Evaluación por procesos y las TIC

Gary Galván
6 min readOct 12, 2018

La EVALUACIÓN POR PROCESO, ¿funciona?

La respuesta corta es, sí. Si la evaluación se realiza correctamente, sí funciona. Es más, cualquier tipo de evaluación, realizada correctamente, es efectiva y funciona.

En este artículo, nos gustaría profundizar sobre algunos aspectos de la evaluación y la evaluación por procesos en particular, así como el papel de las TIC para ayudar a los docentes a realizar evaluaciones de manera más eficaz y eficiente.

¿Qué es EVALUAR?

Antes de entrar en el tema de fondo, debemos ponernos de acuerdo en lo que entendemos por “evaluación”, de manera a manejar los mismos conceptos, el mismo “idioma”.

El Diccionario de la Real Academia Española, define a este término como:

1. tr. Señalar el valor de algo.
2. tr. Estimar, apreciar, calcular el valor de algo. Evaluó los daños de la inundación EN varios millones.
3. tr. Estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos.

Para los efectos de este texto, utilizaremos la tercera acepción: “Estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos”. Cabe señalar que en esta definición no se menciona la “promoción”, siendo ésta considerada como una consecuencia de una “buena evaluación”, aunque no forme parte de la definición misma.

La evaluación y la promoción de grado o curso, no están necesariamente relacionadas. Pueden existir en forma independiente: se puede dar una evaluación sin implicar una promoción y se puede establecer una promoción sin tener una evaluación “formal” como requisito para la misma. El ejemplo más notable de este último caso es el sistema educativo finlandés, donde los estudiantes, durante los primeros años de la escuela, obtienen la promoción de grado sin rendir una examen “formal” y se tiende favorecer la autoevaluación en lugar de la evaluación externa por parte del docente. Mientras, la evaluación “formativa” es un ejemplo de evaluación que no tiene influencia en la promoción de los estudiantes, sino que sirve para comprobar el nivel de comprensión sobre un determinado tema.

Tipo de Evaluación

En este artículo no hablaremos sobre las técnicas de la evaluación, ni trataremos sus diferentes instrumentos, pero sí hablaremos sobre los tipos de evaluación y nos centraremos en uno: la evaluación por procesos.

La evaluación no es un “hecho aislado”, no se reduce a un “evento” (llámese éste un examen, una presentación, un trabajo práctico, etcétera), la evaluación es, necesariamente, un PROCESO, independientemente del tipo de evaluación que se utilice. El siguiente cuadro ilustran algunos de los tipos de evaluación que se pueden utilizar en el proceso de evaluación:

Fuente: VIII. Evaluación: Técnicas, Instrumentos y Estrategias

La “evaluación por proceso” o “Continua o Procesual” es apenas un “tipo” de evaluación, la misma alcanzó notoriedad en nuestro país al ser adoptada como el modo para “solucionar” los problemas que se encontraron a partir de la implementación de la mal llamada “Reforma Educativa”.

Lastimosamente, en su implementación, se han incurrido en los mismos errores observados cuando se implementó la Reforma Educativa; se implementó en forma incorrecta. En lugar de implementar una “innovación” se “adaptó” lo ya existente y se le llamó, en el primero de los casos «Reforma» y, en el segundo «Evaluación por Proceso», siendo que no se respetaron – ni implementaron – aspectos fundamentales inherentes a las mismas.

Entonces, observamos una “Reforma” que no es reforma (más allá de «cambiar la ‘forma’») donde se mantuvo lo peor del sistema antiguo, sin sacar provecho de lo mejor del nuevo, desechando la aplicación de las técnicas “memorísticas” (paradigma conductivista), a favor de “resúmenes de resúmenes” o “fotocopias de fotocopias”, desechando de esta manera lo más importante del método: la investigación y la construcción del conocimiento a partir de la correcta realización de la misma.

De la misma manera, la “evaluación de proceso” se convirtió en la “evaluación del cuaderno de ejercicios”, siendo que éste (el cuaderno de ejercicios) no implica necesariamente que el o la estudiante haya realizado correctamente el proceso, confundiendo de esta manera un «instrumento» con un «tipo de evaluación».

La evaluación por proceso ¿es tan mala como se cree?

