¿Qué pasa cuando juntamos a un experto en tecnología digital y su impacto en el comportamiento del consumidor, con un sociólogo experto en mediocridad, con la empresa líquida?
Puede resultar extraño, pero esta singular combinación de elementos nos da no sólo el relato de uno de los retos más importantes para las organizaciones de hoy, sino también su solución teórica y práctica.
Te lo cuento por partes
La estrategia del experto
Cada día que pasa somos más conscientes de que estamos inmersos en un proceso de evolución acelerada sin límites para la que no se aprecia el final.
Y cuando no ves el final intuyes que el progreso social, laboral y personal va a estar en continuo movimiento.
Sunil Gupta, co-presidente del programa ejecutivo sobre conducción de estrategia digital en la Harvard Business School y autor del libro Driving Digital Strategy: A Guide to Reimagining Your Business, comprende la profundidad de este movimiento continuo y lo que implica para personas y empresas.
Este experto en tecnología digital, su impacto en el comportamiento del consumidor y en estrategia de empresa, lo expresa con claridad a través de una metáfora:
El desafío ahora es «cambiar el motor del avión mientras está volando”.
Descubrir haciendo.
Aprender haciendo.
Evolucionar haciendo.
Cada día es más tangible que esto es y será así.
Este extracto del artículo de Frost & Sullivan, “Megatendencias globales hasta 2030”, expresa esta realidad con claridad:
Cada 3 años, el equipo de futuristas, analistas y consultores del Visionary Innovation Group de Frost & Sullivan se reúne para realizar un análisis integral de las fuerzas globales transformadoras que definen el mundo futuro (…).
La tecnología será una fuerza disruptiva principal, y las industrias: industrial, aeroespacial, de infraestructura y automotriz estarán predominantemente impulsadas por aplicaciones autónomas respaldadas por avances tecnológicos, como 5G, 6G, blockchain, computación cuántica, vehículos conectados, la sensorización de dispositivos, dispositivos portátiles, moneda digital, robots personales y electrónica flexible. Estas fuerzas disruptivas tendrán un gran impacto en varias industrias y cambiarán la forma en que vivimos, nos comunicamos y hacemos negocios.
Como ves, la velocidad del progreso no nos da tregua.
¿Será tu empresa capaz de adaptarse ágilmente a cada cambio?
¿Será capaz de cambiar el motor mientras está volando?
La dificultad impuesta por la mediocridad
A pesar de la evidencia aplastante de la necesidad del cambio, las resistencias cada vez son mayores.
Hay empresas que, erróneamente, sienten que la necesidad de evolución no va (todavía) con ellas.
Al estar aún muy alejadas de esta necesidad crean el contexto perfecto para que sus equipos lleguen a esa misma conclusión.
Como consecuencia, los equipos, en lugar de abrazar el cambio como parte natural de la evolución, se anclan en sus posiciones individuales y alejadas de la colaboración. Una colaboración que es absolutamente necesaria para hacer frente a un mundo incierto y de elevada velocidad de cambio.
El sociólogo Alain Denault, filósofo y profesor de Sociología en la Universidad de Quebec y autor de Mediocracia, cuando los mediocres llegan al poder, denuncia que vivimos en una mediocracia, un sistema en el que impera la mediocridad, y dice:
«La mediocracia nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante».
(Fuente)
¿Acaso no es un “amodorramiento antes que pensar” esa actitud por la que en algunas empresas, las personas se anclan en posiciones individuales y alejadas de la colaboración?
La situación “estar en una mediocracia y tener que cambiar el motor del avión mientras está volando” nos plantea que existe un abismo inmenso entre la necesidad impuesta de evolucionar con cada cambio y la capacidad con la que contamos, a priori, para responder.
Un abismo que, para ser superado, necesitará de todas las personas.
Y un abismo que se presenta junto a un gran enemigo: la mentalidad con la que se parte para dar el salto.
Porque la mentalidad de partida dista demasiado de la necesaria: una por la que las personas abrazan el cambio y evolucionan sin pausa a través de la mejora continua.
Es necesario transformar esa mentalidad de partida, amodorrada y resistente al cambio, por una nueva capaz de disfrutar con la mejora continua. Una capaz de sentirse cómoda fuera de la zona de confort.
Siempre lo he defendido:
Si transformo mi pensamiento, transformo mi comportamiento.
