El general en su laberinto

El general en su laberinto

El futuro del general Ricardo Díaz es negro. El régimen hará hasta lo imposible por meterlo a la cárcel en venganza por las gravísimas denuncias que ha hecho. 

El siniestro ministro de Defensa Iván Velásquez, de probada habilidad para hacer montajes judiciales, ya anunció que su exviceministro deberá responder por no haber denunciado ante la justicia el soborno que le ofrecieron de $700 millones de pesos, para que favoreciera un negociado en el que estaban metidos los hermanos del peligroso Armando Benedetti Villaneda.

En vez de responder por los graves hechos revelados por Díaz, el gobierno se ha volcado a desacreditarlo, valiéndose de sus agentes mediáticos, como la polémica directora de un canal de YouTube que resultó ser socia del ministro Velásquez en una supuesta fundación, relación que el propio funcionario tuvo que reconocer en un debate en el Congreso de la República. 

No hace falta tener dotes de clarividencia para advertir lo que harán con el valiente oficial retirado, al que no le ha temblado la voz para hacer públicas las porquerías contractuales del sector defensa. 

Empezarán vendiendo la tesis de que Díaz es un incompetente que salió del Ejecutivo habida cuenta de su estulticia. Desatarán a las brutales bodegas que operan en las redes sociales con el mandato de liquidarlo moralmente. Seguirán las columnas de opinión mostrándolo como un sujeto oscuro e incompetente y, nadie lo dude, aparecerá en alguna cárcel del país un testigo que declare en su contra, inventando relaciones con el crimen organizado. De la noche a la mañana, el general que en su momento fue un convencido petrista, por arte de birlibirloque será acriminado. ¿Se atreverán a prefabricar una participación suya en crímenes de lesa humanidad? La extrema izquierda colombiana es capaz de todo. 

La tarea primordial consiste en lograr que las palabras del oficial retirado queden en el vacío. Que no se investiguen los abusos de Velásquez, que no se indague sobre el interés del expresidente Santos en favorecer a una empresa fabricante de helicópteros, que no se profundice sobre la obsesión de la esposa de Petro por que un contratista/oferente del ministerio de Defensa sea seleccionado en un proceso licitatorio y, lo más urgente, que los Benedetti queden impunes. 

El presidente Petro sabe que a los hermanos de su exembajador en Venezuela hay que tratarlos con guantes de seda. No le conviene que su otrora aliado se sienta maltratado, porque es muy posible que, en retaliación, resuelva retomar la denuncia de los famosos quince mil millones de pesos que él asegura haber conseguido en el mundo del hampa para la campaña presidencial. Petro, delincuente, necesita mantener domesticado a Benedetti, delincuente. 

Hay que ganar tiempo. En menos de 6 meses, el presidente de Colombia tendrá fiscal de bolsillo. Quien sea la persona elegida para reemplazar al doctor Barbosa, recibirá el mandato de usar a la justicia como herramienta para ajustar cuentas con los enemigos del gobierno, y para callar a todos los que osen confrontarlo. No puede soslayarse que Petro advirtió hace unos meses que él es el jefe del Fiscal General de la Nación, y los subordinados obedecen o se van. 

El general Ricardo Díaz es presa fácil para la banda petrista que tiene que dejar sentado el precedente: el peso del Estado caerá como un fardo sobre todos los que abran la boca. El de Colombia no es un gobierno, sino una cofradía de hampones.

Así las cosas, el valiente oficial tiene dos caminos: la cárcel o el exilio. 

@IrreverentesCol

Publicado: septiembre 14 de 2023

Un comentario

  1. Reconozco que uno como persona puede equivocarse pero lo que hizo el general fue traición a la patria cuando se unió al guerrillero a sabiendas que era el enemigo que se combatió cuando se estubo en las filas. Perro huevero no olvida el vicio. Y este gobierno putrefacto seguirá en la suyas y hundiendo al país cada dia más buscando beneficios propios.

Los comentarios están cerrados.