Artículo ante nombre propio: matices de significado

ARTÍCULO ANTE NOMBRE PROPIO: MATICES DE SIGNIFICADO  1

Rocío Carranza Brito
Universidad Nacional Autónoma de México

  1. Los datos, desde la semántica cognitiva

La distribución prototípica del artículo es antepuesto a nombres comunes, como determinante principal para que éstos adquieran una referencialidad específica; en términos de semántica cognitiva (Langacker, 1999), para que el nombre tenga anclaje a la realidad y pueda ser compartido por otros hablantes. Se presenta en el ejemplo (1).

(1) En la página de Internet puedes encontrar toda la información que necesites.

Vemos en (1) que la función que cumple el artículo es la de especificar a un referente en particular, de entre la clase léxica compuesta por todos sus posibles miembros de la que se habla. Los nombres comunes, tal como los define Bosque (1999: 7), “poseen rasgos de género y número, constituyen sintagmas nominales de compleja y variada estructura que pueden ser argumentales o predicativos”. Son elementos que se constituyen en tipos de una clase léxica. Por lo que es indispensable el empleo del artículo o cualquier determinante para especificarlo.

Siguiendo la propuesta de Leonetti (1999), el artículo definido es el elemento que permite conectar la información léxica del nombre con la información contextual del hablante; determina la identificación de los referentes de las expresiones nominales al introducir la noción de información conocida y la unicidad del referente; hace que el nominal sea identificable, accesible.

Por su parte, Epstein (1996) sostiene que el artículo cumple dos funciones: la referencial y la expresiva. Desde la primera función, el artículo definido es un elemento esencialmente referencial, marcador de unicidad, identificabilidad y familiaridad. Es referencial adentro del universo discursivo, y se apoya en el conocimiento compartido por los participantes de la comunicación, es decir, que se sirve de los ‘espacios mentales’ que son compartidos tanto por hablante como por oyente.

Un espacio mental es “a (relative small) conceptual packet built up for purposes of local understanding and action. Mental spaces are constructed whenever we think and talk. They are interconnected, and they can be modified as discourse unfolds” (Fauconnier, 1995: 2). En éste, el origen o punto de partida, es el espacio base, que es donde se ancla la interpretación de todas las relaciones deícticas, referenciales y evaluativas. Este espacio base es la realidad compartida por los participantes de la comunicación, en donde el uso del artículo ante nombre común le da existencia discursiva a los referentes.

Es necesario, también, incluir el punto de referencia (viewpoint) del hablante y el del oyente. Epstein (1996: 101) sostiene que “within any mental space configuration, there is always a “viewpoint” space, the space from which other spaces can be accessed”. Asimismo, siempre, dentro del marco de la semántica cognitiva, es necesario considerar el punto de referencia (starting point, en términos de Langacker), del cual parte toda conceptualización. De esta forma, este último posibilita la conceptualización e interpretación del enunciado.

Para que el artículo cumpla esta función referencial, es necesario reconocer dos características importantes: 1) que el referente que se modifica sea compartido, es decir, que el espacio mental sea para el hablante y el oyente; y 2) que se considere el punto de vista no sólo del hablante, sino del oyente también.

Como función expresiva, el artículo cumple el papel de codificar al referente como altamente prominente. Esto quiere decir que le atribuye el significado básico de identificabilidad única, de unicidad. Esta prominencia, según Epstein (1996: 108), “is as much a part of the basic meaning of the as unique identifiability. It is not considered to be a secondary effect derived via some process of pragmatic accommodation.” Por tanto, el uso del artículo definido obedece principalmente a criterios semánticos, a pesar de que, como se verá más adelante, hay una amplia gama de factores pragmáticos que motivan el uso del artículo.

El artículo definido, por sus características semánticas de centrar la atención del oyente sobre un único referente (un espacio mental compartido), “is often used expressively to indicate that the speaker construes a referent as highly prominent” (Epstein, 1996: 102). Para este efecto, retomamos el ejemplo (1) y lo mostramos en (2).

(2) En la página de Internet puedes encontrar toda la información que necesites.

Vemos en la oración de (2) que se verifica la prominencia y unicidad de la que se hablaba, ya que los sustanitvos página e información están precedidos por el artículo. Estas dos características, además, están reafirmadas por el hecho de que ambos nominales tienen predicaciones complementarias.

