que pueda explicar cómo es la gramática de una lengua cualquiera. En síntesis, los trabajos de Chomsky de fines de la década del cincuenta ponen de manifiesto un bloqueo conceptual en torno a las descripciones gramaticales que se basan en los supuestos del conductismo. Antes, en el libro Estructuras Sintácticas, de 1957, el mismo año que el de Skinner, Chomsky se plantea el objetivo de encontrar la mejor gramática de una lengua particular como el inglés. Sostiene que la gramática no puede basarse en las emisiones recolectadas por el lingüista. Este criterio resulta obviamente falso porque las muestras con las que podemos contar son apenas una parte bastante aleatoria de un conjunto (supuestamente infinito) de oraciones gramaticales. Se ataca así frontalmente el modelo de Bloomfield, para quien una lengua es el total de emisiones de una comunidad de habla. A lo largo de los primeros capítulos de Estructuras Chomsky se dedica a demostrar que los modelos gramaticales conocidos no son suficientes para caracterizar la gramática de una lengua particular como el inglés. El modelo de reglas de estructuras de frase describe los constituyentes de una oración simple pero no sirve para explicar cuestiones que están más allá de la estructura de la oración simple, tales como la concordancia entre sujeto y predicado, la voz pasiva o la coordinación. La tesis de Chomsky es que se necesita un "modelo transformacional" que pueda explicar cómo es la gramática mediante la cual el hablante genera las oraciones correctas de su propia lengua. Puede decirse, entonces, que Chomsky es consciente de que la lingüística ha llegado un bloqueo conceptual que exige un cambio de enfoque.

Ahora bien, este bloqueo conceptual tiene como consecuencia una transformación progresiva, un cambio de rumbo que cuestiona seriamente el estructuralismo conductista de Bloomfield, aunque no lo desecha de manera absoluta. Así lo ha reconocido el mismo Chomsky en publicaciones recientes. La lingüística generativa supone un cambio radical del objeto de estudio, el paso de "la lengua como conducta" a "la lengua como facultad de la mente". Sin embargo, también supone que tomó prestados varios aportes de la lingüística tradicional sobre la descripción de las estructuras sintácticas (Chomsky 1995: 23).

En el próximo apartado se destacan las consecuencias más notables de la transformación progresiva encarnada por la lingüística transformacional de los años cincuenta.


3. Transformación progresiva. Gramaticalidad y aceptabilidad. La gramaticalidad "contaminada" por el uso

A partir de los problemas descritos en el inciso anterior, Chomsky presenta una concepción de "lengua" que para muchos es decididamente revolucionaria y sin duda se opone de forma ostensible a las definiciones de Bloomfield. Dice Chomsky (1957: 27): "En adelante entenderé que una lengua es un conjunto (finito o infinito) de oraciones, cada una de ellas de longitud finita, construida a partir de un conjunto finito de elementos". A partir de esta definición, se establecen los objetivos de la lingüística para una lengua L:

  1. Distinguir las oraciones (Os) gramaticales (bien formadas, correctas) de las agramaticales (mal formadas, incorrectas).
  2. Estudiar las Os gramaticales y dar cuenta de la gramática que hace posible su generación.

Aquí, Chomsky supone que los hablantes de una lengua cualquiera tienen un conocimiento intuitivo de las Os gramaticales de su lengua. Por ello, el lingüista se pregunta qué gramática será capaz de generar esas oraciones. El criterio para determinar la gramaticalidad de las Os es, en la década del 50, la intuición del hablante. "Gramaticalidad" y "aceptabilidad" serán conceptos asociados pero diferentes y es muy importante no confundirlos en los modelos posteriores porque ambos términos constituyen el punto de partida para empezar a separar el "conocimiento del lenguaje" del "uso del lenguaje". Sin embargo, Chomsky aún no desarrolla un criterio que permita distinguirlos. En 1957, "gramaticalidad" es equivalente a "aceptable", porque el criterio de gramaticalidad lo constituye la "intuición".

