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Geometría expresiva Los artistas de todas las disciplinas han utilizado la geometría como fuente de expresividad y simbolismo. También los cineastas. Así, en las películas podemos encontrar: Ángulos creadores de ambientes Los ángulos agudos y las paredes oblicuas en la escenografía expresionista de El Gabinete del Dr. Caligari (Robert Wiener, 1919) conforman un mundo amenazador en esta obra maestra, la primera película de terror. En el siguiente video vemos esa estética peculiar, adobada con música contemporánea de Marilyn Manson
La retícula perfectamente ortogonal en la oficina cartesiana de Playtime (Jacques Tati, 1958), o también en los títulos de crédito de Con la muerte en los talones (West by Northwest. Alfred Hitchcock, 1959) escenifican el ordenancismo que ahoga al individuo. Anuncian el mundo cibernético de Tron (Steve Lisberger, 1982) , donde la acción se desarrolla también sobre una retícula sin curvas: sólo ángulos rectos. Este escenario, llevado a las tres dimensiones sería el laberinto cúbico de Cube.
Paralelas En El conformista (1970), Bernardo Bertolucci abunda en la presencia de trazas paralelas (¿pautas?) sobre sus personajes.
Figuras geométricas La espiral y la hélice son utilizadas con profusión por Alfred Hitchcock en Vértigo (1958): emergiendo desde el ojo inicial y pasando por los moños de las protagonistas hasta la escena final en la escalera de caracol; y nuevamente, en el desagüe de la ducha en Psicosis (1960).
La pirámide es portadora de simbolismo y clave del desenlace de El Código Da Vinci (Ron Howard, 2005).
En 2001: Odisea del espacio (2001: A space odissey. Stanley Kubrick, 1968, siguiendo la novela de Arthur C. Clarke, un cuerpo geométrico adquiere la categoría de mudo protagonista: el enigmático monolito negro testigo de la evolución humana. Es un prisma rectangular de dimensiones 1, 4 y 9; y éstos son los tres primeros números cuadrados perfectos, detalle que redunda en la procedencia inteligente del monolito y sugiere que la nuestra es una evolución observada o tutelada.
Una misma figura puede dar lugar a sugerencias diferentes, según el contexto. Así, una doble curva en un tobogán por el que desciende el protagonista es en La dama de Shanghai (Orson Welles 1947) plasmación de su pérdida de control.
Pero en Mi tío (Jacques Tati 1958), el sendero en doble curva da lugar a que las dos señoras esnob, que se saludan afectadamente con los brazos abiertos desde la distancia, lleguen en un momento a situarse en una misma dirección pero con sentidos opuestos, saludando cada una al vacío.
También encontramos el uso recurrente del círculo en Escrito en el cuerpo (The pillow book. Peter Greenaway, 1996). El círculo es la figura que se cierra sobre si misma, distribuyendo sus puntos sin destacar a ninguno, aunque un con un centro dominante. Cualquiera de esas características aporta significados, siendo en bastantes películas escenario de la escena culminante: el cementerio en el duelo a tres de El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone 1966), la sala de guerra en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick 1964), el marco final de Brazil (Terry Gilliam 1985), la rotonda tío vivo de Play Time (Jacques Tati 1967), etc.
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(C) José María Sorando Muzás |