  1. Artículo ante nombre propio
    Hasta ahora se ha hablado de lo que el artículo definido hace cuando es determinante de un nombre común, es decir, cuando elige e instancia un tipo de una clase en particular; sin embargo, encontramos en el habla coloquial, de la ciudad de México 2y centro del país, casos como los que siguen:

(3) Cuando llegamos al gimnasio, en la clase anterior a la nuestra estaba la Guzmán.

(4) – Me encontré a la Jessica

– ¿Cuál Jessica?

– pues la Jessica que iba contigo a la secundaria.

(5) Ese chavo es novio de la Márgara; yo no sé cómo pueden fijarse en esa pinche vieja.

(6) Todos esos dibujos pegados en el refri me los trae la Danny. Mira cómo se acuerda de mí, que me trae dibujitos.

En los ejemplos presentados de (3) a (6), vemos usos que no concuerdan con el uso canónico del artículo, pues se trata de nombres propios.

Para Fernández (1999), un nombre propio se define como capaz de designación o referencia, como designador rígido, dotado de referencia y que cumple la característica de unicidad, es decir, por sí mismo, designa un y sólo un referente.

A propósito de la conceptualización del nombre propio, Langacker (1999: 101-102) dice que “a name incorporates the idealized cognitive model 3 which specifies that it is borne by, and suffices to identify, just one individual”. Esto trae como consecuencia que el nombre, por sí mismo, “is presumed capable of establishing mental contact with the unique instance of the type”. Es así como se muestra que posee el grado máximo de referencia y unicidad.

De acuerdo con lo anterior, el nombre propio se diferencia del nombre común en que el primero posee el grado máximo de referencialidad y unicidad, como ya se dijo, es responsable de establecer contacto mental y de crear su propia instanciación. El nombre propio trae como parte de su significado base las características de prominencia, unicidad y referencialidad (familiaridad) que el artículo provee. Por esta razón, sería redundante anteponerle el artículo, puesto que su función es la de asignar tales atributos al nominal:

(7) Vi a Cristina el primer día del curso, pero después ya no llegó.

En el caso de (7), no es necesario el artículo, puesto que el nombre por sí solo crea su propia instancia, y el punto de referencia tanto del hablante como del oyente es compartido. Sin embargo, es posible encontrar la misma construcción con artículo:

(8) Vi a la Cristina el primer día del curso, pero después ya no llegó.

En este caso y retomando los ejemplos de (3) a (6), vemos que el artículo definido antecede a un nombre propio. Esta duplicación de atributo en el caso de artículo + nombre propio es semánticamente innecesaria; para explicar esta aparente anomalía propongo dos hipótesis: 1) El artículo definido despoja de algunas de sus características al nombre propio, equiparándolo a un nombre común. 2) Esta descategorialización lo deja vulnerable para adquirir significados de elegibilidad o apreciación: positiva o negativa.

  1. Clasificación de nombres propios

Es conveniente hacer una división de los subtipos de nombres propios. El criterio en el que nos basamos es la animacidad de los referentes, pues se ha visto en los análisis lingüísticos que esta es una característica, en muchas ocasiones, fundamental, para el empleo de ciertas formas. Asimismo, un rasgo importante es la individuación del referente. Soler Arechalde (2001: 35), muestra la clasificación de esto último en la Escala de Individuación, que da lugar a un continuum que se seguirá en el análisis.

Cuadro 1. Escala de Individuación (tomada de Soler Arechalde (2001: 35)

Cuadro 1. Escala de Individuación (tomada de Soler Arechalde (2001: 35)

Como es evidente al ver el Cuadro 1, el punto más alto de la escala es el eje egodeíctico, pues como dice Soler Arechalde (2001: 35) “un pronombre o un nombre propio refieren a la persona como un todo completo, frente a los nombres comunes que remiten a la persona parcialmente.”

Cabe destacar que en esta escala, el rasgo humano tiene mayor grado de individuación que el simple contraste animado e inanimado, ya que prototípicamente, la característica [+humano] incluye la animacidad del referente.

3.1. Nombres propios no humanos

Desde una postura descriptiva, Fernández (1999) clasifica los nombres propios no humanos como no genuinos, por lo que son más propensos a adoptar modificadores o especificadores.  Es el caso de los nombres propios de países, lugares, ciudades, ríos e instituciones.