El mérito principal de la "transformación transformacional" es su poder explicativo. A manera de ejemplo, podemos considerar la superación de los modelos anteriores. La gramática es un sistema complejo de varios niveles. Si nuestra gramática fuera, por ejemplo, un sistema de un nivel que tratase solamente los fonemas, no tendríamos explicación alguna para casos de ambigüedad fonética en secuencias como elijobíno, que puede representarse ortográficamente como "El hijo vino" o como "Elijo vino".

Tabla 4.1. Representaciones fonológica, morfológica y sintáctica de dos oraciones fonéticamente ambiguas

Representación ortográfica Representación fonológica Representación morfológica Representación sintáctica
(1) El hijo vino. /elixobíno/ El: artículo masculino singular.
Hijo: sustantivo, masculino, singular.
Vino: verbo, tercera persona, singular, pretérito perfecto simple.
O : FS + FV
FS: det + S
FV: V
(2) Elijo vino. /elixobíno/ Elijo: verbo, 1º persona singular, presente, indicativo.
Vino: sustantivo, masculino, singular.
O : FStácita (yo)+ FV
FV: V + FS
FS: S

Los análisis en la tabla anterior son aportes del estructuralismo por lo que de ningún modo constituyen una novedad de la gramática transformacional. Pero sirven de ejemplo para demostrar cómo las descripciones de los niveles morfológico y sintáctico dan cuenta de un problema que el nivel fonológico, por sí solo, no resuelve.

Ahora Chomsky plantea que así como las representaciones fonológicas de las oraciones no alcanzan para explicar la estructura de las oraciones, lo mismo ocurre con las reglas de estructura como las de la cuarta columna de la tabla 4.1. La ambigüedad estructural es un motivo para presentar consideraciones sobre las reglas de estructura de frase. Expresiones como cajas de lapiceras rotas y los chanchos son pesados son evidentemente ambiguas y por ello pueden analizarse de dos maneras distintas en términos de las reglas de estructura frase.

Para entender completamente una oración cualquiera como 3 o como 4 se necesita explicarla en cada nivel lingüístico. Los ejemplos anteriores demuestran cómo hay que recurrir a los análisis de los diferentes niveles para "comprender una oración". Este análisis incluye los niveles fonológico, morfológico y sintáctico (de reglas de estructura de frase). De esta forma, Chomsky demuestra que hay casos de oraciones que pueden ser explicados exclusivamente en términos de las reglas de estructura de frase. En el modelo transformacional, la estructura (4b) se obtiene después de aplicar la transformación (optativa) de voz pasiva a la oración kernel (oración básica) alguien pesa los chanchos. En efecto, una transformación es un cambio estructural que se opera sobre una oración simple. Veamos oraciones que son comprendidas, según el análisis transformacional, a partir de una misma oración kernel aunque sus descripciones estructurales "de superficie" sean diferentes.

Tabla 4.2. Estructuras distintas con una misma oración kernel subyacente

ESTRUCTURA MANIFIESTA ORACIÓN KERNEL QUE LE DA ORIGEN TRANSFORMACIÓN APLICADA A LA ORACIÓN KERNEL
la Mona ha tomado el vino la Mona ha tomado el vino Ninguna
¿quién ha tomado el vino? Interrogativa de sujeto
el vino ha sido tomado por la Mona Voz pasiva
¿qué ha tomado la Mona? Interrogativa de objeto
Tomáte todo el vino Imperativa
¿ha tomado el vino la Mona? Interrogativa completa

El nivel de las reglas de estructura de frase es incompleto. La ambigüedad estructural de una frase como el crimen de Oribe sólo puede representarse si se recurre al componente transformacional. En efecto, en términos transformacionales se da una explicación clara y sencilla. Oribe puede ser interpretado como "agente", con lo cual la frase el crimen de Oribe es el resultado de la transformación de la oración kernel Oribe cometió un crimen. Pero Oribe también puede interpretarse como "paciente", con lo cual la oración kernel que da origen a la frase es alguien cometió un crimen contra Oribe. Finalmente, Oribe puede tomarse como "circunstancia de lugar", en cuyo caso tenemos la oración primitiva alguien cometió un crimen en Oribe. La tabla 4.3 ilustra casos de estructuras ambiguas cuyo significado sólo se entiende por referencia a oraciones kernel distintas.

