Albaricoque, fruta para mantenerse joven

Fruta primaveral de color anaranjado y aroma dulzón, con reconocidas propiedades antioxidantes que ayuda a mantener nuestras células jóvenes. Su temporada comienza en mayo y nos acompaña, prácticamente, todo el verano.

Orígenes

El albaricoque, originario de Asia Central, es el fruto del albaricoquero, un árbol familia de las Rosáceas de ramas rojizas.

Las primeras informaciones sobre los albaricoques nos llegan de China, en torno al año 3000 a.C. Considerado como la «manzana armenia», los romanos lo introdujeron en Europa trayéndolo desde Armenia, tierra donde se cultivaban los albaricoqueros desde tiempos remotos y que marca su nombre científico: «Prunus armeniaca». Los árabes extendieron el consumo del albaricoque por el litoral mediterráneo.

Su nombre “albaricoque”, procede del latín praecox o praecoquus -árbol que madura antes de tiempo- radica del término árabe “al-barquq” que después evolucionará al castellano (albaricoque), al francés (abricot) y al inglés (apricot).

 

Propiedades

  • Antídoto natural para evitar enfermedades degenerativas, como el cáncer, gracias a sus vitaminas antioxidantes, las provitaminas A –betacarotenos- y C.
  • Gran aporte de betacarotenos y taninos, que aseguran una buena salud visual al prevenir la degeneración de las células de la retina. Incluir albaricoques –o zanahoria y calabaza- en la dieta diaria evita el desarrollo de enfermedades visuales como la nictalopía, mala visión nocturna.
  • Ayuda a combatir afecciones de la piel y del sistema respiratorio.
  • Rica fuente de potasio con efecto diurético, que ayuda a la eliminación de líquidos y equilibra las sales en el organismo. Este mineral ayuda a controlar la hipertensión. Recomendado para personas con sobrepeso y altos niveles de tensión arterial.
  • Efecto laxante y regulador de la flora intestinal, gracias a su riqueza en fibra y en taninos. Previene el estreñimiento y tiene la capacidad de desinflamar los intestinos, por las propiedades astringentes y antiinflamatorias de los taninos. Personas que padezcan Síndrome de Colon Irritable deben moderar su consumo y evitar tomar la piel del albaricoque, porque provoca diarrea con cierta facilidad.
  • Alto contenido en hierro, para mantener equilibrados los niveles de este mineral en particular en las mujeres en la menopausia. 100 gramos de albaricoques contienen la mitad de hierro contenida en 100 gramos de carne de cerdo, aunque sin grasa ni colesterol. En los albaricoques secos –orejones-, se duplica la cantidad de hierro en cada 100 gramos respecto al hierro contenido en 100 gramos de carne de ternera.

También destacamos las propiedades exfoliantes del aceite de albaricoque, muy utilizado en mascarillas faciales. Su riqueza en vitamina A, revitaliza la piel y provoca un efecto “estiramiento” en la piel que elimina estrías y arrugas.

Curiosidades

Las propiedades saludables del albaricoque y su fama para mantenerse joven, se demostraron en un estudio sobre la dieta del pueblo indígena de los Hunza, en una remota región del Himalaya. Su dieta vegetariana y centrada principalmente en el albaricoque, les dotaba de una excelente salud y una mayor expectativa de vida (hasta los 90 y 110 años sin problemas circulatorios y con la vista perfecta). La salud y longevidad de estos indígenas se debe a su dieta fresca, a la falta de estrés y de contaminación, y al consumo elevado de esta fruta –fresca en su temporada y seca a lo largo del año-, rica en antioxidantes como los betacarotenos, que actúan en el organismo como depurativos al neutralizar la influencia negativa de los radicales libres y prevenir el envejecimiento celular.

Al rico albaricoque

Recomendamos consumir esta fruta fresca durante su temporada. Los albaricoques ecológicos pueden comerse con piel, donde encontramos la mayor parte de la fibra, sin peligro de ingerir productos fitoquímicos, como en la fruta convencional.

Hay que procurar consumir los albaricoques en su punto óptimo de maduración, pues si están verdes pueden resultar muy indigestos. Las semillas no se comen, porque su contenido en amigdalina puede producir intoxicaciones muy severas.

En caso de optar por consumirlos fuera de su época, los orejones o albaricoques secos mantienen gran parte de sus propiedades diuréticas y laxantes y multiplican su contenido en hierro.

Nuestra despensa se llena de colores y sabores nuevos con la primavera. Los albaricoques de El Guadalhorce Ecológico nos anuncian el comienzo del verano, cargados de vitaminas antioxidantes para reforzar y depurar nuestro organismo.