3.1.1. Con artículo

En el caso de nombres de países, instituciones u organizaciones, muchas veces se trata de nombres comunes que han adquirido una referencia única; no obstante, el anteponerles el artículo definido, da muestra de su adscripción, aún, a la categoría de nombre común, de hecho, la presencia del artículo es el que los provee de esa unicidad y referencialidad, es decir, los ancla a la realidad. Veamos los casos de 9:

(9) a. Ante tal situación, decidieron irse a vivir a los Países Bajos.

a’. Ante tal situación, decidieron irse a vivir a Países Bajos?

  1. Para resolver el problema, terminaron llevando el caso ante la Junta de Conciliación  
                 y Arbitraje.

b’. Para resolver el problema, terminaron llevando el caso ante Junta de Conciliación y 
                    Arbitraje. *

  1. Si eres alumno de la UNAM, esto te interesa.

c’. Si eres alumno de UNAM, esto te interesa. *

Los ejemplos de (9.a’), (9.b’) y (9.c’) resultan agramaticales, puesto que a pesar de designar a un referente único en su tipo, tienen en la construcción un sustantivo común que está determinado, además, de predicaciones complementarias: un adjetivo en el caso de (9.a’); 4 un complemento adnominal para (9.b’), y una frase adjetiva en (9.c’).

3.1.2. Sin artículo

El caso opuesto a los ejemplos anteriores es el del ejemplo (10). En el caso de (10.a)  el enunciado tiene claramente un nombre propio que ya establece esta unicidad, por tanto, no es necesaria la presencia de un determinante, en este caso el artículo, que especifique. Sin embargo, un grupo muy reducido de nombres de países conserva el artículo a pesar de no ser nombres comunes, por ejemplo La Argentina, o algunos otros ya lo tienen lexicalizado y forma parte del nombre mismo,El Salvador5

(10) a. Conocí un chavo de Venezuela por Internet.

  1. Este programa forma parte del plan estratégico que viene desde Presidencia.

Por su parte, (10.b) se vuelve nombre propio por ausencia del artículo y el uso del artículo no se requiere pues el referente cuenta con la unicidad característica del nombre propio, es decir, dentro del esquema mental del hablante, se tiene como referencial y suficientemente prominente el referente aludido. Esto hace que se logre el contacto mental entre hablante y oyente en una realidad específica, y este conocimiento compartido le da significado al enunciado.

3.2. Nombres propios humanos

En contraste con los nombres propios no genuinos, de los que hablaba Fernández (1999), está el caso en que el nombre propio designa un referente humano. Es más evidente que se trata del grado máximo de individuación y no necesita que un determinante lo especifique. Lo que ocurre en el caso de artículo + nombre propio debe enfocarse desde un punto de vista distinto que tome en cuenta la afectación con respecto a referentes humanos.

3.2.1. Apodos

Como vimos en el apartado 3.1, es posible emplear nombres comunes en función de nombres propios (los Países Bajos, la Junta de Conciliación y Arbitraje, la UNAM), para referentes inanimados. Sin embargo, este uso no se limita a los inanimados, sino que también se emplean para designar personas. Tal es el caso de los apodos, sobrenombres o motes:

(11) a. Ya no se hizo nada porque el Pichón nos cortó y se fue con sus cuates.

  1. Ah, hoy me llamó el Africanín, ya tenía tiempo que no sabía nada de él y por eso me
    dio gusto.
  2. Ay, las que sí me acuerdo que me aburrían eran las clases del Chacal, y luego que eran a las dos de la tarde…

En los ejemplos de (11), y apegándonos a la establecido por las gramáticas (recordemos lo expuesto por Bosque, 1999), no hay problema con el uso del artículo, pues está antepuesto al nombre común. Así, el artículo definido desempeña completamente su función de especificar al sustantivo. Sin embargo, una característica fundamental del referente es la de [+humano], pues parte de la unicidad que expresa es aportada por los rasgos semánticos del referente que se designa (animacidad, definido, humanidad, etc.).

Debido a que se trata de un nombre común en su origen (a partir de un adjetivo en el caso de (11.b), el uso del artículo ante nombre común, para el caso de referente humano es lo esperado, ya que los rasgos semánticos del mismo referente tienen manifestación en la frase nominal con artículo definido. Este empleo de un nombre común en función de nombre propio se da dentro de un espacio mental que habilita, además, la identificación y accesibilidad del referente para hablante y oyente.

