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La (IN)formalidad en las empresas

Grandes para la foto, Pepe el vivo dice presente.

Publicado: 2015-02-13

A lo largo de poco más de 10 años de experiencia laboral, me queda más que claro que las condiciones de contratación en muchas empresas a mejorado, ya sea por propia iniciativa de sus directivos, o por la presión que entidades como el MINTRA ejercen para formalizar la situación laboral de los colaboradores; sin embargo, aún hoy en día, existen empresas cuya formalidad es únicamente para la foto, empresas que tienen personas subcontratadas o peor. 

Esto aparentemente no es nada nuevo, ni tendría por qué ser algo extraordinario, pues al fin y al cabo, siempre nos vamos a encontrar con pillos que quieren sacar ventaja a costa de los trabajadores. O quizá son emprendimientos pequeños que a la luz de las tantas trabas administrativas requeridas para la formalización y la abrumadora carga tributaria cortesía de nuestros "brillantes" legisladores que no entienden o no quieren entender que su deber es facilitar la iniciativa empresarial por muy pequeña que esta sea.

Pero qué ocurre, en algunos casos (que no son pocos dicho sea de paso), las empresas que incumplen con lo estipulado por las leyes, no son empresas pequeñas, ni desconocidas, ni mucho menos. Ocurre que actualmente existen empresas que en el mejor de los casos les pagan a sus trabajadores una parte de su sueldo como se debe, es decir los tienen en planilla, con todos los beneficios y obligaciones que ello conlleva, dejando “por fuera” una parte (que por lo general es la más representativa) de la remuneración percibida; evadiendo así una gran carga de responsabilidades que como “grandes” empresarios no deberían evadir.

Ahora bien, es cierto que esta figura se da con el consentimiento de los colaboradores que aceptan esta condición, aceptación que en muy pocos casos se da por necesidad, más bien por conveniencia y evitar “de pasadita” responsabilidades tributarias que de otro modo tendrían que asumir. Es decir, estamos ante una asociación ilícita para delinquir, pues son dos partes que se ponen de acuerdo para “sacarle la vuelta” a las leyes, algo que no resulta ser nada nuevo, pues es la filosofía de “pepe el vivo”, filosofía que vengo escuchando desde que tengo uso de razón.

Pero también están los que le sacan la vuelta a la ley y tiene a sus colaboradores trabajando sin ningún tipo de contratación válida, ni siquiera podemos hablar de subcontratación, los trabajadores están absolutamente desprotegidos, sin ningún recurso al cual poder acogerse en caso de que por algún arrebato del dueño de la empresa este decida “deshacerse” del trabajador; su sueldo se les paga “en mano”, llega fin de mes y cada trabajador literalmente “pasa por caja” a cobrar, sin ningún recibo, ni absolutamente ninguna prueba de que se esté dando esa transacción, no hay vínculo laboral, no hay nada.

Les sorprendería a nuestras alicaídas autoridades del MINTRA, la cantidad de empresas que han optado por esta “modalidad” de contratación, empresas que incluso se dan el lujo de auspiciar eventos, salir en televisión ya sea anunciando o con algún tipo de participación en uno de los tantos programas de nuestra también alicaída televisión nacional (pero ese es otro tema). Esta situación ocurre en las narices de las autoridades, pues son empresas “grandes” que actúan de forma mezquina con su gente, que en la mayoría de casos son jóvenes, con formación incompleta en muchos casos o nula en otros, cuya situación económica precaria les obliga a aceptar estas condiciones al no encontrar oportunidades laborales adecuadas.

Esto que digo, no es ningún secreto, es como esa escena de la película Los Intocables, en donde Sean Connery lleva a Kevin Costner a una redada a plena luz del día a un lugar en donde se producía y comercializaba licor en plena prohibición, todos sabían que ese lugar funcionaba, pero por diversas razones nadie (léase las autoridades) hacía nada al respecto. El caso de las empresas es exactamente el mismo, todos saben cuales son las empresas que incumplen con las normas y leyes laborales, pero poco o nada se hace para remediarlo; por el contrario, a aquellos jóvenes empresarios quienes quieren estar del lado de la legalidad y cumplir con todas las de la ley, los acorralan con impuestos cada vez más brutales y son pocos los que lamentablemente logran salir adelante, obligándolos a dejar de lado el emprendimiento que tanto esfuerzo les había costado, o lo que es peor aún, se terminan pasando al lado de los que “sacan la vuelta”; y es así cómo el ciclo se repite.


Escrito por

Luis Ernesto Márquez

Psicólogo consultor, capacitador y motivador profesional. Padre, esposo, hijo, un poco tronado pero inofensivo y leal.


Publicado en

Alpinchista Opinio

Escribir en un país en dónde la mayoría no lee y los que leen, por lo menos la mitad no entiende lo que lee, raya con lo patológico. En fin.