Si las personas transforman su pensamiento, transforman su comportamiento.
Este será el paso que nos permitirá superar ese abismo entre la necesidad impuesta de adaptarnos ágilmente sobre la marcha y nuestra capacidad para responder a ella con fluidez.
¿En qué punto estamos?
Necesitamos un comportamiento que nos lleve a avanzar en este proceso social, laboral y personal para rediseñar, inventar y co-crear un mundo en el que las personas sean protagonistas con su talento y con la inteligencia colectiva.
Es necesario comenzar por transformar el pensamiento, la mentalidad.
Si no se hace, las empresas serán las grandes perjudicadas cuando sus profesionales continúen con una mentalidad heredada de una época y contexto que ya no existe.
En esa tesitura será muy difícil, casi imposible, que puedan crecer de forma sostenible más allá de 10 años.
No es una estimación hecha al tuntún.
El 40% de los CEO cree que sus compañías dejarán de ser viables en 10 años, concluye la 26ª Encuesta Mundial de CEO’s de PwC.
Y no es que las empresas estén dejando al azar esta cuestión.
Otra cosa es la estrategia por la que han optado y su efectividad.
Hay empresas que están a la carrera de adaptarse ágilmente ante lo que está sucediendo, aunque sin inversión en acompañar a sus profesionales, líderes, mandos intermedios y equipos.
Como resultado, están logrando un desgaste de las personas tras incorporar cambio tras cambio sin acompañarlas a evolucionar y transformar su pensamiento.
La consultora Gartner, en su estudio “Top 5 Priorities for HR Leaders in 2023″, nos da los siguientes datos acerca de lo que te cuento:
El 53% de los líderes encuestados (destaca que) será una prioridad el diseño organizacional y el desarrollo del change management, destacando que el 45% de sus empleados están fatigados por todos los cambios que demanda la nueva dinámica de las organizaciones, lo que incrementa la fricción en los equipos y reduce los deseos de permanecer en las empresas.
Transformar el pensamiento para transformar el comportamiento
En Kainova creemos que construir un mundo de excelencia es posible.
Es nuestra visión: una sociedad de bienestar con personas que disfrutan de su talento, lo potencian y lo ponen a disposición de la sociedad.
Con el modelo organizativo de la empresa líquida, las empresas se convierten en un catalizador.
Y lo hacen a través de los tres pilares que generan el contexto que logra la excelencia a través de la excelencia de las personas.
- El equipo humano en evolución constante de sus competencias técnicas y habilidades, consciente de que necesita esa evolución al comprender que el contexto es nuevo y se está creando, y que ellos son parte activa en el rediseño, invención y co-creación de la sociedad.
- Un liderazgo disruptivo que comprende que su función es equilibrar una excelencia operativa y la innovación. Su agenda ya no es hacer que las cosas se hagan. Su agenda es inspirar y potenciar el desarrollo de sus profesionales para que sean excelentes en la operativa mientras sale a la caza de oportunidades para innovar.
- Integrar la Innovación en el ADN de cada persona del equipo humano. Una cultura corporativa donde la presencia de la innovación es la clave para que exista la excelencia empresarial.
Estos pilares se ven reforzados por lo que la consultora Gartner expresa en su estudio:
Una forma de abordar esta fatiga y mejorar el respaldo a los colaboradores en momentos de incertidumbre es mediante una estrategia de cambio abierta y más colaborativa, involucrando a los empleados durante todo el proceso en lugar de simplemente decirles lo que sucederá. Las organizaciones que utilizan este tipo de estrategias tienen 14 veces más probabilidades de lograr el éxito del cambio, observan que el riesgo de fatiga por el cambio en sus empleados disminuye en 29 puntos porcentuales y que la intención de los empleados de permanecer aumenta hasta en 19 puntos porcentuales.
La empresa líquida, a través de estos 3 pilares, transforma el pensamiento y, en consecuencia, el comportamiento, la forma de actuar, el sentido que tiene actuar de forma distinta a cómo lo hacías antes de esta revolución veloz en la que nos movemos.
Este modelo organizativo:
- Contribuye a que las personas huyan de la mediocridad, porque no les permite avanzar, desarrollarse, crecer.
- Contribuye a que las personas impulsen estar en continuo aprendizaje, en continua evolución.
- Contribuye a que las personas desarrollen un pensamiento crítico y creativo para construir una sociedad mejor para ellas y los demás.
