Airear el pasto con un tridente es un método fácil para evitar la sequedad.

Debido al calor extremo en nuestro país, después de la evaporación de las lluvias intensas, el suelo se compacta y la tierra se convierte en una costra dura, perdiendo las cápsulas de aire que le dan oxígeno. Como resultado, el pasto deja de absorber agua, empieza a secarse o a cambiar de color, y también dificulta el crecimiento de las plantas nuevas.

Por eso, entre mis herramientas de jardín, tengo un tridente que fabriqué en una herrería con materiales comunes y baratos. Es un caño con un mango en una punta, y en la otra una cruceta de ángulo con púas de 10 a 15 centímetros, soldadas y afiladas. Así de simple.

Cada tantos meses (idealmente al comienzo de la primavera y al comienzo del otoño), aireo el pasto con el tridente.

Espero que una buena lluvia ablande el suelo, y con el siguiente sol, me pongo un buen calzado (para hacerlo cómodo y poder dar más fuerza a la herramienta), y salgo al jardín.

Modo de hacerlo:

Tomo el tridente del mango superior y con un poco de impulso lo clavo con fuerza en el pasto. Lo inserto con cuidado y no tan profundo, y si el suelo está muy duro, uso el pie para forzar las púas. Luego, hago un pequeño movimiento hacia adelante y atrás para aflojar la tierra, lo saco, y empiezo nuevamente en otra sección, con 30 centímetros de distancia.

En caso que la superficie sea muy extensa, pueden optar por un rodillo con púas, que cumple la misma función que el tridente. Es un lindo juguete, aunque no es necesario si es que no le van a dar mucho uso. Si alguien tiene uno, ¡que me comente por favor!

Con el pasto ya perforado, esparzo tierra abonada o una mezcla de arena y abono. La arena dará menos rigidez al suelo, y el abono aportará la materia orgánica que le volverá a dar vida al pasto. Una buena regada, ¡y ya!

Aunque parezca mucho esfuerzo, tu jardín te lo agradecerá. Una o dos veces al año es suficiente para dar el cuidado necesario.

Adquirí un tridente aquí.

Daniel Burt es un apasionado por las herramientas, los arreglos y las reparaciones caseras.

Tenía 3 años cuando desarmó por primera vez un teléfono de juguete y se metió el timbre en la nariz. Cuando estaba en la primaria, tomaba pedidos de pandorgas (barriletes) para los concursos de los colegios, y a los 12 años se encargaba de hacer el mantenimiento de las bicicletas del barrio. Jugando a ser soldado, creó un rifle-hondita, y luego, construyó una balsa que naufragó en el lago Ypacaraí.

Daniel siempre anda con una caja de herramientas en la valijera del auto; listo para colgar cuadros en casas de amigos o reparar juguetes de sus nietas. En el taller de su casa, recibe todo tipo de objetos que necesitan arreglo, que se convierten en su proyecto de tardecita o de fin de semana.

En el 2015, logró combinar su pasión por las herramientas con la tecnología para potenciar el alcance de su hobby, creando un grupo en Facebook llamado “Arreglalo — Tips y Utilidades”. A través de este grupo, comparte consejos, trabajos y enseñanzas. Arreglalo — Tips y Utilidades tiene 5 años, y más de 4.500 miembros que interactúan con él de manera sostenida.

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