Tabla 4.3. Estructuras ambiguas con diferentes interpretaciones de la oración kernel subyacente

ESTRUCTURA AMBIGUA ORACIÓN KERNEL QUE LE DA ORIGEN
los chanchos son pesados INTERPRETACIÓN 1
los chanchos son pesados
(pesados: adjetivo)
INTERPRETACIÓN 2
alguien pesa los chanchos
Juan encontró a Pedro estudiando en la biblioteca INTERPRETACIÓN 1
Juan encontró a Pedro +
Pedro estaba estudiando en la biblioteca
INTERPRETACIÓN 2
Juan encontró a Pedro +
Juan estaba estudiando en la biblioteca
el asesinato de Oribe INTERPRETACIÓN 1
alguien asesinó a Oribe
INTERPRETACIÓN 2
Oribe asesinó a alguien
INTERPRETACIÓN 3
alguien asesinó a otro en Oribe

Los ejemplos de este apartado confirman la importancia teórica y el alcance explicativo del modelo transformacional. Algunas de las limitaciones de este modelo (como el tratamiento de las subordinadas o las precisiones sobre la gramaticalidad) serán resueltas de una forma novedosa en el libro de 1965 Aspectos de la teoría de la sintaxis. Pero más allá de los aportes teóricos del modelo particular está la idea de que es la "intuición" lo que habilita a los hablantes para que distingan las oraciones gramaticales de las agramaticales. Esta intuición aparece directa e inevitablemente unida a la comprensión de las oraciones y, como tal, parece ser parte del "uso del lenguaje". En realidad, todavía no se ha dado el paso que deja al uso en la otra orilla de los estudios transformacionales, por eso contamina el concepto de gramaticalidad. Cuando hacemos un análisis histórico, advertimos que en su proceso de transformación progresiva la lingüística chomskyana se dirige claramente al planteo de una oposición tajante entre "gramaticalidad" y "aceptabilidad", entre "conocimiento" y "uso". Sin embargo, en 1957, la aceptabilidad se superpone con la gramaticalidad y esto significa que el uso (por la idea misma de aceptabilidad) forma parte integral de la gramática transformacional. En síntesis, los heterogéneos efluvios del "uso del lenguaje" contaminan la gramática.


4. Profundización: el modelo "estándar" de 1965. Gramaticalidad vs. aceptabilidad. Divorcio definitivo de "conocimiento" y "uso"

En 1965 Chomsky impone el concepto de lingüística generativa (por el hecho de que la gramática "genera" oraciones) y desarrolla el modelo que después se llamará "teoría estándar", esto es, el modelo teórico a partir del cual se efectuarán investigaciones, rectificaciones y ratificaciones durante casi veinte años. Fundamentalmente, Chomsky define el objeto de estudio de la lingüística (generativa) y logra resolver varios problemas sobre la gramaticalidad que habían quedado pendientes en el libro de 1957.

El modelo teórico encara de manera decidida una profundización de los supuestos presentados anteriormente. Ahora la gramática transformacional/ generativa se define como una teoría de la "competencia lingüística", i.e., la capacidad mental que tiene un hablante-oyente para generar oraciones bien formadas (gramaticales). El hablante-oyente es ideal porque pertenece a una comunidad de habla completamente homogénea y conoce su lengua de manera completa y perfecta; no lo afectan limitaciones en la memoria, distracciones o cambio de interés (Cfr. II, n. 5).

En este punto surge una antinomia que es imprescindible para entender la teoría chomskiana y separa definitivamente "gramaticalidad" de "aceptabilidad": Hacemos entonces un distinción fundamental entre competencia (el conocimiento que el hablante oyente tiene de su lengua) y actuación (performance, el uso real del lenguaje en situaciones concretas) (Chomsky 1965: 4).

