¿Vivir para siempre?

Adrián Soriano
6 min readApr 13, 2024

Damien Hirst y la eternidad en el Museo Jumex.

Damien Hirst

Las mariposas de Michoacán y las calaveras del Día de Muertos en México son probablemente símbolos antagónicos de la vida y la muerte que fácilmente pueden relacionarse dentro del discurso estético de algún artista, pero ¿Qué pasaría si a ese campo semántico le agregamos el cuerpo de un tiburón flotando dentro de un enorme tanque de formol?

La escultura “The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living” (1991) del artista inglés Damien Hirst es una evocación del miedo a la propia vida y a la muerte también, según declaraciones del propio Hirst quien por cierto se ha declarado admirador de varios elementos y símbolos de la Cultura Popular Mexicana. No es casualidad entonces que muchos se refieran a Hirst como el “Artista de la muerte”, ya que varias de sus obras hacen una clara referencia al concepto, independientemente de la interpretación que se le pueda dar.

En esta obra, que es probablemente de las más representativas dentro de la iconografía de Hirst nos encontramos frente al cadáver de un tiburón flotando en el limbo infinito de aquella transición final mientras nos observa y es observado en una atmósfera de inquietante quietud.

Normalmente, la experiencia estética al estar frente a ese gigantesco tanque suele ser incómoda para unos o indiferente para otros al no encontrar una manufactura o producción artística en la obra más allá del shock value que puede dar la escena por sí misma, sin embargo, con el paso de los años es innegable que se ha vuelto una escena icónica dentro de galerías y museos de arte contemporáneo bastante reconocible.

The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (1991)

En marzo de 2024 llegó al Museo Jumex de la Ciudad de México la exposición “Vivir para siempre (por un momento)” Del artista y empresario Damien Hirst con más de 57 obras y la curaduría de Ann Gallagher. Esta muestra, contrario a lo que se ha publicado erróneamente en cierta publicidad no es la primera que Hirst tiene en México, pues ya se han montado anteriormente varias de sus obras como por ejemplo en la galería Hilario Galguera que tiene una muestra paralela a la del Museo Jumex, colaboración que por cierto se realizó también en los años 2006 y 2010.

Vivir para siempre (Por un momento)” se propone dentro del marco de la celebración de los diez años del museo Jumex y si bien es cierto que muchos artistas que ahí han expuesto han sido controversiales como suele ser dentro del arte contemporáneo, considero que Hirst representa uno de los artistas más reconocidos y polémicos en el horizonte expositivo reciente del museo Jumex.

Las obras elegidas para esta exposición y en general el trabajo del artista han sido desde siempre muy polémicas por factores varios, señalado por falta de creatividad, lo crudo de usar cadáveres de animales o partes de ellos en sus obras, una datación errática o tramposa por parte de su estudio, el papel de su fortuna como empresario en el éxito de su carrera como artista e incluso plagio de las ideas son algunos de los lugares comunes en los que se debate el valor artístico de su obra.

(The Twelve Disciples)(1994)

De las obras que contienen cadáveres de animales o parte de ellos El tiburón en el tanque “The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living” (1991) es tal vez de las menos grotescas, pues existen otras que nos muestran un tiburón o una vaca partidos por una exacta mitad “Mother and Child, Divided”(1993) en donde cada una flota en un tanque de formol separado cada uno por la distancia necesaria entre ellos para invitar al espectador a pasar a través y observar el estático espectáculo desde dentro, esta experiencia vuelve al visitante parte del cadáver, parte de los tanques y por supuesto parte de la obra para él mismo y para quien pueda observarlo desde fuera.

A Thousand Years (1990)

Hay registro de otra pieza o tal vez performance en donde podemos ver la cabeza de una vaca aún fresca siendo devorada lentamente por cientos de moscas vivas dentro de un cubo de vidrio. Estos recursos evidentemente le han costado el señalamiento por parte de asociaciones protectoras de los derechos de los animales, aunque parece que el público en general no se ha mostrado realmente ofendido, pues, hay que ver las filas de cientos de personas tomándose fotos con dichas obras, me pregunto cuál sería el escenario si en lugar de un tiburón y una vaca hubiera usado un perro y un gato, por ejemplo.

Hirst pintando Cherry Blossoms

Su trabajo también incluye esculturas de mediano y gran formato, así como algunas pinturas “Cherry Blossoms” (2017–2020) u obras con materiales y técnicas diversas que van desde una farmacia de tamaño real “Pharmacy” (1992) dentro de la galería, un lienzo lleno de moscas con resina “AIDS” (2003) o un cenicero gigante lleno de colillas de cigarro fumadas probablemente por el artista “Party time” (1995).

El papel que juega Damien Hirst dentro del mercado del arte contemporáneo es clave, ya que su obra ayuda a entender los movimientos y dinámicas que hay dentro del mismo. Por ejemplo, la obra “For the Love of God” (2007) que está presente en la exposición, llegó a venderse por 100 millones de dólares, convirtiéndose en una de las obras más caras jamás vendidas. Existen muchos ojos críticos de estas transacciones, acusando a estos artistas multimillonarios de ser solo una burbuja que no representa a las vanguardias artísticas contemporáneas.

Existen documentos que revelan la adquisición de obra en esos precios por parte de los mismos artistas como un mecanismo de autovaloración y para crear una demanda artificial dentro del propio mercado, sin embargo, es un tema que requiere muchos párrafos para poderse analizar, aunque debo admitir que al ver la obra me resulta complejo dejar de pensar en los millones de dólares que Hirst puede tener y cuestionarme si es que acaso busca hacer dinero con su arte o arte con su dinero.

For the Love of God (2007)

Así seamos críticos o admiradores de la obra de Hirst debemos reconocer su relevancia en el escenario del arte contemporáneo y tratar de analizarla en profundidad para entender el nivel de popularidad e interés en personas que están dispuestas a pagar una buena cantidad de dinero por una de sus obras (incluso sus NFT), formarse horas afuera de un museo para entrar a una exposición, la enorme cantidad de creadores inspirados en su trabajo así como los teóricos que buscan profundizar en la conceptuosidad de sus obras.

Spot Painting (1986)

Para concluir queda mencionar que no me considero dentro de las filas de admiradores del artista, la artificialidad creativa que emana de sus obras me dice poco y a ratos nada, incluso si considerara que su mensaje es una sátira del propio quehacer artístico contemporáneo y su relación con el mercado del arte no encuentro más que en algunas pocas obras un discurso sobre el que valga la pena profundizar.

Dejaremos que el tiempo siga marcando el curso y relevancia de Hirst en la Historia del Arte para poder definir si se trata de un capítulo relevante o son solo obras suspendidas en el tiempo como aquel tiburón que flota muerto para ser observado hasta que el propio líquido que lo contiene termine por disolverlo en nada.

A work of art is completed by the viewer.

-Marcel Duchamp

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Adrián Soriano
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Art historian, lover of great stories and conversations. Traveler living at Mexico City. What if we meet at the museum? / @adrian.soriano_ on instagram /