(crónica) La noche más oscura de Chiara

Jessica La Rosa
5 min readNov 1, 2018

Hace no mucho tiempo, el 8 de septiembre Chiara Belén Marrero de 19 años fue a bailar al boliche “El Bosque” el cual se encuentra en Avenida La Plata 3400- Quilmes Oeste.

Es característico por estar lleno de árboles, un camino oscuro que te va perdiendo entre medio de la arboleda. El lugar, a simple vista es muy grande, cuenta con 3 pistas bailables, patio, escenario y 5 barras donde se puede consumir alcohol desde que se entra hasta que sale el sol.

La noche cada vez está más complicada, en el momento en el que los adolescentes deciden salir a bailar hasta el momento en el que hacen una previa y terminan ejerciendo violencia dentro y fuera del boliche gracias al alcohol y a los estupefacientes que ingirieron.

Hace ya muchos años se transformó en una costumbre estar dentro de un boliche y que los de personal de seguridad tengan que sacar a la fuerza a personas por estar violentas con cualquiera que se le cruce en ese momento.

Lo mismo pasa con aquellos que se violentan gracias a las sustancias que consumieron antes de ingresar al boliche, ya sea drogas o alcohol. Para los adolescentes cuando comienza la noche piensan que van a tener una noche divertida y llena de amigos, termina siendo una noche negra, llena de excesos y posiblemente buscando la muerte sin darse cuenta.

Chiara pensó que esa noche iba a ser inolvidable, ya que estaba festejando el cumpleaños de su mejor amiga Agostina. Aproximadamente a las 3 am se acerca un adolescente de nombre Javier a bailar con ella a lo que le responde que no, que se vaya. El chico no conforme con la respuesta sigue insistiendo y la aparta de la ronda en la que estaba bailando con sus amigas Juliana, Mayra, Pilar y Milagros. Sus amigas con mucha preocupación al no verla, comienzan a buscarla.No aparece. Finalmente, una hora más tarde se acerca a ellas llorando acongojadamente.

La adolescente les cuenta el calvario que había vivido en el boliche mientras no estaba en la ronda bailando y divirtiéndose. Ellas no lo podían creer. Javier la apartó llevándola al lado de la puerta de salida, en ese momento, la empezó a maltratar psicológicamente, le gritó, y como ella no accedió a lo que él quería cada vez se ponía más violento.

Cuando Chiara comienza a llorar mientras Javier le gritaba, la insultaba y la denigraba como mujer, una persona de seguridad se acerca y lo saca a la fuerza del boliche. Se negaba a irse.

La víctima contó que esta persona anteriormente había tenido la misma actitud que con su amiga Agostina. La diferencia en ambos casos es que ella estaba al lado de un seguridad que pudo tomar cartas en el asunto y nunca más volvió a entrar al boliche, por lo menos por algunos fines de semana.

En cambio su amiga estaba en un rincón al lado del baño donde no había nadie que la ayudara. Por suerte pudo escaparse del lugar y volvió a su casa llena de miedos, llorando y sin ganas de volver a salir a bailar con sus amigas.

La adolescente contó que Javier es un chico que toma mucho alcohol, que no tiene control de sí mismo, y menos puede medirse con otros. Otras veces se habían cruzado en el boliche y cada vez que lo veía, siempre estaba con una botella de Absolut en la mano. Claramente tomaba él solo porque no iba con amigos, o si llegaba con sus amigos, con el pasar de las horas cada uno estaba por su lado.

Luego una de sus amigas contactó a Nicolás, un amigo del adolescente por la red social Instagram para preguntarle si sabía porque tuvo esa actitud, a lo que su respuesta fue “No se acuerda de nada, tomó mucho. Quiso entrar de nuevo a El Bosque y no lo dejaron pasar porque le dijeron que había ejercido violencia la noche anterior”.

Muchas veces estos casos se hacen públicos en las redes sociales, pero este no fue el caso. La protagonista no quiso contarlo en ningún lado, quizá por vergüenza, o tal vez porque piensa que no es necesario que todo el mundo se haga eco de esta situación horrible que tuvo que vivir.

Pasaron dos o tres semanas, la victima volvió a salir al mismo lugar porque ¿por qué tendría que privarse de salir a bailar por culpa de una persona que no está bien de la cabeza? Pero en el momento en el que lo ve a Javier, se comienza a sentir mal, automáticamente le baja la presión, se siente débil luego de la situación que había vivido la vez anterior. Quedó muerta de miedo.

Ya no es lo mismo cada vez que un chico se le acerca en un boliche. Su forma de pensar se transformó, vive perseguida pensando que puede aparecer este hombre cerca de ella y hacerle algo. Muchas veces es complicado convivir con el miedo, y más cuando a una persona le queda un miedo por un trauma que tuvo es mucho más difícil de superar.

“EL mono” un seguridad le dijo a Sin Fronteras que “cuando ven a una mujer incomoda, llorando o que algún hombre le está haciendo algo, inmediatamente tienen que sacarlos de ahí”. Descongestionan la zona para que no se generen disturbios. Si al otro día quisieran ingresar de nuevo al boliche, no van a poder pero luego de unas semanas sí ya que no se pueden acordar de la cara durante mucho tiempo, controlan miles de personas por fin de semana.

En cuanto al boliche cuenta con un gran personal, llevan mucho control de cada persona que entra. Cada uno que quiere ir a divertirse y a pasarla bien con sus amigos debe someterse a que lo palpen, que le revisen hasta el último bolsillo de la campera y si lleva cartera la tiene que dar vuelta, pero así todos los adolescentes usan su ingenio para entrar con drogas pensando que así la van a pasar mejor.

Aparte de las personas que se encuentran en la puerta hay una serie de muchachos con espalda grande y musculosos que están todo el tiempo caminando al rededor de las pistas por si llega a haber algún inconveniente. Están todo el tiempo conectados con auriculares y en cuanto ven algo raro se comunican por ahí y van todos hacia el lugar a donde los necesitan.

Chiara, debido a lo que le pasó hace exactamente dos meses tuvo que ir a terapia. No podía salir de la casa, vivía con miedo y comenzó a sufrir ataques de pánico, se sentía todo el tiempo perseguida por este hombre que no mucho sabe de él pero parece no estar en sus cabales.

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