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Jueves, 04 Julio 2019 15:51

El triunfo del abstencionismo

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“Son escasas las veces en que el que manda  se ve obligado a ceder ante las razones del que obedece”

 

José Saramago

Ensayo sobre la lucidez

 

 

En las elecciones locales, celebradas el pasado 2 de junio de 2019, el gran ganador fue el abstencionismo.

 

De acuerdo con los datos oficiales, la participación en términos generales fue de 33% y de este porcentaje el voto anulado o blanco alcanzó el 3%; en pocas palabras: el 70% de los electores de Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Tamaulipas y Quintana Roo, decidieron ignorar el llamado a las urnas.

 

Para José Woldenberg el abstencionismo “es síntoma de desapego, un indicador que no debe ser despreciado porque ilustra la distancia que existe entre franjas importantes del electorado potencial y la vida política. (…) El abstencionismo deja en manos de otros la elección de nuestros representantes[1]

 

Los altos niveles de abstencionismo ponen duda la eficacia de diversos instrumentos que nos hemos dado para promover la participación electoral. Partidos políticos, actores, líderes partidistas, funcionarios y autoridades electorales nos cuestionamos el por qué los ciudadanos mexicanos se alejan de las urnas. Las posturas que buscan explicaciones a esta problemática son distintas y los enfoques son tan diversos como quienes emiten opiniones y análisis de este fenómeno.

 

Podemos cuestionar los enfoques de promoción de la cultura político-democrática, los recursos invertidos en estrategias nacionales y locales para incentivar la participación electoral, los esfuerzos de actores y partidos políticos para posicionar a sus candidatas y candidatos durante las campañas electorales, la difusión en los medios de las autoridades para que la ciudadanía participe en las distintas etapas de los procesos electorales y, particularmente, en la jornada electoral. Sin embargo, en todos estos rubros obtenemos una calificación negativa cuando el abstencionismo supera la participación electoral.

 

Desde otra perspectiva, el abstencionismo también puede ser entendido como una forma de protesta por parte del electorado ante la falta de resultados en el ejercicio de gobierno, la desvinculación de los representantes y los representados, la falta de propuestas y opciones para ciudadanas y ciudadanos cada vez más informados y más exigentes, la baja intensidad política de amplios sectores de la población con premisa de que la vida política es sinónimo de corrupción y malas prácticas, pero, sobre todo a una actitud pasiva desde el desconocimiento, la falta de organización y las amplias clientelas electorales vinculadas a las estructuras partidistas.

 

Las instituciones electorales tenemos frente a nosotros el reto de incrementar el interés ciudadano para participar con su voto en la elección de quienes tomen decisiones desde el poder y el gobierno; toca a quienes encabezan el poder y ejercen el gobierno brindar resultados a la ciudadanía para mantener el círculo virtuoso en la construcción de ciudadanía, cuando el esfuerzo no es compartido el ciudadano opta, paradójicamente, en abandonar las urnas y no tomar parte de las decisiones.

 

En esta coyuntura se reviven viejos debates sobre la legitimidad de quienes acceden al poder con 70% de abstencionismo, o sobre qué hacer para que la ciudadanía se involucre. Existe la tentación pragmática de buscar soluciones inmediatistas, sin embargo, se hace urgente y necesario cuestionar las estrategias institucionales de promoción de la cultura política y vincular este esfuerzo a una formación ciudadana integral que involucre a la niñez y juventud desde el entorno educativo formal.

 

Invertir en educación ciudadana desde la infancia, puede ser la respuesta a esta problemática, articular los esfuerzos de las instituciones electorales con el sistema educativo nacional es una apuesta lenta pero eficiente para que la próxima generación de ciudadanos participe activamente en las urnas, promueva valores democráticos y de respeto a la legalidad en la vida cotidiana y aspire a una sociedad democrática menos desigual y más justa. Esta sigue siendo nuestra asignatura pendiente.

 

 

 

[1] José Woldenberg, Resultados, 11 de junio de 2019.

   https://www.eluniversal.com.mx/articulo/jose-woldenberg/nacion/resultados

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