Un texto aljamiado

Poema-deYuçuf-Antonio-Joaquín-GonzálezLa literatura aljamiada es aquella escrita en un castellano muy arabizado, utilizando las grafías del alifato árabe. Según algunos historiadores, nace en la época en que los musulmanes no hablan un árabe puro sino romanceado por influencia de las lenguas de los reconquistadores. La voluntad de estos textos podría ser la necesidad de ocultar su contenido, aunque tal explicación no parece muy adecuada –al fin y al cabo tan legibles son las letras del alifato como las del abecedario-. Más bien tendríamos que pensar en los valores talismánicos, simbólicos, o de identidad cultural si se prefiere, de la palabra escrita. Fundamentalmente, el origen de la literatura aljamiada se encuentra en los moriscos; los descendientes de los mudéjares a los cuales todavía les quedaba una cierta posibilidad de hacer gala de sus rasgos culturales con mayor libertad de que dispondrían sus descendientes, siempre en riesgo de ser perseguidos por un cristianismo intransigente ajeno a es visión idílica que tantas veces ha intentado alumbrar las oscuridades de la historia de España.

Cerámica-Mudéjar-Antonio-Joaquín-González            La casualidad y un cierto misterio han acompañado a buena parte de los hallazgos de textos aljamiados; misterio porque son libros que se encontraban escondidos tras las paredes. Así en 1795, se encuentra una miscelánea de textos aljamiados en una casa de Ágreda que se hunde. En 1884 en Almonacid de la Sierra, al ser derribada un edificio antiguo aparecen más de cien manuscritos aljamiados.

alcorán-aljamiado-Antonio-Joaquín-González          Entre los textos aljamiados que poco a poco han sido encontrados está el Corán, en una lengua romance tan arabizada que resulta de complicada comprensión para un castellano parlante; Corán que perfectamente serviría como texto de meditación para el creyente musulmán en un tiempo en el que se había perdido la enseñanza del árabe clásico en su pureza. En aljamiado está redactado, también, el Poema de Yuçuf, que contiene la historia del José bíblico. También hay textos aljamiados de narrativa ficticia como el Recontamiento de Alixandre o la Historia de los amores de Paris y Viana.

Uno de los textos aljamiados más importantes es El libro de las batallas. Uno de los ejemplos más claros de cómo hay lazos semánticos entre el mundo épico románico y el árabe, en una línea que llegaría hasta los libros de caballerías del siglo XVI.

Sirvan estas palabras como presentación del texto que sigue, perteneciente al Libro de las Batallas, editado en 1967 por Álvaro Galmés de Fuentes (en la edición puede leerse tanto el original como la transcripción, ahora presentamos una versión). Este texto es una magnífico ejemplo de una descripción maravillosa, en ella, Zaid, embajador del Profeta Muhammad, describe el palacio del rey de Yemen Al-Hâriz.

Llegué ante el alcázar y entré. Vi una plaza muy grande en la cual se levantaba otro palacio. En el patio había gentes sentadas; todos vestían sedas y sobre sus cabezas tocas del mismo tejido, con filigranas de oro. Entre los allí presentes había uno que sobresalía por su majestad. Pensé que aquel era el rey, así que me acerqué a él y me dispuse a rendirle pleitesía. Entonces me dijo mi guía:Medina-Azzahara-Antonio-Joaquín-González

-No, éste no es el rey; pues él es más alto y noble en su aspecto. Éste es uno de sus alguaciles.

            Cruzamos otra entrada y llegamos a otro patio. Salió un portero y me preguntó:

-¿Eres tú el mensajero de Muhammad? -. Le contesté que sí.

-Pues entra- respondió él.

            Así llegué a otro alcázar que no era menor que el primero. Había mucha gente en sus sitiales, todos ellos perfectamente engalanados, unos con más magnificencia que otros. Yo me dije: “no hay duda de que aquel es el rey”. Pero cuando mi guía vio que yo iba hacia él, me detuvo con estas palabras:

-No es este el rey, sino un cautivo de sus muchos cautivos.

            Después pidió licencia al que controlaba la entrada a otro alcázar. Así fui pasando de palacio en palacio; en cada uno de ellos yo pensaba que estaba el rey; así cruzamos más de treinta estancias. Salimos a una plaza enorme donde había mucha gente; desde ella se entraba en una sala con paredes de oro, su techumbre sembrada de rubíes y otras piedras preciosas. A la mano derecha cuarenta esclavos y a la izquierda otros tantos, todos ellos con espadas desenvainadas. Entre ambas filas, una silla de marfil, con pies de ébano, esmaltados en oro y con rubíes engastados. Allí estaba sentado el rey. Sobre su cabeza, una corona de oro y perlas. Se encontraba flanqueado por sus consejeros.Dionís Baixeras 1885. Universidad de Barcelona

            En el ambiente flotaba un noble aroma. Allí había también un trono de oro, sobre él una imagen de hierro, con cabeza de latón y ojos de rubíes bermejos; a su izquierda, una doncella, y sobre su cabeza un ave, en su mano derecha una copa de oro rebosante de almizcle y en su izquierda, una taza de agua de rosas. La doncella hablaba al ave con el lenguaje de los pájaros; y el ave volaba desde la corona a la copa de almizcle y a la del agua de rosas; en ellas mojaba sus alas y regresaba a la corona donde, al sacudirse, asperjaba aquellos aromas sobre todos los presentes. Cuando, después, regresaba sobre la cabeza de la doncella, ésta le hablaba otra vez y el ave repetía aquel gesto, rociando el patio de aroma de almizcle y rosas.

Acerca de lamansiondelgaviero

Escritor y amante de la literatura. Obras publicadas en kindle: "Realismo mágico y soledad, la narrativa de Haruki Murakami", "Castillos entre niebla", "Amadís de Gaula, adaptación", "El tiempo en el rostro, un libro de poesía", Álvaro Mutis, poesía y aventura", "Edición y estudio de Visto y Soñado de Luis Valera" y mis últimas publicaciones "Tratado de la Reintegración. Martines de Pasqually. Traducción de Hugo de Roccanera", "El Tarot de los Iluminadores de la Edad Media. Traducción de Hugo de Roccanera", La gran conquista de ultramar, versión modernizada en cuatro volúmenes.
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