3.2.2. Apellidos de personas

Siguiendo los criterios de animacidad e individuación, encontramos casos como los de (12), en los que el nombre propio es un apellido de persona:

(12) a. La amiga de tu tía vivía exactamente arriba de la casa de la Palafox. 6

  1. ¿En este partido anotó el Borguetti?
  2. Buenos días a nuestro auditorio, aquí está la Figueroa, y le traemos toda la información del espectáculo.

Para estos ejemplos, retomo el concepto de rol. Según Langacker (1999: 72), un rol “is characterized with respect to a world type, and a value is the correspondent of that role in a particular world instance”. Es decir, se trata de un esquema que se ubica en un espacio virtual que evidentemente no se encuentra anclado a la misma realidad de los hablantes.

Entonces, en los ejemplos de (12), el apellido da la idea de un conjunto o una clase, y para destacar el tipo elegido de esa clase, éste ocupa un papel, un rol, o en palabras de Langacker (1999: 72) “each compatible world instance includes a person who occupies an analogous position and thereby instantiates the role”. Esto quiere decir que no es evidentemente un puesto real, sino que es un papel desempeñado en un espacio que no es necesariamente el espacio mental de los hablantes.

Es necesario aclarar que, a pesar de que el tipo elige un rol, la idea de conjunto se mantiene, no deja de pertenecer al conjunto del cual es representante, pues el nombre (en este caso, el apellido) es compartido por otros referentes no especificados pero implicados, y es por esto que ocupa un lugar más bajo en la Escala de Individuación, en comparación con un único individuo. 7 Con otras palabras, el apellido es una especie de nombre propio humano compartido por varios individuos, dado que éste se hereda a los descendientes biológicos, por tanto, está condicionado por una relación extralingüística, inherente a la razón de ser del apellido.

Se trata, pues, de la misma situación que tenemos en el ejemplo (13).

(13) Para protegerla de los golpes de su marido, los vecinos llamaron a la policía.

En este caso, policía no es un individuo específico, sino que se trata del papel que cualquiera, que cubra las características, puede ocupar. El uso del singular (policía vs. policías) comprueba que no importa (o no se sabe) realmente si quien acuda al llamado, sea un sólo individuo o un batallón completo, sino que más bien, el espacio virtual ha sido establecido y puede ser ocupado por un candidato individual o colectivo.
Lo anterior se representa en el Esquema 1, donde el nombre (apellido) ocupa un papel, en este caso, un Rol, que no es una instancia en sí, sino sólo el papel a representar.

Esquema 1

Esquema 1

3.2.3. Nombres de personas

Estos nombres se ubican en el nivel más alto de la Escala de Individuación, son los que mayor instanciación provocan. Sin embargo, el artículo también aparece ante ellos, asignándoles diferentes significados. Mi propuesta de análisis es que la función del artículo en estos enunciados es la de bajar al nombre propio a casi 8 el mismo nivel de un nombre común, volviéndolo manipulable.

Una vez que adquirió estas características, el nombre puede tener tres lecturas distintas, que dependerán también del contexto inmediato, éstas sonelegibilidad, despectivo y aprecio.
3.2.3.1. Elegibilidad

En el caso de nombres de personas, a diferencia del de los apellidos, es relevante el grado de individuación de los referentes. Veamos los ejemplos de (14).

(14) a. – Quien ya cayó de mi gracia fue la Merced.

– ¿Cuál Merced?

–  La Merced chica. No la hermana, sino la hija.

  1. – ¿Te acuerdas de mi amigo el Ángel?

– ¿Cuál, Ángel, el editor o Ángel, el abogado?

– ajá, el primero.

  1. – El Rodrigo me dio todo el material para hacer “el remedio”

– ¿quién, el brujo?

– que no es brujo

– pues una persona común no te da materiales para “un remedio”…
En (14), se continúa con la idea de rol, lo cual le da unidad, además de que el contexto entra a cumplir la función de activador de un significado adicional, de una connotación: se tiene, así, la idea de elegibilidad. 9 Es decir, apegándonos a lo propuesto por el Esquema 1, se tiene en estos casos que cada nombre funciona como candidato a ocupar un papel, un rol específico con el que cumpla los requisitos.

