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  • Foto del escritorLic. Fabricio Frias

La importancia de un buen alegato




No es de extrañar que en el derecho una de las principales habilidades que deben destacar sea el poder argumentar, convencer a partir de argumentos y principalmente obtener el razonamiento. Pero argumentar en base a una razón, darle certeza y principalmente ser convincente en el alegato, requiere de mucha precisión, no solamente jurídica, también requiere cultura, conocimiento amplio de diversos temas, expresión, en muchos casos lenguaje corporal y un soltura que se puede obtener a través del estudio de la oratoria.


De acuerdo al diccionario de la real academia española, define ”alegato” como:


Del lat. allegātus.
1. m. Argumento, discurso, etc., a favor o encontra de alguien o algo.
2. m. Der. Escrito en el cual expone el abogado las razones que sirven de fundamento al derecho de su cliente e impugna las del adversario.
3. m. Can., Am. Cen., Bol., Chile, Col., Méx., P. Rico, R. Dom. y Ven. Disputa, discusión.
alegato de bien probado
1. m. Der. p. us. Escrito, llamado ahora de conclusiones, en el cual, con el resultado de las probanzas, mantenían los litigantes sus pretensiones al terminar la instancia.

En el derecho mexicano "los alegatos" se definen como, los argumentos lógico jurídicos que pueden realizarse de manera verbal o escrita, que presentan las partes ante el juzgador sobre el valor de las pruebas practicadas para demostrar que los hechos afirmados en sus escritos iniciales han quedado probados, y que, en cambio, las pruebas de la parte contraria no comprobaron los hechos afirmados por dicha parte; pero, además, el alegato permite manifestar los argumentos jurídicos que demuestren la aplicabilidad de las normas jurídicas invocadas como fundamento de su respectiva acción o su excepción.


Es el actual derecho mexicano, ya procede a realizarse juicios orales pudiendo los alegatos también ser de forma oral, sobre todo en procesos familiares, mercantiles y penales, principalmente, la oralidad del derecho laboral es un poco distinta pero servirá de ejemplo.


De ahí se desprende la necesidad de tener siempre buenos argumentos, que los alegatos sean consistentes, coherentes y sobre todo con la intención de demostrar la razón o encontrar en al argumento contrario diferencias y contradicciones.





Uno concuerda que los alegatos que van desde lo emocional, lo jurídico e incluso lo social, juicios reales o de ficción que han mostrado alegatos con excepcional inteligencia, entre los alegatos más llamativos destaca la defensa de Atticus Finch en la novela "Matar un Ruiseñor" de la escritora Harper Lee, el protagonista defiende a un acusado de violación con magistral encanto y soberbia, es capaz de demostrar la inocencia así como decantar las dudas de su defensa, en "El juicio de Nuremberg" de 1961 que expone alegatos contra los juicios anteriores a la existencia de una ley una deformación legal, en la cinta "12 angry men" donde se lleva a cabo un juicio, se sigue a 12 hombres que fungen como jurado quienes deberán decidir la culpabilidad o inocencia del indiciado, alegando fuertemente el principio "indubio pro reo", en "Kramer contra Kramer" de 1979 es otro ejemplo que elabora un extraordinario alegato sobre la igualdad entre el padre y la madre de un menor, y "El escándalo de Larry Flynt" y solo por mencionar algunas, cuyo alegato es inteligente, convincente y coherente, basta que un alegato tenga fuerza en su discurso y claro, mucho razonamiento jurídico para que sea sustancial.


Aunque existen muchos episodios en la ficción como en la realidad que han inspirado argumentos en juicio, tan excelsos que vale la pena analizar y difundir, sin menospreciar aquellos que dieron origen a un alegato a favor de la tolerancia, como en su momento lo escribió Voltarie, precisamente en su "Tratado sobre la Tolerancia" originado por la muerte de Jean Calas quien había sido injustamente acusado y ejecutado el 10 de marzo de 1792, Volare defendió la inocencia de Jean y consideró que se trataba de un suicidio. A partir de ese trágico suceso, Voltaire invita a la tolerancia, atacando con dureza al fanatismo religioso.



Hay sin duda alegatos igualmente brillantes, que aunque no son radicados en juzgado han dejado una profunda huella por su inteligencia, soltura y excepcional manejo del lenguaje, uno de mis discursos favoritos, que demuestra exactamente como deben ser los alegatos y que si bien es un juicio pero de un grupo disciplinario contra unos estudiantes, en efecto, estoy hablando del discurso final de "Scent of a Woman" de 1992 donde Al Pacino interpreta a un coronel retirado Frank Slade cuidado por un estudiante Charlie Simss que es injustamente acusado, con una magistral oratoria sobre liderazgo, integridad y valentía, culmina en una ola de aplausos, además, Charlie es declarado inocente, ningún discurso más esperanzador, fuerte e inteligente, ha despertado tanto entusiasmo e inspirado tanto. Otro excepcional alegato, referido ahora en un juicio, llamado en el sistema judicial de Estados Unidos "alegato de apertura" que se menciona al principio de un proceso, en este alegato se abre el discurso sobre lo que podrá versar la acusación o la defensa, pero sin entrar al fondo del asunto, es como una introducción, uno de los mejores alegatos de apertura es el que indica el abogado Kevin Lomax (Keanu Reeves) en la película "The Devil's Advocate" de 1997, Lomax hace uso de la palabra en un argumento de apertura que aboga principalmente por aplicar la ley sin distinción de la persona, dejando que sea la verdad la que rija una decisión importante y no la emoción, en su alegato, Lomax expone de una manera brutal pero coherente lo siguiente:


