Los calcetines de Esperanza Aguirre

Después de los últimos incidentes en Bombay, cerca de doscientos muertos en unos terribles atentados intentando emular los ocurridos en Londres, Madrid o el 11-S, con lo único que nos hemos quedado los españoles es con la imagen de Esperanza Aguirre en calcetines. Triste pero cierto. ¿Tan simples somos o tan fuerte es el poder de una imagen? Podemos estar viendo durante días los cuerpos inertes de cientos de hindúes y después polemizar el hecho de que la presidenta de la Comunidad de Madrid hiciera su primera aparición en España a su vuelta de Bombay en calcetines con sandalias.

 

La comisión de la Comunidad de Madrid que se encontraba en el hotel Oberoi, asaltado de la India, salió del país casi en su totalidad en un avión fletado exclusivamente para ellos horas después de que comenzara la masacre. Un hecho que también ha provocado más de un debate. Pero el tema aquí es otro.

 

Nada más llegar a Madrid se dirigió a la sede de la Comunidad en la Puerta del Sol para contar su experiencia en rueda de prensa: “fuimos empujados por el personal del hotel por una puerta detrás del mostrador de recepción, pero como fuimos los últimos, y como arreciaba la ensalada de tiros nos metimos detrás del mostrador de la recepción del hotel. Después vinieron a buscarnos. Yo llevaba  alpargatas y una se me salió, se me quedó en el tobillo, entonces me descalcé y pisé charcos de sangre en la huida”.

 

Apareció ante los medios con el maquillaje puesto y unos calcetines blancos con sandalias. Hecho que ha sido criticado por muchos, ¿era necesario aparecer de tal guisa? Algunos dicen que se trata de una estrategia de marketing político, promocionar la imagen de una Esperanza “heroína”, otros periodistas hablan de un atrezzo deliberado para el momento. Sea lo que sea, quizás no era necesario tanto teatro y para quitarse un par de calcetines antes de salir a un encuentro con los medios no creo que lleve más de medio minuto.

 

En Herrera en la Onda declaró lo siguiente: "llevaba unas alpargatas que perdí en el momento que tuve que tirarme al suelo debajo de la barra de la recepción del hotel. Estuve descalza todo el tiempo. Hasta al aeropuerto llegué descalza, pero recordé que tenía unos zapatos de vestir en una bolsa y entonces me los puse. Al llegar a la escala que hicimos en pista, donde hacía tres grados bajo cero, quitarme los calcetines del avión me parecía un atentado. Entonces, así llegué a Barajas. La verdad es que no pensé en ello. A lo mejor se ponen de moda los calcetines sandalia".

 

Y esta es la segunda vez que sale indemne de un suceso. Aquí la expresión “siete vidas tiene un gato” sería más que apropiada. Han pasado tres años desde que tuviera un accidente de helicóptero junto con el presidente del PP, Mariano Rajoy del que afortunadamente salieron ilesos. Así habló Esperanza Aguirre de su suerte: "Me decía mi jefe de gabinete que a partir de ahora, cuando se acerque el final de noviembre o primeros de diciembre, ponga un antideslizante en la ducha".