Retomando la hipótesis de Epstein (1996: 104), para este caso en específico, debemos tener en cuenta que el artículo destaca un segundo tipo de prominencia, que es la “syntagmatic importance, or discourse prominence, in which the prominence of the referent stems primarily from its role in the broader discourse context (a syntagmatic relation).” He aquí, por tanto, que el sentido de elegibilidad se activa.

No sólo se habla, en (14.a), de Merced, sino de una Merced específica; en (14.b), no es Ángel único, sino que puede confundirse con otro; o en (14.c), no sólo se habla de Rodrigo, sino de alguien con características y ocupaciones específicas.

La diferencia entre el rol que se ocupa en los apellidos y el rol de los nombres, radica en que en el primer caso se sigue conservando la idea de un conjunto, es decir, se tiene el papel a cubrir, pero esta ocupación no es de un referente específico, sino por representación virtual de él (esto quiere decir que no sólo hay una persona Palafox, ya que por lo menos los demás miembros de su familia Palafox entran en el conjunto). En cambio, con el nombre propio de persona se tiene un rol con ciertas características y es cubierto por un referente específico que cumple los requisitos: Merced, hija; Ángel, el editorRodrigo, el brujo. Es, en este sentido, altamente individuado (atendiendo la Escala de Individuación propuesta anteriormente).

3.2.3.2. Despectivo

Por otro lado, y dejando de lado la idea de rol, tenemos otros ejemplos en los que el artículo también se emplea con nombres propios, pero el contexto funciona de manera que la lectura obtenida es de apreciación negativa. Tales son los casos de (15).

(15) a. ¿Qué se cree el Pedro Ángel que no llega? ¿De veras cree que no tenemos nada mejor que hacer o que lo vamos a esperar toda la vida?

  1. En eso que llega la Gabriela, muy sangrona, como siempre, creyéndose dueña y señora del lugar.
  2. mira cómo es la Reynalda, en lugar de que ayude a su hija, prefiere irse de loca a revolcarse con los hombres esos.

En (15), los nombres de personas, por sí solos son únicos e identificables, es decir, que son nombres propios prototípicos, además de encontrarse en la parte más alta de la Escala de Individuación; sin embargo, cuando se les antepone el artículo, éste les proporciona características de nombre común, además de volverlo manipulable.

Al ocurrir esto, el artículo mismo le permite crear una instancia, pero además se da la idea de proximidad del conceptualizador con el referente, razón por la cual se convierte manipulable y con posibilidades de adquirir otras lecturas. Una de ellas es la idea de alejamiento, a pesar de que se habla de proximidad.

En estos ejemplos las predicaciones en donde se ubica el artículo ante nombre propio aportan la lectura de depreciación y alejamiento del conceptualizador con respecto del referente. Un criterio más que apoya esta lectura es la elaboración y sobreelaboración del nombre 10 : ¿Qué se cree el Pedro Ángel que no llega?… En eso que llega la Gabriela, muy sangrona… mira cómo es la Reynalda, en lugar de que ayude a su hija, prefiere irse de loca… Tenemos, entonces, un término escalar que se muestra en el Esquema 2.

Esquema 2

Esquema 2

En este esquema, se tiene como Norma la función que tiene el artículo, la de atribuir referencia al nombre que determina, cuando el significado obtenido en el ejemplo (13) es el de depreciación, el conceptualizador, que es el punto de referencia de la conceptualización, ubica en la escala el referente por debajo de esta norma.

3.2.3.3. Aprecio

Continuando con la idea de escala, en el sentido opuesto se ubican los ejemplos de (16).

(16) a. lo que pasa es que la Any y yo ya nos llevamos muy bien, y por eso su mamá se enoja.

  1. En eso que llega la Rosy, vino a felicitarme por mi cumpleaños, me trajo mi regalito. Ya después nos fuimos todos a cenar.
  2. A veces me hace enojar la Daisy, pero es muy noble, siempre está al pendiente de mí.