El concepto de competencia permite establecer que el problema central de la teoría lingüística es la adquisición del lenguaje. En efecto, el problema es deducir, "a partir de los datos reales y concretos de la actuación, cuál es el sistema de reglas subyacente que el hablante-oyente debe conocer para producir las oraciones que funcionaron como datos iniciales". En pocas palabras, la lingüística generativa quiere explicar una realidad mental detrás de los datos concretos de la conducta lingüística, que es un mero punto de partida para deducir la esencia. Otra vez al igual que Saussure, Chomsky adopta el enfoque mentalista cuestionado por Bloomfield, porque para su teoría el aspecto esencial del lenguaje (el conocimiento o la competencia) existe en la mente de los hablantes.

En síntesis, la gramática es una descripción explícita del conocimiento (de la competencia) del hablante-oyente ideal. Las gramáticas tradicionales conservan su importancia pero son insuficientes porque, como se ha demostrado en el modelo de 1957, dejan sin explicar muchas de las regularidades del lenguaje.

Para decirlo una vez más: la lingüística generativa se interesa por la competencia, que es lo que el hablante realmente conoce, y no se interesa por lo que el hablante sabe o cree que conoce. Los hablantes de castellano realmente conocemos que la construcción (5) es gramatical y que las construcciones (6) y (7) no son gramaticales. (El asterisco * indica agramaticalidad).

(5) sus bellos que tanto amé
* (6) los sus bellos ojos que tanto amé
* (7) bellos ojos los tanto amé que

El profesor de Lengua puede explicar que la agramaticalidad de (6) se debe a que en el castellano actual el artículo y el posesivo no se combinan en un mismo sintagma. También puede explicar que (7) es agramatical porque las clases de palabras no ocupan las posiciones sintácticas que les corresponden. Por su parte, podrán decir que (5) es gramatical porque satisface, entre otras, esta regla del castellano: FS = determinante + sustantivo + Oración (=adjetivo)

Sin embargo, un hablante-oyente que tiene la fortuna de no dedicarse a la reflexión gramatical conoce que (5) es gramatical mientras que (6) y (7) no lo son. Concretamente, nunca generará construcciones como (6) y (7) sencillamente porque no hay reglas, en su competencia, que le permitan generarlas.

En el proceso de transformación progresiva correspondiente a Estructuras Sintácticas vimos que "gramatical" se superponía con "aceptable". Este problema es resuelto en el modelo estándar porque Chomsky identifica la gramaticalidad con la competencia y la aceptabilidad con la actuación. De esta manera, "aceptable" es el término que se aplica a "las emisiones naturales, inmediatamente comprensibles por los oyentes sin necesidad de un análisis en lápiz y papel" (Chomsky 1965: 16). Por su parte, "gramatical" designará las oraciones bien formadas, producidas por las reglas de la gramática generativa. En breve, la gramaticalidad se corresponde con la competencia (el conocimiento) y la aceptabilidad con la actuación (el uso).

Es importante destacar, entonces, que gramaticalidad y aceptabilidad obedecen a parámetros diferentes. Según Chomsky, hay oraciones que, como (8), tienen "baja" aceptabilidad pero "alta gramaticalidad".

(8) el hombre (que el chico (que los estudiantes reconocieron) señaló) es mi amigo

Por el contrario, puede haber construcciones que tienen una "alto" grado de aceptabilidad y un nivel "bajo" de gramaticalidad, como (9).

(9) Juan que está loco parece

Este ejemplo es bastante aceptable en la oralidad, pero un análisis estructural se hace difícil porque Juan, que es el sujeto de la subordinada, está fuera de la subordinada encabezada por el subordinante que. Dado que Chomsky se refiere a niveles "altos" y "bajos", puede señalarse también que los conceptos de gramatical y aceptable son en definitiva una cuestión de grado. Finalmente, considérense oraciones como (10) y (11), que son casos completamente gramaticales y aceptables al mismo tiempo.

(10) parece que Juan está loco.
(11) el hombre que los estudiantes señalaron es mi amigo

Se puede agregar que la construcción (7) es directamente agramatical e inaceptable. Pero lo importante es que la reglas de la gramática generativa asignan descripciones estructurales a oraciones como (10) y (11), también a oraciones como (8), pero no a ejemplos como (9).

La síntesis de estas reflexiones aparece en la tabla 4.4.

