Seguido por decenas de famosos que promueven este hábito, con el paso del tiempo y debido a los hábitos cada vez más estresantes y nocivos para la salud física y mental se ha vuelto de las más deseadas y practicadas para reforzar el medio interno, e incluso han aparecido diversas asesorías en la materia, aun cuando, hay que decirlo, no cuenta con el aval unánime de la medicina convencional que todavía presenta algunas dudas en cuanto a su efectividad aunque sí pondera sus beneficios saludables para la calidad de vida.

De qué se trata, qué incluye y cuán efectiva es, en Integrative Health te explicamos.

Consiste en seguir una alimentación fundamentada en la conformidad de que ciertas patologías se originan debido al PH bajo en el cuerpo, es decir, se favorecen en un medio ácido. Partiendo de este supuesto respaldado ampliamente por la homeopatía y medicina naturista, elevar el PH mediante la alimentación hará que el organismo se encuentre más protegido frente a daños y vital. No obstante, no se ha establecido del todo la relación entre la alcalinidad y la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades graves como el cáncer. Otros, acuerdan que el equilibrio de PH se da por sí solo, sin que la dieta influya.

Aun así, es acertado fijar que los alimentos que incorporamos pueden incidir en el grado final de acidez del cuerpo. Fueron los informes de doctores como Lahmann y Berg, del siglo XX, los que establecieron que aquellos pacientes que comían más pescado y carnes eran quienes más alto tenían la acidez en la orina. Por el contrario, disminuía ampliamente entre quienes sumaban más alimentos vegetales crudos.

En síntesis, la orina es un excelente medidor del trabajo del organismo para purificar y armonizar el medio interno.

Al hacerla regularmente, se consigue alcalinizar el organismo, diferenciando con claridad entre los alimentos alcalinos que deben ser al menos el 80% y los acidificantes o neutros que no deben superar el 20%, en tanto que los súper acidificados se prohíben. Como apoyo, el ejercicio físico y las rutinas saludables son recomendadas.

No obstante, quienes han optado por desarrollar esta dieta, aseguran que mejoran su condición de salud ampliamente en favor de su calidad de vida. Después de todo, elegir ingerir muchos más alimentos saludables, détox y equilibrados, siempre bajo supervisión médica y nutricionista (podés ver nuestros planes nutricionales aquí), tiende a ser algo muy positivo más allá de que no tuviera los efectos que promete.

Sus mejores ventajas suelen ser:

- Mayor rendimiento físico y energía. Al tratarse de una dieta ampliamente nutritiva y depurativa, la vitalidad aumenta.

- Mejor digestión. Como se incorporan más verduras y frutas con fibra y mucho menos refinados y harinas, se aliviana el proceso estomacal.

- Excelente depuración. Los alimentos son más diuréticos favoreciendo la supresión de toxinas presentes en el cuerpo.

Qué alimentos son alcalinos

Para, efectivamente, estar haciendo una dieta alcalina, es esencial incorporar buena cantidad de frutas, tubérculos y verduras de temporada y en lo posible frescas y crudas, ya que la cocción, e incluso la vaporización en ciertos casos, le quita fuerza alcalinizante.

¿Cómo consumirlas?

Son ideales los batidos, los smoothies y las sopas frías.

Los permitidos de una dieta alcalina que no pueden dejar de contemplarse son:

- Alcalinos: verduras verdes, bananas, maní, almendras, batata, algas, zanahoria, berenjena, lentejas, jengibre y leche, los principales.

- Ácidos: frutas cítricas como la naranja, verduras ácidas, frutas dulces, yogur, miel, vinagre, carne roja, pescado, huevos, uvas, arroz integral, hongos y mariscos.

Qué es la dieta alcalina

Más que nunca, estamos en un momento en el que la acidosis es habitual debido al tipo de dieta y el estilo de vida estresante que siguen miles y miles de personas que lleva al nerviosismo, la falta de humor, el sobrepeso y la falta de descanso. Este es el clima ideal para propiciar la escasa alcalinidad del cuerpo.

El incremento de azúcares, bebidas con muchos lácteos y el consumo de procesados y refinados o estimulantes como el café y los remedios van en perjuicio de alimentos alcalinos.

Como observamos, el organismo de las personas, a pesar de que cada una es distinta, parece funcionar más optimizado con un PH sanguíneo que tienda a ser alcalino, de 7,39. Lo contrario, que se denomina acidosis, es lo que promueve la enfermedad en el organismo dando lugar a:

- La desregulación de la función celular

- Enrojecimiento, problemas de piel, respiratorios, exceso de sudor, micciones y daño hepático o renal, debido a los ácidos fijados en los órganos

- Desmineralización por el uso de sustancias esenciales de los tejidos para frenar los ácidos. Lo que se manifiesta en la dentadura, los huesos, cabello caído o débil, encías sangrantes y similares.

- Sensación de frío corporal, hipotensión, hipoglucemia, debilidad inmune e infecciones de varios tipos.

Una dieta alcalina supervisada y con base en lo natural, parece revertir en buena parte estos trastornos, al influir en la química del cuerpo y favorecer la armonía alcalina.

Para la medicina alternativa, desde tiempos remotos, el organismo es una máquina perfecta pero compleja, que consigue ese balance por medio químico, es decir, de la acidez o alcalinidad de la sangre.

Es entonces cuando una alimentación rica en vegetales estimula ese equilibrio metabólico, inmune y hormonal, a la inversa de ciertas carnes y lácteos o harinas que lo traban.

Un hábito saludable que más allá de la dieta; se propone ir por esos otros factores que influyen la acidificación, el caso del estrés, las emociones negativas y la falta de movimiento, dando especial énfasis a estos.

Aun cuando todavía falte alguna evidencia, y sea factible de establecerse a la brevedad, con lo que hasta acá se conoce alcanza para apostar por la alcalinidad en el organismo, que no es otra cosa que alimentarse mejor, de manera más natural.