En estos, se sigue conservando el patrón anterior, pero la lectura apreciativa se  puede predecir por la presencia del hipocorístico. Además, las predicaciones muestran un mayor acercamiento del conceptualizador hacia el referente, lo que le otorga el sentido de aprecio. En este caso, la subjetividad se hace patente; al respecto, Epstein (1996: 102) menciona “these uses of the principally serve to convey the speaker’s subjective attitude with regard to the referent of the definite nominal. In this sense,  expressive the is ‘speaker oriented’” 11 lo que, aunado a lo anterior, da lugar a la idea de cercanía.

Es posible que en todas las ocasiones, (16a.), (16.b) y (16.c), el uso del hipocorístico haga necesario el empleo del artículo definido, esto se debe al hecho de que la cercanía conceptualizador-referente es mayor y la familiaridad acrecienta la manipulación.

La representación es esquema de este sentido se ve en el Esquema 3.

Esquema 3

Esquema 3

La Norma, como se mencionó anteriormente, es el significado original que tiene el artículo definido, pero en este caso, el conceptualizador ubica a su referente por encima de ella, esto es, la valoración, apoyada en la subjetividad, es más alta que la Norma misma.

  1. Continuum de unicidad

En este punto, habiendo argumentado en función de la ubicación de los nombres en la escala de individuación, es posible exponer el continuum del que hablé al principio de este texto, el cual tiene como punto de partida el nombre común y como meta el nombre propio prototípico. La clasificación de nombres propios se debe a los rasgos de animacidad e individualidad del referente.

El continuum se representa en el Esquema 4:

Esquema 4

Esquema 4

Como se dijo anteriormente, los nombres comunes no poseen rasgos de unicidad ni referencialidad, son tipos de una clase léxica. Cercanos a los nombres comunes están los nombres propios no humanos, que por su propia condición, aceptan el artículo definido sin problema (como lo vimos en los ejemplos de (9)).

Después, dentro del continuum, están los nombres propios humanos. Siguiendo la Escala de Individuación, los apodos son los que se ubican más alejados del nombre propio prototípico (localizado en la base del esquema, en el extremo derecho del continuum). En segundo lugar están los apellidos, que ocupan un rol. También como rol, pero un lugar más adelante se encuentran los nombres con sentido de elegibilidad.

Los más próximos al prototipo de nombre propio son los nombres con connotaciones de depreciación y apreciación, siendo más cercano el segundo grupo de nombres.

Cabe aclarar que este continuum se elabora incorporando el empleo del artículo en las diferentes construcciones con nombres propios analizadas a lo largo de este trabajo.

  1. Conclusiones

Finalmente, el artículo, como se vio a través de esta exposición, hace que el nombre propio funcione casi como un nombre común. Al eliminar las propiedades de referencialidad y unicidad, pudimos verificar el continuum arriba propuesto. También vimos las particularidades de cada caso.

Analizamos ejemplos en donde el artículo funciona como perfecto determinante de los nombres que designan referentes no humanos, pues éstos se encuentran encabezados por nombres comunes. Cuando dichos referentes consiguen instanciación por sí mismos, observamos que el artículo es innecesario.

Para referentes humanos, en el caso de los apodos es válida la presencia del artículo, ya que éste se encuentra determinando un nombre común cuyo referente es humano, lo que le da un alto nivel de individuación.

Con apellidos, aunque designan referentes humanos, notamos que el artículo lo hace funcionar como un nombre común. Esto se explica, sin embargo, porque el apellido es un designador de conjunto, lo que hace es tomar a un tipo de dicho conjunto y otorgarle un rol.

En la misma línea, con nombres de personas, ya no se habla de un tipo, sino de un rol establecido que por la presencia del artículo crea una relación de proximidad del conceptualizador con el referente. Y es esta proximidad lo que lo vuelve manipulable y permite, con el apoyo del contexto, la elegibilidad. Esto es, se elige un candidato específico de entre las demás posibilidades.

Por otra parte, esta proximidad, a su vez, da la idea de lejanía del conceptualizador y el referente, y en este caso, el contexto de cada enunciado ayuda a que se tenga una lectura de depreciación.
Como punto final del camino, el uso de hipocorísticos y otras formas de disminución predice un sentido que, apoyado por las predicaciones inmediatas, manifiesta mayor cercanía entre referente y conceptualizador, y desde el punto de vista pragmático, aprecio.