Tabla 4.4. Comparación de gramaticalidad y aceptabilidad en 5 ejemplos

Ejemplo Gramatical Aceptable Generado por la gramática
(8) el hombre que el chico que los estudiantes reconocieron señaló es mi amigo + - +
(9) Juan que está loco parece - + -
(10) parece que Juan está loco. + + +
(11) el hombre que los estudiantes señalaron es mi amigo + + +
* (7) bellos ojos los tanto amé que - - -

El ejemplo (9) es particularmente ilustrativo porque demuestra con fuerza que gramaticalidad y aceptabilidad van por caminos diferentes. Así como Saussure pensaba en una posible "lingüística del habla", Chomsky sostiene que deberá desarrollarse una "teoría de la actuación" que se ocupe de justificar casos como (9). Una teoría de este tipo deberá basarse en la competencia y en las formas gramaticales más simples. Luego permitirá establecer consideraciones sobre el tipo de oraciones que contribuyen o no a la aceptabilidad. Por ejemplo, una hipótesis al respecto es que oraciones con subordinadas dentro de las subordinadas del tipo de (8) contribuyen a la inaceptabilidad. Por ello es que ejemplos como (8) y, particularmente, como (9) constituyen problemas de actuación, aspecto que está fuera del objeto de estudio de la gramática generativa.

Algunas de estas explicaciones no satisfacen del todo a los lingüistas que creen que el uso no puede separarse tajantemente del sistema gramatical. Uno de esos investigadores es William Labov, de quien hablaremos en el próximo apartado.


5. Sustitución: la "sociolingüística". El estudio del uso en el sistema

Como su nombre lo indica, la palabra sociolingüística se refiere al estudio del lenguaje en relación con la sociedad. El término hace manifiesto que interesa, como objeto de estudio, el uso del lenguaje en el contexto social. La expresión "sociolingüística" se aplica, por ejemplo, a los trabajos de Dell Hymes, destacado exponente de la "etnografía del habla", en la tradición del citado Sapir. (Hymes reelabora el concepto chomskiano de competencia y desarrolla la idea de competencia comunicativa, i.e., la capacidad que tiene un hablante real para utilizar todos los recursos lingüísticos disponibles con el fin de producir mensajes. En este marco, Hymes estudia reglas de uso, las pautas que les permiten a los hablantes seleccionar las formas adecuadas de habla según el contexto en el que estén interactuando). "Sociolingüística" es una expresión que también usa Michael Halliday para hacer referencia a su concepción general del lenguaje. Este autor comparte intereses con Hymes y desde un enfoque funcional analiza la forma en la que los rasgos del contexto de situación determinan el empleo de ciertos recursos.

La sociolingüística de William Labov encuentra sus orígenes en los estudios del "modelo estándar" de 1965. La tendencia iniciada por Labov en la lingüística norteamericana puede entenderse como un caso de sustitución, posterior a la transformación progresiva iniciada por Chomsky y paralelo a la profundización desarrollada en el modelo estándar. Esto es así porque la sociolingüística necesita partir de la crítica a supuestos fundamentales de este modelo para estudiar la estructura lingüística y su evolución en la comunidad. Acepta algunas ideas de la lingüística generativa (la idea de que la gramática es una facultad de la mente) pero rechaza la oposición radical entre "gramática" y "uso". En realidad es posible entender la importancia del trabajo de Labov y de la corriente por él promovida como una alternativa a la obra de Chomsky. En efecto, Aspectos de la teoría de la sintaxis deja de lado el estudio del uso, esto es, de la actuación. Al igual que Saussure, Chomsky cree que el uso del lenguaje constituye una masa heterogénea a partir de la cual no se puede entender la estructura del sistema ni el conocimiento del lenguaje. Sin negar los alcances de su predecesor, Labov sugiere un enfoque alternativo que tome como objeto de estudio "el habla real", i.e., el lenguaje mismo tal como es usado por los hablantes. Curiosamente, sostiene Labov, no siempre se han tenido en cuenta los datos concretos del uso del lenguaje para cualquier forma de lingüística general. Parece que tiene razón: Vimos que en la etapa del bloqueo conceptual Chomsky reconocía la importancia capital de los datos provenientes del uso. Vimos también que en la etapa de la profundización la idea de "uso" (por la aceptabilidad) contamina el modelo de gramática. Y finalmente vimos que el modelo estándar declara el divorcio formal del conocimiento y el uso. En este sentido, Labov señala que en la concepción saussuriana de la "langue" hay una paradoja elemental. El aspecto social del lenguaje (la lengua) es estudiado en términos de cada individuo en particular ("la lengua está en la mente de cada hablante"). Por otro lado, el aspecto individual (el habla) es estudiado en términos de la dimensión social de los actos de comunicación. Chomsky da ímpetu al estudio del conocimiento del lenguaje y deja de lado el estudio del uso real. No sostiene la paradoja saussuriana porque el conocimiento del lenguaje pertenece al individuo. De todos modos, define el objeto de estudio de la lingüística de manera tal que el estudio de la conducta social y del habla quedan completamente relegados.

