¿Cómo ver cuánto tengo en mi AFP?

Asesinato del candidato periodista, por Augusto Álvarez Rodrich

"Ecuador es el espejo de lo que puede pasar en el Perú".

El asesinato de Fernando Villavicencio en el tramo final de la elección en que era candidato es una tragedia para la democracia ecuatoriana que no se debe mirar como lejana, sino como el riesgo de un contagio en la región, empezando por los vecinos como el Perú.

Como periodista de investigación denunció la corrupción en su país, especialmente en la presidencia de Rafael Correa. Por ello, fue acosado política y judicialmente, incluyendo el allanamiento de su domicilio dictado por la fiscalía general pedida por el gobierno.

No era la primera vez que enfrentaba a la justicia y a la política, habiendo recibido medidas cautelares de la CIDH. Por ello, en 2017 vino al Perú, donde recibió protección en el marco de un proyecto del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) para ofrecer refugio a periodistas que sufren persecuciones.

Conocí a Fernando una mañana de 2017 con Ricardo Uceda en el Starbucks del hotel Marriott en Miraflores, y me dio la impresión de ser una persona de no muchas palabras, muy seria y tremendamente comprometida con su trabajo periodístico, al punto que un año después, en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (COLPIN) 2018, que esa vez se realizó en Bogotá, fue finalista premiado por sus denuncias sobre corrupción en el gobierno de Correa.

Como parte del proyecto de refugio, Villavicencio recibió la asesoría legal de Roberto Pereira, el consejero legal del Ipys, solicitando asilo político en la cancillería peruana. Conversé sobre el tema con el canciller Ricardo Luna y el presidente Pedro Pablo Kuczynski, habiendo encontrado una actitud positiva del gobierno al pedido. Pero un día Villavicencio decidió salir del Perú.

Anteanoche, al conocer de su asesinato, llamé a Uceda, quien me confirmó que era nuestro amigo. No sabía que estaba de candidato, pero no me sorprendió pues no solo era periodista sino, también, un activista político.

No tenía posibilidades de ganar la elección, pero su asesinato, que apunta a que fue originado por el narcotráfico, es una advertencia para todos los otros candidatos, no solo de su país, sino para la política general de una región donde, incluyendo el Perú, el crimen organizado tiene cada vez más fuerza, penetración y capacidad de decisión.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.