 

Notas

 

1 Este trabajo surgió en el seminario de Semántica, impartido por el Dr. Ricardo Maldonado, en la Maestría de Lingüística Hispánica, de la UNAM. Agradezco al Dr. Maldonado por su valiosa asesoría en el desarrollo y mejoramiento del mismo. Asimismo, sin las correcciones pertinentes de Julio Ánthar Jiménez, este trabajo no hubiera tenido ni pies ni cabeza.

2Los datos presentados en este análisis se recabaron de conversaciones espontáneas en la ciudad, en diversos contextos (charla de pasillo, metro, parques).

3Un ICM, según Lakoff (1987: 68) es “a complex structured whole, a gestalt, which uses four kinds of structuring principles: propositional structure, as in Fillmore’s frames; image-schematic structure, as in Langacker’s cognitive grammar; metaphoring mapping, as described by Lakoff and Johnson; metonymic mappings, as described by Lakoff and Johnson. Each ICM, as used, structures a mental space, as described by Fauconnier.”

4Algunos nombres de países, a pesar de estar compuestos por nombres comunes, han obtenido instanciación por sí mismos, por tanto la ausencia de artículo no lo vuelve agramatical: – Estaré medio año en Estados Unidos.

5Según García Yebra (1984), esto se debe a la influencia del francés que sí emplea este recurso.

6Cabe destacar que es más común encontrar en el habla ejemplos en los que el artículo determina un apellido con referente femenino. Me atrevo a asegurar que este es el uso no marcado, pues en muchos de los casos, al hacer el contraste masculino-femenino, saltaba a la vista un significado connotativo de depreciación, cuando se aludía a referentes masculinos. Sin embargo, faltaría por hacer un análisis más detallado de casos como éste.

7Debemos mencionar aquí la oposición singular vs. plural, donde es más individuado, obviamente, el singular.

8Se habla de un casi, puesto que si bien es cierto que el nombre propio sintácticamente es tratado como un nombre común,  semánticamente no lo despoja de todas sus características de nombre propio.

9Un caso similar ocurre con el empleo de posesivos con nombres de personas, lo que se intenta hacer es destacar el referente específico al cual se alude:
– ¿has visto a Óscar?
– ¿cuál Óscar, nuestro Óscar?
En este ejemplo, pasa lo que Velázquez Castillo (2000) propone en su artículo, se remarca el énfasis puesto en el nombre.

10Es importante este punto porque en el siguiente apartado el uso de hipocorísticos, que sería el método contrario, es de gran relevancia.

11Por expressive, Epstein (1996: 102) entiende “the foregrounding of the speaker’s own involvement in an utterance, including subjective evaluation, special emphasis, surprise, admiration, etc.”

 

Bibliografía

 

Bosque, I. (1999). “El nombre común”. En I. Bosque y V. Demonte (eds.) Gramática descriptiva de la lengua española. Vol. 1.España: Espasa. pp. 3-76.

Epstein, R. (1996). “Viewpoint and the definite article”. En A. Goldberg (ed.) Conceptual structure, discourse and language. EUA: CSLI Publications. pp. 99-111.

Fauconnier, G. (1994). Mental spaces. EUA: MIT Press.

Fauconnier, G. y M. Turner. (1995). “Conceptual integration and formal expression”. pp.1-15.

Fernández, M. J. (1999), “El nombre propio”. En I. Bosque y V. Demonte (eds.) Gramática descriptiva de la lengua española. Vol. 1.España: Espasa. pp. 77-128.

García Yebra, V. (1984). Teoría y práctica de la traducción. Vol.2. Madrid: Gredos.

Lakoff, G. (1987). Women, fire, and dangerous things: What categories reveal about the mind. Chicago: University of Chicago Press.

Langacker, R. (1999). Foundations of cognitive grammar II. EUA: Stanford University.

Leonetti, M. (1999). “El artículo”. En I. Bosque y V. Demonte (eds.) Gramática descriptiva de la lengua española. Vol. 1.España: Espasa. pp. 787-890.

Soler Arechalde, M. A. 2001. “Niveles de individuación y concordancia”. En J. García Fajardo (ed.) Semántica, oración y enunciación. México: Colmex. pp. 31-42.

Velázquez-Castillo, M. (2000). “Posesión inalienable en español: Niveles de tematicidad e individualización”. En R. Maldonado (ed.) Estudios cognoscitivos del español. México: Revista Española de Lingüística Aplicada. pp. 83-109.

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