Carlos Zuniga
4 min readApr 3, 2016

--

-Atrévete a Fallar -

Tal vez pensarás “¿Por qué debería atreverme a fallar?”

Estoy seguro que temés equivocarte quizá por miedo a burlas, quizá por miedo a decepcionar a tus padres; te paraliza pensar: “Y si no lo logro, ¡¿qué van a decir?!”. ¿Te sorprenderías si te cuento que esas eran solo algunas de las cosas que yo pensaba cuando empecé a plantearme una meta? ¡Pues sí, lo hice!, pero a medida que el tiempo pasó entendí que para alcanzar lo que querés vas a tener que equivocarte, y no solo una vez… ¡Varias veces! Ponete a pensar en una bola de nieve: cuando empieza es pequeña y hasta llega a deshacerse muchas veces, pero se va creando otra y cada vez se hace más y más grande. Entre más grande: más tropieza con las cosas que se atraviesan en su camino, pero sin lograr derrumbarse: sigue adelante hasta convertirse o provocar una avalancha. Esto pasa con tu vida: empezás y te derrumbás muchas veces pero debés continuar, y cuando estés creciendo, te van a estorbar muchas cosas en tu camino que podrás superar y hasta aprender de ellas.

Puede que en este preciso momento andés en búsqueda de algo, pero posiblemente no tengás claro exactamente qué es. Dejame contarte que es completamente normal que sin importar la edad que tengás estés inseguro de lo que querés alcanzar. A mí me ha pasado, incluso aún ando en búsqueda de muchas cosas más para mi vida.

No quiero culpar a nadie, pero hay que admitir que en nuestra cultura se nos ha impuesto qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Incluso a veces nuestros padres nos aconsejan algo totalmente opuesto a lo que nosotros realmente queremos para el resto de nuestras vidas. Con esto no quiero decir que lo que ellos nos dicen o aconsejan es malo, ellos nunca querrán un mal para nosotros. Como hijos debemos siempre respetarlos y escucharles, pero si quiero que sepás que al final somos nosotros mismos quienes deberíamos decidir qué hacer con nuestras vidas y es aquí donde nacen las dudas, pero no te preocupés, al experimentar vas a equivocarte, vas a fallar un par de veces, vas a cometer errores, y esa será una de las maneras para alcanzar eso que andás buscando.

Por si no lo sabés la mayoría de adolescentes en Latinoamérica y específicamente los hondureños: no tienen metas. Me refiero a que realmente no es algo claro y/o específico, por ejemplo: yo a los 15 años quería ser futbolista, a los 17 quería ser cantante, después quería ser piloto, y se me vinieron mil ideas a la cabeza de lo que quería hacer, pero adiviná qué: todas las anteriores para mí fueron ideas vagas, a medias y sin sentido… Para que me entendás: sí, las pensé y las quise pero, ¿con cuál de todas veía mi futuro? ¿Cómo podía elegir alguna si no estaba seguro de ninguna? Ponele que es como un velocista que corre y corre y no estableció a dónde llegar. Podría correr toda su vida y nunca llegaría a ningún lado porque no sabe dónde.

  • Quiero que seás un corredor, pero que antes de correr sepás con seguridad a dónde querés llegar. -

¿A qué voy con esto?

Es muy importante que te pongás una meta clara y a la vez específica, asimismo tracés la ruta a lo que realmente deseás, que te levantés pensando en ella, que te acostés pensando en qué hiciste para avanzarla. Tenés que aferrarte a esa idea, a ese sueño y empezar a trabajarla. Tu meta tiene que ser lo sufrientemente clara y grande, y te aseguro que fallar las primeras veces o equivocarte será lo de menos. Cuando ya estés seguro de qué es exactamente lo que vas a perseguir: tenés que ir por el con todo, y cuando digo con todo es con TODO, sin importar que te digan: “Estas loco”, “Nunca lo vas a lograr”, “Vos no naciste para eso…” y miles de cosas para detenerte, pero es ahí donde tenés que mantenerte firme, humilde y creer en vos mismo, tu fe tiene que ser inamovible. Demostrarles a todos los que dudaron, lo capaz que sos y que puedan ver tu ejemplo y tal vez hasta seguirlo.

Cuando ya estés camino a tu meta es aquí donde vendrá tu valentía a fallar, tu coraje al equivocarte, tenés que ser consciente que posiblemente en ese camino el panorama no sea favorable porque posiblemente no sepás nada al respecto. Es aquí donde te digo que será normal fallar, equivocarte. Pero nunca olvidés que entre más complicada se ponga la cosa: más seguro tenés que estar de que vas por el camino correcto, y como dicen por ahí: “lo fácil cualquiera lo logra” y sin ánimos de ofender: fácil es hacer lo que todos hacen, fácil es poner limitaciones, pero si tu meta es grande: tenés que estar dispuesto a hacer cosas grandes; si tu meta es grande tenés que estar dispuesto a caer algunas veces, a rasparte, a llorar, a que se burlen de vos; tenés que estar dispuesto a todo, pero creéme que el sabor de lograrlo y saber que los que te dijeron que no podías: observen tu éxito… Eso no tiene precio.

- No tengás miedo, atrevete a fallar -

Quiero recalcar que lo que estoy escribiendo es únicamente mi punto de vista a través de mi pequeña experiencia.

Dirigido a jóvenes que anden en búsqueda de algo más para sus vidas.

Carlos Zuniga

--

--