"No me agrada Alexander Cullen (el acusado) no creo que sea una buena persona, no espero que les agrade, ha sido un terrible esposo con sus tres esposas, ha sido una fuerza destructiva en la vida de sus hijastros, ha engañado a la ciudad, a sus compañeros, a sus empleados, ha pagado cientos de miles de dólares en multas por muchos años y no me agrada, voy a decirles cosas durante el transcurso de este juicio que hará que les agrade aún menos, pero esto no es un concurso de popularidad es un juicio de homicidio. Y el único hecho importante que probaremos en este procedimiento es que Alexander Cullen estaba en otra parte cuando esos horribles crímenes tuvieron lugar. Ahora, la fiscalía montará un gran espectáculo, tienen a todo un equipo en este lugar y harán todo lo que se les ocurra en este caso, pero yo quiero una cosa de ustedes, una cosa, eso es todo, quiero que ustedes se pregunten; ¿el que no me agrade este hombre es razón suficiente para declararlo culpable?".

Uno de los más extraordinarios alegatos, soberbio y con soltura. Es por eso que la importancia de un buen alegato influye en la forma de la resolución, darle forma al discurso, entender el lenguaje y destacar la verdad jurídica por medio del razonamiento lógico, pero independientemente que cada juicio sea incluso similar, o verse sobre la misma causa, cada situación es distinta, como dice nuestro derecho "no se puede juzgar ningún delito por analogía o similitud". Para comprender mejor la importancia de un alegato, el razonamiento lógico-jurídico y la probanza por medio de argumento sólido, es necesario invocar uno de los mejores alegatos en la historia, debido a su precisión, argumentación, soltura y sobre todo inteligencia, me refiero al Juicio del Dux de Venecia contra Antonio en la obra "El Mercader de Venecia" del dramaturgo inglés William Shakespeare, el juicio inicia en el Acto IV. Pongo en contexto la razón del juicio.



El mercader de Venecia, juicio ante el Dux

Bassanio, un veneciano que pertenece a la nobleza pero es pobre, le pide a su mejor amigo, Antonio, un rico mercader, que le preste 3000 ducados que le permitan enamorar a la rica heredera Porcia. Antonio, que tiene todo su dinero empleado en sus barcos en el extranjero, decide pedirle prestada la suma a Shylock, un usurero judío. Shylock acepta prestar el dinero con la condición de que, si la suma no es devuelta en la fecha indicada, Antonio tendrá que dar una libra de su propia carne de la parte del cuerpo que Shylock dispusiera.


Los barcos de Antonio se hunden y la deuda no se paga, Shylock exige el pago de una libra de carne cerca del corazón de Antonio. Lo que deriva en un juicio presidido por el Dux de Venecia, Porcia pretendiente de Bassanio acude al juicio disfrazada de abogado e inicia la defensa de Antonio, aquí inicia la magistral oratoria de Porcia que demuestra en un alegato jurídico, siempre basado en el derecho.




Porcia le da la razón a Shylock y admite que por ley puede cobrar la libra de carne de Antonio, sin embargo en un excepcional manejo del discurso, Porcia admite que sólo debe ser carne y que al hacerlo no puede derramar ni una sola gota de sangre.


Espera un poco, hay algo más; este pagaré no te concede ni una gota de sangre. Las palabras expresas son “una libra de carne”; toma lo que se te debe, toma tu libra de carne, pero, si al cortarla, derramas una sola gota de sangre cristiana, todos tus bienes serán confiscados por las leyes de Venecia.

Más adelante Porcia prosigue con su argumento y en otra magistral muestra de sabiduría expone como argumento final:


Prepárate entonces para cortar la carne, y no derrames ni una gota; ni cortes más o menos que una libra justa, porque si cortas más o menos que una libra, aunque sea la veinteava parte de una migaja que a su peso se le quite o se le agregue, si la balanza se desvía tan sólo por el grosor de un cabello, tú mueres y todos tus bienes quedan confiscados.

Al final Shylock decide no cortar la libra de carne, por temor a derramar un gota de sangre y por resultar mayor o menor el peso de carne, pero cuando Shylock desiste, en otro argumento soberbio de excelencia jurídica, Porcia le dice a Shylock:


Espera, judío. La ley tiene aún otro cargo contra ti. Está estipulado en las leyes de Venecia que, si se prueba que un extranjero atenta de manera directa o indirecta contra la vida de un ciudadano, la parte contra la cual atenta recibirá la mitad de sus bienes, la otra mitad va a las arcas del estado, mientras la vida del culpable queda librada a la clemencia del Dux, sin derecho a apelación. Declaro que tu caso encuadra dentro de esta ley,  ya que es evidente,  que de manera indirecta y directa también, has atentado contra la vida misma del defendido y has incurrido en el delito por mí expuesto anteriormente. Arrodíllate, entonces, y suplica misericordia ante el Dux.

Es así como este argumento de Porcia, se ha convertido en una magistral muestra de la importancia de un buen alegato, que todo abogado o estudiante debería considerar estudiar y analizar para comprender mejor, la necesidad de aprender a argumentar, a ejercer un derecho legítimo y sobre todo tener la razón en juicio, con inteligencia, sabiduría y pasión. Destaca la importancia de un buen alegato para ganar un juicio o simplemente para seducir a una audiencia de una idea, pero esa idea debe ser razonada, argumentada y fundada. Aprender del alegato de Porcia.

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