Pueden llorar…

Pueden llorar…

Echando mano de su tono alevoso y desafiante, la malhadada vicepresidenta de Colombia aseguró que, gústele a quien le guste o moléstele a quien le moleste, ella seguirá utilizando “helicóteros” de la Fuerza Pública para sus desplazamientos personales. 

En reportaje con una revista colombiana, la Márquez desempolvó su pasado como empleada doméstica para defender el abuso que está haciendo de los bienes del Estado en provecho propio. Fustigó a sus críticos señalándolos de considerar que “…no es normal que una mujer que trabajó en una casa de familia y que ahora es la vicepresidenta de Colombia, se transporte en eso [en un helicóptero]. ¡Pues de malas!… Soy la vicepresidenta de este país, y mientras sea la vicepresidenta de este país, el Estado tiene la responsabilidad de brindarme todas las garantías de seguridad para yo cumplir con mi tarea como vicepresidenta… Pueden llorar, pueden gritar, pueden hacer todo lo que quieran. Me pueden ir a demandar si quieren…”.

Ese no es el tono que debe utilizar un alto funcionario del Estado y menos la persona que constitucionalmente es la llamada a asumir la presidencia de la República ante las faltas temporales o permanentes del presidente.

En una democracia es perfectamente legítimo que se cuestionen los abusos y los desmanes de quienes ocupan los cargos de gobierno, y los señalados tienen la obligación de responder con ponderación y serenidad, no con frases donde abundan la vulgaridad y la ordinariez. 

¿Cómo así que “de malas”? No. El efímero “poder” que acompaña a Francia Márquez no es omnímodo y nada de que sus críticos “pueden llorar” porque ella seguirá abusando de los bienes públicos. 

Esa mujer, como muchos otros petristas, está borracha de poder y seguirá estándolo hasta que alguna autoridad disciplinaria o judicial ponga punto final a sus desmanes. 

Los por ella llamados “helicóteros”, son bienes públicos que deben ser utilizados con delicadeza y consideración. Francia Márquez no vive en una zona roja, ni en un lugar rodeado por delincuentes. Su casa de habitación, de la que nadie sabe de dónde sale el dinero para sufragarla, está ubicada en una de las zonas más exclusivas y seguras de los extramuros de la capital vallecaucana. 

Si efectivamente fuera peligroso que ella habitara en ese lugar, por prudencia debería mudarse a un sitio donde su integridad no corra riesgo ninguno. 

Lo de Márquez sólo puede compararse con el comportamiento de nuevo rico propio de los miserables que ganan una jugosa lotería o reciben una inesperada herencia. La diferencia es que los nouveau riche hacen locuras con sus propios recursos, y la vicepresidenta las está haciendo con cargo al erario. 

Lamentablemente, hay algo cierto en las burdas palabras de Francia y es que los colombianos podrán, o tendrán que llorar sus ojos, porque no hay nada que hacer. Al mando del país está una banda de abusivos que no tienen ni tendrán límite alguno. 

@IrreverentesCol

Publicado: marzo 15 de 2023

Un comentario

  1. LA ORANGUTÁN HACIENDO OCHAS Y PANOCHAS, BURLÁNDOSE DE NOSOTROS LOS COLOMBIANOS DE BIEN QUE SOMOS MAS DE 40 MILLONES, AMARGADA POR SU CUNA AFROINDIGENA DE LA CUAL PROVIENE Y UNO DE TANTOS MAL PARIOS DE COLOMBIA. ¿HASTA CUANDO ABUSARA DEL PODER LA FRAUDULENTA E IGUAL QUE SU JEFE? ¿QUIEN LE PONDRÁ EL TATE QUIETO O CASCABEL, SERÁN LAS ALTAS CORTES O QUIEN OTRO LA HARÁ COMER DE LO QUE COMEN SUS SEGUIDORES? LOS REFRANES SON SABIOS Y A ESTE PRIMATE LE CABEN VARIOS: EL QUE RÍE DE ULTIMO RÍE MEJOR, MI DIOS NO CASTIGA NI CON PALO NI CON REJO, EL AMBICIOSO COME MIERDA DE OSO, LOS PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS, EL QUE ESCUPE PARA ARRIBA TODA LA SALIVA LE CAE, MI DIOS NO SE QUEDA CON NADA ETC ETC

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