La evaluación del proceso consiste, entre otras cosas, en la observación del desempeño de los estudiantes en el aula; se observa si realizan correctamente los ejercicios propuestos, si participan activamente en la clase, si realizan las actividades que les fueron asignadas, etcétera. Si se realiza correctamente, este tipo de evaluación reflejará mucho mejor el nivel de aprendizaje de cada educando, pues si participó activamente del proceso y realizó todas las actividades propuestas con éxito, el o la estudiante necesariamente habrá aprendido el tema propuesto. La prueba, test o evaluación formal, pasaría a ser algo complementario, para comprobar lo que se consiguió a través del proceso.

Por último, debemos recordar un aspecto fundamental de la evaluación que, muchas veces, pasamos por alto: la retroalimentación.

Uno de los momentos más importantes del proceso de evaluación, el que probablemente sea más útil para el aprendizaje por parte de los estudiantes, es la retroalimentación; es cuando los estudiantes comprenden en qué y porqué se equivocaron y es ahí donde, casi siempre, se produce efectivamente el aprendizaje.

Sin embargo, todo lo enunciado en el párrafo anterior, choca con una cruda realidad: ¿cómo implementar ésto en un aula con más de 40 estudiantes? ¿es humanamente posible hacer el seguimiento efectivo de cada alumno o alumna, en forma individual, como requiere este tipo de evaluación? Pareciera ser una utopía, por lo que la implementación, así como en el caso del principio de la Navaja de Ockham – «La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera» – se realizó de la manera más simple (o “realizable”), sin que ésta sea la mejor; se equiparó un instrumento a todo un método de evaluación, con los catastróficos resultados que saltan a la vista a partir de esta implementación.

El principio de la Navaja de Ockham, en su formulación original decía:

“Pluralitas non est ponenda sine neccesitate” (la pluralidad no se debe postular sin necesidad).

¿Es, entonces, la evaluación por proceso algo inaplicable, una utopía fantástica que sólo se puede implementar en países donde los docentes tienen un grupo compuesto como máximo por 20 estudiantes? (como en el caso del sistema finlandés). En otros tiempos diríamos que sí, pero hoy día las TIC nos permite hacer uso de un gran número de herramientas de manera a conseguir este objetivo.

Herramientas TIC para docentes

He aquí algunas de estas herramientas;

  • La computación móvil; los teléfonos inteligentes, las “tablets” o iPad, las Notebooks y Netbooks e, incluso, los relojes inteligentes, nos permiten acceder de manera inmediata a una base de datos de nuestros estudiantes e ir registrando nuestras observaciones en tiempo real, ya sea en la memoria del propio dispositivo o en “la nube”, lo que nos permitirá acceder a las mismas en otros dispositivos, como por ejemplo una computadora de escritorio, de manera a utilizar y/o analizar estos datos más detenidamente.
  • La aplicaciones o “Apps” que son desarrolladas específicamente para este objetivo, permiten a los docentes acceder a través de dispositivos anteriormente mencionados y procesar la información, entregando muchas veces los resultados de todo un grupo de estudiantes simplemente presionando un par de botones, permitiendo en algunos casos obtener datos para el análisis del rendimiento individual de cada estudiante, de manera a reforzar los contenidos específicos que necesita cada alumno o alumna.
  • Las planillas electrónicas, y otros programas utilitarios genéricos, que permiten registrar, procesar y analizar las observaciones realizadas a través de los dos apartados mencionados con anterioridad. Si bien este tipo de herramientas requiere un mayor conocimiento por parte de los docentes para su utilización, son también las que permiten una mayor flexibilidad en el momento de su uso.

Estas y otras herramientas pueden ser utilizadas en forma individual o en su conjunto.

Ahora bien, todas éstas son simplemente HERRAMIENTAS, el éxito o no de su aplicación dependerá de cómo las mismas sean utilizadas. Dicho esto, nuevamente, debemos hacer énfasis en la necesidad de mantener un PROCESO, dentro del cual se contemple la utilización de estas (u otras) herramientas TIC.

Conclusión

La evaluación por proceso, realizada correctamente, es la más justa, útil y práctica, tanto para los estudiantes como para sus padres e, incluso, los docentes; pues permite determinar con precisión, qué contenidos, incluso de día y hora en que éstos fueron desarrollados, son los que cada estudiante está necesitando un refuerzo, de manera a que obtenga un aprendizaje más efectivo y de mayor calidad.

Las herramientas TIC son FUNDAMENTALES lograr este objetivo en forma eficaz y eficiente (a veces, incluso es la única forma de lograrlo).

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Gary Galván

Informático por formación, docente por vocación.