La obra de William Labov puede resumirse como el intento de demostrar la importancia del estudio del habla real para entender el sistema lingüístico. En efecto, su punto de vista confirma la idea de Bloomfield de que el cambio lingüístico no es caótico sino regular y sistemático; y por ello revela aspectos fundamentales de la estructura lingüística. Al mismo tiempo, demuestra con datos concretos que el lenguaje constituye un sistema en permanente evolución y que no existen variedades lingüísticas superiores o inferiores. Su trabajo es un golpe final a las concepciones no científicas y normativas según las cuales hay "hablantes poco educados" que provocan el cambio y "dialectos o lenguas inferiores". La obra laboviana es vasta y de un impacto notable. Aquí consideramos aspectos salientes de su libro de 1972 Sociolinguistic Patterns (Modelos sociolingüísticos).

El modelo estándar chomskyano da a entender que el estudio del habla real no sólo presenta serios problemas sino que tampoco constituye el punto de partida de la lingüística. Esta idea se fortalece en el programa generativista. Posiblemente debido a la influencia de los monumentales trabajos de Saussure y Chomsky, la lingüística pasó a considerar que el estudio del habla tiene problemas infranqueables. Labov enumera los problemas que supuestamente dificultan el estudio del habla real y propone para cada caso una solución factible.

1. La supuesta agramaticalidad del habla. Chomsky (1965: 11) dice que "aceptable" es una noción que no debe confundirse con "gramatical". Hay oraciones que, como la del ejemplo (8), 'el hombre que el chico que los estudiantes reconocieron señaló es mi amigo', tienen un grado bajo de aceptabilidad pero son gramaticales. Por el contrario, puede haber oraciones "agramaticales pero aceptables" como (9), 'Juan que está loco parece'. En este mismo sentido, Chomsky (1965: 58) parece creer que el habla es esencialmente agramatical porque señala que "la degeneración de los datos del habla" disponibles a un niño es una de las razones por las cuales se debe pensar en la existencia de una gramática universal. Al igual que Halliday, Labov (1972: 258) afirma que en realidad esta creencia de que el habla es esencialmente agramatical no se sostiene con datos reales. En los diversos estudios empíricos que se han llevado a cabo, la gran mayoría de los enunciados - aproximadamente un 75%- son frases correctamente formadas según todos los criterios. Cuando se aplican reglas de elipsis y algunas reglas universales de construcción (editing rules) con el fin de tener cuidado de los titubeos y de los falsos comienzos, la proporción de frases verdaderamente agramaticales y mal formadas desciende a menos del 2 por 100.

2. Variaciones y estructuras heterogéneas del habla. Se ha sostenido que la heterogeneidad inherente al habla hace prácticamente imposible cualquier principio de clasificación y análisis. Por el contrario, Labov sostiene, al igual que Bloomfield, que la heterogeneidad es una realidad lingüística y que esta heterogeneidad es el resultado previsible de factores lingüísticos fundamentales. Entre los factores que promueven el cambio aparecen el paso del tiempo, la difusión de una lengua en un vasto territorio, la permanente búsqueda de formas de expresión adecuadas a ciertos contextos, etc. La variación es la existencia de formas alternativas con (aparentemente) un mismo significado. Por ejemplo, en el castellano de Argentina es un caso de variación la alternancia del pretérito imperfecto del subjuntivo con el condicional simple en oraciones condicionales, tal como lo demuestran las oraciones (12) y (13).

