El abigeato, las jaurías de perros y los depredadores, sin lugar a dudas, son las principales limitantes de un rubro ovino que se encuentra con buenos valores tanto por la carne como por la lana. Estos tres flagelos de la producción son prácticamente moneda corriente en el interior del país, que en su gran mayoría no se denuncian antes las autoridades por falta de repuesta según los propios productores.
El pasado domingo nuevamente se registró un nuevo caso de abigeato que cobra notoriedad y el reclamo de los productores ante la falta de soluciones y las protestas de las organizaciones defensoras de animales que han levantado su voz ante la muerte de dos equinos en la Rural del Prado durante semana de Turismo.
El expresidente de la Federación Rural del Uruguay, Ing. Jorge Riani, publicó en su cuenta de Twitter “mientras los defensores de animales arman escándalo por las jineteadas del Prado, nosotros los ovejeros sufrimos con este tipo cruel de abigeato! No se escucha nada en defensa de la ovinocultura tan importante para todos los uruguayos!!!”
El planteo del productor artíguense encontró eco en las redes sociales, Carlos María Uriarte también integrante de la gremial señaló “A los que defienden a los caballos muertos por accidentes: ojalá hicieran lo mismo con las ovejas!!”
Por otra parte el Lic. Ignacio Mullin, asesor privado y conocedor del rubro ovino se permitió sugerir llevar los restos de los animales y “dejarlas en Plaza Independencia frente a Torre Ejecutiva sería una buena intervención urbana… y saldría en portada de noticieros…”
La preocupación es importante en este sector productivo, que ha llevado a un importante número de productores a abandonar el rubro o a disminuir la majada de forma drástica, de manera de disminuir las pérdidas que se registran con este tipo de delitos. Las gremiales e instituciones vinculadas al rubro ovino, recuerdan que además de perderse un animal a causa del abigeato, el delito tiene consecuencias en el resto de la sociedad debido a que la decisión de abandonar el rubro conlleva a una menor necesidad de mano de obra en el área rural así como también impacta en la mano de obra en el resto de las cadenas productivas vinculadas tanto por la lana como por la carne.
No es fácil. Yo de ser productor, depende de la calidad de ovejas, haría encierros de capacidad de unas mil ovejas. A la tardecita las pondría ahí con una persona armada y un perro adiestrado. Tres o cuatro puestos de este tipo deminuiria mucho y hasta me animó a decir que los abijatos se terminarían. No necesita mucho gasto sólo con palos del monte o bosque y alambres que siempre hay en las estancias . Espero que mi idea sea puesta en práctica por aquellos que tengan menos de cinco mil ovejas como pruebas piloto. Juan Carlos herche.