En la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor y la belleza. Su nombre hace referencia al mito de su nacimiento, según el cual surgió de la espuma (aphros, en griego) que se originó cuando Cronos arrojó al mar los genitales mutilados de Urano, su padre.

En esta pintura del siglo XVIII observamos a Afrodita en el centro; del lado izquierdo se encuentra sentado Hefesto, dios del fuego y la herrería, quien sostiene un bastón con la mano izquierda y con la derecha le extiende algún tipo de regalo a Afodita; del lado derecho, de espaldas al espectador, se encuentra el dios de la guerra, Ares, quien mira fijamente a la diosa. Otros dos personajes que se observan en la composición son Eros, representado como un niño pequeño y una de las Horas o diosas de las estaciones del año.

Este cuadro hace referencia a los mitos sobre la diosa Afrodita, quien fue obligada por Zeus a casarse con Hefesto, un dios poco agraciado, cojo y jorobado. A pesar de sus esfuerzos por conquistar a Afrodita con hermosos regalos y joyas, ella siempre lo despreció y le fue infiel en numerosas ocasiones. Su amante predilecto fue el dios Ares, con quien tuvo varios hijos, entre ellos Eros, dios del amor.

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