(12) Si tuviera coraje se lo diría. Pretérito imperfecto del subjuntivo
(13) Si tendría coraje se lo diría. Condicional simple

Antes que nada, hay que preguntarse si verdaderamente estamos ante dos formas diferentes de "decir lo mismo". En este sentido, una idea fundamental de Labov establece que la variación es inherente al sistema y que el estudio de esta variación permite entender la estructura del sistema lingüístico. Lo cierto es que no se conocen comunidades lingüísticas sin casos de variación, por lo que resulta que la asociación sistema = homogeneidad que plantea Chomsky se tiene por falsa.

3. La grabación del habla en situaciones naturales. Los modernos recursos tecnológicos para efectuar grabaciones obligan a desechar el argumento de que es difícil recolectar datos del habla en situaciones concretas.

4. La rareza de las formas gramaticales cruciales. Suele ocurrir que un investigador tenga muchos problemas para encontrar, en el habla real, ejemplos de las formas que está estudiando. Por ejemplo, es posible que queramos estudiar el uso de pretérito imperfecto del subjuntivo y de condicional simple en las oraciones condicionales y que nos resulte muy difícil recolectar ejemplos. Sin embargo, este problema puede solucionarse por medio de entrevistas especialmente diseñadas en las que el investigador puede entablar conversaciones normales para suscitar el uso natural de una forma sin usarla él mismo. Si el investigador quiere promover el uso de formas en condicional puede hacer preguntas a un informante de tipo qué bueno ganar la lotería, ¿no? Esta pregunta puede llevar a que el informante emplee oraciones condicionales como Uh, si ganara la lotería, me compraría una casa. Naturalmente, este método no es infalible pero a través de él pueden obtenerse las formas que deseamos estudiar.

En síntesis, los puntos anteriores no son argumentos favorables para el abandono de la actuación en nombre del privilegio exclusivo de la competencia. No sólo es factible el estudio del habla real sino que una oposición tajante en esos términos resulta inaceptable si se quiere estudiar el uso concreto del lenguaje y su relación con el sistema. En este mismo contexto, Labov cuestiona el estudio de las intuiciones. Esto es, los casos "dudosos" para "la intuición del hablante" no son explicados en términos teóricos. Por ejemplo, ¿cuál es el criterio de gramaticalidad para determinar que la famosa oración 'las descoloridas ideas verdes duermen furiosamente' es correcta o incorrecta? La conclusión de Labov es que resulta difícil encontrar casos "dudosos" para los hablantes que no hayan seguido siéndolo para la teoría. Según Labov, la sociolingüística presenta soluciones donde la gramática generativa no puede hacerlo. Originariamente construida para producir oraciones gramaticales y no producir oraciones agramaticales (Chomsky 1957), la gramática generativa termina siendo inadecuada cuando se la compara con lo que los hablantes "realmente dicen" (Labov 1972: 255). De manera concreta, si algún hablante produce una oración que no es generada por la gramática nada impide excluirla como "error o diferencia dialectal". Esto es riesgoso porque parece que la teoría fuera más importante que los datos. En este sentido, Labov cuestiona la antinomia chomskiana de gramaticalidadaceptabilidad. Vimos que para Chomsky (1965) la oración (8) es gramatical pero no aceptable ('el hombre que el chico que los estudiantes reconocieron señaló es mi amigo'). Aquí, la pregunta de Labov es bastante sencilla: ¿Hay verdaderamente oraciones que sean gramaticales pero poco o directamente no aceptables? En conclusión, no parece adecuado que se diga que es la teoría y no el uso de los hablantes lo que determina la gramaticalidad. En las ciencias sociales hay efectivamente un hiato entre los datos brutos y la interpretación que realizan los investigadores. Según Labov, eso no significa que la teoría deba anteponerse a los datos. El estudio de los datos lingüísticos concretos permite entonces recolectar información fundamental y puede llevarse a cabo por medio de recursos como el análisis formal de la gramática, la exploración de los juicios intuitivos que hacen los hablantes, el estudio de los textos o la realización de cuestionarios y entrevistas. Toda fuente de datos es pertinente y el estudio del lenguaje en su contexto social puede basarse en ellas.

En síntesis, la lingüística puede dedicarse, al menos en uno de sus enfoques, al estudio de los hechos del habla. Esta perspectiva no implica el abandono del sistema o la estructura lingüística. Por el contrario, el estudio de la variación y de los estilos más informales del habla nos permiten establecer conclusiones sobre la estructura del sistema. Por ello la lingüística no puede desvalorizar los datos del habla. En este sentido, los corpora de los investigadores son datos imprescindibles para muchos trabajos. El mayor desarrollo de la lingüística (y dentro de ella, de las teorías formales) con respecto a otras ciencias sociales (y a otras ramas) se debe a la naturaleza estructurada de su objeto de estudio y no a una supuesta excelencia de los métodos de la lingüística misma.


6. Conclusiones

Se ha efectuado un análisis de momentos significativos en la evolución del concepto de "uso del lenguaje" en la lingüística norteamericana. El primer momento es el de la controversia normal desarrollada en torno a la descripción del uso del lenguaje como un proceso de estímulo-respuesta. El período se extiende desde la década del 30 hasta mediados del 50. Luego, a fines de la década del 50, se da un bloqueo conceptual cuando entra en crisis el modelo conductista y Chomsky señala que resulta insuficiente para explicar la conducta verbal. A partir de esa crítica se desarrolla una transformación progresiva que apunta a diseñar un modelo de gramática sobre la base de supuestos radicalmente distintos de los de la tradición estructuralista/ conductista. El hito del período en cuestión es el libro de 1957, Estructuras Sintácticas. El criterio para determinar la gramaticalidad de las oraciones es la "intuición del hablante", de manera que el uso no está explícitamente excluido del campo de estudio de la lingüística. Después, el programa generativista de mediados de los 60 se convierte en una profundización de la transformación antes iniciada porque declara abiertamente el divorcio entre "gramaticalidad" y "aceptabilidad", con lo cual los problemas del uso quedan para una eventual teoría de la actuación. Como una alternativa a la lingüística generativa surge, a fines de los 60, la sociolingüística, una sustitución que no sólo rescata al uso como objeto de estudio sino que sostiene que el uso mismo incide en la estructura del sistema (y por lo tanto, en la gramática). Esta evolución histórica aparece resumida en el esquema 4.2.

Esquema 4.2. Desarrollo histórico de la controversia en torno al "uso del lenguaje"

El análisis desarrollado tal vez permita establecer las siguientes conclusiones:

  1. Parece que el esquema general de 4.2. resulta adecuado para describir y explicar la evolución histórica de una controversia en lingüística. En este sentido, ayuda a defender la hipótesis de que la lingüística es una ciencia que progresa, porque estamos ante un debate con aportes relevantes, que de ningún modo pueden interpretarse como un estado degenerativo en términos de Lakatos o un período de "pre-ciencia" en términos de Kuhn.
  2. El lenguaje puede concebirse como "conocimiento" y como "uso", según el enfoque que se adopte.
  3. Una teoría científica no debe ni necesita buscar la hegemonía epistemológica en detrimento de otros programas de investigación.
  4. El rechazo de algún supuesto de un modelo epistemológico no implica el de otros. En esta tesis se rechaza la idea misma de inconmensurabilidad según Kuhn, pero se acepta la idea general de que la ciencia progresa a través de modelos cada vez más precisos. Este punto tal vez indique una contradicción que el mismo Kuhn no percibió: su idea de inconmensurabilidad impide evaluar el posible contenido de verdad y de realismo de las teorías científicas en permanente progreso.


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Notas

Con ligeras modificaciones, este capítulo es el trabajo final del seminario "Racionalidad y controversias en epistemología y en filosofía de la ciencia", dictado por Oscar Nudler en la Universidad de la Plata, entre mayo y julio de 2001.